domingo, 9 de septiembre de 2012

Ecuador: Rechazan validación electoral de movimiento ecuatoriano Pachakutik


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Quito, 9 sep (PL) El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Ecuador anunció hoy que al movimiento Pachakutik le faltan firmas para ser reinscrito y poder participar en las justas generales del 17 de febrero de 2013.

Al cierre del proceso de verificación de firmas presentado por este movimiento indígena opositor, Pachakutik obtuvo 145 mil 145 registros válidos y 66 mil 951 adhesiones no válidas, de un total de 212 mil 96 rúbricas procesadas.

La agrupación entregó al CNE 225 mil 852 registros para el proceso de revisión, y se verificó que 13 mil 756 registros se encontraban repetidos en la misma organización política, aseguró la institución.

Con estos resultados, al Movimiento Plurinacional Pachakutik le faltan 12 mil 802 firmas para ser reinscrito en el CNE, correspondientes al 1,5 por ciento del último padrón electoral.

Todos los partidos y movimientos que han quedado con menos firmas de adhesión que lo establecido deberán entregarlas hasta este 24 de septiembre, como último plazo para poder presentar candidatos a las elecciones generales de febrero próximo.

Igual situación tienen el Movimiento Popular Democrático y el Partido Roldosista Ecuatoriano), todos opositores al gobierno del presidente Rafael Correa.

Este domingo, 750 verificadores y grafólogos contratados por el CNE; observadores nacionales e internacionales, verifican las firmas de Fuerza Amazónica, Unidad Primero, Salud y Trabajo, Creyendo, Madera de Guerrero y del Partido Social Cristiano.

El vocal del CNE, Juan Pablo Pozo informó que hasta el momento seis organizaciones políticas han pasado el proceso de verificación de firmas, de las cuales cuatro completaron el número de firmas que exige la Constitución de la República.

A nivel provincial y cantonal se han presentado 13 organizaciones, de las cuales 11 han cumplido con el número de firmas requeridas.

El CNE convocará oficialmente el 18 de octubre las elecciones del domingo 17 de febrero del 2013 y en caso de requerir una segunda vuelta, ésta se hará el 7 de abril.

Desde el viernes 4 de enero y hasta la medianoche del jueves 14 de febrero los partidos y movimientos políticos podrán realizar campaña electoral en la contienda por la Presidencia, Vicepresidencia de la República y 137 escaños de la Asamblea Nacional (Parlamento).

oda/prl

Perú ingresará al Grupo de los 20

El país latinoamericano ha registrado uno de los mayores crecimientos durante la última década, y el presidente Humala insiste en que están trabajando para que la crisis europea "no golpee"

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Primer mandatario de Perú, durante la Cumbre de la APEC (AP)
EL UNIVERSAL
domingo 9 de septiembre de 2012 03:52 PM

Lima
.- El presidente del Perú, Ollanta Humala, consideró probable que su país ingrese al Grupo de los 20 (G-20), tal como pidió su homólogo ruso, Vladimir Putin, en una entrevista que publica hoy el diario limeño "El Comercio".

"Yo diría que es ya una probabilidad (el ingreso). Estamos viendo cómo se desarrollan las cosas y sabiendo que es importante que el Perú sea visto como un país que puede ser invitado al G-20", dijo Humala en la entrevista realizada en Rusia en el marco de la XX Cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), indicó DPA.

"Sin ánimos triunfalistas, ya hemos dejado de ser largamente un país pequeño. Hoy tenemos acuerdos bilaterales con países como Rusia y Canadá, por ejemplo. Además, dentro del Asia-Pacífico nuestra posición se fortalece porque somos miembros del TTP (Tratado Trans Pacífico) que engloba a un conjunto de economías del primer mundo", añadió el mandatario.

La idea de que Perú, uno de los países con mayor crecimiento económico en la última década, entre al G-20 fue planteada por Putin durante un encuentro bilateral con Humala. De esa organización hacen ya parte Argentina, Brasil y México.

