Nuevamente, desde los mismos sectores antidemocráticos chilenos,
acostumbrados a avalar y promover toda violación a los derechos humanos,
hacen aparecer los términos: Infiltrados, manipulación, financiamiento
extranjero y terrorismo en su denominado “zona de conflicto Mapuche”,,
justo cuando se han reafirmado en diversos lugares las reclamaciones por
tierras ancestrales, activándose un clima represivo, de militarización y
de campañas mediáticas.
Como ya se ha dicho antes, frente este tipo de climas orquestados, “ Son
actos repulsivos, repugnantes, sin moral, que buscan desviar la
atención sobre los verdaderos temas de fondo que reclama el Pueblo
Mapuche y que versan sobre reclamaciones de tierras ancestrales,
restauración de derechos humanos y exigencias de reparaciones frente a
los abusos, violaciones, usurpaciones, arbitrariedades, negaciones y
empobrecimiento causado por un estado colonial y patriarcal, controlado
por grupos de poder fáctico…”
Con fecha 24 de diciembre, el ministro del Interior, Andres Chadwick, se
dirigió a la Araucanía para presentar querellas en contra de
“responsables” de ataques y atentados indicando que “estamos enfrentando
a un adversario que es preparado, que se aprovecha de las
circunstancias de la zona, de la naturaleza para poder esconderse, que
actúa encapuchado (…) no tenemos temores ni nos va a temblar la mano,
sabemos que enfrentamos un enemigo poderoso, que goza de apoyo político,
comunicacional e internacional“.
Asimismo, sostuvo tras una reunión con los fiscales, de que habría
“evidencia de delito terrorista”, señalando al respecto: “Vamos a
presentar la recalificación de la querella para que se aplique la Ley
Antiterrorista”.
“Complementariamente”, los diarios vinculados al empresario golpista,
Agustín Edwards, con el mercurio y la segunda principalmente, desde
donde se ha originado la terminología “terrorismo mapuche”, “zona de
conflicto”, “zona roja”, particularmente post muerte de un campesino
chileno pobre de la zona de Arauco, refuerza estos términos y acompaña
los dichos oficiales de voceros de gobierno y sectores políticos
conservadores.
En la misma línea, el intendente de la Araucanía, ex empresario de la
industria forestal y yerno de uno de los principales latifundistas en la
región de la Araucanía sale vilmente al paso de las declaraciones de
una dirigenta de Quepe luego de un ataque incendiario de un camión en el
marco de la construcción de un conflictivo proyecto de aeropuerto en
zona Mapuche refiriéndose a un auto atentado y ante esto, el funcionario
de gobierno la amenaza con criminalizarla sosteniendo a la prensa: “A
través de nuestro equipo de profesionales de la Unidad Penal de la
Intendencia Regional, hemos reunido antecedentes para presentar la
querella que se hizo efectiva el mismo martes 11 de diciembre por este
ataque, y por esta razón, con esta información que tenemos, podemos
concluir que los dichos irresponsables de esta señora, en nuestro
concepto, son injuriosos y calumniosos". Cabe mencionar que la dirigente
es Luz María Huincaleo, una joven madre integrante de la comunidad
Fermin Manquileo y cuyo único propósito, haciendo uso de la libertad de
expresión como derecho humano fue el de alzar la voz ante un turbio
hecho y que ha traído como consecuencia la intervención del territorio
por parte de todo el aparato represivo y que busca involucrar a las
comunidades la que además, ha manifestado reclamaciones de tierras
ancestrales. La dirigente solo exige paz para su sector, sin embargo, el
“valiente” intendente, la amenaza. Molina, hace rato viene actuando
como operador político en estos escenarios.
Por su parte, el senador oficialista por Malleco, Alberto Espina,
puntualizó este 26 de diciembre a medios radiales que existen "grupos
muy organizados, que actúan como comandos y donde participan personas de
diferentes etnias y otras personas que no son mapuches". Dijo en medios
de su calaña: “la información que maneja el Ministerio Público apunta a
que hay contactos con extranjeros". Agregó que "estamos frente a un
hecho terrorista, que quieren infundir temor en la población y boicotear
las políticas públicas del gobierno con las comunidades mapuches".
Cabe mencionar que el pasado jueves 20 de diciembre, según fuentes
oficiales, cuatro personas encapuchadas ingresaron a una parcela en
Cañete, hecho que terminó con un parcelero muerto, el campesino Osvaldo
Zapata (54) y su esposa herida. Como suele ocurrir en estos casos, de
diferentes formas, se dejó entrever que ocurría en una “zona de
conflicto Mapuche”.
