martes, 12 de junio de 2012

Perú: Ordenan excarcelar a alcalde en conflicto con minera

The Associated Press

Un juez ordenó el martes la excarcelación de un alcalde de una provincia sureña que encabezó una protesta violenta contra la gigante minera Xstrata por presunta contaminación ambiental y que fue enviado a prisión hace 10 días.

"El juez de la sala superior penal de Ica Erasmo Coaguila anuló la prisión preventiva de Oscar Mollohuanca porque no halló motivos para un peligro de fuga", dijo a The Associated Press su abogada Mercedes Alcántara.

El poder judicial confirmó la orden de liberación de Mollohuanca, quien se encuentra preso en la cárcel Cristo Rey en la costera región Ica, y dispuso la realización de una nueva audiencia para una fecha que se anunciará próximamente.

Según las leyes peruanas, las autoridades penitenciarias tienen 24 horas para liberar al funcionario.

Mollohuanca, alcalde de Espinar, provincia de la región Cusco, a 688 kilómetros al sur de Lima, fue enviado a prisión preventiva por cinco meses acusado de cinco delitos contra la seguridad pública castigados con hasta 10 años de cárcel.

El juez Miguel Díaz, del primer juzgado de Ica, ordenó el encarcelamiento por presuntos delitos contra la seguridad común, la seguridad pública, el entorpecimiento al funcionamiento de servicios públicos, disturbios y apología del delito.

Alcántara dijo que el juez Coaguila declaró nula la resolución que lo envió a prisión preventiva y dijo que ahora el alcalde sólo es acusado como instigador del supuesto delito de disturbios, que se castiga con hasta ocho años de prisión.

El conflicto entre campesinos de Espinar y la minera suiza Xstrata, el cuarto productor de cobre más grande del mundo, se agudizó a fines de mayo, cuando un enfrentamiento entre policías y campesinos que intentaban entrar en las instalaciones de la mina dejó dos civiles muertos, decenas de policías heridos, un fiscal retenido por algunas horas y su camioneta incendiada.

El gobierno declaró el estado de emergencia en la provincia y capturó a Mollohuanca, a miembros seculares de la Iglesia Católica local y a otros líderes de la protesta, a quienes liberó días después.

Los pobladores de Espinar temen que dos depósitos de relave minero de Xstrata, que explota cobre y oro desde 2006, contaminen dos ríos locales. Xstrata dijo a la AP en mayo que negaba cualquier acusación de contaminación.

La actuación del gobierno en la protesta de Espinar provocó a inicios de junio la renuncia de cuatro legisladores del oficialismo. Una congresista, Veronika Mendoza, dijo en su carta pública de renuncia que el gobierno "defiende a los grupos de poder económico" y lo calificó de "minero-militar".

Xstrata posee en Perú un tercio de las acciones en la mina polimetálica Antamina en la región Ancash y desarrolla en Espinar el proyecto Antapaccay. Adicionalmente tiene un gigantesco proyecto: Las Bambas, en la región Apurimac.

En Cajamarca (norte) continúa por 13er día otra protesta que busca la paralización del millonario proyecto Conga, de la minera estadounidense Newmont, la cual busca extraer oro y cobre. Los manifestantes señalan que el proyecto ocasionaría la destrucción de cuatro lagunas.

Perú es el segundo productor mundial de cobre y el sexto de oro. El 61% de las exportaciones en Perú corresponde a productos de la minería.


Read more here: http://www.elnuevoherald.com/2012/06/12/1227190/peru-ordenan-excarcelar-a-alcalde.html#storylink=cpy

Preparándose para el saqueo de Haití

Haití parece estar sentado sobre una gigantesca mina de oro. Ayiti Kale Je estima que los beneficios de su explotación alcanzarían los 20 mil millones de dólares. Una investigación realizada por periodistas, estudiantes y la asociación de emisoras comunitarias de Haití revela que “la explotación de oro, plata y cobre beneficiará principalmente a accionistas extranjeros”, empobrecerá aún más a las familias campesinas haitianas y destruirá un suelo “ya desnudo y frágil”.

Ayiti Kale Je / Edición: Equipo Otramérica

(primero de tres artículos sobre la megaminería en Haití)

La operación es tan ventajosa para las empresas mineras, y tan nociva para Haití, que el exdirector de la Oficina de Minas y Energía (Bureau des Mines et de l’énergie - Bme), Dieuseul Anglade, ha denunciado recientemente a las mineras en una entrevista exclusiva realizada por Ayiti Kale Je** (AKJ). Anglade también ha llamado al gobierno a corregir lo actuado hasta ahora: "Les dije que las generaciones futuras podrán explotar los minerales que están bajo la tierra. Las minas son parte del patrimonio nacional [...]. Pertenecen a la población. No pertenecen a la gente que está en el poder, ni siquiera al propietario de la tierra," declaró el ingeniero geólogo.

