Stella Calloni
Periodista e escritora argentina
Adital
A nuestra redacción llegó esta carta de la combativa
periodista argentina Stella Calloni, originalmente escrita para enviarla a
Italia, pero puesta a circular en las redes por decisión de ella misma. El
correo lo envía Juan Romero, quien
* * *
A menos de un mes de las elecciones del próximo 7 de
octubre en Venezuela, que aparecen como un plebiscito para dar continuidad a la
Revolución Bolivariana liderada por el presidente Hugo Chávez Frías, el país
vive un ritmo indescriptible, las mareas de banderas rojas "chavistas” inundan
las calles y en los barrios populares es evidente la esperanza la población en
que el proceso de cambios profundos comenzado en 1998, saldrá triunfante de
este nuevo desafío.
La población entiende muy bien la importancia de estas
elecciones no sólo a nivel interno, sino para avanzar hacia la consolidación de
la integración y unidad latinoamericana y caribeña.
Este bloque regional desafiante enerva a Washington, que
destina millones de dólares para sostener a las derechas locales e incluso
impone candidatos, aunque tengan pocas luces, como se está viendo en Venezuela.
La oposición de derecha, bajo asesoría y financiación
externa que nadie disimula, se ha unido incluyendo los dos partidos
tradicionales, Acción Democrática (AD) y el socialcristiano (COPEI)en torno a
la candidatura de Henrique Capriles Radonski, un empresario favorito de Estados
Unidos e Israel, con un historial ligado al golpismo, jugando un rol
protagónico en el asedio a la embajada cubana en Venezuela durante el golpe
contra Chávez en abril de 2002.
Estados Unidos no sólo intenta golpear a Venezuela sino
al bloque de integración regional, que a pesar de las diferencias de sus
gobiernos y la debilidades que aún amenazan, intenta un camino emancipatorio.
Los objetivos de esta unidad son liberadores del poder
hegemónico del cual aún son dependientes las naciones que conforman América
Latina y el Caribe, salvo Cuba cuya resistencia resulta épica por lo mismo.
Es por eso que en Venezuela se juega en estos momentos
también el futuro latinoamericano, entendiendo que el presidente venezolano ha
sido la figura más potente en el camino de unificar e integrar, más allá de
acuerdos de escritorio.
Chávez, ya planteó desde su manifiesto en el alzamiento-
cívico-militar- en febrero de 1992, la necesidad urgente de la unidad
latinoamericana, como el viejo sueño de los patriotas que derrotaron al
colonialismo español en diversas batallas en el siglo XIX mediante la unidad de
los pueblos y ejércitos, como los que comandaban el venezolano Simón Bolívar y
el argentino José de San Martín.
La independencia lograda fue castrada de raíz por Estados
Unidos que entró rápidamente a jugar su juego expansionista, imponiendo formas
diversas de colonialismo y neocolonialismo encubierto,
La región bajo hegemonía imperial, fue intervenida a lo
largo de todo el siglo XX para impedir que surgieran gobiernos desafiantes,
sembrando de dictaduras a América Latina.
Entender que los organismos de integración como la
Alianza Bolivariana para los pueblos de América (Alba), la Unión de Naciones
Suramericanas (Unasur), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños y
el Mercado Común del Sur (Mercosur), están trazados con un criterio
emancipatorio, hace la diferencia con lo que es la Unión Europea, tan
debilitada hoy.
Por eso Venezuela resulta una nación estratégica para la
unidad en estas circunstancias.
Después de las dictaduras, que dejaron un genocidio en el
siglo XX, y dentro del mismo esquema de dominación, en Estados Unidos se
planearon en 1990, las nuevas "democracias” tuteladas que debían sucederlas. En
esos años fue aplicado el llamado Consenso de Washington y el neoliberalismo
rampante asoló la región, derivando en un asalto a los estados nacionales,
diezmando éstos, destruyendo s logros sociales, educativos y culturales,
acumulados después de largas y cruentas luchas, lo que llevó a las resistencias
locales.
