viernes, 9 de mayo de 2014

Mabel Belucci: Historia de una desobediencia. Aborto y feminismo.

Cartografías desobedientes

Ensayista, periodista y activista queer, Mabel Belucci empezó a escribir Historia de una desobediencia. Aborto y feminismo en 1994. Recién terminado, su trabajo refleja 20 años de militancia activa y revisa sus propios principios, al tiempo que repasa los de un movimiento en constante cambio, aquí y en el mundo. Las voces resistidas, las tensiones inesperadas dentro del feminismo y el aporte del movimiento LGTB forman parte de una historicidad que no redunda en halagos, sino que más bien se ancla en lo más fuerte del pensamiento crítico.
 
 Por Andrea Lacombe

Al igual que su próximo libro, Historia de una desobediencia. Aborto y feminismo, Mabel Belucci se caracteriza por un recorrido poco convencional. Ha participado y propiciado espacios de discusión académicos, políticos, editoriales y ha sabido ganar una y otra vez las calles para vociferar en donde haga falta sus demandas, deseos y verdades.

Belucci comenzó a escribir Historia de una desobediencia en el año 1994, cuando se constituyó Madel, Mujeres Autoconvocadas para Decidir en Libertad, un movimiento articulado para poner coto a la reforma constitucional impulsada por el entonces presidente Carlos Menem, que quería implementar una cláusula antiabortista. “Fue ahí cuando se me ocurrió escribir sobre el aborto, instalando el análisis en las primeras décadas del siglo XX para abordar los movimientos de mujeres socialistas y anarquistas”, explica. Posteriormente fue siendo ampliado y en 1997 decidió presentarlo como tesis en la carrera de Especialización de Estudios Interdisciplinarios de la Mujer, en la Facultad de Psicología de la UBA. “Esa tesis, dirigida por Dora Barrancos, fue aprobada y quedó allí porque no me decidía qué hacer con ese texto que tenía unas 400 páginas en total. Después de unos años le propuse a Leonor Silvestri editarlo como libro”, rememora.

En conversaciones con la historiadora Marisa Navarro empezó a entender la importancia del movimiento feminista estadounidense, lo que dio origen a la primera parte del libro, que entronca el feminismo argentino en una matriz más amplia. De aquella tesis, en realidad, quedó muy poco. “A lo largo de estos 20 años yo fui otra, el feminismo fue otro, por lo tanto el libro refleja estos cambios con respecto a su origen”, argumenta la escritora. Mabel Belucci realiza un ejercicio de reflexión sobre el recorrido del feminismo argentino, lo que en un punto es una tarea de revisión de sus propias prácticas como activista y ensayista y, por el otro, la descripción analítica de las articulaciones político-teóricas del feminismo, donde el aborto es uno de los principales ejes, pero no el único.

Se puede decir que este libro es un reflejo del modo en que se construyen las agendas feministas: de forma colectiva. “Si bien es mi nombre el que aparece en la tapa, sé que es una producción colectiva, siempre trabajo así, como en el libro sobre Jáuregui. Participar en el Grupo de Estudios sobre Sexualidad, el GES (Gino Germani, UBA) me permitió este tipo de labor y que toda mi producción se ponga en discusión. Mi agradecimiento a sus integrantes es enorme porque, de manera incondicional, leyeron y discutieron casi todo el libro.” La elección temática radica en la idea de que en el aborto convergen las distintas vertientes del feminismo, al menos así lo ha sido desde los años ’90, sostiene la autora. 

“El menemato fue un escenario glorioso. Carlos Menem tenía un compromiso muy grande con su postura y quería ser el representante del Vaticano, un embajador itinerante llevando la cláusula antiabortista al mundo. Todo el tiempo era un ping-pong, ya que Menem estaba siempre ahí, respondiéndonos en primera persona. Así, el tema del aborto no pasaba desapercibido. Sin embargo, esta embestida quedó trunca con las declaraciones de Zulema Yoma diciendo ‘yo aborté’, un operativo de prensa maravilloso que supimos agradecer a las compañeras que trabajan en Páginal12. Fue un movimiento fenomenal que logró la gran retracción del menemato con sus políticas antiabortistas. Lo dejaron solo a Menem.”

Para Belucci, lo interesante de los ’90 es que las y los legisladores apoyaban tanto al feminismo institucionalizado como a las autonomistas. En esa época se consiguieron grandes cambios. La despenalización del aborto ingresó a la pauta programática de la CTA (Central de los Trabajadores Argentinos), surgió la Comisión por el Derecho al Aborto, CDA, la única organización feminista que tenía como objetivo despenalizar el aborto. Sus integrantes eran médicas activistas de izquierda vinculadas con partidos políticos, organismos de derechos humanos y con la Federación de la Salud –el sector de la salud pública de izquierda–. Se creó el Area Queer, del Centro Cultural Rojas, que retomaba la idea de Néstor Perlhonger de articular una alianza entre las izquierdas, las minorías sexuales y el feminismo en un movimiento contracultural erigido contra todas las formas de explotación, exclusión, represión y discriminación.

 “Era una época de gran exploración. Por eso es que no me gusta pensar que el neoliberalismo paralizó el movimiento. Yo viví otra experiencia. Estaba todo el día en la calle activando, era el momento de las marchas del orgullo. Había espacios que se cerraban y abrían permanentemente. Constelaciones que se mantenían aisladas, pero de vez en cuando confluían. El escenario era un gobierno constitucional, ultraneoliberal, sin una represión tan fuerte como la de la dictadura, que permitía una convergencia de un espectro muy amplio de fuerzas opositoras políticas e ideológicas, entre los cuales estaban los grupos feministas, siendo la CDA el que más activaba por el derecho al aborto”, expone Mabel. 

La CDA estaba integrada fundamentalmente por médicas que capacitaron a un grupo de colegas que fueron abriendo otros espacios. “El perfil de la Comisión fue muy atípico y no se volvió a dar. Ni siquiera aparece la palabra ‘mujer’ en el nombre, porque ya en esa época pensaban que el aborto no es sólo un asunto de la mujer.”
 
