sábado, 29 de octubre de 2011

Otro giro hacia la "izquierda" en Europa: los laboristas ganan en Irlanda


El laborista Michael D. Higgins, un veterano político de 70 años, será el noveno presidente de Irlanda después de que el primer recuento oficial le otorgase más del 40% de los votos, casi el doble que a su principal contrincante, el empresario independiente Séan Gallagher y el triple que Martin McGuinness, el número dos del Sinn Féin.


Irlanda da un giro a la izquierda después del fracaso de la gestión económica del partido conservador Fine Gael (forma parte del Partido Popular Europeo), que obligó a la intervención de la Unión Europea el año pasado. El tigre celta, como era llamado, fue considerado como ejemplo por la derecha europea, entre ellael PP, cuyo líder, Mariano Rajoy, llegó a afirmar que sus “recetas liberales” eran una garantía de éxito.

Los laboristas podrían aumentar su ventaja

Higgins, el más veterano de los siete candidatos, podría aumentar su ventaja sobre Gallagher a medida que avance el complejo recuento que continúa este sábado, a pesar de que la participación fue baja, en torno al 50 por ciento.

El sistema irlandés permite votar a todos los candidatos
El sistema electoral en Irlanda da la posibilidad de votar a todos y cada uno de los candidatos por orden de preferencia, y el recuento comienza con la primera de las opciones, cuyos resultados no son definitivos pero dan un idea clara de la tendencia del voto.

Gallagher tiene un 28,5% de los votos hasta ahora

El recuento final de las primeras preferencias otorgó un 28,5 por ciento a Gallagher, a quien le ha pasado factura en los últimos días de campaña las acusaciones de corrupción lanzadas por sus rivales, sobre todo del Sinn Fein. El empresario, conocido por sus apariciones en un reality, aseguró que el nuevo jefe del Estado recibirá todo su apoyo, al tiempo que le felicitó “sinceramente” por llevar a cabo una campaña “positiva”.

McGuinness, en la tercera posición
En tercera posición, con un 13,7 por ciento, las urnas colocan provisionalmente a McGuinness, un resultado que satisface a la formación nacionalista y que refuerza su estrategia de expansión en el sur de la isla.

El senador gay David Norris

El gran favorito al comienzo de la campaña para convertirse en el primer presidente abiertamente gay de Irlanda, el senador independiente David Norris, también ha pagado en las urnas su vinculación a un escándalo sexual y de tráfico de influencias, pero obtiene, no obstante, un honroso 6,2 por ciento.

El gran derrotado, el gobernante Fine Gael

El gran derrotado es el candidato del gobernante Fine Gael (FG) Gay Mitchell, a quien su falta de carisma y de apoyo de su propio partido en la campaña le han relegado a la cuarta posición con un 6,4 por ciento. Mitchell podría incluso quedarse lejos del 12,5 por ciento de votos requerido para que los tres primeros puedan reclamar el reembolso de los gastos incurridos durante la campaña, cuyo tope son 200.000 euros. Lo mismo les sucede a la activista Mary Davis y a la exeurodiputada y ganadora de Eurovisión Dana Rosemary Scallon, que obtienen un 2,8 y un 2,9 por ciento, respectivamente.



Revés del Fondo Verde para el Clima


El Fondo Verde para el Clima, con cuyo apoyo los países en desarrollo cuentan para sus actividades contra el calentamiento global, sufrió un revés al no llegarse a un acuerdo sobre las recomendaciones a dar a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se celebrará este año en Durban, Sudáfrica.

El Comité de Transición del Fondo Verde para el Clima realizó su reunión final la semana pasada en Ciudad del Cabo. Los copresidentes del Comité elaboraron una versión preliminar del instrumento del Fondo Verde, conteniendo sus objetivos, estructuras y funciones rectoras, pero no fue aceptado por dos miembros: Estados Unidos y Arabia Saudita.