Al respecto, la organización Coordinadora Arauco Malleco (CAM) a través
de un comunicado señalaba: “Nos debemos a una ética política del
weichan, o de lucha, por consecuencia no tenemos una línea de
confrontación indiscriminada contra parceleros y campesinos, estamos
categóricamente en contra de eso. No atacamos a los más débiles aunque
estén en territorio mapuche“, declaran en el documento, en el que
identifican al capitalismo como su enemigo, representado por las
“empresas forestales (Mininco, Volterra, etc) y sus expresiones de
inversión y usurpación”. El campesinado chileno, dicen, no es ni será un
objetivo para la CAM. “Es más, los consideramos un sector también
oprimido por el sistema político económico imperante…”
A
esto se debe agregar una seguidilla de extraños atentados que han
involucrado esta vez a campesinos chilenos pobres, ataque a furgón
escolar, escuela de niños y en algunos casos, a los intereses de
latifundistas, lo que ha profundizado las políticas represivas y de
militarización por parte de fuerzas especiales y del gope en diversos
sectores, con continuos allanamientos y control de territorios.
Estos hechos han sido utilizados publicitariamente, donde nuevamente,
desde los mismos sectores antidemocráticos chilenos, acostumbrados a
avalar y promover toda violación a los derechos humanos, hacen aparecer
los términos: Infiltrados, manipulación, financiamiento extranjero y
terrorismo en su denominado “zona de conflicto Mapuche”, justo, cuando
se han reafirmado en diversos lugares las reclamaciones por tierras
ancestrales, activándose un clima represivo, de militarización y de
campañas mediáticas.
¿La consagración de un modus operandi?
Estos sectores han desplegado (nuevamente) un perverso manto de
turbiedades en territorio Mapuche y como ya se ha dicho antes, frente
este tipo de climas orquestados, “ Son actos repulsivos, repugnantes,
sin moral, que buscan desviar la atención sobre los verdaderos temas de
fondo que reclama el Pueblo Mapuche y que versan sobre reclamaciones de
tierras ancestrales, restauración de derechos humanos y exigencias de
reparaciones frente a los abusos, violaciones, usurpaciones,
arbitrariedades, negaciones y empobrecimiento causado por un estado
colonial y patriarcal, controlado por grupos fácticos de poder…”
Estos hechos, vienen ocurriendo en zonas donde diversas comunidades
mantienen activa sus reclamaciones por tierras ancestrales y que han
asumido públicamente sus reivindicaciones y demandas y que
mayoritariamente involucran los intereses de empresas forestales y en
algunos casos de latifundios de descendientes de colonos. En estos
sectores, junto con el control policial, también operan mercenarios –
sicarios, que son grupos de seguridad privada de empresas forestales
donde ha existido registro desde hace algunos años, del involucramiento
de ex agentes de CNI (inteligencia dictadura militar) y de uniformados
en retiro, donde ha habido acusaciones por auto atentados, como también,
de sectores sindicados como paramilitares bajo la denominación de
“comando Hernán Trizano”, supuestamente vinculado a grupos de
terratenientes ultras y xenófobos.
Cabe mencionar, ante recientes ataques incendiarios a inmuebles de
latifundios en algunos lugares de la Araucanía, se ha acusado
directamente a comuneros mapuche y se han enviado duros mensajes, uno de
ellos, bajo el anonimato a través de la prensa este 23 de diciembre. Se
dijo en la radio Bio Bio: “ Hoy día se les acaba el plazo para detener a
este gente, mañana nosotros empezamos a actuar, tan simple como eso. 24
horas para que detengan a esta gente. Nosotros sabemos cómo hacer las
cosas y las vamos a hacer. Mañana empieza la cacería“. Sucesivamente han
aparecido una serie de rayados y amenazas de muerte contra dirigentes
Mapuche, tal cual lo ha denunciado la Comunidad José Guiñon, a modo de
ejemplo.
¿A quién conviene este clima y escenario?
Un comunero, una familia, una comunidad que exige justicia, que les
reparen derechos territoriales, que demanda al estado chileno
restitución y que denuncia las prácticas de ciertas empresas forestales
¿Va a querer que le militaricen el territorio donde vive? ¿Va a querer
que allanen sus viviendas y maltraten a los integrantes de su familia?
Estamos hablando de zonas que no son el denominado “conflicto Mapuche”
inventado por grupos de poder ultras, sino de conflictos que ha
instaurado el estado chileno con los procesos de usurpación de tierras y
de impactos de la industria forestal, donde existe en el presente un
masivo control de agentes policiales con formación militarizada del
estado chileno, donde operan diversos servicios de inteligencia y en
donde se viene invirtiendo millones y millones de dólares para supuestos
fines de “seguridad”, con la más alta tecnología ¿es posible entonces
pasar desapercibido así? Estamos hablando de zonas de “sacrificio” donde
no interesa a las políticas oficiales del estado el desarrollo de
comunidades o la restitución de sus derechos, sino de expansión de
ciertas industrias, como las forestales.