Para Humala, en momentos en que "hay una crisis global innegable" y "un problema de crecimiento débil en Estados Unidos y China", "la región Asia-Pacífico no está muy contaminada por los efectos de la crisis, lo cual nos beneficia".

"Por otro lado, lo que estamos haciendo en América Latina es ver nuevos mercados y mirar más hacia el Asia-Pacífico para tratar de equilibrar nuestras cuentas, que la economía nuestra no se vea expuesta solamente a la disminución del aumento de los precios de los conmodities y los minerales sino apoyar más, por ejemplo, a la agroexportación", agregó Humala.

"En ese sentido, le quiero decir a los peruanos que su gobierno está trabajando con responsabilidad y seriedad para poner un paraguas frente a esta crisis, para que no golpee a nuestra población como sí lo está haciendo con la europea", dijo el mandatario, y recordó: "Pese a los conflictos sociales que hemos tenido, el Perú ha crecido en los últimos dos meses a un promedio de siete por ciento y nuestra previsión anual es de seis por ciento".

De otro lado, tras clausurarse la Cumbre de la APEC, Humala resaltó sobre todo que Perú haya consolidado su imagen de economía emergente a nivel mundial, según notas de prensa distribuidas por la Presidencia.

"Estamos haciendo bien la tarea y el Perú es visto como uno de los más competitivos. Sin embargo, nos falta diversificar nuestra economía y dar educación de calidad a nuestros hijos", dijo Humala.

"Se ha destacado (en la Cumbre) el crecimiento económico del Perú. Esto se plasma en más oportunidades de inversión no solamente con los países latinoamericanos, sino también con todos los del Asia-Pacífico, que es una zona que da pasos firmes de crecimiento", anotó.

Perú, que ya albergó la Cumbre de la APEC en 2009, fue elegido en Rusia como anfitrión de la reunión de 2016. Chile y México son los otros dos países latinoamericanos miembros de la organización.

Europa sin relato

Rafael Álvarez Gil / Las Palmas de Gran Canaria

Las ciudades europeas amanecen entre la inquietud y la incertidumbre. Hubo una época, no tan lejana, en la que se acudía al lugar de trabajo con la seguridad del empleo estable, los derechos arduamente conquistados y el disfrute de ventajas que acompañaban a la vida laboral. Iniciarse en una industria en la que seguramente te jubilarías. Incluso, con suerte, existía la posibilidad de introducir a tus descendientes en la fábrica. Y así, generacionalmente, una tras otra, imperaba el Estado de Bienestar surgido tras el conflicto bélico de mitad del siglo XX.

El viejo continente es ahora el foco que concita la atención internacional. Las economías emergentes recelan de nuestro débil crecimiento que impiden el consumo desaforado que esperan de nosotros. Y, sobre todo, al otro lado del Atlántico, en Estados Unidos impacienta, y mucho, la crisis de la eurozona.

De hecho, Barack Obama sabe que condicionará la campaña presidencial para la reelección. La economía marcará la agenda electoral y, a la postre, los vaivenes financieros a los que están sometidos los Estados miembros de la Unión Europea repercutirá en las expectativas de recuperación estadounidense.

El rescate total a España y la posibilidad de la salida de Grecia de la moneda única son dos escenarios que, por desgracia, se manejan.

Y ambos son propicios para acrecentar el mesianismo del candidato republicano, Mitt Romney, que pretende abanderar el descontento del estadounidense medio estremecido ante un mundo que cada vez entiende menos. Este es el trasfondo y principal baza que puede otorgarle la victoria frente al demócrata Barack Obama.

