Varios países liderados por Alemania se oponen a que Bruselas decida sobre la liquidación de bancos.
Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea se mostraron
ayer divididos ante la respuesta adecuada para coordinar la
reestructuración y liquidación de bancos en la Eurozona, cinco años
después de la caída de Lehman Brothers que marcó el inicio de la crisis.
Esta "cuestión compleja" y "delicada", en palabras del titular
español de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, fue abordada ayer
por primera vez por los Veintiocho en el consejo informal de ministros
de Finanzas de la UE (Ecofín).
El encuentro permitió constatar
el profundo desacuerdo que existe entre varios Estados miembros y la
Comisión Europea respecto a la propuesta que presentó esta institución
en verano para crear un mecanismo único de reestructuración y
liquidación bancaria.
El principal problema, más allá de los
análisis legales, es el poder que este texto otorga a la Comisión
Europea, que sería la encargada de decidir, en última instancia, si un
banco en dificultades debe ser reestructurado o liquidado.
Esta cesión de poder a Bruselas inquieta a varios países y cuenta con la oposición de Alemania, el Reino Unido y Suecia.
"Está
claro que hay una serie de países que están muy preocupados por la
propuesta que hay encima de la mesa, que da un papel muy relevante a la
Comisión Europea", señaló el ministro sueco del ramo, Anders Borg, quien
apuntó a un posible "conflicto de intereses".
El ministro
español recalcó que la propuesta no atrae los suficientes apoyos para
lograr un acuerdo entre los Veintiocho antes de finales de año, que
permita su aprobación final antes de que se agote la presente
legislatura europea en mayo de 2014, con el objetivo de tener el
mecanismo único en marcha en 2015.
"La cuestión fundamental es
que no podemos retrasarnos en la toma de esta decisión, es más
importante tomar una decisión de acuerdo con el calendario y es
fundamental llegar a una solución de compromiso; el peor escenario para
nosotros sería que se mantuviera esta división en los planteamientos de
los países", afirmó De Guindos.
El ministro se mostró
"convencido" de que se puede lograr un consenso antes de final de año,
aunque indicó que para ello es necesario "buscar una aproximación de las
posiciones".