sábado, 17 de diciembre de 2011

El Brasil y su acción subimperialista en América Latina


Por Elaine Tavares - periodista en el Instituto de Estudios Latinoamericanos

13.12.2011 - El sistema capitalista tiene una consigna que es el retrato vivo de su naturaleza: para que un viva, otro tiene que morir. Nadie que viva en ese sistema puede escapar de eso. No es sin razón que la principal discusión del mundo actual sea justamente la idea de desarrollo, pues, cada día más la gente se da cuenta de que la promesa de desarrollo que está imbricada en la idea capitalista de producción solo es buena para muy pocos. En los países centrales, que son la punta del sistema, el desarrollo es desigual y combinado. Siempre hay una camada significativa de la población que se queda explotada y en situación de pobreza extrema, sirviendo como mano de obra para que el sistema se haga.

En los países de la periferia del sistema lo que existe es un capitalismo dependiente, y el desarrollo posible es únicamente el desarrollo del subdesarrollo pues como ya mostró con mucha eficacia el teórico Andre Gunder Frank, es de la naturaleza del capitalismo crear matrices y periferias, en camadas. Así, la promesa del capitalismo se vuelve ilusoria. Jamás, en el sistema, la gente que vive en la periferia podrá desarrollarse. Es una mentira que, de tantas veces repetida, aparece como verdad. Lo que sí, puede pasar, es algunos países de periferia desarrollaren algunos aspectos de la vida o de algunas regiones, pero al mismo tiempo, causando el subdesarrollo de otras.

Eso es lo que pasa en Brasil. Es, de hecho, un gigante, ocupando 47% del área de América Latina. Tiene 8.514.876 quilómetros cuadrados y 23 mil quilómetros de frontera. Aparece como una potencia en la región y desde los años 50 del siglo pasado, cuando empezó a aceptar todos los conceptos del desarrollo capitalista tiene vivido esa realidad. Desarrollo en algunas regiones y miseria infinita en otras. Capitalismo dependiente. Hoy, viviendo un momento de crecimiento económico, refuerza aún más su política subimperialista en relación con los demás países vecinos. Política esa que empezó con fuerza en el periodo de la dictadura militar, cuando igualmente pasó por un vigoroso proceso de crecimiento, apoyado por el imperio estadunidense.

El teórico brasileño Ruy Mauro Marini es el que mejor ha definido el concepto de subimperialismo llevado a cabo por los países dependientes, como es el caso de Brasil en América Latina. Marini deja muy claro que el subimperialismo no es un imperialismo de grandeza menor o de segunda categoría. Es un fenómeno que comparte leyes del desarrollo capitalista comunes a la teoría del imperialismo (monopolios e capital financiero), aunque tenga elementos propios que corresponden al funcionamiento del capitalismo dependiente tales como la superexplotación del trabajo, la integración del capital nacional al extranjero y la monopolización extrema a favor de la industria suntuaria. Aun segundo Marini, el subimperialismo sigue la lógica de la cooperación antagónica, cual sea, al mismo tiempo en que coopera con el imperialismo en las políticas generales, actúa en una dinámica contradictoria buscando el dominio entre sus vecinos, buscando hegemonía regional.

Esa dinámica ya pudo ser notada a partir de los años 60 cuando la nueva división del trabajo del pos guerra ha generado subcentros políticos que, además de su dependencia, entraran en la etapa del monopolio y del capital financiero. En caso de Brasil ese movimiento empezó en la década del 1970, cuando el régimen militar vivió el que se quedó conocido como el “milagro brasileño”, época de crecimiento económico con fuerte participación del capital extranjero y una forma específica de la reproducción del capital, o sea, el desarrollo del subdesarrollo. A los años 70 Brasil ya estaba en el nono lugar en la producción de automóviles y era el segundo exportador de armas, quedando atrás solamente de Israel. Así, como muy bien explica Ruy Mauro Marini, el subimperialismo brasileño “no es solo la expresión de un fenómeno económico. Resulta en una amplia medida del proceso mismo de la lucha de clase en el país y del proyecto político, definido por el equipo tecnocrático-militar que asume el poder en 1964, aunados a condiciones coyunturales en la economía y la política mundiales”. En esa década hubo un “boom” financiero que se desplazó hacia los países subdesarrollados. En ese tiempo el Brasil estaba en la primera fila entre los receptores de monedas extranjeras. Al final de 1967 empieza con fuerza el mercado de capitales en Brasil, con el propio gobierno abriendo las puertas para las inversiones y prestamos en dinero entre empresas extranjeras e nacionales. Eso permitió el crecimiento en los años 70. Para que se tenga una idea, según Marini, las inversiones extranjeras, de 1966 al 1970 pasaran de 479 mil a 3.485 mil millones de dólares. Y el estado tenía que abrir camino para su realización. Crecía entonces los ares de potencia de Brasil.

Así que no fue sin razón la otra forma de actuación subimperialista concretizada en el saqueo de materias-primas y fuentes de energía en los países vecinos, como el leonino tratado de Itaipu firmado con el Paraguay, en 1973, para la construcción de la mayor usina hidroeléctrica de América Latina, en el Rio Paraná. La obra, que consumió 27 millones de dólares aún destruyó una de las mayores bellezas naturales de la región: las siete quedas de Iguazú, hecho que demandó mucha lucha de la gente brasileña.

En aquellos días, el Paraguai no ha aportado nada para la construcción (quedó con una deuda), pero al longo de todos esos años, ha sido penalizado con la compra de la energía a precios muy baratos. Como el país vecino solamente necesita de 4% de la energía generada, el restante de su mitad, se viene al Brasil, pero podría ser vendido a otros pareceros. Cosa que no es posible por el tratado. Y cuando el gobierno paraguayo intentó cambiar eso, fue azotado por los dirigentes de la usina, como se puede ver en la declaración de Jorge Samek, presidente en aquel entonces: "Cualquier tribunal internacional se limitará a analizar el tratado, que está siendo cumplido integralmente y es totalmente justo (subrayo mio). Si vamos a un tribunal internacional, Brasil terminará recibiendo una carta de felicitación". La demanda de Paraguay era que el Brasil empezase a pagar 1.200 millones de dólares al revés de los 130 mil dólares que estaba pagando.

En ese tratado que sigue vigente, el Paraguay estaba obligado a vender su excedente energético a Brasil hasta el año de 2023, y por un precio absurdamente bajo. El total era de 45,31 dólares, pero solamente 2,81 se quedaba con el gobierno paraguayo, una vez que el restante era enviado al Brasil como pagamento de la deuda con la construcción. La cuestión del precio solo fue reparada hace tiempo, en julio de 2011, ya en el gobierno de Fernando Lugo. En el nuevo acuerdo el Brasil triplica lo que paga al Paraguay y el país vecino puede vender su parte de energía a otras empresas. Pero aún así, celebra unos otros acuerdos de “ayuda” al Paraguay que puede redundar en más deudas.