La crisis económica azota a Europa mientras sus clases medias contemplan exhaustas el desmoronamiento, paulatino pero feroz, del modelo social. Los temores de los trabajadores de cuello blanco se extienden al calor de la globalización desbocada. Ni socialdemócratas ni democristianos son capaces de ofrecer respuestas a los retos inminentes que acechan a la Unión Europea. Familias relativamente acomodadas observan preocupadas los efectos devastadores.

Con todo, este diagnóstico no es nuevo. Durante la prosperidad de las últimas décadas se rechazaba la inmigración. En Francia el síndrome del “fontanero polaco” reflejaba la negativa social a la incorporación de los países del Este al proyecto comunitario una vez librados del yugo soviético.

La crisis económica iniciada en el otoño de 2008, que todavía padecemos y, por el momento, al menos en Europa, continuará por un tiempo prolongado, es la constatación del fin de la economía posindustrial dominante en la década de los años ochenta y noventa fruto de la crisis del petróleo de 1973. Una etapa en la que el neoliberalismo avanzó rearmado ideológicamente y la socialdemocracia se atrincheró.

La sociedad de consumo ha ido dando paso a la proletarización de las clases medias urbanas, al empobrecimiento socioeconómico y a la inestabilidad que fustiga los proyectos vitales.
La democracia exige cuidarla. Máxime, las avanzadas constitucionalmente de carácter representativo que son las que han servido invariablemente como luceros ejemplares a imitar por aquellos que amaban el denominado “mundo libre”.

La ciudadanía no puede encorsetarse a la convocatoria con las urnas. El debate se acalora y la opinión pública demanda, con razón, una mayor implicación en los asuntos colectivos. Tanto en la articulación de la Unión Europea como en las recetas nacionales para salir de la crisis económica y retomar, eso sí, con desigual suerte, la senda del crecimiento.

Angela Merkel, François Hollande, David Cameron, Mario Monti y Mariano Rajoy son los principales protagonistas de la candente actualidad. Los llamados a liderar, con mayor o menor influencia, el espacio europeo.

El tándem conformado por Angela Merkel y Nicolas Sarkozy capitaneó largamente la política comunitaria. Esgrimían la sacralización de la austeridad y la salvaguarda del equilibrio presupuestario. Un ideario necesario pero que si no va unido a un impulso del crecimiento está abocado, a todas luces, a agudizar la recesión a modo de espiral endiablada de penoso desenlace.
La victoria en los comicios presidenciales franceses del socialista François Hollande sobre Nicolas Sarkozy supuso un punto de inflexión que aparentemente pondría fin a este modelo incompleto.

El nuevo mandatario galo estaba decidido a plantarse frente a la canciller Angela Merkel en aras de un cambio en la dirección política. Además, parecía que François Hollande iba a representar solidariamente ante Berlín los posicionamientos de Mariano Rajoy y Mario Monti. Sin embargo, han pasado solo unos meses y de aquello poco queda. Se vuelve a la exclusiva alianza entre Angela Merkel y François Hollande en detrimento de España e Italia.

Por otro lado, ni el presidente del Consejo Europeo ni la Alta Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Herman Van Rompuy y Catherine Ashton respectivamente, tienen el peso político suficiente para encarar la enorme problemática que soportamos. Es más, fueron nombrados precisamente con ese perfil para asegurarse los líderes estatales que no quedarían relegados ante el nuevo protagonismo de dos responsabilidades institucionales originadas por el Tratado de Lisboa.

La pérdida de narrativa en el discurso político que ha acompañado a Europa urge arreglo. De no ser así, este vacío puede ser ocupado fácilmente por opciones de corte populista o, ¿por qué no?, de clara confrontación totalitaria. Precedentes históricos conocemos a lo largo del siglo XX que deshonran la pacífica y democrática convivencia.

Es preciso concebir en común el presente europeo, reforzar la calidad democrática y optar, en serio, de una vez por todas, por soluciones justas a la crisis económica que no descansen siempre en los mismos, a saber, las clases medias y trabajadoras, que entre el desánimo y la incredulidad acontecen a una transformación histórica cuya magnitud, por momentos, nos supera.