La explosión popular contra las primeras medidas
neoliberales que intentó imponer el gobierno del socialdemócrata ex presidente
Carlos Andrés Pérez (AD) en Venezuela produjo lo que se llamó el "caracazo” en
febrero de 1989. una rebelión que ganó las calles y fue reprimida violentamente
dejando unas mil víctimas fatales y centenares de heridos.
Cayeron entonces las máscaras de las falsas "democracias”
venezolanas y se pusieron en evidencia los pactos de los partidos de la
burguesía que aseguraban la permanencia de un bipartidismo con la exclusión de
las mayorías venezolanas.
Una clase oligárquica, de escaso desarrollo político, era
la beneficiaria absoluta de los dividendos del petróleo y fue construyendo una
capital (Caracas) como una ciudad "saudita, no en las arenas de un desierto,
sino entre montañas verdes que quedaron escondidas en un extraño paisaje.
Por un lado los rascacielos desafiantes y por el otro los
"barrios”, edificados en las alturas, como las favelas de Brasil, multicolores,
mirados como un manto de estrellas bajas en las noches, frente a la opulencia
de los nuevos ricos y los políticos voraces.
Esto lleva a entender los planteamientos hechos por
Chávez quien al frente de jóvenes militares, estudiantes y grupos de izquierda
se rebeló en febrero de 1992 lo que fue caracterizado como un típico "golpe
militar” a los que estaba acostumbrada América Latina.
Pero este tenía particularidades: no era un golpe
planeado en Washington y sus propuestas eran revolucionarias al declarar que
los militares se negaban a ser usados para reprimir al pueblo y su programa
advertía contra las falsificaciones democráticas, la corrupción reinante, la
necesidad de la participación popular y recuperación soberana. Manifiesto
cuidadosamente ocultado por los medios masivos de comunicación.
Chávez se diferenció así del golpismo común en la región
y aunque fue derrotado continuó trabajando en sus dos años de cárcel creando un
Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 que fue base para el crecimiento de
otro movimiento más amplio y finalmente integró con fuerzas de izquierda,
nacionalistas también de izquierda y otros, un Polo Patriótico, ganando las
elecciones el 6 de diciembre de 1998, rompiendo el bipartidismo reinante.
Esta corta reseña es clave para entender en qué momento
político surge la figura de Hugo Chávez Fría en Venezuela.
La revolución bolivariana iniciada desde que Chávez asume
la presidencia ya ha cumplido trece años durante los cuales hubo 16 procesos
electorales en 15 de los cuales se impuso el gobierno.
En este período, y desde 2003 comenzaron a surgir
gobiernos elegidos por voluntad popular en América Latina, que cambiaron el
escenario en la región, y expresaron las grandes rebeliones contra el
neoliberalismo, un huracán despiadado derrotado en las calles y carreteras por
las rebeliones populares.
Chávez logró que el pueblo votara a favor de una
Constituyente que elaboró una de las Constituciones más avanzadas en América
Latina, donde el pueblo y sus necesidades está en primer lugar y también es un
camino abierto a la recuperación de soberanía e independencia. Volvió a exponer
su cargo sólo un año después de haber ganado las elecciones de 1998 ganando en
1999, aumentando su caudal de votos.
En todo este proceso y el que siguió las masas populares
lograron una experiencia de participación, protagonismo y presencia como nunca
había sucedido en el país.
Frente a este surgimiento y desde esos primeros años, se
organizó una oposición ideológicamente pobre, que era dueña de monopolios de la
información con intereses trasnacionalizados, que a lo largo de estos años ha
recurrido a todas las formas de desestabilización posible.
Asi se produjo el golpe de Estado de abril de 2002 que
puso en el escenario las verdaderas características de una oposición violenta y
las groseras manipulaciones mediáticas, repetidas por las cadenas mundiales del
poder hegemónico.