Intervenciones militares también fueran hechas en la década de 70, como en el caso de la Bolivia, cuando la gente luchaba por una Asamblea Popular en 1970. Brasil ofreció ayuda a los adversarios de Juan José Torres, y eso fue decisivo en el golpe de estado, con el derrame de armas por aviones brasileños en Santa Cruz de la Sierra. En 1971 el ejército brasileño estuve pronto para invadir a Uruguay, por ocasión de las elecciones y solo no hice porque el candidato de la derecha venció. Pero, aún así, el Uruguay siguió recibiendo ayuda del gobierno brasileño con en entreno de los escuadrones de la muerte que pusieran fin a los tupamaros (grupo de izquierda que luchaba por una liberación nacional). Hoy también ya se sabe que el gobierno de Brasil ha colaborado con los EUA en el golpe en contra de Salvador Allende, en 1974. Y esos son apenas algunos de los ejemplos que muestran la colaboración con el imperio en cuanto se van haciendo las bases para la explotación subimperialista. En esos tiempos, conforme describe Ruy Marini, la burguesía nacional ya tenía muy claro que su mejor opción – una vez que había fracasado el proyecto de un desarrollo capitalista autónomo – sería quedarse como socia secundaria del imperialismo, garantizando algunas cosas por la vía de la dominación regional. Fue una aposta segura de la clase dominante.

A partir de los años 80 la política de expansión del capitalismo brasileño quedó más fuerte y las empresas empezaran un movimiento de inversiones crecientes en el exterior. Preparaban las bases para una dominación sistemática en casi todos los países vecinos. De la misma manera, las inversiones extranjeras en Brasil también crecían asustadoramente, desnacionalizando muchas empresas. En los años 90, con las criminosas privatizaciones llevadas a cabo por Fernando Henrique Cardoso, empresas estatales como Vale do Rio Doce, e Companhia Siderúrgica Nacional cayeran en manos privadas para, poco después, se tornaren gigantes multinacionales con tentáculos por todo el continente y mas allá. Una lucha titánica fue trabada en nuestro país para que esas empresas no fuesen entregues a los especuladores internacionales, pero la gente fue derrotada. Y para tenerse en cuenta el tamaño del saqueo, solamente la empresa Vale do Rio Doce (detentora de la mayor reserva de la minería de hierro del mundo) fue vendida por 3 mil millones de dólares, y en el mismo año – ya en manos privadas - encerraba su balance con un lucro de más de cinco mil millones. Hoy es una de las empresas que más lucra en el país, llegando a 6.452 mil millones solo en el segundo trimestre de ese año, y opera en los cinco continentes en la misma lógica de explotación laboral que cualquier otra multinacional.

Con la llegada de Luis Inácio Lula da Silva al poder, empezó también una nueva ola de internacionalización de la economía. En ese aspecto el Banco Nacional de Desarrollo Social (BNDS) tiene cumplido una misión muy específica. Trata de financiar obras de grande bulto en los países vecinos como Perú, Ecuador e Bolivia, imponiendo a esos países compañías brasileñas como la Petrobras, Odebrech, Andrade Gutiérrez y otras. Su tatica de actuación en esos países corresponde a una transnacional igual a cualquier otra de nivel mundial, con toda su carga de problemas y conflictos con las populaciones locales. Basta el recuerdo de lo que pasó en Bolivia con la cuestión del gas, así que asumió Evo Morales, cuando el país vecino intentó cambiar los acuerdos que tenía con la Petrobras, en el cual la Bolivia estaba siendo sangrada. Las declaraciones de los políticos y empresarios brasileños fueran típicas del imperio. Se hablaba incluso de guerra. También podemos apuntar la destruición al ambiente establecida por empresas brasileñas en Ecuador, con recurrentes conflictos en las comunidades indígenas, y la actualísima cuestión involucrando el BNDS y la lucha de 63 comunidades de un Parque Nacional en Bolivia, donde el gobierno empezaba a construir una carretera que más bien serbia a los intereses de Brasil que de Bolivia.

En el decir del abogado y ex-ministro de Hidrocarburos de Bolivia, Soliz Rada, “las líneas maestras de la política bandeirante (de Brasil) no tienen freno. El Brasil está promoviendo una geofagia en América Latina”. Sobre la acción de Brasil en su país sigue diciendo Solíz Rada: “Su base de sustentación está en la burguesía de San Pablo, que convirtió a Brasil en acreedor del FMI, incrementó su influencia en el Banco Mundial, privatizó un tercio de la Amazonía en favor de ganaderos y madereros, logró que IIRSA se acomode a sus intereses de infraestructura vial, compró a Francia un submarino nuclear para proteger sus reservas de gas junto al mar, para luego anular la adquisición de aviones franceses y reemplazarlos por otros de fabricación estadounidense. Ha sido sede del Foro Social Mundial, en el que expusieron sus posiciones anticapitalistas Castro, Chávez y Evo Morales, sin preocuparse que la Fundación Ford, vinculada a la CIA y que ayudó a Hitler a tomar el poder, fuera una de sus principales auspiciadoras”.

Lo que sí es cierto es que la expansión subimperialista de Brasil en América Latina sigue muy firme. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo, solo en el año de 2010, el Brasil envió – a través de las compañías ditas “nacionales” – cerca de 11, 5 mil millones de dólares al exterior. Eso pasó porque Compañías brasileñas como a Vale, Gerdau, Camargo Correa, Votorantim, Petrobras e Brasken hicieran importantes adquisiciones en las industrias de la minería del hierro, acero, alimentación, cimentos, químicos y refino del petróleo, incluso en los países desarrollados.

Algunos datos importantes de las empresas brasileñas

Compañía Siderúrgica Nacional – Es la mayor siderúrgica de América Latina. Fue privatizada en 1993 por el presidente Itamar Franco, debajo de mucho protesta. Su venta fue un crimen de lesa-patria pues el precio pedido fue de apenas 1.200 mil millones. Hoy, su receta liquida, solamente en el primer semestre de 2011, ultrapasa los 8 mil millones de dólares, teniendo aún más de 11 mil millones de dólares en caja. Su principal usina produce cerca de 6 millones de toneladas de acero bruto y más de 5 millones de toneladas de laminados por año, siendo considerada una de las más productivas del mundo. Tiene usinas en todo país y fuera, incluso en los Estados Unidos y Portugal.

Vale do Rio Doce - Es la mayor productora de hierro en el mundo y la segunda en la producción de níquel pero también actúa en la explotación de bauxita, manganés, aluminio, cobre y carbón. Creada en el gobierno de Getulio Vargas esa era una empresa con instalaciones en 19 estados del país, operando 9 mil kilómetros de ferrocarriles, puertos usinas e terminales marítimos. Fue privatizada en el gobierno de Fernando Henrique (1997) - además de toda la movilización popular en contra de eso - por el valor que equivaldría a un trimestre de su receta (cerca de 3 mil millones de dólares), fue prácticamente una donación. Hace poco, en el año de 2006 ha incorporado la empresa canadiense INCO, la mayor del mundo en minería de níquel. La Vale tiene hoy un valor de mercado de 298 mil millones, a frente incluso de del la gigante IBM. La Vale emplea 119 mil personas y está presente en 38 países del mundo tales como África del Sur, Angola, Argentina, Australia, Barbados, Canadá, Chile, China, Singapur, Colombia, Corea do Sul, Emiratos Árabes, Estados Unidos, Filipinas, Francia, Gabán, Guiñé, India, Indonesia, Japón, Liberia, Malasia, Malauí, Mozambique, Mongolia, Noruega, Nova Caledonia, Omán, Paraguay, Perú, República Democrática do Congo, Reino Unido, Suiza, Zambia, Tailandia y Taiwán. Lo que pasa es que la Vale actúa en el subsuelo, así, por toda parte anda a cavar huecos, sacando las riquezas nacionales. Por estar en manos privadas saquea nuestras riquezas públicas. Sus lucros líquidos ultrapasan los 15 mil millones de dólares al año. En febrero de 2010 adquirió los activos de la empresa estadunidense Bungue Limited, responsable por la producción de insumos agrícolas.