Sin embargo, cabe preguntar: ¿por qué el movimiento no logró articularse lo suficiente para lograr una ley a favor del aborto?
Hubo intentonas, nos dice Belucci. El anteproyecto de ley que presentó la CDA, el proyecto que presentó Luis Zamora y todo el apoyo de la Unidad Socialista. “Alfredo Bravo estaba totalmente comprometido, era incondicional. Ahora espero que esto vuelva a suceder con el ingreso de la izquierda al Parlamento.” Con este contexto de fondo la escritora no acuerda en pensar “que no hay una ley de aborto porque la Iglesia no lo permite o los políticos no quieren. También hubo fuertes tensiones dentro del feminismo”, sostiene.

 “Cuando Alfredo Bravo se juega para presentar el proyecto, éste era sobre anticoncepción y aborto; sin embargo, el grupo de feministas heterosexuales institucionalizadas insertas en el Estado decidió que se trabajara sólo anticoncepción y no aborto. Creo que ahí se perdió una oportunidad interesante, porque la Unidad Socialista tenía muchos diputados y la ley podría haber salido. La determinación respondió a su vínculo con las agendas de organismos internacionales, a los que varias de ellas estaban vinculadas, donde los derechos reproductivos tenían un protagonismo importante que luego perdieron. De todos modos, esos debates internos del feminismo de los años ’90 fueron saldándose”, afirma.


Los escenarios históricos generan debates e interpelan sujetos. En este sentido, revela Mabel, el 2001 fue muy importante para el feminismo y para la comunidad LGTB porque fue un momento “en donde se rompieron los corralitos y la diversidad de demandas tomaron un carácter transversal, al articular las luchas de clase con las de género y sexualidad. Era muy fuerte ver en las asambleas del movimiento piquetero las demandas por el aborto como una necesidad de acceso a la salud. Esto fue un anticipo de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, junto con los Encuentros Nacionales de Mujeres. En 2003 se realizó la Asamblea Nacional del Aborto en Rosario, donde comenzó la convergencia entre las colectivas, los movimientos y los Encuentros, que posibilitó el desarrollo de la Campaña”, historiza.

Nuevos aires, nuevas articulaciones

El debate sobre el aborto fue resistido aún en los Encuentros Nacionales de Mujeres, donde demoró más de 10 años en formar parte de la agenda oficial. No lo aceptaban como un punto principal, al igual que pasa con las demandas más radicalizadas, como las de los colectivos travesti y trans, rememora Belucci. “La presentación del movimiento travesti en los Encuentros de Mujeres generó una especie de revolución copernicana. Esa desobediencia propia del aborto y del movimiento travesti y trans se interconectan a partir de un lema convergente, “la libertad de decidir sobre nuestros propios cuerpos”. El mismo funciona como un paraguas ideológico y corpus teórico que permite resignificar otras demandas por fuera de las mujeres. Es interesante, por ejemplo, ver cómo el lema de la Campaña no se cristaliza. Ahora el espacio de las Socorristas en Red está planteando cambios de consignas. 

Eso muestra el recorrido que hace la agenda del aborto –continúa–. Ellas reclaman ahora que con el uso de misoprostol lo de ‘aborto legal para no morir’ se restringe al aborto quirúrgico y no contempla el aborto medicamentoso. Para estas compañeras activistas habría que pensar en otro modo discursivo para reflejar esta nueva realidad cada vez más extendida”.

Belucci señala que lo mismo sucede con la apropiación de la noción de abortera o abortista, para referirse a quienes activan por el aborto. “Ese empoderamiento que supone el hecho de ponerle un sujeto fue muy cuestionado en el movimiento feminista. Argumentaban que no estaban a favor del aborto sino defendiendo la legalización del aborto. Ahora la tendencia es a subjetivar la demanda como una noción de orgullo o de desobediencia”, puntualiza.

Para Mabel estas mudanzas son primordialmente generacionales, pero también responden a un recambio con respecto a las agendas que se planteaban bajo el paraguas teórico y político de los Derechos Sexuales y Reproductivos. “El movimiento de las Socorristas está integrado por mujeres muy jóvenes al que también se están agregando varones. 

El aborto fue tomando distintos caminos con el ingreso de las travestis, las lesbianas feministas, luego los varones antipatriarcales y ahora es un debate incipiente en el colectivo trans. Hace unos años, en 1999, con Dora Coledesky organizamos una mesa sobre aborto integrada sólo por varones que fue ultrarresistida por el movimiento feminista. Ahora estoy armando una mesa para debatir aborto con varones feministas y trans para incluir otras voces que están participando en esta demanda.”

Para Belucci, también representa un momento interesante de diálogo con las izquierdas trotskistas. “Si bien las izquierdas fueron prefoucaultianas al desconsiderar al cuerpo como un territorio político agazapado por el poder, hoy hay cambios. Sin embargo, aún se escuchan discursos tendientes a consolidar la familia como matriz social, propio de las políticas obreristas. Pese a ello, el efectuar movidas en conjunto con los partidos que disponen de una dinámica de ocupación de las calles, a ciertos grupos nos permite pensar en otro tipo de acciones más performáticas y no estar pendientes de la interpelación, ya que garantizan pluralidad en las convocatorias y una recepción masiva –puntualiza la autora–. 

Es posible entonces desarrollar expresiones artísticas u otro tipo de intervenciones callejeras además de saber que el número de asistentes será mayor con una llegada a otros sectores de la sociedad. Podríamos decir que es una articulación rizomática que trae mucha riqueza en el alcance y la composición social más diversa”, asevera Belucci.

“Redefinir los marcos de inteligibilidad del aborto resultó ser mucho más radical de lo esperado por muchas y muchos. El terreno de las significaciones, los modos de representar cuerpos y subjetividades en torno de esta práctica se han convertido en un vector central de las disputas políticas contemporáneas”, expone el sociólogo Juan Marco Vaggione, en el prólogo de Historia de una desobediencia. Desenmarañar y exponer esas disputas en una tentativa de cartografiar la trama de la relación entre feminismo, activismo queer y aborto es la propuesta que Mabel detalla en forma cabal en las páginas de su libro.

Historia de una desobediencia. Aborto y feminismo (Capital Intelectual) se presentará el 11 de mayo a las 18.30, en la Feria del Libro.