Holanda solo piensa en Europa











Carteles electorales en La Haya (Holanda). / ED OUDENAARDEN (AFP)

Dos frases clave marcan la recta final de la campaña electoral holandesa, la de corte más presidencialista de las últimas décadas. Las firman los dos posibles candidatos a formar Gobierno y muestran los guiños entre uno y otro. Un auténtico ejercicio de estilo para no darle la espalda a su respectivo electorado.

El liberal de derecha Mark Rutte, el primer ministro saliente, ha dicho que colaborar con la socialdemocracia tras los comicios del próximo 12 de septiembre será “muy complicado, aunque no descarto a nadie”. “Con ella”, añade, “habrá menos empleo, menos carreteras y más listas de espera sanitaria”. A su vez, Diederik Samsom, líder socialdemócrata, asegura estar “más cerca del socialismo radical que de los liberales”. “Pero el votante nos dará en breve una distribución de escaños parlamentarios que tal vez precise de estos últimos para gobernar”. Bien mirado, son dos frases maestras. No comparten los mismos ideales, pero estarían dispuestos a negociar por el bien del país. Es la versión holandesa de un giro hacia el centro político, ahora que la extrema derecha pierde el poder que había ganado en las elecciones de 2010 y la crisis marca la agenda económica de la eurozona.

El vals rápido que bailan Rutte y Samsom perfila una salida política, que salvo sorpresas de última hora (con grandes ganancias del socialismo radical, o todavía buenos resultados de Geert Wilders, el candidato ultraderechista, xenófobo y líder del Partido de la Libertad) desembocaría en una coalición “lila”. Es decir, con los dos grandes y algún otro grupo menor, ya fueran liberales de izquierda, cristianos de diversa intensidad, e incluso los verdes.

De todos modos, un 43% de los votantes sigue indeciso tan cerca ya de la apertura de las urnas, el próximo miércoles. Una cifra inquietante que Paul Schnabel, director de la Oficina Central de Planificación, órgano asesor del Gobierno en materia económica, explica en clave europea. “Aunque se habla de euroescepticismo, de eurocrítica, si se quiere, la gente no desea abandonar la Unión Europea. Sí piensa que su dinero ha sido gastado en países que no lo merecen. Y surge la duda de si la eurozona es sostenible en las circunstancias actuales, con los apuros de los países del sur, como Grecia, España e Italia”.

Mark Rutte (izquierda) habla con Diederik Samsom (derecha) antes del inicio del debate electoral en Rotterdam, el 6 de septiembre pasado. / ROBIN UTRECHT (AFP)

En la calle, la incertidumbre y enfado apuntados corren parejos. En Rotterdam, la ciudad más compleja y multicultural del país, pues alberga a 174 nacionalidades entre sus 600.000 habitantes, se palpa el malestar. El puerto —el mayor de Europa y el segundo del mundo— es vital, y vecinos como Bahran de 47 años, nota a diario la crisis. “Llevo 22 años como taxista y hay menos clientes que nunca. Por eso votaré al Partido Socialista. Apoyan a los pobres”, dice.

Patricia Ju, se inclina a su vez a la izquierda. Tiene 32 años, trabaja en una tienda de lencería y está muy interesada en la campaña. “Seguiré los últimos debates a fondo. Creo que mi papeleta será para la socialdemocracia o el Partido Socialista”. Su compañera de trabajo, Janke Renes, de 27 años, irá a por Emile Roemer, jefe socialista radical. “Las diferencias de clase son cada vez mayores en Holanda y no me gusta nada. Parece un buen político”, asegura.