Odebrecht - Esa es una constructora que empezó su vida en 1944 como una empresa brasileña pero desde los años 80 viene expandido su actuación hacia otros países con la creación de una “holding” de capital abierto. Desde ahí comportase como transnacional con negocios nos Estados Unidos, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Malasia, Iraquí, en fin, en todos los continentes. Desde los años 70 empezó a diversificar su negocio actuando también en el sector petroquímico. Su dominación en esa área creció tremendamente en el período de la privatización del sector, en el gobierno de Fernando Henrique, cuando incorporó, también a bajo costo, grande parte do patrimonio nacional. En el gobierno Lula, con los incrementos en el etanol, la empresa también decidió entrar en ese campo, creando un sector de biotecnología. Fue una marca que se consolidó a costo de la riqueza pública y hoy, en muchos países de América latina, comportase como un monstro a chupar las riquezas de las gentes vecinas, como es el caso de Bolivia y Ecuador. En ese último el presidente Correa llego a expulsar la empresa de las tierras ecuatorianas por estar involucrada en irregularidades. En Brasil, busca comprar las conciencias actuando en el área cultural, ofreciendo premios e inversiones en arte y cultura.

Petrobras – Esa es una empresa que siempre estuve colgada a la identidad nacional. Creada en el gobierno nacionalista de Getulio Vargas, en 1953, fue el móvil de la campaña “El petróleo es nuestro” que unió el país de norte al sur. Pero, con el pasar del tiempo y con la sucesión de gobiernos militares y después neoliberales, la empresa fue escapando de las manos del país. Empezó su proceso de privatización en el gobierno de Fernando Henrique (1999) y en octubre de 2010, desafortunadamente en el gobierno de Lula, efectuó la mayor capitalización en capital abierto de la historia de la humanidad: US$ 72,8 mil millones de dólares. Hoy ya no puede más decirse nacional, además de la insistencia de los medios y hasta del gobierno. Es la cuarta mayor empresa del mundo y la segunda mayor en el continente americano, operando en 28 países con lucros anuales que pasan de los 20 mil millones de reales (de 15 a 17 mil millones de dólares). Tiene refinerías en Argentina, Estados Unidos y Japón. Ahora, con la descubierta del pre-sal, la empresa se volvió la niña de los huevos de oro de la rapacidad global. Su acción en Bolivia, cuando de la asunción de Evo Morales y la nacionalización del gas, fue digna de las más sucias empresas privadas del mundo. Ahora, con la descubierta del pre-sal, una de las mayores reservas de petróleo del mundo, grande parte de esa riqueza verterá para manos privadas.

Gerdau – La empresa Gerdau es líder en la producción de acero largo en las Américas y una de las mayores vendedoras de acero largo especial del mundo. Tiene 40 mil empleados y actúa en 13 países, en las tres Américas, Europa y Asia. Tiene una capacidad de producir más de 25 millones de toneladas de acero. Es la mayor recicladora del mundo, transformando millones de toneladas de basura en acero. Tiene 140 mil accionistas y opera en las bolsas de San Pablo, Nueva Jorque e Madrid. Sus productos, comercializados en los cinco continentes, atienden a la construcción civil, industria y agropecuaria

Votorantim – La empresa Votorantin nasció como una fábrica de tejido en 1918. Era una empresa familiar. En los años 30 empezó en la rama química y después en el de aluminio. En los 80 estaba en la rama de las papeleras y en el sector financiero creando el Banco Votorantin. Desde los años 2000 empezó su expansión internacional. Está involucrada en los sectores de metales, siderurgia, energía, cimento, papeles etc…

El gobierno Lula

El proceso de internacionalización de esas empresas hasta entonces brasileñas, con las privatizaciones e inversiones del Estado empezaran en el gobierno de Fernando Henrique, en los años 90, pero es necesario entender que la expansión subimperialista se fortaleció con una nueva ola en el gobierno de Lula, justamente por cuenta del proceso de crecimiento económico que se ha vivido en el país, lo que parece comprobar la siempre voraz necesidad del capital de expandirse más e más. Y que también suele comprobar la teoría de Gunder Frank que decía que siempre que los países centrales están en crisis, es muy probable que algunas de sus periferias registren crecimiento. Es lo que pasa hoy.

En el año de 2006, por primera vez, las inversiones de empresas brasileñas en el exterior ultrapasaran el volumen de capitales que adentró al país. Eso siguió igual en 2007 cuando se invirtió casi 30 mil millones de dólares en el exterior y por ahora así se mantiene. Empresas como Gerdau e Vale tiene inversiones de 25 millones en los países de América del Sur, bien como Odebrecht e Camargo Correa que tienen buena parte de sus lucros provenientes de los países vecinos como Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Colombia, Venezuela y Paraguay.

También el Banco Nacional de Desarrollo Económico Social (BNDES) tiene actuado como importante fuente de recursos para instalaciones de empresas brasileñas en los países vecinos, así como efectuando préstamos para construcción de obras de infraestructura y para compra de aviones o autobuses. Hoy, prácticamente todas las grandes obras que están siendo hechas en los países de América del Sur tiene la presencia de las gigantes brasileñas, que además ya ni siquiera son nacionales, pero transnacionales.

Por parte de la derecha brasileña hay muchas críticas al gobierno Lula y ahora al de Dilma, pero no en relación a la actuación de las multinacionales, que aparecen como “nacionales” a los ojos de la sociedad. Por el contrario. Insaciables, quieren más y más subsidios y insisten en la necesidad del estado financiar los riesgos de esas empresas y otras más, como el reciente caso del BNDES financiar la fusión de una empresa de un conocido empresario nacional, Abilio Diniz, con otra empresa francesa. El banco liberó 4 mil millones para ese negocio privado. Lo que es necesario subrayar es que los capitalistas nacionales raramente corren algún riesgo, una vez que generalmente el Estado suele resolver cualquier problema que tengan. Pero eso nos parece igual en cualquier lugar, basta mirar como el gobierno de los EEUU enfrentaran la crisis de los bancos. Lo que arrasa con la idea del estado mínimo, tan cara a los neoliberales.

Ya parte de la izquierda (¿o sería un centro derecha?) que apoya la política del estado para las empresas transnacionales acredita firmemente que esa acción en los países latino-americanos es el comienzo de la integración tan soñada, que el Brasil está haciendo lo que debe a sus “hermanos” latinos. Pero en nuestra evaluación, eso nos es verdad. La acción de las empresas transnacionales (vistas como brasileñas) son predadoras y muchas veces hasta criminosas, como fue el caso de la actuación de las empresas brasileñas en el Ecuador. Sin contar la acción armada del propio estado brasileño con la operación en Haití, que ya lleva más de cinco años. Algunas personas prefieren creer que es una acción humanitaria, pero ¿qué humanidad puede haber en un ejército armado en contra de la gente? Muchas son las denuncias de atrocidades que se comenten por allá y es el ejército brasileño quien está en el comando.