Chile: Tesis sobre conflictos y procesos de defensa territorios ancestrales Mapuche

09 de mayo de 2014
A continuación, el acceso a importantes documentos de tesis relacionados a antecedentes sobre procesos de defensa y conflictos en territorios ancestrales del Pueblo Mapuche en Wallmapu, principalmente relacionados a territorios en Ngulumapu (territorio Mapuche del oeste, centro sur de Chile), que incluye diversos elementos históricos, sociales, culturales, de cosmovisión, neo colonialismo, entre otros.
wallmapu
Imagen: Dibujo historiador Mapuche, Pablo Mariman
Al respecto, se incluye la tesis de la antropóloga de la Universidad Austral de Valdivia Gabriela Lecaros sobre el conflicto hidroeléctrico en el territorio Mapuche de Liquiñe con una mirada integral. En la misma línea, la tesis del antropólogo de la Universidad Católica de Temuco Claudio López sobre políticas de tierras en el territorio Mapuche de Trapilhue. Consecutivamente el acceso a un libro con las memorias del Llaima sobre la historia de las Comunidades Mapuche de Melipeuco. Inmediatamente, una revista de historia Mapuche con diversos autores Mapuche que presentan sus artículos relacionados a procesos de descolonialidad en estos territorios ancestrales. Asimismo, prosigue un artículo del historiador Mapuche Héctor Nahuelpan relacionados a la autonomía y colonialismo en Wallmapu y cierra esta selección, el acceso a la película sobre la campaña del desierto en Argentina y  que entrega antecedentes sobre las campañas militares genocidas del estado chileno y argentino.

Antecedentes de un conflicto: La amenaza hidroeléctrica de SN Power en territorio Mapuche de Liquiñe

A continuación se extiende  un trabajo de Tesis presentada para optar al grado de Licenciado en Antropología presentado por la antropóloga Gabriela Lecaros Bastías en la Universidad Austral de Valdivia y que se denomina:  “Comunidades Mapuche en conflicto con SN Power.  Antecedentes de las comunidades del Valle de Liquiñe comuna de Panguipulli frente a una …Leer más

El territorio Mapuche de Trapilhue en la comuna de Freire y las políticas de tierras indígenas del estado chileno (Por Claudio López)

Se comparte la presente tesis de Claudio López para optar al título de antropólogo en la Universidad Católica de Temuco. “Procesos de ampliación de tierras en comunidades indígenas: El traslado a nuevas  tierras v/s el territorio de origen” Introducción El presente trabajo indagó en los discursos de las personas en torno a un proceso de  … Leer más

Memorias del Llaima: Historias de las Comunidades Mapuche de Melipeuco

Este libro es el resultado de un trabajo de investigación realizado durante 2010 y 2011 sobre la historia de las comunidades mapuche en la comuna de Melipeuco (Región Araucanía). Para ello se trabajó con fuentes de archivo y bibliográficas, pero sobre todo con fuentes orales, rescatando la memoria del territorio a partir de entrevistas que … Leer más

Historias Mapuche: perspectivas para (re)pensar la autodeterminación (descargar revista)

Información:  Revista de Historia Social y de las Mentalidades (RHSM) es una publicación fundada en 1996 y editada semestralmente por el Departamento de Historia de la Universidad de Santiago de Chile, destinada a difundir investigaciones de historia y de las ciencias sociales que desde distintas ópticas aporten al debate en torno a los actores sociales … Leer más
WALLMAPU: ENTRE LA AUTONOMIA Y EL COLONIALISMO (Por Héctor Nahuelpán, historiador Mapuche) / Al realizar un ejercicio de reconstrucción de la historia propia mapuche considerando la larga duración, ésta puede inscribirse en dos ciclos históricos. Por una parte reconocemos el de autonomía que cubre desde los orígenes y conformación del horizonte sociocultural y político mapuche previo a la invasión española, hasta la formación de los Estados-nacionales chileno y argentino en el siglo XIX. Por otra parte, reconocemos un ciclo histórico marcado por el colonialismo, que abarca desde su incorporación forzada a los estados-naciones en el siglo XIX hasta los tiempos actuales donde se combina un colonialismo interno con un colonialismo cada vez más transnacionalizado. Es en este contexto, donde se inscriben las actuales luchas y resistencias mapuche a uno y otro lado de la cordillera de los andes, como también los desafíos que enfrenta su diversidad interna en cuanto a constituirse como actor político colectivo que lleve a la práctica su actual reivindicación por autonomía y libredeterminación. De ello deriva entonces el título de nuestro artículo “Wallmapu: entre la autonomía y el colonialismo”. Acceder a documento completo, formato Word, hacer click aquí /

Ver Online Película TIERRA ADENTRO: La invasión bélica estatal al Wallmapu, territorio ancestral Mapuche

Luego de un buen tiempo de espera, por los permisos de difusión en argentina, recientemente un particular subió a internet la película Tierra Adentro que versa sobre la campaña militar en Argentina y que se relaciona con lo ocurrido en Chile con respecto a la invasión estatal al territorio Mapuche (Wallmapu), las llamadas “Campañas del … Leer más

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México: La guerra que más le interesa a Peña Nieto

Víctor M. Quintana S.

ALAI AMLATINA, 09/05/2014.-  El gobierno de Felipe Calderón (2006-2012) declaró su guerra al narcotráfico, que aún no termina y le ha costado al país más de 100 mil muertos. Su sucesor, Enrique Peña Nieto la ha proseguido sin modificarla, pero la guerra que a él de veras le interesa no es esa. Es la ofensiva múltiple que ha desatado por los beneficios de unos cuantos y en contra de los derechos de todos.

Comenzando por la prolongación de la batalla calderoniana, es evidente que la violencia homicida repunta en varias partes del país. En Tamaulipas –estado “que se está pudriendo” según un lector de La Jornada- ya van varias semanas de masacres y de bloqueos. En Morelos, la oleada de violencia criminal acaba de asesinar al coordinador de Trabajo Social de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos y a su esposa. En el Estado de México, en Michoacán, en Jalisco, en Guerrero, en Chihuahua, los cárteles se reacomodan, disputan nuevos espacios, construyen nuevas alianzas perversas, demostrando que la estrategia federal en sus diversas formas, operativos, coordinaciones, etc. etc. no los ha tocado en su línea de flotación. Pero, insistimos, esa no es la principal guerra de Peña Nieto.