En pleno centro urbano de la ciudad, las terrazas están abarrotadas. Son los días del veranillo de San Martín del delta holandés: antes que lleguen las lluvias y vientos implacables. Marianne y Ted, un matrimonio de pensionistas que tuvo una tienda de flores, son el paradigma de la indecisión. “Deberíamos votar a los liberales derecha. Son el partido de los pequeños empresarios. Pero esto de Europa y la deuda... ¿Y si por mandar tanto dinero allí nos rebajan las pensiones? No sabemos qué votar”, admiten.

Nadie cita la inmigración o el supuesto peligro de islamización de Holanda, los temas estrella del pasado reciente. Según Schnabel, es porque la crisis acapara el espacio. Pero hay algo más, “Geert Widers quemó sus naves el pasado abril. Al dejar en la estacada al Gobierno de centroderecha cuando negociaban nuevos recortes, es decir, cuando más se necesitaba una respuesta a la crisis, apagó la luz. No tendrá influencia en el nuevo Gabinete. Ganará votos y será fuerte tal vez en el Parlamento, pero nadie le hace caso. Su tiempo político parece haber pasado”.

Para sorpresa de todos, el líder socialdemócrata Samsom ha escalado puestos con la tenacidad de los corredores de fondo. Ahora se mueve con soltura hacia la izquierda y el centro. Frente a él, el liberal Rutte trata de mantener su imagen de estadista. Al mismo tiempo, hace gestos a sus posibles aliados que no se lo pongan difícil. Es la hora de las últimas promesas y los insultos al contrario. “Es un fin de campaña estratégico para destacar al candidato que formará Gobierno”, dice Schnabel. Mientras, un buen puñado del electorado, un 43% según los últimos sondeos, sigue indeciso a la espera del debate final que les ilumine.


Europa corre el riego de ir hacia una disgregación

Instan a convocar a una reunión extraordinaria de mandatarios europeos para tratar de consolidar el bloque y superar la crisis.

Europa corre el riego de ir hacia una disgregación
Europa corre el riego de ir hacia una disgregación

El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y el primer ministro italiano, Mario Monti, propusieron ayer la celebración en Roma de una Cumbre extraordinaria de la Unión Europea (UE) para contrarrestar lo que consideraron un creciente sentimiento antieuropeo.

Así lo manifestaron Van Rompuy y Monti a los medios tras su encuentro en Cernobbio, al margen de su participación en el Foro Ambrosetti, el evento que reúne al mundo de la economía y que se celebra cada año en esta localidad de Italia.

Durante la reunión ambos afrontaron el tema de la crisis y las medidas anunciadas por el Banco Central Europeo (BCE) para aliviarla, pero Monti también lanzó la alarma ante otro peligro que amenaza Europa: “los populismos” y el “antieuropeísmo” que intentan “disgregarla”.

“La idea de realizar esta cumbre de la UE se ha hecho necesaria porque Europa se encuentra en una fase peligrosa donde el populismo está intentado desintegrarla”, advirtió Monti.

El presidente tecnócrata italiano aseguró que mientras se está perfeccionando la construcción europea, “las dificultades de la eurozona han sacado a la luz una creciente y peligrosa sensibilidad en una parte de la opinión publica de varios países que tiende al antagonismo y a considerar de manera diferente los pueblos del norte de Europa y los del Sur y viceversa, así como han surgido viejos estereotipos y viejas tensiones”.

“Sé que no es una reunión en la que se tomarán decisiones técnicas, pero a la larga será igualmente importante para el futuro de Europa”, agregó Monti.

Por ello, propuso que sea el Campidoglio de Roma, la sede para esta reunión de Jefes de Estado y de Gobierno, ya que en esta ciudad se firmaron en marzo de 1957 los Tratados de Roma, con los que dio inicio a la unión de Europa.

Rompuy aplaudió la iniciativa de Monti y aseguró que se intentará proponer a los miembros de la UE su celebración antes de 2014, aunque deseó que pueda ser lo antes posible.

“La integración de la UE es un problema actual, también relativo a los problemas financieros y sociales. Por ello he acogido la idea del presidente Monti de celebrar una cumbre especial sobre el futuro de la unidad de Europa”, dijo Van Rompuy.

