La Unidad Plurinacional de las Izquierdas al pueblo ecuatoriano
La
corrupción parece no tener límites. Quienes la denuncian son perseguidos y
criminalizados. El último episodio de esta arbitrariedad se produce con la
persecución en contra del asambleísta Cléver Jiménez y de su asesor Fernando
Villaviciencio. Los allanamientos navideños en su contra ejemplifican cómo se
mueven los oscuros hilos del poder cuando sus fechorías son denunciadas.
Estas
acciones coinciden con la profundización de la represión y criminalización en
contra de quienes defienden los Derechos Humanos y los Derechos de la
Naturaleza. Ya son más de 45 personas sentenciadas y más de 200 enjuiciadas por
sabotaje y terrorismo, en contra de toda disposición constitucional. Carlos
Zorrilla y Pocho Alvarez, defensores de la vida, son los últimos perseguidos de
esta lista que cada sábado se incrementa al calor de los delirios persecutorios
del Presidente. Hasta el humor está en la picota: el caricaturista Bonil acaba
de ingresar en la lista de sospechosos. Inclusive el presidente de la CONAIE,
con diez dirigentes indígenas, están encausados por defender los derechos de
los pueblos amazónicos. La Fundación Pachamama es la primera víctima del
Decreto 16. Mientras tanto, se mantienen en la impunidad 1300 casos de corrupción
determinados por la Contraloría, así como la narcovalija, los comecheques,
Duzac, Pedro Delgado y el Fiscal, etc.
Los
atropellos permanentes a los derechos y garantías ciudadanos están encaminados
a aumentar el control del correísmo sobre la sociedad y a establecer un Estado
policíaco que allane el camino a la modernización de un capitalismo
extractivista y dependiente. Ese es el proyecto del gobierno de Rafael Correa.
En
el Ecuador se instaura aceleradamente el Estado de derecho como tiranía. El
régimen mantiene una fachada de formalidad constitucional, apuntalada con la
producción de nuevas leyes cada vez más represivas y autoritarias. La
concentración de poder en el presidente de la república lo proyecta como el
nuevo caudillo del siglo XXI.
En
estas circunstancias, la Unidad Plurinacional de las Izquierdas expresa su
solidaridad con todas las personas que perseguidas, y rechaza el atropello
sistemático desde los poderes del Estado. Al mismo tiempo, invita al pueblo ecuatoriano
a movilizarse en defensa de la libertad y de la democracia, que son los
principales valores amenazados.
Suscribimos.-
MOVIMIENTO
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