Varios de los cuarenta miembros del Comité de Transición también habían criticado partes del informe anteriormente, pero no rechazaron el documento.

La incapacidad del Comité de Transición para llegar a un consenso podría asestar un golpe a la Conferencia de Durban, que tendrá lugar del 28 de noviembre al 9 de diciembre. Se esperaba que el lanzamiento del Fondo Verde fuera uno de los máximos logros de la reunión, si no el único.

La conferencia de Durban necesita presentar algún éxito luego del desastre de Copenhague en 2009 y la recuperación apenas parcial de Cancún el año pasado. Pero persiste el desacuerdo sobre el tema principal: las acciones de los países para reducir o minimizar las emisiones que causan el calentamiento global.

Es posible que no sobreviva el Protocolo de Kioto –por el cual todos los países desarrollados salvo Estados Unidos tienen compromisos vinculantes para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero– porque algunos miembros clave, como Japón y Rusia, expresaron que no quieren continuarlo y pretenden, junto a Estados Unidos, reemplazarlo por un sistema de compromisos voluntarios para los países desarrollados, mientras se presiona a los países en desarrollo para que adopten nuevos compromisos, como brindar estricta información sobre las medidas adoptadas.

Esto provocó indignación entre los países en desarrollo, que intentan que el Protocolo de Kioto no sea enterrado en Durban. Pero pocos son optimistas.

Si el régimen sobre el clima se desarticula, el consuelo sería el Fondo Verde, establecido el año pasado en Cancún. El Comité de Transición recibió la tarea de recomendar los objetivos, estructuras de gobierno, métodos de trabajo, fuentes y usos de los fondos, y se esperaba que la Conferencia de Durban, en la que participarán todos los miembros de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Clima, avalara el informe para que comenzara a funcionar a principios del año próximo. Por eso fue una gran desilusión que después de cuatro reuniones el comité no pudiera llegar a un acuerdo.

El copresidente del Comité de Transición para el Fondo Verde para el Clima, el ministro de Planificación de Sudáfrica, Trevor Manuel, presentó un informe preliminar hacia el final de la reunión, el 18 de octubre.

Los países en desarrollo quedaron en general conformes con algunos puntos del proyecto, en especial que el Fondo Verde tuviera su propia personería jurídica legal y una Secretaría independiente. Para estos países, un nuevo fondo tiene sentido si funciona por sí mismo, sin depender de la personería jurídica o la secretaría de otras organizaciones, como el Fondo para el Medio Ambiental Mundial (FMAM) o el Banco Mundial.

Pero países en desarrollo como Egipto, China, India y Filipinas discreparon en los siguientes puntos:

* El informe no estableció cómo se haría la votación en caso de que los miembros de la junta no lograran consenso en torno a un tema. Previamente había una versión que exigía la mayoría de votos, pero fue reemplazada. Algunos países desarrollados propusieron que el valor de los votos correspondiera a la cantidad de fondos aportados por los miembros, un principio al que los países en desarrollo se opusieron firmemente.

* El informe concedía escasa autoridad a la totalidad de los miembros del Fondo Verde, congregados en la Conferencia de las Partes, en la que los países en desarrollo tienen una amplia mayoría, y demasiada autoridad a la junta, en la que en general dominan los países desarrollados, si bien debe haber igual cantidad de miembros de países desarrollados y en desarrollo (doce y doce).

* Se crea un servicio financiero especial para financiar el sector privado, incluso a escala internacional. Esto podría desviar fondos destinados a los países en desarrollo y dirigirlos a empresas e instituciones financieras de países desarrollados, que podrían así tener acceso directo tanto a los fondos como a los países en desarrollo (eludiendo a los gobiernos).

Se esperaba que el Fondo Verde brindara principalmente donaciones a los países en desarrollo, complementadas con préstamos en condiciones favorables. Sin embargo, los países desarrollados también pretenden que se establezcan instrumentos como garantías para préstamos para un capital conjunto con empresas a efectos de “apalancar” los fondos del sector privado.