Resistencia

Pero lo que pasa es que todo eso no ocurre sin lucha. Hay una queda de brazo entre tres modelos de desarrollo muy distintos que es, en última instancia, lo que está en juego de verdad. Uno de ellos es ese, del capitalismo dependiente y subimperialista, hegemonizado por la clase dominante. El segundo es el modelo trabajado desde la izquierda, que hoy propone lo que se configuró llamar de Socialismo del Siglo XXI, que recupera los principios basilares del socialismo dialécticamente combinados con los nuevos tiempos. Y en tercero lugar está el modelo que viene de las luchas indígenas, secularmente olvidadas tanto por la derecha cuanto por la izquierda. Según los lideres de esos levantamientos de la gente originaria, la propuesta del socialismo del siglo XX no les contempla y no lleva en consideración sus demandas. La propuesta de los indígenas están consolidadas en el paradigma del “sumak causay”, que quiere decir bien-vivir. Eso concepto que empieza a andar por toda Abya Yala (nombre originario de América Latina) trabaja con la idea de una harmonía con la naturaleza, con la explotación sustentable de los recursos, con la vivencialidad de viejos principios como solidaridad, comunidad, equidad, cooperación, muchos deles muy alejados de las propuestas desarrollistas que existen tanto en el proyecto hegemónico cuanto en los planes de la izquierda.

Muchos otros ejemplos de la acción subimperialista se cuentan a decenas en América Latina, pero la lucha en contra también es muy fuerte, aun más que los pueblos están cambiando sus leyes, fortaleciendo sus instituciones, dando vida a un nuevo constitucionalismo, como es el caso de Ecuador, Venezuela y Bolivia. Hay un proceso revolucionario en curso hoy en Abya Yala, algo que está para mucho más allá de lo que puede pensar el pensamiento progresista o el de la izquierda ortodoxa. Hay un grito comunitario y popular que empezó con fuerza en los años 90, desde Quito, Ecuador, pasando por la revolución zapatista en México, llegando a Bolivia con las guerras de la agua e del gas. Todas esas luchas fueran y son en contra de la acción predadora de las multinacionales y de los gobiernos títeres del imperio. Ahora, lo que pasa es que esa marcha del pueblo en lucha ya no puede más parar.

Eso se queda aún más fuerte con la acción popular insurgente en Europa y Estados Unidos, espacios hasta entonces “domesticados” por la idea del bien-estar social. Eso ya no hay. Y mismo en las regiones que aparecían como el centro del capitalismo ya se pueden percibir los abismos. Eso hace con que la gente se levante en rebelión contra el sistema que los oprime: el capitalismo. Así que todo está en abierto… y todo puede cambiar!...



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La crisis terminal del capitalismo comienza por Europa

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(Ricardo Osvaldo Rufino)


Mientras los círculos políticos alertan sobre los peligros de la desintegración europea y discuten la manera cómo se debe administrar y solucionar la crisis económica occidental, el sociólogo estadounidense Immanuel Wallerstein diagnostica la agonía del sistema. Según este pensador, “el problema no consiste en curar al capitalismo, sino más bien acompañarlo al ataúd”.


Wallerstein no duda en proclamar la defunción del capitalismo: dice que “su desintegración es irreversible, porque está a la vista el final de su declive iniciado en la década de los años ‘70 del siglo pasado y cuya lenta agonía tomará entre veinte y cuarenta años más: el capitalismo moderno alcanzó el fin de la cuerda. No puede sobrevivir como sistema y por ello pasa por la etapa final de una crisis estructural de larga duración. No es una crisis de corto plazo, sino un despliegue estructural de grandes proporciones”.


Este influyente catedrático de la Universidad de Yale recurre a la bifurcación del sistema para explicar el fin del capitalismo y el surgimiento de un nuevo sistema: sus raíces se encuentran en la imposibilidad de continuar el principio básico del capitalismo que es la acumulación del capital y que ha funcionado de alguna forma bien durante 500 años. Señala que ha sido un sistema extremadamente exitoso, pero que ha terminado por deshacerse a sí mismo porque su clase dirigente y sus élites políticas son incapaces de resolver el problema de incertidumbre en el que se han metido.


“El capitalismo moderno ha llegado al final de su camino. No es capaz de sobrevivir como sistema”, dice Wallerstein y agrega: “Lo que estamos viendo es la crisis estructural del sistema. Una crisis estructural que comenzó en la década de los años setenta del siglo XX y que mantendrá sus nefastos estertores por diez, veinte o cuarenta años. No es una crisis a resolver en el curso de un año o un momento. Se trata, de la mayor crisis de la historia. Estamos en la transición a un sistema nuevo y la lucha política real que se ha desatado en el mundo con el repudio de la gente, no plantean el nuevo curso del capitalismo, sino sobre el sistema que habrá de reemplazarlo”.

Resulta apasionante el debate que nos propone este sociólogo. Y más apasionante aún porque no proporciona una causa precisa sobre el por qué se está dando esta crisis estructural del capitalismo, y por qué éste ya no es capaz de acumular.


Y claro, aquí comienza el camino de las hipótesis, de los pensamientos diversos, de los puntos de vista disímiles. Y como mi deber es escribir y opinar, eso voy a hacer.


Hace aproximadamente 20 años que el dogma neoliberal ocupó el centro de la escena y se encargó de colocar sobre la mesa de la economía internacional las virtudes y las condiciones que se exigen para desarrollar un capitalismo exitoso.


Bien, el ítem clave, el requisito esencial, que requiere un capitalismo moderno y triunfante se resume en una palabra decisiva: competencia. Los países deben adoptar sus estructuras productivas para poder competir en los mercados internacionales. Las empresas deben modernizarse, adquirir tecnología de punta, implementar los métodos más eficientes de logística, comunicación y transporte, con el único y supremo objetivo de competir.

La palabrita santa es competir. Axioma número 1 del capitalismo neoliberal.


Y axioma número 2, globalización. Este fenómeno omnipresente fue publicitado como una panacea social, cultural y económica por los medios de comunicación más importantes y poderosos del mundo. Nos aseguraron que la globalización posibilitaría el desarrollo cultural de las personas de este mundo, al poder ponernos en contacto y compartir nuestros conocimientos e inquietudes, sin importar las distancias o los lugares de residencia. Y que permitiría un incremento notable del comercio, lo que derivaría en una baja de los costos y en una mayor posibilidad para los consumidores. Buena parte de estas predicciones se han cumplido.


Pero hete aquí que ha sucedido algo inesperado en el universo de las naciones que siempre fueron el símbolo de este sistema creado por Adam Smith (autor de “La riqueza de las naciones”, en 1776, una especie de Biblia del sistema capitalista). Y lo ocurrido tiene muchísimo que ver precisamente con los dos elementos señalados: la competencia y la globalización.


Leamos, al respecto que opina Walter Graziano, en su magnifica obra “Nadie vio Matrix”: “El resultado de la globalización ha sido diferente, más bien el contrario. Una verdadera trituradora de empleos y salarios en Occidente y una redistribución de ingresos que favoreció a los grandes capitales occidentales que se radicaron con su propio nombre o a través de subsidiarias en países asiáticos para explotar sus inferiores costos de producción. Lo que parecía un sueño se transformó en una pesadilla para millones y millones de personas de los sectores medios y más pobres. El sistema económico capitalista ha esclavizado con bajos salarios a Asia y otros continentes, y con desempleo a millones de trabajadores de países desarrollados”.