El presidente del CE explicó que es conocedor de las críticas y de las oposiciones que existen, pero subrayó “los gigantescos esfuerzos de todos los países europeos y de las instituciones, que son realizados con una solidaridad sin precedentes”.


Alternativas por izquierda Ecuador, en Peru

Eduardo Gudynas

En algunos países bajo gobiernos progresistas está en marcha un reordenamiento de la política partidaria. Aparecen nuevas opciones de izquierda más allá del gobierno. Esto acaba de suceder en Ecuador con la unificación de las izquierdas, y la elección de un candidato presidencial único.

Al pasar el tiempo, varios gobiernos de la nueva izquierda derivan hacia estrategias conservadoras, volcándose a la ortodoxia macroeconómica, una intensiva promoción de la explotación minera y petrolera, y la aplicación de distintos paquetes de compensación social, aunque a la vez criminalizan la movilización social.

Esas estrategias generan un creciente desgaste y muchos conflictos, de donde distintos movimientos sociales y partidos políticos progresistas retiran su apoyo a esos gobiernos, y se reordenan políticamente.

Estos cambios son lentos, por ejemplo en Brasil, donde la coalición de gobierno liderada por el Partido de los Trabajadores de Lula da Silva, en la última elección perdió votos por izquierda, y debió compensarlos con sus alianzas por derecha.

Pero en Ecuador estos cambios se están acelerando frente a las elecciones del próximo año. Allí, los grupos que abandonaron a la gobernante Alianza País, junto a otros actores políticos, superaron posturas unilaterales y conformaron la “Coordinadora Plurinacional de las Izquierdas”. En ella participan partidos consolidados, como el MPD (Movimiento Popular Democrático) o Pachakutik (que es la expresión de las organizaciones indígenas), junto a movimientos ciudadanos. Apelando a una práctica novedosa, lanzaron seis precandidatos presidenciales que recorrieron el país conjuntamente para presentar sus propuestas.

El proceso finalizó pocos días atrás en una convención en Guayaquil, donde unos cinco mil delegados eligieron como candidato a presidente a Alberto Acosta. Esa designación está cargada de significados: es un economista prestigioso, con más de 40 años de militancia junto a movimientos sociales y las izquierdas, a diferencia de Correa, quien es un recién llegado a ese campo. Además, Acosta fue uno de los sustentos ideólogos del proceso de cambio en Ecuador, fue ministro en la primera administración de Correa, y luego fue electo presidente de la Asamblea Constituyente, siendo el candidato más votado en el país.

Entre las primeras propuestas están el fortalecimiento de los derechos consagrados en la reciente Constitución, trascender el sesgo extractivista de la economía y promover alternativas al desarrollo.

Las experiencias en los países vecinos indican que se están consolidando alternativas por la izquierda al progresivo gobernante, donde la unidad se vuelve un elemento clave.

<http://www.diariolaprimeraperu.com/online/columnistas-y-colaboradores/alternativas-por-izquierda-en-los-vecinos_119666.html>http://www.diariolaprimeraperu.com/online/columnistas-y-colaboradores/alternativas-por-izquierda-en-los-vecinos_119666.html



Bolivia: El Taki Onqoy fortalecerá la política indígena

Este movimiento aymara busca la ‘sanación’ para enfrentar una nueva era

Cultura. Los ritos ancestrales de sectores indígenas son de vital importancia para el Gobierno.

Cultura. Los ritos ancestrales de sectores indígenas son de vital importancia para el Gobierno. Foto: Afka-Archivo

La Razón / Ivan Paredes

03:12 / 09 de septiembre de 2012

Taki Onqoy significa “Baile de la Sanación”. Este evento aymara tiene una significativa relevancia para el gobierno de Evo Morales, ya que busca la legitimación del movimiento ideológico-político, espiritual y religioso con la intención de lograr un equilibrio en la sociedad.