El Fondo Verde dispone, inicialmente, sólo de líneas para mitigación y adaptación, mientras que numerosos países en desarrollo también pretendían líneas para tecnología y creación de capacidad y los países desarrollados, con el apoyo de algunos países en desarrollo, también querían una línea para bosques.

Los países en desarrollo, salvo Arabia Saudita, no presentaron objeciones explícitamente cuando el copresidente del Comité de Transición del Fondo Verde para el Clima propuso que el proyecto preliminar fuera presentado por consenso a la Conferencia de Durban. Pero Estados Unidos objetó claramente la propuesta.

Estados Unidos había señalado previamente varios desacuerdos con el proyecto del Fondo Verde, en especial que concediera demasiadas funciones a la generalidad de los miembros, recibiera dinero sólo de los países desarrollados (pretendía que los países en desarrollo también contribuyeran), restringiera la capacidad del sector privado para comprometerse y tuviera su propia personería jurídica.

Finalmente se acordó que la versión preliminar del informe sobre el Fondo Verde para el Clima se presente en Durban pero no como un documento consensuado. Existe la posibilidad de que la Conferencia de las Partes lo “abra” y renegocie el texto.

Esto no es necesariamente malo, ya que la propuesta puede mejorarse. Sin embargo, si los cuarenta miembros del Comité de Transición del Fondo Verde no se ponen de acuerdo, sería aún más difícil que los casi doscientos miembros de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático alcancen un consenso.

Martin Khor, fundador de la Red del Tercer Mundo, es director ejecutivo de South Centre, una organización de países en desarrollo con sede en Ginebra.

Los desafíos a la gobernabilidad democrática


Isidro Rodríguez Silva | Opinión


“Los desafíos a la gobernabilidad democrática en América Latina” es el fundamental ensayo del Dr. Carlos Tünnermann Bernheim publicado en el volumen II de “Perspectivas del Pensamiento Social Latinoamericano”, (Bogotá, 2010), órgano de difusión de la Cátedra Latinoamericana “Orlando Falsa Borda”, que tiene su sede en la Universidad Nacional Abierta y a Distancia de Colombia (UNAD).

Este artículo del Dr. Carlos Tünnermann contiene una reflexión sobre gobernabilidad y democracia en América Latina en cuanto plantea que: “Los gobiernos democráticos no han logrado ofrecer un nivel de bienestar aceptable a todos los sectores de la población ni resolver los problemas del desarrollo, lo que genera frustración y crisis de credibilidad en el sistema democrático”.

El autor señala que la pobreza produce una desigualdad, es por eso que: “América Latina es la región del mundo, donde prevalece la mayor desigualdad social”. Pero la pobreza no es solamente económica, es también: “una pobreza de futuro, una pobreza de expectativas”. Para la gobernabilidad democrática, afirma el autor, es necesario que en la sociedad prevalezca “una sensación de equidad social”. De esta manera, la gobernabilidad no estará sometida al riesgo constante de la polarización y el estallido social.

Para el Dr. Carlos Tünnermann la gobernabilidad democrática es un concepto complejo, que alude no solo a la estabilidad sino al ejercicio democrático y no autoritario del poder, a la administración de un país de modo que se propicie su desarrollo humano y sostenible.

La gobernabilidad democrática permite no sólo una estabilidad política, sino también calidad en las prácticas de las políticas, que se manifiestan en el buen uso del poder de parte del gobierno, respeto al estado de derecho, alto grado de participación ciudadana y cohesión social. Pero sobre todo: “La gobernabilidad implica el ejercicio pleno de la democracia –acentúa el Dr. Carlos Tünnermann- de modo que haga realidad los valores de justicia, libertad, solidaridad y transparencia”.

