Crímenes de odio contra lesbianas, gays y bisexuales están aumentando, según la ONU. Pero también lo son los ataques contra la comunidad transgénero. Muchas personas transgénero no les queda más remedio que acudir a la prostitución para ganarse la vida (Foto: Corbis)
Por Graeme Green/ Daily “Metro” in the UK-. “Yo sabía que era diferente cuando era un niño”, dice Diane Rodríguez, foto superior, una activista transexual.”Yo solía jugar con los niños, no porque me gustaba los juegos de varones, sino porque ellos me gustaban. Ahora me doy cuenta que era porque tenía la mentalidad de una niña. “
Diane fué alguna vez Luis. Hace años, después de haber sufrido discriminación en un trabajo, ella sentó un precedente legal en el Ecuador, cuando luchó por el derecho a cambiar oficialmente su nombre de hombre a mujer, detonante de esa queja Laboral. Ella ahora está luchando por el derecho de cambiar su género en los documentos legales también.
Yo la cité en las oficinas de Silueta X, en Guayaquil, Ecuador, la fundación que ella creó en el instante que lanzó su batalla legal. Silueta X, ayuda a las personas transexuales a tratar asuntos legales, de salud y educación.
El problema frecuente que se suscita con las personas transexuales es ser expulsadas de la casa, dejándolas sin otra opción que recurrir a la prostitución. Como resultado, la comunidad transgénera y transexual sufre altos niveles de VIH, debido a esa exposición.
Esto es algo cercano a las vivencias de Rodríguez, ya que fue expulsada de casa por su padrastro. ”Tuve que trabajar en las calles durante una semana”, dice. ”Si mi madre no me hubiese encontrado y me reincorporara de vuelta al hogar, yo todavía estaría trabajando en las calles, inclusive el día de hoy.
América Latina tiene un problema particular con la transfobia. Las personas transgéneros / transexualessufren discriminaciones de amigos y familiares, y adicional a esto, también están sujetas a altos niveles de ataques violentos y asesinatos.
Entre enero y junio del año pasado, hubo 93 asesinatos registrados de personas trans en todo el mundo. De éstos, 74 ocurrieron en América Latina. Sin embargo, Rodríguez dice que es sólo la punta del iceberg.
“No hay buenas estadísticas, ya que cuando la policía encuentra a una persona transexual muerta, estos le ponen o encasillan como ” hombre ” al llenar las formas, dice. ”Es un problema oculto.” Esto sin contar con la falta de investigaciones criminalísticas en asesinatos Trans.
Pero no es sólo la confusión de hombres con las mujeres Trans. A nivel mundial hay 14 millones de hombres que se han convertido en mujeres y 4,5 millones de mujeres que se han convertido en hombres.
El comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, reconoció recientemente que los ataques contra las minorías sexuales iban en aumento. Ella insiste que la homofobia y la transfobia no son diferentes al sexismo, la misoginia, el racismo o la xenofobia.
“Considerando que estas últimas formas de prejuicio son universalmente condenadas por los gobiernos, la homofobia y la transfobia son frecuentemente pasados por alto”, dice.
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Ana María Bejar de la Alianza contra el VIH / SIDA, dice que los ataques en América del Sur se están produciendo con la impunidad generalizada. ”Cuando una persona transexual es asesinada, la mayoría de sus amigos organizan y pagan por el funeral ya que, para muchas familias, “”creen que ellas ya estaban muertas “, desde que huyeron o fueron expulsadas de sus casas, dice.
“La policía no las toma en serio. Los grupos paramilitares y la delincuencia en cuento al asesinato de una persona transgénero, les resulta como limpieza social”.
También se han reportado casos de amenazas, hostigamiento, intimidación y violencia contra las personas que trabajan para proteger los derechos humanos de las personas transexuales y otras minorías sexuales.
Me encontré también con Caricia, que fue víctima de un ataque transfóbico, la cual presenció el asesinato de su amiga, Anita. Ella afirma que los atacantes eran dos policías fuera de servicio. ”Mi amiga recibió la mayor parte del odio”, dice.
“La sangre brotó de su rostro. Estaba en el hospital durante un mes, pero murió a causa de sus heridas. Tuve que esconderme, porque me di cuenta ” que los presuntos atacantes” eran policías. Yo en la actualidad no me siento segura”.
“Hay un problema aquí en el Ecuador, dice Rodríguez. Mucha gente ve a las transexuales como algo malo o raro. Creo que podrían ser Transfóbicos, o posiblemente tienen problemas psicológicos. Tal vez a causa de sus problemas psicológicos, ellos no aceptan a otras personas que son diferentes”.
Rodríguez dice que hay dos razones principales por las que la transfobia es tan fuerte y violenta en América Latina. ”El primer problema es la religión”, señala. ”El segundo es el machismo, un término latino-americano utilizado comúnmente que expresa a extremos la masculinidad. El Catolicismo y los Evangelistas causan demasiados problemas a las Trans debido a sus fundamentalismos “.
La solución, sugiere, es hablar de sexo a los niños desde pequeños, con el fin de combatir la discriminación.”En Ecuador, los niños crecen con prejuicios”, dice.
“Se les dice:” No te juntes con ese niño porque es afro-descendiente (negro)”, es pobre, es diferente, o cosas por el estilo. Y Estos criterios también van para las personas transgéneros y transexuales. La gente piensa, cree y practica esto. Estos prejuicios nacen por esta mala educación. Sus padres al no brindar correctamente una educación real y formada, contribuyen a que los niños cuando vean algo diferente ya sea en la calle o televisión, tomen un criterio negativo ante esa diferencia y además sea una influencia que fomente la discriminación”
Los cambio de tales errores educacionales y prejuicios arraigados no va a ocurrir rápidamente. ”El gobierno tiene que trabajar para crear diferentes sistemas de planificación para una buena educación y los padres y familiares hablar con sus hijos sobre el sexo, pues no debe existir motivos para trata de discriminar a las personas, por esta o por cualquier otra causa”, dice Rodríguez. ”Es difícil cambiar estas actitudes de la población en general. Tal vez, no hablo por una solución cercana a unos diez años. Posiblemente, este proceso se llevará cerca de 200 años. Pero esto que hoy hacemos, es el comienzo de la lucha.”