El interés de Peña y su grupo de aliados es fortalecer e incrementar el poder del dinero en todos los ámbitos. Hacer que en materia de infraestructura, energética, de telecomunicaciones, turística, salarial, prevalezca el beneficio de los detentadores de dicho poder sobre los derechos de las mayorías.

Se criminaliza, se priva de la libertad a quienes luchan por defender los derechos humanos y los territorios.  Se agrede formal e informalmente a las comunidades y universitarios que luchan contra el gasoducto que afectará los estados de Morelos, Tlaxcala y Puebla. Se combate a las policías comunitarias de Guerrero que se defienden de la invasión y devastación por parte de las empresas mineras canadienses.

También es blanco de ataque sistemático todo lo que huela a patrimonio de la Nación. El interés trasnacional se vale del legislativo PRI, PAN y aliados para imponer su ley y agrandar el agujero que hizo la reforma constitucional para meter por ahí a las empresas mineras, gaseras. No contentos con eso, arremeten contra la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (PEMEX), para irlas matando por inanición.

En materia de telecomunicaciones las leyes secundarias presagian ya el beneficio del oligopolio televisivo, Televisa y TV Azteca, contra los derechos de las audiencias, de los públicos, de las comunidades.

Hay una ofensiva despiadada contra las decenas de miles de migrantes centroamericanos, los vejan, los encarcelan. En 13 meses han deportado 74 mil de ellos.  Pero hay total silencio y sumisión ante los mil cien compatriotas nuestros deportados cada día de los Estados Unidos en similares condiciones.

La economía de las familias recibe también una continua andanada de ataques. Todo el mundo lo ve, menos quienes ejercen elaboran e imponen las políticas económicas. El salario sigue en su peor nivel en 28 años; la OCDE señala que el 18.5 de los trabajadores mexicanos no puede subsistir con su salario, el más alto porcentaje de esa organización y que en México es necesario trabajar trece días para comprar una magra canasta básica de satisfactores. La Asociación Nacional de Tiendas Departamentales, se queja del derrumbe de las ventas en los supermercados. Las expectativas de crecimiento se reducen día a día, comenzaron el año cercanas al 4% y ahora apenas alcanzan el 3.4. Pero no se quiere mencionar siquiera un aumento salarial emergente y se impone continuar con el golpe mensual de los gasolinazos hasta el 2019. Peor y más burda que la predicación de quienes prometían el cielo a cambio del sufrimiento y el sometimiento en la tierra, resulta la letanía peñanietista de “sufran ahora” para merecer el beneficio de las reformas estructurales que cada vez se ve más pequeño y lejano.

Cae el consumo interno, repunta la inseguridad para las personas. Eso no importa mientras no se ponga en peligro la seguridad de las ganancias.

En toda guerra los más poderosos luchan por imponer sus leyes, sus tratados. En esta, cuya cabeza visible es Peña Nieto, no se trata de imponer reformas constitucionales ni mucho menos leyes secundarias. Lo que buscan ante todo es establecer a sangre y fuego la ley primaria, la ley única del beneficio para el dinero.

Por desgracia esta guerra no es metafórica. Su cauda de destrucción es más que real: comunidades desarticuladas, medio ambiente devastado, recursos naturales saqueados, empleos perdidos, salarios mermados, prisioneros, muertos, exiliados.

Contra esta guerra globalizada del beneficio contra los derechos jurídicos, señala Alain Touraine, sólo podemos oponer el principio moral que los funda más allá de toda ideología. Es en torno a esos principios que debe cimentarse nuestra resistencia.

-Víctor M. Quintana S. es asesor del Frente Democrático Campesino de Chihuahua e investigador/profesor de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.

URL de este artículo: http://alainet.org/active/73627

ECUADOR: INTAG SITIADA La infamia se repite, y el gobierno pierde más credibilidad