En el caso específico de América Latina, el Dr. Carlos Tünnermann plantea el reto de: “que nuestros países enfrenten, de cara al siglo XXI, el fortalecimiento de las instituciones democráticas como soporte indispensable para su ingreso en la modernidad. Nuestra historia reciente registra la paradoja de un cierto avance en el camino democrático y un estancamiento, cuando no un franco retroceso en la economía y en los niveles de vida de las grandes mayorías de la población”.

La Cátedra Latinoamericana “Orlando Fals Borda” fue creada con el propósito de estimular los estudios sociales en América Latina, en homenaje al eminente sociólogo colombiano, Dr. Orlando Fals Borda, principal promotor de la concepción de la investigación-Acción en el campo de las ciencias sociales. Fals Borda es considerado como el “Padre de la sociología colombiana”. Integran la Cátedra, por invitación de la UNAD, el Dr. Aníbal Quijano, del Perú; Antonio Elizalde Hevia, de Chile; Dr. Carlos Tünnermann Bernheim, de Nicaragua; Dr. Normando José Suárez Fernández, de Colombia; Dr. Alejandro Acosta, de Colombia y Dr. Hugo Zemelman, de Chile-México.

En la gobernabilidad democrática también juegan un rol importante los partidos políticos, quienes desde sus tribunas promueven o no el ejercicio político de la democracia, lo mismo que una vigorosa sociedad civil integrada por la población en todos sus niveles y sectores. Porque, como reafirma el Dr. Carlos Tünnermann: “Un estado moderno, reformado y descentralizado en su estructura y redimensionado en sus funciones, implica varias cuestiones, entre ellas, la estructuración de un sistema de partidos políticos fuertes, inclusivos y representativos”.

El Dr. Carlos Tünnermann también se refiere al arraigado fenómeno de la corrupción que: “carcome las raíces mismas de las instituciones democráticas”. Es por eso que, según él, la política debe de ir de la mano con la ética, porque: “no es posible concebir una verdadera gobernabilidad democrática cuando la impunidad es la recompensa de la corrupción pública o privada”. El autor asegura que no debemos caer en la trampa ideológica de que la política es una actividad ajena a la moral.

Finalmente, el Dr. Carlos Tünnermann señala que “En América Latina y el Caribe se hace necesario promover una nueva cultura política, basada en la interdependencia entre lo ético y lo político, entendiendo la ética no sólo como un conjunto de principios y valores, sino como un elemento dinámico, movilizador del comportamiento político de nuestros pueblos”.



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Frantz Fanon: la actualidad del humanismo


Intervención del sociólogo cubano Aurelio Alonso en el Ciclo de Pensamiento Social Caribeño: “Actualidad de Frantz Fanon: hacia un humanismo renovado”, celebrado en la Casa, del 24 al 28 de octubre


por Aurelio Alonso

¿Cómo pensamos a Fanon desde la perspectiva cubana, visto en su tiempo y en el tiempo presente? Esa es la pregunta en torno a la cual va a girar mi presentación, a partir de su vida y de su pensamiento. Para lo cual me apoyo principalmente en Los condenados de la tierra, obra que resume su aporte sustantivo de la manera más acabada. Fue, además, por donde nos familiarizamos en Cuba con su pensamiento. Solo después conocimos y publicamos igualmente Piel negra, máscaras blancas, y otros ensayos.

Estamos ante un pensador revolucionario de los 60, uno de los más importantes, pero al propio tiempo, un pensador que rebasa su horizonte de vida, y no dudo en afirmar el alcance de su obra para hoy y para el futuro. Estamos ante un pensamiento que se desarrolla en estrecha relación con la experiencia revolucionaria argelina, aunque rebasa la geografía africana y se inscribe en la tradición de las reflexiones claves, entre los que pensaron y los que piensan el Tercer Mundo.