Nos vamos acercando al quid de la cuestión. El capitalismo extremo obligó a competir, sí o sí, a las empresas occidentales. Cuando irrumpió la revolución tecnológica, a fines de los años ’70 y comienzos de los ’80, esta competencia se volvió más necesaria y obligatoria aún. La compañía que se tecnificaba triunfaba en la batalla por conquistar los mercados y la que no se tecnificaba, quedaba desplazada. Así ante esta exigencia y con el panorama descripto por delante, las Nike, Ford, General Electric, Volkswagen, General Motors, Toyota, Siemens, Samsung, Motorola, Adidas, Peugeot, Renault, Nokia, Mercedes Benz, BMW, etc., etc., etc., se percataron que en China, Singapur, Hong Kong, Taiwán, Pakistán, Indonesia y demás, los salarios eran infinitamente más bajos, la contracción al trabajo de los operarios óptima y la tecnología disponible no tenía nada que envidiarle a la de las naciones más avanzadas de Occidente. Y decidieron “levantar campamento” y trasladar, en gran número, sus plantas industriales al continente asiático.


Y esta decisión ocasionó una tremenda crisis en Estados Unidos y en el Viejo Continente. Alto desempleo, necesidad de incrementar los subsidios, necesidad de pergeñar “burbujas” inmobiliarias que superaran el mal momento y atenuaran el paro, pero que en algún momento (por lógica) explotarían.


Y Estados Unidos y Europa, según mi punto de vista, están en un problema serio. En un problema de muy difícil resolución. Por eso coincido con Wallerstein en que esta crisis no es pasajera. De ninguna manera, es una crisis que separará dos tiempos históricos en el terreno de la economía mundial.


Escuchaba días pasados al economista argentino Claudio Katz en el programa “Visión 7 Internacional”, afirmar que “ahora son las propias grandes empresas europeas las que le están exigiendo a sus gobiernos que bajen el nivel de calidad de vida de los habitantes, para así bajar el costo laboral. Si no lo hacen nos vamos, es la amenaza increíble pero real de muchas de ellas”, dijo el profesor universitario.


Claro, el sendero a transitar evidentemente pasará por ese tópico: los capitalistas no resignarán sus pretensiones desmedidas de siempre, está en su naturaleza intrínseca intentar ganar, ganar y ganar la máxima cantidad de dinero posible, para ello pretenderán que los obreros de sus propios países sean explotados y resignen los beneficios (o parte de ellos) sociales y laborales que llevaron años de lucha obtener.


No lo lograrán. Ya es tarde. La diferencia con los costos salariales de Asia son demasiado grandes. Y además la conciencia política y el ánimo de lucha de los trabajadores europeos y estadounidenses, será la barrera infranqueable que frenará su deseo depredador. El ejemplo de los “indignados” demuestra la veracidad de esta aseveración.


Señores capitalistas voraces: vuestro tiempo ha comenzado a terminar, ya ha tomado la recta final de esta carrera económica. La crisis será muy extensa, sin duda. Pero una vez finalizada, alumbrará un nuevo período: más justo, más equitativo, más racional, más humano.


Ricardo Osvaldo Rufino

mir1959@live.com.ar

ANÁLISIS TEÓRICO-PRÁCTICO DE LA ILUSIÓN DE CRECIMIENTO-INCLUSIÓN SOCIAL EN EL NEOLIBERALISMO

POR CRISTIAN GILLEN
En el examen de la realidad, es fundamental vincular la teoría a las experiencias concretas y viceversa, con el fin de evitar cometer errores, que las fuerzas sociales y políticas, que luchan por el cambio y la emancipación, no pueden darse el lujo de hacer en las condiciones actuales, o sea después de la crisis del denominado socialismo real y de las distintas experiencias fracasadas de transformación en América Latina.
Esta disquisición, la hago como producto del modelo ideológico denominado de crecimiento con inclusión social, que se está tratando de sedimentar en la conciencia del pueblo peruano y que encandila a una buena parte de la intelectualidad y a las fuerzas sociales y políticas de izquierda.

Ya en art
ículos anteriores, planteaba la imposibilidad de lograr crecimiento con inclusión social, ya que la lógica del modelo de acumulación neoliberal era antagónica con la integración social a nivel político, cultural y económico. Se señaló en esos artículos que un modelo económico, social neoliberal, que propicia maximizar la alienación y explotación a nivel transcendente y cotidiano y depreda la naturaleza y el ser humano en beneficio del capital foráneo multinacional y de una lumpen burguesía interna, no puede ser compensado con medidas externas al modelo, como por ejemplo la distribución de algunos recursos a los más golpeados por este modelo.

En el caso donde el sector minero exportador es
él que dinamiza la reproducción ampliada de la sociedad, la compatibilidad entre crecimiento neoliberal (y no neutro, como nos quieren hacer pensar) y la inclusión social llega a ribetes de pura fantasía que sólo se suelen apreciar en las películas de Hollywood. En efecto, la minería exportadora de productos de bajo valor agregado sustenta su acumulación en la renta diferencial con relación a otros países (en el Perú, es muy alta) y en la sobre-explotación de los trabajadores, la mayoría de los cuales son contratados vía Services (por ello esto último no se va a eliminar). En el marco de maximizar sus ganancias, la gran parte de la minería en los países subdesarrollados, y en menor medida por ser sujeta a normas de regulación muy rígidas en los países desarrollados, destruye el medio ambiente, afectando principalmente el suministro de agua a la población y a la agricultura. Además, para cumplir con sus objetivos de consolidar su modelo de sobreexplotación de la mano de obra y de deterioro del medio ambiente, suele corromper a las autoridades judiciales, policiales y políticas.

Por ello, no es casualidad que la ilusi
ón ideológica de un crecimiento neoliberal con inclusión social en la que se nos quiere hacer creer muestre sus puntos de mayor fragilidad en el sector minero, y sobre todo en ciertas regiones donde el antagonismo entre la explotación minera y el respecto de los recursos acuíferos se expresa de forma evidente.

El modelo neoliberal, que es el que impera en el Per
ú, prioriza la minería sobre el agua, ya que la minería impulsa un modo de reproducción que beneficia a los intereses del capital, representados por una minoría privilegiada de propietarios y de tecnócratas, subordinando el medio ambiente y los trabajadores.
El voluntarismo de algunos políticos y técnicos progresistas que, vía pragmatismo, creyeron en la compatibilidad entre crecimiento neoliberal e inclusión social, no puede cambiar la lógica interna de acumulación del capitalismo neoliberal. Si lo pudiera, no sería necesario transformar el modelo neoliberal por uno que beneficie a la mayoría, sino que bastaría implementar un conjunto de programas sociales exógeno al modelo que compensaría la explotación y depredación, que genera el neoliberalismo.

La crisis pol
ítica actual no es más que la expresión fenoménica de la inviabilidad del supuesto modelo de crecimiento con inclusión social, en uno de sus principales sectores dinamizadores, como es el minero.

