Tatiana Félix
Adital
Con manifestaciones registradas en cerca de 100 ciudades en todo Brasil
y que llevaron a las calles a aproximadamente 1 millón 200 mil personas, la
noche de este jueves (20) marcó, hasta ahora, el día más histórico de protestas
que vienen ocurriendo por el país en los últimos días. Ante la dimensión cada
vez mayor de las manifestaciones populares, la presidenta de la República,
Dilma Rousseff (PT), se vio obligada a convocar a una reunión de emergencia con
algunos ministros de su Gabinete Ejecutivo, en la mañana de este viernes (21).
Para ello, la presidenta canceló los compromisos que tenía para los
próximos días, incluyendo un viaje a Japón y otro a Bahía, para analizar y
evaluar las causas y consecuencias de las protestas, y qué medidas pueden ser
tomadas ante las demandas populares.
El único confirmado para el encuentro fue el ministro de Justicia, José
Eduardo Cardozo. A pesar de no haber sido divulgada una lista de participantes,
también fueron vistos los/las ministros/as de Deporte, Aldo Rebelo, de la
Secretaría General de la Presidencia, Gilberto Carvalho, de Planeamiento, Miriam
Belchior y de Relaciones Institucionales, Ideli Salvati. Alrededor del medio
día la asesoría de prensa del Palacio del Planalto había informado el final de
la reunión, sin confirmar quien estaba presente además del ministro Cardozo.
Tampoco se realizó una declaración sobre la conversación.
De acuerdo con informaciones de Telesur, uno de los motivos de la
reunión extraordinaria serían supuestas denuncias sobre la infiltración de
grupos de derecha en las protestas que estarían aprovechándose del momento para
culpar a la presidenta, criminalizar a los partidos de izquierda y
desestabilizar al gobierno nacional.
La expectativa es que con la dimensión que han tomado las protestas y
después de la reunión de hoy, la presidenta haga un pronunciamiento sobre la
actual situación del país y sobre las medidas que se tomarán para responder a
las insatisfacciones populares. Al comienzo de las movilizaciones, Dilma
Rousseff había anunciado apoyo a los manifestantes y afirmado que la voz del
pueblo tenía que ser escuchada.
Protestas
En la noche de este jueves (20) se registraron manifestaciones en varias
ciudades y capitales brasileras llevando el mayor número de personas a las
calles, registradas hasta este momento. En la capital federal, Brasilia, por lo
menos 30 mil personas se manifestaron frente al Congreso Nacional y parte del
grupo se dirigió al Palacio de Itamaraty intentando invadir la sede del
Ministerio de Relaciones Exteriores. Hubo confrontación con la policía después
que los manifestantes depredaron el edificio y prendieron fuego en el Palacio de
Itamaraty.
Río de Janeiro (RJ) fue escenario de uno de los episodios más violentos
de este jueves. La concentración de los/las manifestantes partió de la
Candelaria y siguió en dirección de la sede del Gobierno Municipal, lugar donde
se registraron varios incidentes como focos de incendio, pintada de consignas y
otros actos que terminaron en confrontaciones entre la población y la policía.
Después de la revocación del aumento de la tarifa del transporte público
en San Pablo, el Movimiento Pase Libre San Pablo (MPL-SP) anunció que no
convocará a más manifestaciones.
El saldo general fueron varios heridos, algunos detenidos y dos personas
muertas. En la ciudad de Ribeirão Preto, en San Pablo, un joven de 18 años
murió víctima de atropellamiento. En Pará, un barrendero murió de paro cardíaco.
Repercusión Internacional
La prensa internacional ha seguido y registrado las protestas en Brasil
con sumo interés. Fueron destaque los números de manifestantes, las causas de
las insatisfacciones populares, los confrontaciones con la policía y los actos
de vandalismo, además de la reunión de emergencia convocada por la presidenta.
De manera general, la prensa internacional analiza que la población brasilera llegó
a su límite ante las altas inversiones para la Copa, mientras paga tantos
impuestos, sufre por el aumento de tarifas de ómnibus, corrupción y precariedad
en los servicios públicos. A pesar de destacarse como una de las mayores
economías del mundo de los últimos años, Brasil todavía registra las peores
distribuciones de ingresos y bajos niveles de educación en rankings de análisis
mundial.
Copa de las Confederaciones
Ante las incomodidades causadas por las manifestaciones y protestas que
han tomado las calles del país y que cuestionan, entre otros problemas, las
altas inversiones en reformas de estadios y obras relacionadas con la Copa de
las Confederaciones (2013) y Copa del Mundo (2014), la Federación Internacional
de Fútbol (FIFA) negó, a través de un comunicado divulgado en su sitio web, los
rumores de que podría cancelar la Copa de las Confederaciones iniciada el
último día 15.
"En ningún momento la FIFA, el Comité Organizador Local (COL) o el
Gobierno Federal discutieron ni siquiera consideraron la cancelación de la Copa
de las Confederaciones de la FIFA”, declaró la entidad, resaltando además que
"reconoce y apoya” la libertad de expresión y el derecho a la manifestación de
forma pacífica. Condenando cualquier forma de violencia, la Fifa afirmó que
está "en contacto constante con las autoridades locales y tenemos total confianza
en las medidas de seguridad implementadas. Nosotros continuaremos monitoreando
la situación”. Además, la entidad dijo que mantendrá a la población informada
"sobre todas las medidas tomadas” en relación con el evento deportivo.
Con informaciones de agencias.