BOLETIN DE PRENSA


Según la ENAMI fue una entrada pacífica

INTAG SITIADA, Mayo 2014
La infamia se repite, y el gobierno y la minería estatal pierden más credibilidad
Según varios moradores de Intag, el jueves 8 de mayo cerca de 400 personas, incluyendo entre 200 y 300 policías ingresaron a Intag. Una parte de este grupo violentó un control comunitario por el sector de Chalguyacu Alto donde estaban congregadas unas 75 mujeres y hombres de Junín, Chalguyacu Alto y otras comunidades aledañas. Los policías que participaron en el operativo pertenecen al GOE Grupo de Operaciones Especiales (GOE), el Grupo de Intervención y Rescate (GIR), y  policía nacional.  Éstos acompañaban al gobernador de la Provincia de Imbabura, Wilmer Taboada, la presidenta del gobierno Parroquial de García Moreno, así como empleados de la Empresa Nacional Minera- ENAMI.  Se supone que entre el gentío se encontraban varios empleados de la empresa encargada de elaborar el Estudio de Impacto Ambiental y de la CODELCO.  Tristemente, varios inteños reportan que la invasión fue avivada por algunos inteños e inteñas que apoyan a la minería y, particularmente, por ex empleados de la canadiense Ascendant Copper y algunos interesados en empleos ofrecidos por la Enami.
 La infamia se repite
El enfrentamiento comenzó, según testigos,  cuando el gobernador  y otras autoridades intentaron pasar a la fuerza por el control comunitario e ir a Junín sin la autorización del presidente de la comunidad o su cabildo, y sin haber llegado a consensos razonables con los comuneros, quienes se oponen al proyecto minero a cielo abierto de cobre a gran escala JUNÍN (hoy Llurimagua) desde 1995.  La razón de semejante movilización, según el propio gobernador, era para pasar unos 3-4 días tomando muestras de agua y suelo para elaborar el Estudio de Impacto Ambiental para iniciar la exploración del yacimiento de Junín. Y, como si fuera poca cosa contar con la seguridad de cerca de cientos de policías,  los invasores también hicieron uso de maquinaria pesada del Consejo Provincial de Imbabura y del gobierno Parroquial de García Moreno. Las preguntas surgen por sí mismas: ¿Por qué tanto temor a unos campesinos que viven de la tierra?  ¿Por qué el gobierno corre el riesgo de provocar un baño de sangre entre ecuatorianos y ecuatorianas? ¿Para qué tanta presencia policial si- según la Enami y el gobierno- la minería y cuentan con tanto apoyo en Intag?  ¿En qué parte del mundo se ha visto que 10 o 12 técnicos tienen que ser resguardados por cientos de policías para tomar unas simples muestras para elaborar un simple Estudio de Impacto Ambiental?
“No somos terroristas, somos campesinos”  (voz de uno de los moradores de Intag)
El sitio del enfrentamiento fue precisamente donde hace siete años y medio, paramilitares contratados por la empresa canadiense Ascendant Copper cobardemente dispararon en contra de comuneros indefensos.  Aunque esta vez no hubo disparos, la cobardía se repitió, e incluyó agresiones contra mujeres, hombres y dos menores de edad por la policía.  Israel Pérez fue uno de los primeros en ser agredido cuando varios policías, sin la más mínima provocación por parte de Israel, intentaron detenerlo. También hubo un intento de detener al dirigente Polivio Pérez.  Las acciones irresponsables y desesperadas de la policía desencadenaron enfrentamientos cuando familiares y amigos de Israel Pérez intentaron evitar que Israel sea golpeado. El hijo menor de Israel, Elver Pérez, al igual que la joven de 15 años, Mery Ramírez fueron maltratados por los policías en esa primera gresca. Iliana Torres, esposa de Javier Ramírez, y Doña Chela Piedra fueron las que más agresiones sufrieron, según testigos.  La Señora Piedra, fue arrastrada por el suelo y golpeada en la barriga con toletes por la policía, no siendo la única.  Ernesto Ramírez, hermano del presidente de la comunidad de Junín, Javier Ramírez, igualmente fue brevemente detenido y agredido. Todos fueron brevemente detenidos por la policía, pero por la acción y presión de las y los campesinos, tuvieron que ser puestos en libertad.
Después del enfrentamiento y como un clarísimo acto de provocación y desprecio hacia los comuneros, la caravana prosiguió con la invasión para establecer su campamento en la comunidad de Junín, sin la autorización del cabildo de la comunidad o su presidente.  Parte del contingente se dirigió al bosque, rumbo desconocido en pleno aguacero.
Cabe señalar que la presencia policial no solo se encuentra en Junín y  la Parroquia de García Moreno.  Tenemos informes que también hay grupos de policías en varios sitios entre el lugar del enfrentamiento y la carretera principal, y  no menos de 30 efectivos de la policía en la pequeña comunidad de Barcelona, al igual que en varios otros sitios en la Parroquia de Peñaherrera.  En fin, Intag se encuentra sitiado.
Mal comienzo para Codelco en el Ecuador, y un buen ejemplo de lo que le espera al Ecuador con la Minería Para el Buen Vivir- o la Minería Responsable- que tanto proclama la ENAMI.
Una de las conclusiones a la cual se debía llegar después de los enfrentamientos del 8 de mayo es que los derrotados no son las comunidades campesinas de Intag, sino el gobierno, y específicamente, la ENAMI y la empresa minera chilena CODELCO. 300 policías para tomar muestras por tres o cuatro días lo dice todo.
Antecedentes: 
La zona de Intag, noroccidente Ecuador, libra una resistencia que ya lleva más de 19 años, en la cual las comunidades de Intag,  han exitosamente expulsado a dos empresas mineras transnacionales - la Bishimetals en 1997 y la canadiense, Ascendant Copper en el 2007.   Hoy el gobierno de turno ecuatoriano y la empresa nacional mineral del Ecuador- ENAMI,  juntamente con Codeclo, la empresa nacional minera del Chile, quieren, obviamente a la fuerza y pisoteando todo tipo de derechos humanos y Constitucionales, pretenden continuar la exploración minera en la biodiversa Cordillera de Toisán, donde los japoneses hallaron un yacimiento de cobre contaminado con arsénico, plomo, cadmio y cromo. 
El Estudio de Impacto Ambiental, cabe recordar, para una pequeña mina de cobre a cielo abierto, elaborado por expertos japoneses y publicado en 1996, pronosticó:
 Una “deforestación masiva” (cita directa del documento), la cual secaría el clima local.  Además se contaminarán varios ríos con metales pesados (arsénico, plomo, cadmio y cromo) impactará bosques primarios nublados que albergan a jaguares, osos de anteojos, el mono araña cabeci-cafe y nueve otras especies en peligro de extinción.
La pequeña mina también reubicaría a 4 comunidades, y aumentaría la delincuencia. Todo estos y otros impactos constan en el Estudio de Impacto Ambiental que ahora el gobierno pretende desconocer.  Un año después de la publicación del Estudio, los japoneses descubrieron 5 veces más cobre, lo cual implica que los impactos sociales y ambientales serán mucho más devastadores.

 Las autoridades del país tildan a los que defienden su tierra, su comunidad, y estos bosques nublados y ríos cristalinos de tirapiedras y terroristas.  Por eso no es de extrañar que el presidente de la comunidad de Junín, Javier Ramírez, este preso, acusado de terrorismo, rebelión y sabotaje por la empresa nacional minera del Ecuador por un supuesto delito en el cual el no tuvo absolutamente nada que ver.  Su hermano, Víctor Hugo, tiene una orden de arresto, pero hasta el día de hoy sigue libre.  Como Intag.

Sitios de interés:
Facebook: Unidos por Intag
                   DECOIN  (ver álbum de fotos del enfrentamiento, el cual será actualizado estos días)
www. codelcofueradeintag.blogspot.com                 
Video Javier habla de Intag:  https://www.youtube.com/watch?v=tWSzRDfyLEM


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DECOIN
Defensa y Conservación Ecológica de Intag
www.decoin.org
NUEVA DIRECCIÓN ELECTRÓNICA   decointag@gmail.com

Nicaragua: Feministas se reúnen con fiscal general

Expresaron su preocupación debido a que en los últimos femicidios las víctimas ya habían interpuesto denuncia ante las autoridades policiales, pero no se tomaron las medidas de protección a su favor

Por Lizbeth García | País

Feministas se reúnen con fiscal general
Fiscal general Ana Julia Guido. ARCHIVO / END
Representantes del Movimiento Feminista de Nicaragua se reunieron con la fiscal general Ana Julia Guido, para externarle su preocupación en torno a la aplicación de la Ley 779, Ley Integral contra la Violencia hacia la Mujer.