El hecho que sean los representantes del ala m
ás tecnocrática y reaccionaria los que triunfen en la pugna que se suscitó al interior del gobierno, no es una casualidad. El modelo neoliberal requiere de estos agentes. Para seguir reproduciéndose de manera ampliada, el sector minero necesita mano más fuerte para con los afectados por el modelo, menos control sobre el medio ambiente, un Ministerio del medio ambiente subordinado a los intereses del capital minero multinacional, y una política laboral donde prime la flexibilidad laboral. La izquierda, si quiere verdaderamente luchar por una transformación real, en lugar de aliarse a nivel de cúpula con candidatos que no tienen una verdadera vocación transformadora, deben articularse estructuralmente tanto a nivel cotidiano y transcendente con el pueblo con el fin de aprender con humildad de la problemática que confrontan en su vida diaria y de sus aspiraciones. Sólo así podrán plantear y llevar a cabo una estrategia alternativa al capitalismo, y coadyuvar en la organización del pueblo tanto económica, cultural y políticamente.


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Nota personal: Pero...¿Existe todavia algo llamable "izquierda"?.... y si existe...en realidad, le interesa un bledo discutir modelos económicos. Su preopcupación es su propia "chamba" en el Estado. "Asesor", "Ministro", "Vice-Ministro" y "Alto Funcionario", son los puestos más codiciados!!.

EE.UU: Politics Over Principle

Editorial- The New York Times

The trauma of Sept. 11, 2001, gave rise to a dangerous myth that, to be safe, America had to give up basic rights and restructure its legal system. The United States was now in a perpetual state of war, the argument went, and the criminal approach to fighting terrorism - and the due process that goes along with it - wasn't tough enough.
President George W. Bush used this insidious formula to claim that his office had the inherent power to detain anyone he chose, for as long as he chose, without a trial; to authorize the torture of prisoners; and to spy on Americans without a warrant. President Obama came into office pledging his dedication to the rule of law and to reversing the Bush-era policies. He has fallen far short.
Mr. Obama refused to entertain any investigation of the abuses of power under his predecessor, and he has been far too willing to adopt Mr. Bush's extravagant claims of national secrets to prevent any courthouse accountability for those abuses. This week, he is poised to sign into law terrible new measures that will make indefinite detention and military trials a permanent part of American law.
The measures, contained in the annual military budget bill, will strip the F.B.I., federal prosecutors and federal courts of all or most of their power to arrest and prosecute terrorists and hand it off to the military, which has made clear that it doesn't want the job. The legislation could also give future presidents the authority to throw American citizens into prison for life without charges or a trial. The bill, championed by Republicans in the House and Senate, was attached to the military budget bill to make it harder for Mr. Obama to veto it.
Nearly every top American official with knowledge and experience spoke out against the provisions, including the attorney general, the defense secretary, the chief of the F.B.I., the secretary of state, and the leaders of intelligence agencies. And, for weeks, the White House vowed that Mr. Obama would veto the military budget if the provisions were left in. On Wednesday, the White House reversed field, declaring that the bill had been improved enough for the president to sign it now that it had passed the Senate.
This is a complete political cave-in, one that reinforces the impression of a fumbling presidency. To start with, this bill was utterly unnecessary. Civilian prosecutors and federal courts have jailed hundreds of convicted terrorists, while the tribunals have convicted a half-dozen.
And the modifications are nowhere near enough. Mr. Obama, his spokesman said, is prepared to sign this law because it allows the executive to grant a waiver for a particular prisoner to be brought to trial in a civilian court. But the legislation's ban on spending any money for civilian trials for any accused terrorist would make that waiver largely meaningless.
The bill has so many other objectionable aspects that we can't go into them all. Among the worst: It leaves open the possibility of subjecting American citizens to military detention and trial by a military court. It will make it impossible to shut the prison in Guantánamo Bay, Cuba. And it includes an unneeded expansion of the authorization for the use of military force in Afghanistan to include indefinite detention of anyone suspected of being a member of Al Qaeda or an amorphous group of "associated forces" that could cover just about anyone arrested anywhere in the world.
There is no doubt. This bill will make it harder to fight terrorism and do more harm to the country's international reputation. The White House said that if implementing it jeopardizes the rule of law, it expects Congress to work "quickly and tirelessly" to undo the damage. The White House will have to make that happen. After it abdicated its responsibility this week, we're not convinced it will.

EE.UU: Politics Over Principle

Editorial - The New York Times

he trauma of Sept. 11, 2001, gave rise to a dangerous myth that, to be safe, America had to give up basic rights and restructure its legal system. The United States was now in a perpetual state of war, the argument went, and the criminal approach to fighting terrorism - and the due process that goes along with it - wasn't tough enough.
President George W. Bush used this insidious formula to claim that his office had the inherent power to detain anyone he chose, for as long as he chose, without a trial; to authorize the torture of prisoners; and to spy on Americans without a warrant. President Obama came into office pledging his dedication to the rule of law and to reversing the Bush-era policies. He has fallen far short.
Mr. Obama refused to entertain any investigation of the abuses of power under his predecessor, and he has been far too willing to adopt Mr. Bush's extravagant claims of national secrets to prevent any courthouse accountability for those abuses. This week, he is poised to sign into law terrible new measures that will make indefinite detention and military trials a permanent part of American law.
The measures, contained in the annual military budget bill, will strip the F.B.I., federal prosecutors and federal courts of all or most of their power to arrest and prosecute terrorists and hand it off to the military, which has made clear that it doesn't want the job. The legislation could also give future presidents the authority to throw American citizens into prison for life without charges or a trial. The bill, championed by Republicans in the House and Senate, was attached to the military budget bill to make it harder for Mr. Obama to veto it.
Nearly every top American official with knowledge and experience spoke out against the provisions, including the attorney general, the defense secretary, the chief of the F.B.I., the secretary of state, and the leaders of intelligence agencies. And, for weeks, the White House vowed that Mr. Obama would veto the military budget if the provisions were left in. On Wednesday, the White House reversed field, declaring that the bill had been improved enough for the president to sign it now that it had passed the Senate.
This is a complete political cave-in, one that reinforces the impression of a fumbling presidency. To start with, this bill was utterly unnecessary. Civilian prosecutors and federal courts have jailed hundreds of convicted terrorists, while the tribunals have convicted a half-dozen.
And the modifications are nowhere near enough. Mr. Obama, his spokesman said, is prepared to sign this law because it allows the executive to grant a waiver for a particular prisoner to be brought to trial in a civilian court. But the legislation's ban on spending any money for civilian trials for any accused terrorist would make that waiver largely meaningless.
The bill has so many other objectionable aspects that we can't go into them all. Among the worst: It leaves open the possibility of subjecting American citizens to military detention and trial by a military court. It will make it impossible to shut the prison in Guantánamo Bay, Cuba. And it includes an unneeded expansion of the authorization for the use of military force in Afghanistan to include indefinite detention of anyone suspected of being a member of Al Qaeda or an amorphous group of "associated forces" that could cover just about anyone arrested anywhere in the world.
There is no doubt. This bill will make it harder to fight terrorism and do more harm to the country's international reputation. The White House said that if implementing it jeopardizes the rule of law, it expects Congress to work "quickly and tirelessly" to undo the damage. The White House will have to make that happen. After it abdicated its responsibility this week, we're not convinced it will.