Fanon pertenece a la misma generación del Che Guevara y Fidel Castro; es hijo del mundo explotado y discriminado, en su caso por pobre y por negro. Los tres viven, desde su juventud, los compromisos sociales que les marcan definitivamente. Fanon primero, en la campaña final contra el nazismo en Francia, en la Guerra Mundial, que sin ser una guerra revolucionaria suponía una confrontación que la legitimaba ideológicamente desde la izquierda. Cerca de diez años después vivió la experiencia de la revolución argelina. El Che se enroló, con Fidel, en la lucha en la Sierra Maestra. Che y Fanon se hicieron médicos en los mismos años. Fanon, psiquiatra, lo que le permitió, desde temprano, asociar sus estudios clínicos a su reflexión general revolucionaria.

Su vida adulta fue sumamente corta y empeñó su aliento final en concluir la obra que transmitiera la madurez de su pensamiento: Los condenados de la tierra. Cuando la enfermedad lo vence en 1961, el Che recién se involucraba en los quehaceres de la comprensión económica del proyecto socialista cuya conducción política compartía con sus compañeros cubanos.

La vida del Che no fue mucho más larga que la de Fanon, y se sintió igualmente urgido de dejar un legado que resumiera su mirada, con la crudeza que la realidad imponía, y en eso se convirtió su extensa carta al director del semanario Marcha titulada El socialismo y el hombre en Cuba. En ambos luchadores, Fanon y el Che, el concepto de «hombre nuevo» identifica la convicción de que la dimensión humana tenía que presidir cualquier ruta de transformación efectiva hacia un mundo mejor.

Se trata de una propuesta humanista, pero no de cualquier humanismo: una propuesta humanista que no había sido ni sería teorizada sino que tendría que salir de la lucha por la emancipación definitiva. El pensamiento de Fanon se destaca entre los que se sustentan en la tesis de que el centro de la conflictividad dominante en el sistema mundo había que definirla a partir de la contradicción Norte-Sur. O sea, entre los centros del capital y el mundo constituido por sus periferias. En otras palabras, de la explotación mundializada. De ningún modo desde el llamado «bipolarismo» Este-Oeste, como presumían las potencias. Es obvio que entonces como ahora teníamos que atravesar inevitablemente el narcicismo de las potencias.

Fanon se convierte, en consecuencia, en uno de los pioneros de la reflexión revolucionaria surgida en el Tercer Mundo de la posguerra. No fue el único, otros pensadores africanos, como Patricio Lumumba,[1] Amílcar Cabral, y otros. El pensamiento de izquierda africano le debe muchísimo a Fanon.

Los condenados de la tierra nutrió la reflexión de la izquierda africana de los 60, porque partía de la experiencia de Argelia y, sobre todo, porque rebasaba la frontera de la cuestión argelina y tocaba el nervio mayor del problema. También alcanzaría su incidencia a quienes defendían, en la América Latina, las opciones revolucionarias frente a las reformistas. E incluso a los economistas que desarrollaron la crítica de la «dependencia» hacia mediados de los 60, como Theotonio dos Santos, Fernando Caputo, Rui Mauro Marini, Tomás A. Vasconi, André Gunder Frank, y otros.

No hay que olvidar que la América Latina se hallaba entonces ante la incidencia de la victoria de la Revolución cubana que había puesto al país en el camino de la emancipación definitiva, con el desafío de resistencia que le planteaba la agresividad sin tregua del imperio.

Sartre destaca con razón que «el Tercer Mundo se descubre y se expresa a través de esa voz [la de Fanon]: pueblos sometidos, otros que han adquirido una falsa independencia, algunos que luchan por conquistar su soberanía, y otros que, aunque han ganado la libertad plena, viven bajo la amenaza de una agresión imperialista». Sartre y Fanon se conocieron y se identificaron mucho y, por eso, en su prólogo a Los condenados de la Tierra puede asegurar que «Cuando Fanon dice que Europa se precipita a la perdición, lejos de lanzar un grito de alarma hace un diagnóstico[…] no pretende condenarla […] ni darle los medios para sanar».