El viceministro de Descolonización, Félix Cárdenas, explicó a este medio que Bolivia vive un tercer Taki Onqoy. El primero se desarrolló en la época de la Colonia, cuando los españoles, al intentar introducir la religión Católica, eliminaron a Atahuallpa y a los amautas. Cárdenas dijo que ese fue el Taki Onqoy de la resistencia.

Un segundo movimiento político-indígena surge con Túpac Katari y Túpac Amaru, cuando también son sacrificados junto a los amautas. Este fue el Taki Onqoy de la liberación.

Cárdenas aseveró que a partir de 2006, cuando Evo Morales asume la presidencia de Bolivia, se desarrolla el tercer Taki Onqoy. “Es el de la Revolución y tiene que ser el último, el de la victoria, donde se muestre nuestra espiritualidad”, consideró.

El viceministro aseguró que el movimiento indígena defenderá la asunción al poder de un líder campesino. “Por eso tiene que ser el Taki Onqoy definitivo”, detalló.

El 12 de octubre, Día de la Descolonización, se festejará el tercer Taki Onqoy en los nueve departamentos.

“Estamos articulando acciones sobre las actividades que realizaremos ese día (12 de octubre), que es la realización del tercer Taki Onqoy, que quiere decir que la sociedad está enferma y nosotros estamos enfermos como seres humanos, y que necesitamos una limpieza y una sanación”, consideró Cárdenas.

Camino. El canciller del Estado, David Choquehuanca, indicó que la sociedad debe realizar “actos de sanación” entre el 12 de octubre y el 21 de diciembre. “Es importante llegar limpios al solsticio de verano, ya que a partir de esa fecha comenzará un era de equilibrio”, comentó.

En esa línea, Cárdenas resaltó que el tercer Taki Onqoy “permitirá llegar de buena manera al 21 de diciembre”.

Este conjunto de reivindicaciones indígenas también contribuyen al proceso de descolonización y lucha contra el racismo y la discriminación. “Revalorando nuestros rituales, también contribuimos a eliminar la colonialidad”, resaltó Cárdenas.

Impulsan el tercer Taki Onqoy

Política

La directora de la Unidad de Despatriarcalización del Viceministerio de Descolonización, Elisa Vega, afirmó que el tercer Taki Onqoy también reúne políticas para eliminar el patriarcado en Bolivia. “Se trata de eliminar la colonialidad”, dijo.

Oposición minimiza los ritos aymaras del 21 de diciembre

La oposición política en la Asamblea Legislativa Plurinacional minimizó la realización del encuentro aymara que desarrollará el Gobierno el 21 de diciembre.

La diputada de Convergencia Nacional (CN), Norma Piérola, consideró que el Ejecutivo sólo prepara una cita para lograr un mayor acercamiento con los pueblos indígenas.

“Respetamos todo lo inmerso en nuestra cultura, como son los ritos aymaras, pero lo que el Gobierno pretende es hacer un show político para recontentarse con las organizaciones indígenas”, dijo Piérola.

El Ejecutivo organiza un acto para el 21 de diciembre con representantes de pueblos indígenas y movimientos sociales del mundo.

Se prevé que cerca de 50 mil personas llegaran el 21 de diciembre a la Isla de Sol en el lago Titicaca. Incluso se confirmó la presencia del mandatario de Ecuador, Rafael Correa.

Por su parte, el diputado Tomás Monasterios (CN) pidió al Ejecutivo preocuparse de otros asuntos de más interés. “No sabemos qué pasará el 21 de diciembre, respetamos las creencias de nuestros pueblos indígenas, pero el Gobierno debe preocuparse de otros asuntos”, criticó.

En el solsticio de verano, el Ejecutivo “relanzará” el denominado proceso de cambio, según explicó el viceministro Félix Cárdenas.