Perú: PRONUNCIAMIENTO DESDE KOLLASUYO al PUEBLO PERUANO

“II Decenio Internacional de los Pueblos Indígenas”
“Año del Centenario de Machupicchu para el mundo”
“Año del Centenario del Nacimiento de José Maria Arguedas
PRONUNCIAMIENTO
20 DICIEMBRE GRAN MARCHA NACIONAL POR LA DEFENSA DEL AGUA
POR LA DEFENSA DE LA VIDA, DEL AGUA, DE NUESTRA TIERRA Y DE NUESTRO TERRITORIO, DE LA AGRICULTURA, DEL NUESTRO MEDIO AMBIENTE, DE NUESTROS RECURSOS NATURALES Y DEL DERECHO DE AUTOGOBIERNO DE LOS PUEBLOS

Los pueblos y comunidades (Aylllus) originarios, quechuas y aymaras, los kollas, de la región de Puno, ante la amenaza del estado colonial criollo contra de la vida, el cuidado del agua, la agricultura, el saqueo de nuestros recursos naturales, la usurpación de nuestro territorio, manifestamos lo siguiente:

Expresamos nuestra solidaridad con la lucha emprendida por nuestros hermanos y hermanas de Cajamarca, encabezada por sus autoridades regionales, el Frente de Defensa Ambiental de Cajamarca y sus autoridades locales, por la defensa de la vida, del medio ambiente, del agua, de las lagunas y su biodiversidad, de su territorio, en contra de la empresa minera Yanacocha y el Estado Colonial Criollo, que tratan de imponer a sangre y fuego el proyecto minero CONGA, sin tomar en cuenta la opinión de la población afectada. Desde el Kollasuyo, los quechuas y aymaras de Puno, hacemos nuestra su lucha y expresamos nuestro total respaldo, porque frente a la arremetida del Estado Colonial Criollo, frente a la mentira, frente a la manipulación, a la calumnia, a las detenciones arbitrarias de los dirigentes de Cajamarca, nos une el sentimiento por la defensa de la vida, el agua y nuestros recursos naturales.

Ante el anuncio de la Gran Marcha Nacional por la Defensa de la Vida, del Agua, y de la Tierra, para el día 20 Diciembre de 2011, los kheswas y aymaras, participaremos activamente, para hacer nuestra la lucha emprendida por nuestros hermanos de Cajamarca y respaldar en los hechos la lucha por la vida, el agua y territorio; por lo que hacemos extensivo el llamado a nuestros hermanos kheswas y aymaras, a todas las organizaciones sociales, a los Frentes de Defensa, a los Comités de Lucha, para unirnos, y luchar juntos por la defensa de la vida, el agua y territorio.

Expresamos nuestro repudio a las ilegales detenciones ordenadas por el actual presidente del concejo de ministros, de los líderes que encabezan la lucha de nuestros hermanos de Cajamarca, con el objeto de mancillarlos, chantajearlos, amenazarlos, para atemorizar a los pobladores, para que no participen en la lucha por la defensa de la vida, del agua y del territorio. Debemos tener claro que el Estado Colonial Criollo, trata de acallar las protestas, trata de eliminar a los pobladores originarios, propietario de los territorios que ambicionan las empresas mineras y petroleras, este territorio ha sido siempre nuestro, desde hace miles de años, nuestros antepasados como Túpac Amaru II, entre otros lucharon y murieron por ella, y la conservaron para heredarnos.

El cambio del presidente el consejo de Ministros y el gabinete ministerial, es la afirmación del papel servil del Estado Colonial Criollo, a los saqueadores llamados “inversionistas”, quienes con su poder económico controlan el poder político (poder ejecutivo, judicial y legislativo), y tiene a su servicio las fuerzas armadas y policiales, una muestra de ello es el desplazamientos hacia Cajamarca de un gran número de efectivos policiales y militares para reprimir la lucha de los hermanos cajamarquinos y proteger los intereses de los criollos (Inversionistas)..
El Estado Colonial Criollo, como heredero del Estado Colonial Español, es la continuación del dominio y la opresión de nuestra Nación Tawantinsuyana, de la discriminación de la exclusión de los pobladores originarios, de la continuidad de la usurpación de nuestro territorio, del saqueo de nuestros recursos naturales. Los criollos, con el poder económico obtenido gracias a al trabajo de nuestra nación Tawantinsuyana, al saqueo de nuestros recursos naturales, tienen en sus manos el poder político, y a través de ella tienen el respaldo de las fuerzas armadas y fuerzas policiales. Los medios de comunicación escrita, hablada y televisada son de propiedad de los criollos, por lo tanto defiende los intereses de los criollos, para tal efecto miente con frecuencia, manipula y tergiversa la información, en su afán de desprestigiar las luchas de lo pueblos, para desprestigiar a los dirigentes que encabezan las luchas del pueblo, por la defensa de la vida, del agua, de nuestro territorio y de nuestros recursos naturales. En base a mentiras tratan de influenciar a los pueblos afectados, para que acepten la imposición de los proyectos como el CONGA en Cajamarca. Los criollos tienen como aliados a la iglesia especialmente la católica, recordemos que el primer sacerdote Luque, llegó al Tawantinsuyu, formando parte de la banda de asaltantes españoles encabezados por Almagro y Pizarro. La iglesia católica, a lo largo de nuestra historia, fue un aliado que permitió a los invasores españoles, mantener el dominio de nuestra nación tawantinsuyana, fue cómplice de los atropellos del Estado Colonia criollo en contra de los pobladores originarios del Tawantinsuyo, bendijo la espada del invasor, hoy su papel no ha cambiado, hoy bendice las armas con que se reprime las luchas de los pueblos, sale en defensa de los criollos llamados “inversionistas”, sale en defensa del proyecto minero CONGA, con su falso papel de mediador.
Debemos tener claro el papel del Estado Colonial Criollo, que busca reprimir a sangre y fuego las luchas de los pobladores originarios, que busca eliminar al indígena. La acción del Estado frente a los hechos ocurridos el pasado mes de mayo y junio del presente año en la región de Puno, son una pequeña muestra de ello, se reprimió indiscriminadamente la lucha por la defensa de la vida, masacrando en el aeropuerto de Juliaca a los pobladores originarios, utilizando a las fuerzas policiales venidos de Lima, en forma desproporcionada, con el consiguiente asesinato de 6 indígenas quechuas. La sangre de los luchadores caidos, pesa sobre la conciencia de los criollos, el Estado Colonial Criollo encabezado en ese entonces por Garcia, es responsable de la masacre, por ello debe ser llevado a los tribunales de justicia.
Los ayllus (comunidades), los pobladores originarios del Tawantinsuyu (Perú), no luchamos por canon, o por mas regalías, porque finalmente estos conceptos van a parar a manos del Estado Colonial Criollo, nuestra lucha va más allá del aspecto económico, nuestra lucha es de carácter histórico, defendemos nuestra soberanía nacional, defendemos nuestro territorio, que nos pertenece desde hace miles de años, defendemos la vida, el agua, el sol, la tierra, el respeto al ser humano, el respecto la madre tierra, a la madre naturaleza, la vida en armonía con el medio ambiente, sin afectar los equilibrios naturales.
Los Runas y Jaqis, kheswas y aymaras, somos una civilización milenaria herederos de los conocimientos de nuestros antepasados, que han constituido un aporte a la humanidad como la ganadería (crianza de alpacas, llamas, vicuña y guanaco), la agricultura (maíz, papa, quinua, kañihua), un modelo de desarrollo basado fundamentalmente en la agricultura, la ganadería, la artesanía, y el comercio. Nuestros antepasados lucharon y se sacrificaron, llegando incluso a la muerte, para conservar y heredarnos hermosos valles y paisajes, hoy nos corresponde a nosotros luchar para conservarlas para las futuras generaciones.
El sistema económico neoliberal (capitalista) adoptado por el Estado Colonial
Criollo a espaldas de la mayoría, busca garantizar la utilidad de los “inversionistas” nacionales o extranjeros, éstos “inversionistas tiene como su único objetivo la obtención de la máxima utilidad posible, para ello no dudan en utilizar métodos contrarios a la ley y a la moral. Por ejemplo, la “inversionista” Minera Yanacocha que está detrás del proyecto CONGA en Cajamarca, desde el año 2005 al año 2010, se ha llevado como Utilidad Neta, Tres mil doscientos treinta y seis millones setecientos setenta y siete mil dólares americanos ($ 3,236,777,000), en soles aproximadamente nueve mil millones de soles, contaminando el medio ambiente, alterando el ecosistema, dejando a los hermanos cajamarquinos, sin lagunas que son fuentes a agua para la agricultura y el consumo humano, con la complicidad del Estado Colonial Criollo; mientras que la población de Cajamarca sigue abandonado, en la pobreza y en el olvido.
El Estado colonial Criollo, en contra de la opinión de los pobladores originarios, ha concesionado a los “inversionistas” (transnacionales), grandes extensiones de territorio, para su exploración y posterior explotación de los recursos naturales, sin importar que las zonas sean cabeceras de cuencas, fuente de agua, fundamental para el consumo humano, la agricultura, la ganadera, o que sean zonas arqueológicas.
Puno, es la segunda región con el mayor número de hectáreas concesionadas; 2´551,933.27 de hectáreas de territorio tienen derechos mineros (otorgados y en trámite), lo que representa el 38.09% de todo su territorio; las provincias de Lampa, San Román, Carabaya y Puno son las que se encuentran con área de concesiones mineras en la región. En la región Puno se registran 53 unidades de producción, 5 plantas de beneficio, 16 proyectos mineros en exploración, 38 minas abandonadas y 257 pasivos ambientales mineros inventariados.
Nosotros, kheswas y aymaras hemos desarrollado una agricultura sostenible sin la dependencia de la tecnología occidental, los andenes, los waru warus, donde no se necesita una maquinaria agrícola, son una muestra de ello. Sin embargo, tal situación no implica la negación absoluta del uso de otras tecnologías, en la medida que sirvan para mejorar la agricultura y brindar oportunidades de empleo adecuado, a pesar que las nuevas tecnologías dependen de insumos contaminantes como el combustible y los fertilizantes (químicos).
La actividad minera como ha quedado demostrado a lo largo de nuestra historia, es depredadora, que viene abusando a los hermanos campesinos, a quienes con engaños y aprovechando la falta de información, compran sus tierras a precios ínfimos fijados por los “inversionistas”.