El golpe financiado y dirigido por EE.UU, como se
comprobó fehacientemente, fue una de las mayores derrotas para esa oposición y
para Washington y por primera vez en la historia de América Latina, el pueblo
sin armas, con un pequeño libro de la Constitución en sus manos, dio una
lección de democracia al mundo y acompañada por un fuerte sector del
ejército-otro movimiento ejemplar- lograron derrotar el golpe. En 48 horas
Chávez fue rescatado de su secuestro y regresado a su cargo presidencial.
No fue el único golpe, vendrían luego el paro patronal,
que intentó paralizar y desabastecer al país y no pudo hacerlo, porque la
imaginación popular también lo derrocó, al crear formas de abastecimiento, que
darían lugar a la aparición de mercados populares, y a la desaparición de
intermediarios que encarecían los alimentos.
A fines de 2002 y principios de 2003 fue el paro
petrolero, tan fuerte como un nuevo golpe de Estado, con sabotajes incluido y
con el robo de la tecnología más avanzada en la informática. Fue derrotado
nuevamente.
De cada golpe y otros que vinieron, Chávez no sólo logró
salir triunfante sino que, como en el caso del petróleo, recuperó para el país
la empresa clave.
LOGROS
"Las empresas del sector tributaban, hasta entonces, poco
más del uno por ciento de impuestos”, relata Nelson Merentez, actual presidente
del Banco Central y ex-ministro de Finanzas, "El gobierno elevó esa tasa al 33%
y hizo de PDVSA socia mayoritaria de todas las compañías del sector, además de
poner a la propia estatal bajo su comando. Antes, era un Estado dentro del
Estado”.
Con la derrota del paro, el gobierno pudo apoderarse de
la principal palanca para el desarrollo venezolano. Pero no sólo esto sino que
recuperó la relación con los países productores unidos en la OPEP, para lograr
la reducción de la producción petrolera, con el precio del barril subiendo a
US$ 23 en diciembre de 1999 e iniciando una escalada que llegaría a más de US$
100 en los últimos años. Las condiciones económicas comenzaron a cambiar.
Ya en 2004 se fijó como prioridad la expansión de los
programas sociales, Este es otro inusual aspecto. Impedido por las burocracias
estatales de avanzar en estos proyectos Chávez creó las "misiones”; Robinson
para la alfabetización, lo que se logró rápidamente;
Vuelvan caras” para luchar
contra el desempleo, lo que también logró derrotar; "Barrio Adentro”, que
significó la atención directa de salud para decenas de miles de venezolanos por
primera vez y tantas otras similares. Cuba fue clave en Robrinson y Barrio
adentro por su colaboración con maestros y médicos.
El gobierno desafió la desinformación absoluta, con la
presencia directa de Chávez en "Aló presidente ", todos los domingos informando
a la población y demostrando las mentiras más violentas contra su gobierno, con
documentos y testimonios, lo que significó el mejor mensaje didáctico para el
pueblo.
También propuso intercambios directos en el caso de
salud: petróleo por médicos con Cuba. En Argentina cuando este país estaba en
una crisis energética concretó el intercambio de petróleo por vacas y equipos
para desarrollar agricultura, ya que la Venezuela "saudita” importaba todo,
incluso alimentos fáciles de producir en un país esencialmente verde.
Además pensando en las asimetrías regionales, ofreció
petróleo a los países más pequeños con créditos a largo plazo y ayudas que,
marcaron un nuevo camino en América Latina. Contribuyó decisivamente a
concretar la integración hasta ese momento sólo posible en acuerdos y papeles
difusos.
Además de combatir la dramática situación de pobreza,
miseria y destrucción de los servicios públicos que había heredado en su país,
este fue también uno de los caminos para aumentar tanto el consumo familiar,
como los gastos lo que generó una amplia recuperación de la economía, del
empleo y de la renta.
La elevación del precio internacional del petróleo, se
asoció en Venezuela a inversiones sociales y de nuevos proyectos de
infraestructura, que han cambiado radicalmente al país, como reconocen los
organismos internacionales.