Me permito recordar aquí que Sastre no fue un filósofo de academias, sino un hombre profundamente comprometido, marxista y revolucionario, que operó un cambio radical en el movimiento existencialista. Fue un humanista. Merece recordarse su renuncia al Premio Nobel de Literatura que se le otorgó en 1964, por negarse a ser galardonado por un mundo en el cual se vivía sin libertad.

Entre otras cosas, con la posguerra y el auge de movimientos populares se aceleró un proceso de «descolonización» de las colonias europeas, término que aludía en el fondo al arte de las potencias para propiciar la transformación de sus últimos enclaves coloniales en neocoloniales. Europa ajustaba su modelo de dominación y explotación según la experiencia que los Estados Unidos habían seguido en la América Latina. Lo cual significaba la modernización de la colonialidad. Fanon sostiene la necesidad de la ruptura del lazo colonial como liberación del colonizado del yugo colonial, por oposición a la descolonización, simple rediseño de la dependencia política y económica, a la cual el petróleo comenzaba a potenciar en significado. «Me he comprometido conmigo mismo y con mis semejantes a combatir toda mi vida y con todas mis fuerzas para que nunca más sobre la tierra haya pueblos sojuzgados» nos dice en Piel negra, máscaras blancas.

Al justificar Sastre, en su prólogo, el sentido de la violencia que se defiende en Los condenados de la tierra, señala Sartre: «Fanon es el primero, después de Engels, que vuelve a poner en evidencia a la partera de la historia […], es el intérprete de la situación, nada más». Para comprender la violencia del colonizado no es posible olvidar que «el colonizador lleva la violencia a la casa y a la mente del colonizado», lo que lo ponen en un estado de tensión permanente, pues «esta dominado pero no domesticado, inferiorizado pero no convencido de su inferioridad».

El problema racial quedará entonces íntimamente ligado a la colonialidad. Se hace similar al modo en que lo ha visto desde entonces y lo ve hoy en nuestra América el sociólogo peruano Aníbal Quijano. De modo que la visión de Fanon se diferenciará de las tesis sobre la negritud desarrolladas por su coterráneo y amigo Aimé Césaire. No quiere decir que descuidemos el mérito de la postura emancipadora de Césaire, que en su Discurso sobre el colonialismo sanciona: «Una civilización que se muestra incapaz de resolver los problemas que su funcionamiento suscita, es una civilización decadente. // Una civilización que decide cerrar los ojos a sus problemas cruciales, es una civilización enferma. // Una civilización que escamotea sus principios es una civilización moribunda»[2] y a continuación caracteriza a la civilización occidental, cuyo epicentro rebasa, seis décadas después, las fronteras de Europa, devenida hoy en teatro de confrontaciones del imperio americano. «Europa es indefendible» resume Césaire estas apreciaciones iniciales del documento.

Maurice Maschino[3] observa que Fanon concluye, ya en 1952, que hay que superar la cuestión del color; desprenderse del mito de la raza negra (inferiorizada o sobrestimada) para construir al hombre, esta tesis es la de Piel negra, máscaras blancas:
    El negro está encerrado en su cuerpo […] Es esclavo del pasado […] Lograrán desalienarse los negros y los blancos que se hayan negado a dejarse encerrar en el pasado. De ningún modo debo extraer mi vocación original del pasado de los pueblos de color; de ningún modo debo dedicarme a revivir una civilización negra injustamente olvidada. No soy hombre de ningún pasado. No quiero cantar al pasado a expensas de mi presente y de mi porvenir […] Solo quiero una cosa: que cese el avasallamiento del hombre por el hombre ―es decir, de mí mismo por otro―. Que se me permita descubrir y querer al hombre allí donde esté.
Fanon denuncia también al negro que sobrestima su color, la civilización de sus antepasados, las lenguas peuhl o swahili, pues este negro sigue defendiéndose en relación al blanco, adopta sus criterios, interioriza la imagen que el blanco le propone, contentándose simplemente con mirarla al revés: el desprecio se transforma en exaltación, la repulsa en admiración; en ambos casos […] son hombres alienados. Fanon analiza el conflicto racial como expresión del conflicto de la dominación económica, el conflicto de clase, la relación central de poder dentro de la sociedad.

