jueves, 8 de marzo de 2012

La violencia machista deja paso a la discriminación salarial


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Mujeres, en una manifestación en reivindicación de la igualdad. / DA

STEPHANIE IACOBELLI | Santa Cruz de Tenerife

“La pobreza tiene, hoy más que nunca, rostro de mujer”. Con estas palabras expresaba su malestar por la actual situación Belarmina Martínez, una feminista de larga trayectoria y que, actualmente, ejerce de vicepresidenta de la Coordinadora de Organizaciones de Mujeres para la Participación y la Igualdad (Compi). La brecha salarial existente entre ambos sexos y la discriminación social de las mujeres son las principales denuncias que se presentan hoy, Día Internacional de la Mujer.

Además, muchas activistas del movimiento feminista consideran la última reforma laboral española “una trampa”, puesto que reconoce las precarias condiciones de las mujeres pero, sin embargo, las extiende a todo el colectivo de trabajadores. Esta semana se han celebrado una serie de actos y manifestaciones pro de los derechos de las mujeres. A pesar de que el 75 por ciento de los españoles considera que la violencia machista es la desigualdad de género más importante, según datos del último Eurobarómetro sobre desigualdades de género en la UE, este año se le otorga un mayor protagonismo al asunto laboral.

Existe una brecha salarial entre hombres y mujeres que, hasta la fecha, no ha podido resolverse. Todos los estudios revelan que, a pesar de que en muchas ocasiones tienen en la nómina el mismo sueldo base, los hombres cuentan con una serie de complementos que hacen que sus ingresos sean mayores. Entre estos añadidos se encuentra el de disponibilidad, al considerarse que las mujeres tienen menos tiempo a disposición de las empresas por el cuidado de los hijos y familiares dependientes. Esta situación pone en evidencia que la corresponsabilidad entre hombres y mujeres en cuanto a las tareas domésticas sigue siendo un tema por resolver.

A las mujeres se les ha adjudicado esta labor de forma casi obligatoria. Sin embargo, esta disposición casi permanente hacia el núcleo familiar supone, aproximadamente, un 53% del PIB, según estudios realizados por la Fundación BBVA. Esta feminización de los cuidados a personas dependientes hace que muchas mujeres tengan que abandonar sus puestos de trabajo, lo que ocasiona lagunas de cotización que, posteriormente, se reflejan en el momento de jubilarse, donde de nuevo se hace latente la desigualdad entre ambos géneros.

En este contexto, cabe relatar una anécdota ocurrida hace pocas semanas en la que una mujer embarazada lamentaba no haber sido seleccionada para un puesto de trabajo: “Nos gusta tu currículo y tienes muy buena presencia pero ya hablaremos cuando salgas de todo esto”, espetó el jefe del departamento de Recursos Humanos de dicha compañía.

Son muchas las mujeres que, con el objetivo de evitar estas discriminaciones en el ámbito laboral, han optado por renunciar a su derecho de formar una familia, opinión que también apoya Belarmina Martínez.

Un 8 de marzo que este año tiene un sabor a reforma puesto que, justamente hoy, el Parlamento votará esta propuesta presentada por el Gobierno central. De todas formas, las asociaciones de mujeres y otros colectivos esperan que se cumpla lo dicho por la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, quien asegura que el Gobierno “pretende combatir la discriminación salarial entre hombres y mujeres” y así la pobreza no siga teniendo rostro femenino.

En boca femenina

“Esta reforma laboral es una trampa”. Begoña San José, miembro de Compi, asegura que la nueva reforma fomenta una igualdad “a la baja”.

“El machismo recupera poder en la sociedad”. Afirma Paqui Rivero, de la Plataforma de Acción Feminista de Canarias.

“Corresponsabilidad en el reparto de tareas domésticas”. Es una de las propuestas de Angustias Bertomeu, creadora de la web www.e-mujeres.net.

“El papel de las mujeres en el mercado laboral es una asignatura pendiente”. Belarmina Martínez lo considera un problema que parece no resolverse con leyes.

“Resulta fundamental impulsar la igualdad entre hombres y mujeres”. La ministra, Ana Mato, defiende una reforma que cuenta con muchos opositores.

“Con la excusa de la crisis se intenta retroceder en los derechos de las mujeres”. Elena Máñez, directora del Instituto Canario de Igualdad.



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