Asimismo se ha hablado de “grupos armados” e incluso ha habido varias
acciones penales en contra de jóvenes por supuesta “tenencia ilegal de
armas”, reforzando el estigma de violentismo y “guerrilla” en zonas de
control estatal y de ciertos sectores privados, pero de ser así, nadie
de los acusadores se ha preguntado ¿quién está ingresando esas supuestas
armas?, lo que, ante la masiva concurrencia e invasión policial, más
que un acto temerario, sería un acto suicida.
En medio del entrelazo de sectores de poder público y privado, no cabe
duda que ante las legítimas reclamaciones de comunidades, este clima y
escenario gatillado desde estos sectores, busca intensificar la
persecución hacia quienes reclaman tierras y neutralizar las
movilizaciones en ese sentido, desviando la atención de los temas de
fondo.
¿Es nuevo esto?
Son diversos los antecedentes similares al respecto, pero uno de los
últimos, fue en enero del 2012, donde, desde las palabras del propio
Presidente de la República y consecutivamente del aquel entonces
Ministro del interior Rodrigo Hinzpeter, se señaló a medios de prensa
que el origen de unos incendios que arrasó plantaciones forestales en la
Región del Bio Bio y la Región de la Araucanía, y que en Carahue cobró
la vida a 7 brigadistas, habría sido provocado por “manos criminales” y
que estas provendrían de organizaciones mapuche, en particular apuntando
a la Coordinadora Arauco Malleco, CAM, relacionando este hecho como un
acto con calidad de “terrorista” y se aplicó la Ley Antiterrorista (LAT)
para todo el proceso de investigación y que se cayó a pedazos.
En esta actitud, también se identificó a autoridades locales designadas
como el Intendente de la Araucanía, Andrés Molina; Al diputado de la
República, José Edwards; Al Senador de la República, Alberto Espina; Al
Senador designado, Carlos Larraín, y a medios de información masiva que
han hicieron relación directa entre los incendios y causas Mapuche.
Sin embargo se ha venido informando y denunciando por diversos sectores,
que antes de los incendios forestales, en medio de la resequedad de
terrenos por la falta de agua, miles de hectáreas de plantaciones
forestales de pino en el centro sur de Chile se encontraban devastadas
por una plaga descontrolada de una especie denominada avispa taladradora
“forestal Sirex noctilio”, lo que afectó los intereses en comercio y
exportación de las empresas y que también involucró seguros
comprometidos.
Los únicos realmente poderosos que operan en territorio Mapuche a modo
de ejemplo, son las grandes empresas forestales como Mininco y Arauco y
sus propietarios, la familia Matte y Angelini. También, es la
transnacional Endesa y ciertos mega latifundistas, quienes, desde la
dictadura militar vienen controlando el aparato público del estado, con
redes políticas absolutamente corrompidas y obteniendo suculentas
ganancias y acumulación de riqueza a costa de la explotación,
depredación y violaciones a los Derechos Humanos, siendo absolutamente
necesario desenmascararlo y frenarlo.
INFORMACIÓN RELACIONADA
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Presidente de Chile Sebastián Piñera ¿Involucrado en un montaje contra Mapuches? /
Las agencias de Inteligencia de Estados Unidos descartaron todo vínculo
de sectores Mapuches con grupos terroristas y hasta, la propia
institucionalidad policial de Chile, PDI y Carabineros afirman lo mismo:
No hay vínculos… La versión y el montaje de vínculos Mapuches con las
Farc recaen exclusivamente en sectores anti democráticos que promueven
la aplicación de leyes fácticas y las violaciones a los Derechos
Humanos. / Sebastián Piñera, en agosto del año 2009, como candidato,
afirmaba irresponsablemente que detrás de la violencia en el conflicto
mapuche hay organizaciones terroristas extranjeras y llamaba a aplicar
más ley antiterrorista y en agosto del año 2010 con su homónimo de
Colombia, el actual presidente Juan Manuel Santos, dijeron a la prensa
que habían acordado “cortar el ‘vínculo’” entre mapuches y las Farc”. /
http://www.mapuexpress.net/?act=news&id=6617
26 August, 2009 / Sebatián Piñera asegura
que “terroristas extranjeros” agitan el conflicto mapuche, sin embargo
no sabe quién, donde y cuando. Trascendió que “Speedy González” sería
uno de los investigados./ Leer Más:
http://www.mapuexpress.net/?act=news&id=4590
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