"Excede a todo lo imaginable que nuestros amigos de
Estados Unidos miren a los europeos como enemigos", se quejó la ministra
alemana de Justicia, Sabine Leutheusser-Schnarrenberger. Ayer el
excolaborador de los servicios secretos estadounidenses Edward Snowden reveló que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) espió a la Unión Europea y a la ONU.
El
escándalo desatado por la revelación de masivos programas de espionaje
estadounidenses volvió a poner en jaque la política exterior de la Casa
Blanca al teñir de sospecha su estrecha alianza con la Unión Europea
(UE). La revelación de que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de
Estados Unidos no sólo espió a estadounidenses y chinos, sino que
almacenó mensualmente unas 500 millones de comunicaciones telefónicas o
vía internet en Alemania y que instaló micrófonos y se infiltró en las
redes informáticas de las delegaciones diplomáticas de la Unión Europea
desató la indignación en Europa.
"Podemos atacar las señales de la mayoría de socios extranjeros de tercera clase, y es lo que estamos haciendo", indica el documento de la NSA publicado hoy por el semanario alemán, el cual aclaró que el ente de inteligencia estadounidense sólo almacenó los datos de las comunicaciones, no el contenido. En un día normal, la NSA interceptaba hasta 20 millones de conexiones telefónicas y 10 millones de paquetes de datos electrónicos. En los días que merecían una atención especial según el criterio del gobierno estadounidense, la cifra de conexiones telefónicas interceptadas podía ascender a los 60 millones.
El seminario alemán Der Spiegel también citó un documento de la NSA de 2010 que apunta a las sedes diplomáticas de la UE y que fue filtrado por el extécnico de inteligencia Edward Snowden, el mismo "topo" que reveló los programas de espionaje en Estados Unidos y China, y que hoy se esconde en el aeropuerto de Moscú para evitar a la Justicia estadounidense. Según la revista, las agencias de espionaje de Estados Unidos espiaron despachos y sedes diplomáticas de la UE y hackearon sus sistemas informáticos, accediendo a documentos secretos y correos electrónicos confidenciales.
"Estos actos, si se comprueban, son inaceptables", condenó el canciller francés Laurent Fabius, según informó el diario británico The Guardian. El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, también se mostró molesto y dijo estar "profundamente preocupado y consternado por las denuncias sobre un presunto espionaje estadounidense a las oficinas de la UE". Agregó que "si esto resulta ser cierto, sería un asunto extremadamente serio que podría tener un impacto severo en las relaciones entre Estados Unidos y la UE".