Para aludir a otros elementos de su reflexión revolucionaria de entonces ―y reitero que la experiencia vivida en Argelia en la base de esta apreciación― descalificaba a los partidos comunistas para el liderazgo de las luchas, aunque los reconocía si y solo si aparecían formándose en la lucha, como resultado de la lucha, íntimamente vinculados a ella, desprovistos de influencias ajenas a la lucha emancipadora. Otro aspecto, también vinculado a la vivencia argelina, se refiere a una especial valorización del papel del campesinado en la lucha y en la transformación revolucionaria de conjunto. Se lo plantea explicitamente en torno a los «ellaheen» en Argelia. Es algo en lo que la historia posterior también le da razón, si tomamos en cuenta el papel del Movimiento Sin Tierra en Brasil, los movimientos indígenas en los países andinos y otros ejemplos de la América Latina, África y Asia, que desde el primer encuentro de Porto Alegre en 2003 han mantenido la vitalidad de los encuentros del Foro Social Mundial.

Quisiera cerrar esta presentación leyendo unas líneas de las conclusiones de Los condenados de la Tierra que ustedes tendrán la posibilidad de tener en sus manos:
    Compañeros, el juego europeo ha terminado definitivamente, hay que encontrar otra cosa. Podemos hacer cualquier cosa ahora a condición de no imitar a Europa, a no dejarnos obsesionar por el deseo de alcanzar a Europa.

    Europa ha adquirido tal velocidad, loca y desordenada que escapa ahora a todo conductor, a toda razón y va con un vértigo terrible hacia un abismo del que vale más alejarse lo más pronto posible […]

    Cuando busco al hombre en la técnica y en el estilo europeos veo una sucesión de negaciones del hombre, una avalancha de asesinos.

    La condición humana, los proyectos del hombre, la colaboración entre los hombres en tareas que acrecienten la totalidad del hombre son problemas nuevos que exigen verdaderos inventos […]

    Tratemos de inventar al hombre total que Europa ha sido incapaz de hacer triunfar.

    Hace dos siglos una antigua colonia europea decidió imitar a Europa. Lo logró hasta el punto que los Estados Unidos de América se han convertido en un monstruo en que las taras, las enfermedades y la inhumanidad de Europa han alcanzado terribles dimensiones […]

    El Tercer Mundo está ahora frente a Europa como una masa colosal cuyo proyecto debe tratar de resolver los problemas a los cuales esa Europa no ha sabido aportar soluciones […]

    Se trata, para el Tercer Mundo, de reiniciar una historia del hombre que tome en cuenta, al mismo tiempo, las tesis, algunas veces prodigiosas, sostenidas por Europa, pero también los crímenes de Europa…

    No rindamos, pues, compañeros, un tributo a Europa creando Estados, instituciones y sociedades inspirados en ella.

    LA HUMANIDAD ESPERA DE NOSOTROS ALGO MÁS QUE ESA IMITACIÓN CARICATURESCA Y, EN GENERAL, OBSCENA.
Y permítanme terminar por recordar una respuesta que el Che Guevara dio al periodista francés Jean Daniels en una entrevista en La Habana, en 1963, en la cual afirmaba enfáticamente: «El desarrollo económico sin la desalienación del hombre no nos interesa».

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Notas:

1. Jean Paul Sartre: «El Pensamiento político de Patricio Lumumba», en Situations V, París 1964.

2. Citado de Casa de las Américas no 36/37, 1966.

3. Tomado de Pensamiento Crítico no. 2, 1967.