" En el segundo quinquenio de Chávez, el país tuvo el
mayor índice de crecimiento del PBI de Sudamérica y uno de los más altos de
mundo. El salto fue de un 61,20% en el período, un promedio anual superior al
10%. Sólo volvería a bajar en 2009 (-3,3%) y 2010 (-1,4%), durante la crisis
internacional, para volver a crecer en 2011 (4%), señala Nelson Merentez.
Estos recursos destinados a los programas sociales
convirtieron a Venezuela en el país con menor desigualdad social del
subcontinente, reduciendo drásticamente la miseria entre otros indicadores
positivos.
"Pero también sirvieron, particularmente tras 2006, para
dotar al Estado de mecanismos más potentes de intervención en la economía.
Fondos públicos fueron creados para financiar la industrialización y la
infraestructura, además de inversiones sociales. Actualmente, el más importante
de ellos es el Fonden (Fondo de Desarrollo Nacional), creado en 2005 con un
capital inicial de US$ 6 mil millones, pero que alcanza,
en 2012, casi US$ 100 mil millones”, añade.
Abastecido por la receta tributaria del petróleo y por
reservas del Banco Central, este fondo, que hoy tiene en su cartera más de 400
proyectos de gran porte, permitió al Estado nacionalizar empresas de sectores
estratégicos, realizar obras logísticas e incentivar programas sociales.
Explica Merentez que aunque las nacionalizaciones hayan
sido originalmente planificadas para alcanzar sólo algunos segmentos
estructurales de la economía (energía, telecomunicaciones y sistema
financiero), terminaron por extenderse, a veces de forma caótica, a otros
rubros y actividades. "Muchas de las adquisiciones de empresas por el Estado
fueron tomadas para resolver embotellamientos en la producción, problemas de
oferta, resistencias de los capitalistas a políticas del gobierno o demandas de
los trabajadores”.
LAS ESTRATEGIAS DE WASHINGTON Y LAS RESPUESTAS
La fuga de capitales fue una de las estrategias más
utilizadas por los empresarios alentados por Washington. De acuerdo al Banco
Central después de reelección de Chávez a fines de 2006, en pocas semanas
fueron remitidos al exterior más de diez mil millones de dólares, lo que obligó
al gobierno a que cualquier proceso de remesa o de importación pasara por un
estricto sistema de autorización.
"No somos una economía neoliberal”, dice Merentez. "Nuestra
lógica no es recortar la demanda para proteger la remuneración del capital a cualquier
costo, sino ampliar la oferta a través de inversiones crecientes en las
distintas formas de propiedad”.
Leyes recientes fijaron la combinación de cuatro tipos de
economía. El primero, el de control estatal, potencialmente orientado a los
pilares ya mencionados del desarrollo nacional. Otro, de carácter privado y
relativo a la competencia, que se concentra en los nichos que no afectan al
funcionamiento estratégico del país. El tercero, de capital mixto, representa
la asociación del Estado a empresas privadas nacionales o compañías
extranjeras. Finalmente el cuarto, que alberga la economía cooperativa y
comunal, de propiedad de los consejos comunales, y centrada en la autogestión.
"Esta cuarta forma de propiedad, que se basa, un poco, en
los métodos conducidos por la Yugoslavia de Tito entre los años 1950 y 1980, es
actualmente el orgullo de distintos dirigentes del país. Básicamente, se trata
de una estrategia de iniciativa empresarial colectiva, a través de la cual los
propios ciudadanos, y sus organizaciones, crearían empresas capaces de ofrecer
servicios, producir bienes de menor complejidad tecnológica y incluso abastecer
parcialmente la demanda alimenticia”
También "el desarrollo de la economía comunal es
fundamental para que derrotar la inflación y evitar situaciones de
escasez(…)Buena parte de los productos y servicios fundamentales para la
población se pueden poner en práctica a nivel local, atendiendo a la demanda y
generando renta en donde viven los ciudadanos, bajo su control y propiedad.”
El sueño de una economía sin Estado ni patrón no es
propiamente una novedad. Pero en Venezuela es fomentado por una formidable
receta petrolera, hoy enteramente bajo tutela del gobierno, que incluso se
puede dar el lujo de dar alas a la imaginación.