Tras la reunión, Guido informó a los medios que espera que la Comisión Interinstitucional de Violencia Contra la Mujer se reúna lo más pronto posible y tomen medidas para impulsar una campaña para orientar a las mujeres sobre las medidas de seguridad que la Ley 779 les otorga.
Guido comentó que la comisión no se ha reunido en lo que va del año, pero que espera que lo haga lo más pronto posible.

Asimismo, descartó que haya impunidad en los casos de femicidios, ya que de los 30 casos que se han registrado en lo que va del año se han acusado a todos, con excepción de los tres hombres que se han quitado la vida tras matar a las mujeres.

De esos, un total de 11 se encuentran detenidos y 16 están prófugos de la justicia.
Preocupante

Según las feministas, en los últimos femicidios las víctimas ya habían interpuesto denuncia ante las autoridades policiales, pero no se tomaron las medidas de protección a su favor.

Asimismo solicitan que se realice una campaña de educación masiva relacionada a los derechos de la mujer que establece la Ley 779, y que las instituciones que forman parte de la comisión interinstitucional contra la violencia hagan su trabajo de prevención y educación.
Antes de ser recibidas, un grupo de mujeres realizaban un plantón con carteles y mantas con mensajes alusivos a los derechos de las mujeres en las afueras del Ministerio Público.


Walter Mignolo: Pensar como sudaca

Walter Mignolo. / Foto: Pablo Nogueira  

Con Walter Mignolo, teórico de la cultura periférica y la colonialidad. 

Walter Mignolo estuvo en Montevideo por primera vez entre el 25 y el 28 de abril. Durante el fin de semana participó en el coloquio “Erótica de la dominación. Gamas del acto”, organizado por la École Lacanienne de Psychanalyse de Montevideo. El lunes dio una conferencia en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, en la que explicó el concepto de decolonialidad, a salón lleno. Estudió semiótica en la École des Hautes Études de París y cuando se doctoró en 1974 se instaló en Estados Unidos. Allí inició su carrera docente en la Universidad de Michigan, y actualmente ejerce en Duke. En 1995 publicó The Darker Side of the Renaissance (El lado más oscuro del Renacimiento), cuya edición en español se está preparando en Colombia. Con ese libro Mignolo cerró una etapa de su trabajo en el marco de los estudios literarios, la semiótica y el análisis del discurso. Mientras el libro se editaba Mignolo conoció la obra de Aníbal Quijano, Gloria Anzaldúa y Enrique Dussel, y a partir de esos tres pilares construyó su pensamiento en torno a la matriz colonial del poder, la colonialidad, el pensamiento fronterizo y la geopolítica del conocimiento.

-Empecemos por un breve racconto de tu trayectoria.

-Nací y crecí en un pequeño pueblo de la pampa gringa, al sur de la Provincia de Córdoba, casi en el límite con Santa Fe, que se llama Corral de Bustos. Ahí, por cuestiones extrañas, empecé a leer a Kafka y a Camus, y dije: “Voy a estudiar filosofía”. Terminé el secundario y fui a estudiar filosofía a Córdoba. En 1962 o 1963 empecé la carrera de Filosofía y Letras. Estaba el grupo Pasado y Presente, con José Aricó, Oscar del Barco y Héctor Schmucler. Y estaba Luis J Prieto, un semiólogo. Todo eso fue muy importante en mi formación. Había mucha correspondencia con Francia; la gente iba y venía, traía libros, leíamos a Derrida, a Foucault. Me entusiasmé con la semiótica y me fui a estudiar con Roland Barthes en 1969. Porque pasó algo: en 1966 llegó Onganía, entonces todos nuestros profesores se fueron y nos dijeron: “Chicos, terminen la carrera y rájense”. Yo me lo tomé en serio: obedecí a mis maestros. Terminé la carrera, me gané una beca y me fui tres meses después del Cordobazo y un mes después de que mataran a [Augusto Timoteo] Vandor. Muchos años después entendí lo que eso significaba. En ese momento me preguntaba: “¿Qué está pasando?”. Hice la tesis en la École des Hautes Études y en 1974 me fui a Estados Unidos. Me invitaron del Departamento de Español y Portugués de la Universidad de Indiana para dar cursos. Y me quedé, me casé, tuve hijos. Cuando llegué a Francia me di cuenta de que era un sudaca; no podía ser europeo, tal como yo pensaba que iba a ser cuando me fui a estudiar. Y cuando llegué a Estados Unidos fui hispanic. Por una serie de cosas empecé a estudiar el período y la literatura colonial. Me fui dando cuenta de la conexión que había entre lo que me estaba pasando a mí y a otra gente, y la historia colonial. Entonces empecé a abandonar la semiótica y a investigar la cuestión del colonialismo.

-Al mismo tiempo, te corrías de la literatura y te interesabas por otros lenguajes, te apartabas de la palabra escrita y empezaban a interesarte los mapas y otras formas de la escritura.

-Pasaron dos cosas. Una es que yo venía de la semiótica y la teoría literaria, y quería responder a la pregunta de Jakobson: ¿qué es lo que hace de un mensaje verbal una obra literaria?, pero esa pregunta no se podía responder si solamente te basabas en textos que ya habían sido considerados literarios. Entonces me hice otra pregunta: ¿qué es lo que hace de un relato verbal una obra historiográfica del Renacimiento o una obra historiográfica indiana? En ese momento era bastante foucaultiano, de la Arqueología del saber y El orden del discurso. Eso me llevó a otras maneras de contar la historia que no eran la escritura alfabética: a los códices, las escrituras mayas, la escritura azteca. Me empecé a salir del dominio de la letra, para entrar en otros sistemas de escritura. En 1994, con una colega sacamos un libro que se llamaba Escribir sin palabras [con Elizabeth Hill Boone. Writing Without Words: Alternative Literacies in Mesoamerica and the Andes]. En ese proceso me di cuenta de que lo que pasaba con la escritura pasaba también con los mapas y con la historia; me di cuenta de que hacía falta un concepto, que se hablaba de economía, de política, de cultura, pero no se hablaba de semiosis colonial, entonces lo creé para entender precisamente esa interacción entre distintas cosmologías, pero al mismo tiempo con el diferencial del poder, ya que una cosmología estaba supeditada a otra. Entonces El lado más oscuro del Renacimiento es la letra, la historiografía, pero también el espacio, la memoria; ya hablo de otras formas de organizar la memoria, incluido el relato oral. Salía de la tradición grecolatina.

