Atenas. EFE y El País/
La victoria del partido conservador Nueva Democracia en las elecciones celebradas ayer en Grecia demuestra que los griegos han optado por permanecer en el euro, al mismo tiempo que tranquiliza al Eurogrupo y a la UE, que han expresado su deseo de que se forme "rápidamente" un gobierno.
Antonis Samaras, del partido conservador Nueva Democracia (ND), que se alzó con la victoria, aunque no logró la mayoría absoluta, podrá formar gobierno con el socialista Pasok ya que entre ambos suman más de los 151 escaños requeridos en un parlamento de 300 diputados.
“Es triste tener que elegir entre un ladrón y un loco”. Nikos, conductor de autobús, no quiso revelar por quién había votado. Pero con el 96% de las papeletas escrutadas todo indicaba que los griegos habían decidido favorecer por un leve margen al “ladrón”, ardorosamente patrocinado por la Unión Europea.
Antonis Samaras, el candidato conservador de Nueva Democracia, a quien Nikos llamaba “ladrón” por formar parte de la clase política corrupta que llevó a Grecia a la quiebra, rozaba el 30% de los votos cuando proclamó su victoria. “Es un éxito para Europa”, dijo. Alexis Tsipras, el candidato izquierdista de Syriza, calificado de “loco” por su arriesgada oposición a la austeridad impuesta por los acreedores del país, obtuvo el 26,8% de los votos y anunció que como jefe de la oposición seguiría oponiéndose al “terrorismo económico” del rescate.
Crisis económica
Grecia requiere de un gobierno que necesitará sentirse muy legitimado para dirigir un país dividido, mortificado tras cinco años de recesión y dos de recortes brutales (la economía griega ha encogido casi el 70% en una década), sin políticas de bienestar y a punto de desgajarse del euro porque, pese a los 172.000 millones de euros recibidos en una operación de rescate patrocinada por Bruselas, sus desequilibrios macroeconómicos siguen siendo muy graves.
El desempleo se aproxima al 25%, los bancos necesitan una recapitalización urgente, la actividad económica está casi paralizada.
El malestar social, paralelamente, ha generado un inquietante fenómeno de xenofobia violenta. “Haremos lo que hay que hacer”, prometió anoche Samaras, pero “trabajaremos con los socios europeos para añadir a las políticas de austeridad algunas medidas que fomenten el crecimiento”.
UE impone condiciones
La presión de los socios europeos, y muy especialmente de Alemania, sobre el pueblo griego para que votara a Samaras y rechazara al izquierdista Tsipras se hizo casi insoportable durante los últimos días de campaña.
El hipotético gobierno conservador tendrá que someter muy pronto a votación nuevas medidas de austeridad y eso implicará pagar un precio: lo más probable es que con cada una de esas medidas pierda algunos diputados.
En teoría, la formación en Atenas de un gobierno conservador y apegado a la ortodoxia económica europea debería calmar un poco la tormenta sobre el euro y aliviar el agobio de países como España. Solamente en teoría.
En la práctica, los mercados medirán el grado de resistencia de la hipotética coalición conservadora a favor de la austeridad y el euro, la capacidad de Syriza para desarrollar tareas de oposición en el Parlamento (y posiblemente en la calle, porque el amplio rechazo popular a la austeridad queda categóricamente confirmado) y hasta qué punto constituye una distorsión la presencia de un grupo de neonazis entre los diputados griegos: Amanecer Dorado, el partido de corte fascista que se ha mantenido en torno al 7%.
Urgente: una coalición para formar un Ejecutivo de unidad nacional
El futuro de Grecia en el euro podría depender de las negociaciones de una coalición. Con el 60% de los votos contados, las proyecciones del Ministerio del Interior dan a Nueva Democracia el 30,1% de los votos (130 escaños), a Syriza el 26,5% (70) y al socialista PASOK el 12,6% (33).
El líder de Nueva Democracia dijo que "no habrá más aventuras. El lugar de Grecia en Europa no se volverá a poner en duda". "Los sacrificios de los griegos llevarán de regreso al país a la prosperidad" prometió Samaras.
Los líderes europeos habían advertido que, si el nuevo gobierno griego rechaza el plan de rescate, el país podría verse obligado a abandonar la moneda única.
Claves
El Fondo Monetario Internacional, que junto con la UE participa en el rescate griego de 130.000 millones de euros, ofreció su colaboración al nuevo gobierno que se forme tras las elecciones, para "restaurar la estabilidad financiera y el crecimiento" de Grecia. El ministro de Exteriores de Alemania, Guido Westerwelle, dijo que Grecia debe atenerse a sus acuerdos con los acreedores internacionales, pero sugirió que podría haber prórroga.