Oscar Ugarteche
ALAI AMLATINA, 14/10/2013.- En el film "El Rebelde sin Causa", un
muchacho de la escuela reta a otro a una carrera de autos que termina en
un abismo. El juego se llama Gallina. El piloto debe de llevar el auto a
la mayor velocidad al abismo y saltar justo antes. El que salta primero
es el que pierde. Huelga decir que uno de los muchachos muere. Muy
macho, cuando quiere saltar se le atora la manga en la manija de la
puerta y ya sobre el abismo no hay nada que hacer.
A cuatro días de la fecha límite para resolver si el techo de la deuda
pública sube o no por encima de 100% del PIB, los congresistas en
Estados Unidos están jugando a Gallina. Los del bando republicano tienen
una cosa segura: quieren deshacerse de lo que hay del estado de
bienestar. La apuesta republicana por la concentración del ingreso es
coherente con la financiarización de la economía y con la forma como se
hace ahora la política exterior en la economía más grande del mundo.
Si los demócratas ganaran el argumento y se mantuviera el seguro social,
considerado por los republicanos como un rasgo “comunista” que
interfiere con la libertad de empresa en el negocio de la salud,
entonces se podría decir con tranquilidad que los 90 millones de
estadounidenses que se benefician del plan nacional de salud de Obama
podrán enfermarse en paz.
Si los republicanos ganaran el argumento, por un lado, habría menos
gasto público con lo que el PIB seguirá estancado, pero más serio, se
llegará a la temida cesación de pagos del deudor más grande del mundo.
Aquello que decía Triffin en 1961 sobre el dilema de ser moneda de
reserva se hace verdad: Si tienes mucho déficit externo, inyectas tu
moneda al resto del mundo que debe de retenerlo porque se convierte en
moneda de curso forzoso. Al ocurrir esto, la economía se debilita con lo
que la moneda de reserva se debilita lo que fuerza al banco central a
tomar medidas monetarias para fortalecerla. Los republicanos quieren
debilitar aún más al dólar como moneda de reserva.
Esta parte de la crisis que sería del dólar si llegara a ocurrir,
pondría sobre la mesa varias cosas: primero, que la capacidad de
negociación internacional la da el tamaño de la deuda. Los que van a
tener el problema van a ser los acreedores y no el deudor. Los
acreedores verán perder el valor de sus inversiones en bonos del tesoro
rápidamente. Esto no importaría tanto si los acreedores no fueran además
de los diez bancos de inversión significativos, todos los bancos
centrales del mundo. Una pérdida del valor de las reservas
internacionales llevará a por lo menos una caída del tipo de cambio del
dólar frente a todas las demás monedas del mundo. Todas las demás se
apreciarán frente al dólar, lo que llevará a una reducción de la tasa de
crecimiento del comercio internacional y con ello del PIB mundial.
Si el FED no toma en cuenta al mundo cuando toma sus medidas monetarias,
menos aún lo hacen los congresistas en el Capitolio, muchos de los
cuales ni siquiera tiene pasaporte y en todo caso creen que el mundo
está configurado por Estados Unidos, sus amigos y enemigos. Desde
América Latina, el principal enemigo de Estados Unidos ahora es el
partido republicano y dentro de éste el Tea Party, de rasgo fascista.
En el gran juego global, un cese de pagos americano golpearía sobre a
todo a China cuyo banco central es el principal inversionista en deuda
estadounidense. Si se considera que el Acuerdo Estratégico
Trans-Pacífico de Asociación Económica (TPP, siglas en inglés) se hace
para dividir a Asia en dos, como se ha hecho en América Latina, y si
además se considera que China acaba de decir en la APEC (Foro de
Cooperación Económica Asia-Pacífico) de Bali que sin ellos no existe
Asia Pacifico, este juego puede resultar muy conflictivo en la relación
entre las dos primeras economías mundiales.
Para los extranjeros que gustan ahorrar dentro de Estados Unidos, éste
es un momento para que miren nuevamente si vale la pena hacerlo y si el
dólar es una moneda de reserva estable. La irresponsabilidad política
encima de los problemas económicos por lo menos ha puesto en cuestión si
esos son los mercados más deseables, además de los más grandes. La
urgencia de tener una nueva moneda de reserva mundial ha crecido y se
coloca como un punto esencial de negociación en el próximo G20.
- Oscar Ugarteche, economista peruano, trabaja en el Instituto de
Investigaciones Económicas de la UNAM, México. Es presidente de ALAI y
coordinador del Observatorio Económico de América Latina (OBELA)
www.obela.org
URL de este artículo:
http://alainet.org/active/68120&lang=es
Mas informacion:
http://alainet.org
RSS:
http://alainet.org/rss.phtml Twitter:
http://twitter.com/ALAIinfo
Te invitamos a sostener el trabajo de ALAI. Contribuciones:
http://alainet.org/donaciones.php
______________________________________