-¿Y eso te llevó a ver las bases del proyecto colonial?

-Estaba totalmente metido en la colonización, pero la colonización del lenguaje, de la memoria, del espacio. Me encuentro con [Aníbal] Quijano, que introduce el concepto de colonialidad, y me doy cuenta de que el colonialismo son distintas manifestaciones y momentos históricos, pero tienen una misma lógica: el colonialismo hispánico, portugués, danés, y podemos seguir hasta hoy pero nos paramos ahí... Empecé a investigar, inspirado por Quijano, la analítica de la colonialidad, que es paralela a la analítica del inconsciente o a la analítica de la plusvalía, con la diferencia de que este concepto no surge en Europa sino en el Tercer Mundo, porque en Europa es muy difícil de ver la colonialidad. Quijano se convierte en una columna de lo que voy a empezar a hacer después de El lado más oscuro del Renacimiento, porque el libro salió en 1995 pero ya lo había entregado en 1993. Otro pilar es [Enrique] Dussel, filósofo de la liberación; sabía de él, pero nos fuimos acercando ya en estos años. De él tomo el concepto de transmodernidad: Europa cree que la modernidad es una cosa que ella hizo, pero no lo podría haber hecho sin la conquista del resto del mundo. A eso él le llama transmodernidad, es parte de la analítica pero también es el mundo futuro, es decir, ya el mundo futuro no puede ser dirigido por Europa y Estados Unidos. El tercer pilar es la escritora chicana Gloria Anzaldúa, que introduce el concepto de frontera. Ella dice: “La frontera se refiere a la frontera de México con Estados Unidos; son 3.000 kilómetros donde el Tercer Mundo se frota con el Primer Mundo y sangra”. Ella lo dice como chicana, pero también como lesbiana, o sea que también plantea la cuestión de las fronteras sexuales.

-¿Qué había en esos tres autores y en otros, como WEB du Bois, con su “doble conciencia del esclavo”? ¿Qué era lo que estabas buscando?

-Eso a lo que le llamo el paradigma otro en Historias locales [Se refiere a Local Histories/Global Designs: Coloniality, Subaltern Knowledges, and Border Thinking (2000)]. Eso también es un proceso. El primer capítulo de la Filosofía de la liberación, de Dussel se llama “Geopolítica y filosofía”. Él plantea que “no es lo mismo pensar en Chiapas que pensar en París”. De ahí va surgiendo el concepto de “geopolítica del conocimiento”. El conocimiento no es universal, la historia de Europa es local, pero se ha globalizado por el imperialismo. Me empiezo a encontrar como intelectual del Tercer Mundo y a entender mi malestar.

-¿Malestar respecto del lugar donde estabas?

-Exacto. Malestar en el sentido de que cuando yo me fui a estudiar a Francia creía que ya estaba, pero me doy cuenta de lo que significa ser un sudaca, un intelectual del Tercer Mundo. Tiene muchas dimensiones. También el concepto de colonialidad me lo reafirma. Como dice Quijano: “Es urgente que nos desenganchemos del eurocentrismo”, y el eurocentrismo no es una cuestión geográfica sino epistemológica, es un control del conocimiento. Te vas sintiendo más en las márgenes. Después descubro a Anzaldúa y me doy cuenta de lo que significa el borde. Nosotros, como intelectuales del Tercer Mundo, estamos en el borde entre el Tercer Mundo y el Primer Mundo, entre América del Sur y Europa. Ya no es “estudiar el borde”, sino habitar el borde y pensar en el borde. Una de mis polémicas con [Néstor] García Canclini es que él estudia el borde desde la antropología, y la antropología sigue donde estaba, en el territorio. Aquí viene el vuelco que le damos a la geografía de la razón: ya no es una cuestión sujeto/objeto, el sujeto cognoscente, el objeto conocido, sino que todos estamos metidos en la matriz colonial de poder, entonces la analítica es una analítica que me incluye, es decir, donde yo me veo, me encuentro y desde donde oriento mi actividad.

-¿Qué lugar tiene Frantz Fanon, entre otros? Vos has ido incorporando a más intelectuales “de la periferia”...

-Totalmente. Una de las ramas de mi investigación es cómo responden a la interferencia europea los distintos pensadores de distintas partes del mundo. Todo esto era la cuestión indígena. Como rioplatenses le habíamos prestado poca atención a lo afro, pero, ya en Estados Unidos, el Caribe se nos viene encima, entonces vienen [Aimé] Césaire, Fanon, [Édouard] Glissant y otros pensadores afrocaribeños. Empiezo a hacer la diferencia entre qué significa pensar decolonialmente como un blanco sudamericano o mestizo, como el caso de Quijano, y qué es lo que significa pensar como un negro, como un chicano, como un indígena. Esto para limitarnos a América. Pero después empecé a pensar qué dijeron los musulmanes, y encuentro a Mohammed Abed al-Jabri, Ali Shar'iati y Adbelkhebir Khatibi en el mundo árabe-musulmán. Me meto con los africanos: Amílcar Cabral, Steve Biko. También están Ashis Nandy y Vandana Shiva en India. En China, Sun Yat-sen, que hizo la revolución en 1912 y empezó la república; era un gran pensador. Y algunos de la nueva izquierda, como Wang Hui. En Singapur está Syed Farid Alatas; me interesa mucho porque es sociólogo pero dice: “Tenemos que conocer a Weber y a Marx, pero los problemas nuestros están parcialmente relacionados y necesitamos partir de nuestros pensadores: José Rizal en Filipinas, Ibn Jaldún en Túnez, Said Nursi en el sultanato otomano”. Lo que tenemos en común es que a todos nos tocó Europa, pero a todos nos tocó en distintos momentos, de distintas maneras, en distintas fases; una cosa era España, otra Inglaterra, otra Francia, otra Estados Unidos. Además, las memorias locales eran totalmente distintas. Yo trabajo una memoria en particular, cercana a la indígena, a la afro, a la latina, y ahí establecemos un diálogo.