Por otra parte la integración suramericana es el centro
de la política exterior de Chávez y la Reforma agraria es la apuesta para la
independencia alimenticia de Venezuela que comenzó a aparecer en el mapa del
mundo y especialmente en América Latina a partir de este gobierno.
LA OPOSICIÓN ELECTORAL
La alianza opositora, de la que en los últimos días se
han apartado algunos sectores, ante el hecho de que Capriles Radonski había
ocultado su programa neoliberal y su proyecto de romper con la unidad regional,
ha quedado a más de entre 18 y 25 puntos de distancia de Chávez en las últimas
encuestas Ante esta situación y con la decisión del presidente de EE.UU Barack
Obama, se han destinado en Washington 20 millones de dólares para diversos
planes destinados a obstruir el proceso electoral acusando fraude y otras
alternativas mucho más graves.
Pero el tema del fraude no será posible, por el nuevo y
moderno sistema electoral incorporado, único en la región y que se probó el
pasado 28 de agosto en un simulacro que fue elogiado por los veedores
internacionales de distintos países.
Pero hay amenazas más graves, después que el ex
presidente Álvaro Uribe, amparado por Washington confesara que "no había tenido
suficiente tiempo de gobierno para invadir Venezuela” y luego que jefes paramilitares
colombianos también mencionaran -en los juicios a los que están sometidos-que
empresarios venezolanos intentaron contratar sus servicios para derrocar a
Chávez y asesinarlo.
Ha habido varios intentos de magnicidio frustrados. Ya en
enero 2005, la entonces secretaria de Estado, Condoleezza Rice, dijo que Chávez
era "una amenaza” para la región”. Justo después, la Agencia Central de
Inteligencia (CIA) colocó a Venezuela como un país "indeseable” y unos días más
tarde el reverendo Pat Robertson (republicano) declaró públicamente que era
mejor "asesinar” a Chávez de inmediato.
Desde entonces hasta ahora la guerra encubierta y
psicológica-a través de los medios masivos y la corporación mundial- contra
Chávez no ha tenido tregua y esto se advierte como una sombra en las próximas
elecciones , que están bajo amenazas militares de crear alguna "rebelión
popular” e introducir mercenarios por distintas fronteras como en Libia o en
Siria.
Obsesión anti-Chávez
En la prensa internacional, afirman que Chávez es un
dictador, tirano, autoritario, anti-americano, terrorista, pero nunca
presentaron pruebas. Convirtieron la imagen de Venezuela en violencia,
inseguridad, crimen, corrupción y caos, sin mencionar nunca los grandes logros
y avances sociales durante la última década, ni las causas de las desigualdades
sociales dejadas desde gobiernos anteriores, advierte el analista Juan Romero.
Durante años, un grupo de congresistas estadounidenses,
demócratas y republicanos, han intentado colocar a Venezuela en su lista de
"estados terroristas” por su relación con Cuba, Irán, Rusia, China y otros,
como evidencia de la "grave amenaza” que el país suramericano representa para
Washington.
El candidato presidencial republicano Mitt Romey amenaza
con "acabar con Venezuela”. El presidente Barack Obama declaró en estos días
que Chávez no era una amenaza para la seguridad de Estados Unidos pero ante las
presiones de los grupos de Miami y los republicanos envió más de 20 millones de
dólares a las agencias estadounidenses para la campaña opositora en Venezuela.
¿Es Venezuela una amenaza para Washington? No "lo que
amenaza es el ejemplo de lo que se puede hacer en un país con soberanía”, dicen
los trabajadores agrupados ahora en nuevas asociaciones sindicales, que no
están ligadas a las patronales ni a Washington.
En 2009 el golpe en Honduras y en el 2012 el golpe de
Estado parlamentario en Paraguay fueron dos mensajes para la región. Pero esta
sigue avanzando y por eso los pueblos organizados en América Latina han lanzado
una consigna que "toda América vota por Chávez” el próximo 7 de octubre.