La Coordinadora Regional de Comunidades Quechua Aymara Afectadas por la Minería y Petróleo CORECOQA filial CONACAMI Peru es la expresión política que defiende el autogobierno, la vida, nuestro territorio, nuestras cabeceras de cuencas, el agua, el respeto a la madre tierra, la vida en armonía, al allin kausay el suma jakaña.
La mal llamada “crisis de de la deuda” de EEUU y los países miembros de la Comunidad Económica Europea, no es más que la crisis del capitalismo, de la economía de libre mercado, que demuestra una vez más el fracaso del sistema económico neoliberal, como modelo de desarrollo. La crisis del capitalismo es una crisis de sobreproducción, el resultado de la acumulación de capital por parte de los “inversionistas” y reducción de los ingresos de los trabajadores, los productos no encuentran salida en el mercado, no porque los consumidores no requieran de dichos bienes sino porque sus ingresos se han reducido, y no les es posible comprar dichos bienes, por lo tanto, los capitalistas venden menos, y cada vez pagan menos impuestos, y los ingresos de los estados se reducen; asimismo, los estados para evitar que las empresas quiebren, trasfieren grandes cantidades de dinero (regalan) para “rescatarlas”, y como los estados deben continuar en funciones, debe recurrir a los préstamos internos o externo. Esta crisis se ahondará, y de todas maneras llegará a nuestro país, y todo el peso caerá sobre nuestras espaldas, por ello plantemos el modelo de desarrollo tawantinsuyano, que es la síntesis de los modelos de desarrollo de las culturas que se florecieron a lo largo del Tawantinsuyo, un desarrollo basado en la convivencia pacífica, el respeto a la madre tierra a la madre naturaleza la vida en armonía con la naturaleza, la reciprocidad (ayni), nuestros conocimientos ancestrales, son la clave para la sobrevivencia, para enfrentar los problemas originados por el capitalismo.
El retorno a nuestras raíces nos conducirá a un desarrollo armónico, hacia el allin kausay, hacia el suma jakaña, la construcción de dicha sociedad, debe ser una obra nuestra, no hay que esperar que otros hagan algo por nosotros, los quechuas y aymaras como depositarios del conocimiento ancestral, nos toca jugar un rol importante, el anunciado Pachacutic, será obra nuestra, para ello debemos buscar la unidad de la nación Tawantinsuyana, la unidad de los pobladores originarios del Abya Yala, sólo la unidad nos permitirá retornar al autogobierno después de medio siglo de opresión, por parte de los invasores españoles y sus descendientes los criollos, ello implica retomar el poder, para tener en nuestra manos el futuro, y reconstruir nuestro Tawantinsuyo, ello significa liberar a nuestra nación Tawantinsuyana de la opresión del Estado Colonial Criollo. El proceso de liberación nacional será con nuestra propia ideología, no con ideología extranjera, nos olvidemos que las ideologías de occidente han sido elaboradas por occidentales en occidente y para el occidente, los ideólogos occidentales jamás pensaron en nuestra situación, por ello no es aplicable a nuestra realidad.
Un nuevo estado, como expresión máxima de la organización de la Nación Tawantinsuyana, será la garantía de un desarrollo armónico, la vida en armonía con la madre naturaleza, con la pachamama, será la garantía del aprovechamiento de nuestros recursos que la madre naturaleza nos brinda para satisfacer las necesidades básicas de la humanidad, alimentación, vestido, vivienda, salud educación.
Por la defensa de la tierra, la agricultura, el medio ambiente y nuestros recursos naturales y el derecho de la nación Tawantinsuyana a la autodeterminación y al autogobierno
Jallalla kausachun Nación Tawantinsuyana

Ayer Arequipa, Puno,… hoy Andahuaylas y Cajamarca,…mañana todo el Perú.
Jallalla la defensa del agua, la tierra, la agricultura, ambiente y recursos del sub suelo y derecho de los pueblo…
! viva la gran marcha nacional por la defensa del agua!
! viva la defensa de los glaciares y nevado !
! viva la defensa de recursos naturales !
RECHAZAR LA POLITICA NEOLIBERAL DEL GOBIERNO Y LA DERECHA CRIOLLA.
ABAJO EL ESTADO DE EMERGENCIA, ALTO A LA REPRESION.

Kollasuyu10 de Diciembre 2011.
LA JUNTA DIRECTIVA REGIONAL DE CORECOQA Puno



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Roberto Espinoza
Tf (511)991199376
ayamtai08@gmail.com
skype : roberto.espinoza2008