-¿De ese diálogo surge la decolonialidad como concepto?

-Te lo digo en dos puntos. Uno es que la descolonización, todavía no la decolonialidad, consistía en que los indígenas de Asia y África echaran a los colonizadores y se quedaran ellos con el Estado. Eso pasó en Argelia, en India: echaron al imperialista pero se quedaron con todas las estructuras mentales y burocráticas del Estado y la economía. Vinieron la corrupción y todos esos fracasos. A partir de Fanon, y sobre todo cuando Quijano introduce el concepto de colonialidad, nos damos cuenta de que en este momento la decolonialidad no es tomar el Estado, sino un proceso de descolonización del conocimiento. Esto lo dice Quijano de una manera muy clara: “Es urgente desconectarnos del eurocentrismo”, y "desconectarnos del eurocentrismo" se fue transformando en desconectarnos de la matriz colonial de poder. Esto no se puede hacer de una sola vez en un solo lugar, porque la matriz son muchas esferas. Bueno, nosotros lo analizamos así, ellos no lo analizan así; nosotros vemos cómo en distintas partes del mundo la gente está haciendo un montón de cosas para desligarse del control del género, la sexualidad, la economía, la política, el arte, la estética. Entonces, primer momento: descolonización, apoderarse del Estado; segundo momento: decolonialidad, un proyecto de analítica de la matriz, que lleva a la formación de la sociedad política global.

-¿Qué es esa matriz de poder colonial?

-Cuando decimos colonialidad es un shorthand, una manera de decir “matriz colonial de poder”. Es una estructura conceptual, política, ética, de gestión de todas las esferas de lo social, que se forma no en Europa sino en los primeros siglos de la colonización. Se forma porque los europeos, en ese momento cristianos, fundamentalmente castellanos y portugueses, se encuentran con algo que no tenían en sus mapas, se dan cuenta de que es una tremenda riqueza y tienen que organizar todo esto. La matriz colonial de control y de gestión va acompañada de un discurso que justifica la explotación, el genocidio. Ésa es la base. Podemos decir que tiene cuatro esferas: la económica; la política: la autoridad; la subjetiva: género, sexualidad, racismo; la epistemológica: conocimiento; y la esfera que hoy llamamos "de la naturaleza", que podemos decir que es parte del control de la economía y la política. Todas están interrelacionadas. Esto se forma de una manera en el siglo XVI y XVII, pero cuando los ingleses y los franceses toman el control y ya no son teólogos sino seculares, la van modificando de acuerdo a sus intereses. Cuando Estados Unidos lo toma, lo modifica, pero se puede ver la lógica; así como Freud ve la lógica del inconsciente o Marx ve la lógica del capital, nosotros estamos analizando la lógica de la matriz.

-Vos hablabas de la Matrix, que no podemos salir de la Matrix...

-Estamos en Matrix. Nos gobierna todavía, pero hay una diferencia: ya no la controla Occidente. Entonces los BRICS [Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica] están disputando el control. China pudo ser lo que es porque no obedeció a Occidente; si hubiera obedecido estaría como América Latina, sería Tercer Mundo. La manifestación más evidente de la disputa por la matriz colonial de poder es Rusia en Ucrania. Esa disputa crea un montón de los problemas que se están dando hoy. Entonces la decolonialidad aquí ya no es una cuestión del Estado, la decolonialidad es una cuestión de la sociedad política global, que se está armando con proyectos que le exigen al Estado pero al mismo tiempo se van por otro lado, porque saben que el Estado no puede resolver estos problemas, que el Estado va a ser siempre control. El Estado está en la matriz; el Estado secular, burgués, europeo, del siglo XIX.

-¿Con qué lenguaje combatimos esa colonialidad?

-La primera operación es desvirtuar ese lenguaje de la matriz, lo que nosotros llamamos "la retórica de la modernidad", que es la cara visible. Otra de las tareas es hacer intervenir otras categorías de pensamiento, de sentimiento, de saberes, de otras lenguas, culturas que nos ayuden en los procesos de descolonización. No se trata de volver a la autenticidad aimara o china; nadie quiere volver a los orígenes. Lo que se está haciendo es reinvestir esas categorías como sumak kawsay [buen vivir], que es un ejemplo de una categoría usada por los indígenas y por los blancos que están cuestionando el desarrollo y la democracia como formas legítimas del progreso y del bienestar. En China hay una gran discusión sobre el confucionismo constitucional; el mismo tipo de discusión. Dicen: “Nosotros, democracia como la de Occidente, ni pensar. Tenemos que rearticular las categorías de Confucio en este momento en relación con las organizaciones sociales existentes; tenemos que adaptarlas”. El tercer proceso de descolonización es el hacer; pensar es un hacer, pero, por ejemplo, lo que hace el zapatismo, que es un pensamiento que va acompañado de un hacer: los caracoles, la escuelita, las primeras organizaciones zapatistas que enfrenta el Estado.

-¿La operación es también leer decolonialmente?

-Leer decolonialmente a Fanon es continuar, 60 años después, lo que él no vio. También tenemos que leer decolonialmente a Kant. Un filósofo nigeriano, Émmanuel Chukwudi Eze, escribió un artículo que se llama “El color de la razón”, en el que sostiene que no hay que empezar a leer a Kant desde la Crítica de la razón pura sino desde los textos racistas, de su antropología, su geografía, sus observaciones sobre lo bello y lo sublime. Sobre este racismo fundamental y fundamentalista se construyó la Crítica de la razón pura, por eso “el color de la razón”. No es que no haya que leer o releer a los europeos; hay que leerlos decolonialmente.
Alejandro Gortázar