Ayiti Kale Je explica que la empresa canadiense Majescor y sus socios haitianos tienen licencias sobre 450 kilómetros cuadrados. Una pequeña empresa de minería haitiano-estadounidense, VCS y su empresa asociada local, Delta Mining, poseen o controlaban hasta hace poco, una concesión sobre 300 kilómetros cuadrados en el norte del país.

Por su parte, para aprovechar las aparentemente vastas reservas de oro de Haití y la complicidad de su Gobierno, la gigante minera Newmont se asoció a la empresa canadiense, Eurasian Minerals. Eurasian ha conseguido, silenciosa y cuidadosamente, permisos de exploración –53 para ser exactos- y acuerdos secretos, presumiblemente con la ayuda de un ministro de la anterior administración de Haití. AJK afirma que Eurasian, a través de su socio local, Marien Mining, controla permisos que cubren el equivalente a una décima parte del país.

En conjunto, las empresas extranjeras tienen permisos de investigación o exploración en 15 por ciento del territorio de Haití (3,885 km²). Majescor le lleva la delantera a sus rivales ya que recientemente inició la fase de "explotación" de una de sus concesiones. Sin embargo, VCS y Newmont-Eurasian le están pisando los talones. AJK asegura que la Eurasian Minerals ha tomado 44 mil muestras de suelo.

Todas estas empresas reconocen el potencial de Haití. Tan solo el depósito de Grand-Bois, un sitio pequeño asignado a Eurasian, podría contener cerca de 339.000 onzas de oro (por valor de 5 mil 400 millones de dólares y 2 mil 300 millones de onzas de plata, al precio de mayo 2012). "¡Haití es el gigante dormido del Caribe!", afirmó recientemente un accionista de Majescor. Una imagen que adoran las empresas: “un grandulón tonto que no sabe lo que tiene”, y el reconocimiento de las megautilidades que podrían obtener las mineras.

Paso número 1: cargarse la legislación

Eurasian Minerals y su empresa asociada, Newmont Mining, segundo productor mundial de oro, perforan ilegalmente, en connivencia con algunos miembros del Gobierno, en el sector de Lamielle, en el noreste del país, señala AJK.

La ley haitiana difiere de la de otros países. Es mucho más burocrática, pero proporciona también, a primera vista, un nivel mínimo de protección. Para poder perforar -incluso para fines de exploración-, las empresas deben tener un convenio de explotación minera firmado por el primer ministro y todos los ministros. Este acuerdo establece los términos y condiciones de cualquier explotación minera.

Eurasian y Newmont actualmente esperan la aprobación definitiva de un convenio que les permitiría explorar y explotar en Haití. El convenio no ha sido firmado porque en el periodo que va de mayo de 2011 a mayo 2012, el legislativo haitiano no se puso de acuerdo para legalizar el nombramiento del primer ministro.

Como siempre, para presionar, las relaciones públicas del binomio Eurasian-Newmont han activado dos viejos clichés, la “inversión extranjera” y la “generación de empleo”. "Estamos dispuestos a perforar", declaró Daven Mashburn de Newmont Mining, a finales de 2011. Pero "el Gobierno de Haití no muestra interés [...], nosotros no podemos explotar nuestras concesiones. Eso significa que las personas no pueden encontrar puestos de trabajo", manifestó Mashburn.

Sin embargo, el gobierno de Haití sí se interesa. De hecho, ha concedido permisos, en un memorado de entendimiento, aunque en una forma no totalmente legal a la minera. "El Gobierno otorgó una especie de exención" al binomio Eurasian-Newmont, explica Ronald Baudin (ministro de Finanzas de Haití entre 2009 y 2011), quien supervisó las negociaciones con Eurasian mientras ocupó esta posición. Cuando llegó al poder el nuevo gobierno de Joseph Michel Martelly, Baudin dejó de ser ministro e inició labores como asesor de Newmont - Eurasian, que actúa bajo el nombre de «Newmont Ventures».

Pero un memorando de entendimiento no puede reemplazar una ley. La legislación haitiana no contempla ninguna “exención” (Privilegio para eximirse de algún cargo u obligación). El abogado de derechos humanos, Patrice Florvilus señala que un protocolo (memorando) no puede anular un derecho. "No se puede permitir hacer algo que la ley prohíbe". El Director de la agencia estatal haitiana para la minería no firmó el memorando de entendimiento. "No estoy de acuerdo, por la simple razón de que si la ley no permite algo... ¡no tienen derecho a hacerlo!", declaró Anglade en una entrevista en mayo de este año. Este rechazo fue, quizás, la razón por la que uno de los primeros actos oficiales del nuevo primer ministro, Laurent Lamothe, fue destituir a Anglade.

El memorando que permite la “exención” fue firmado a finales de marzo de 2012. Con lo cual, el 23 de abril, Eurasian, muy complacida, informó a sus accionistas que con el memorando de entendimiento, “se ha obtenido permiso para perforar en algunos proyectos" "y la perforación está actualmente en curso”.

__________

**« Ayiti Kale Je » es una iniciativa de cooperación de medios de comunicación para garantizar investigaciones periodísticas sobre la reconstrucción de Haití después del terremoto que asoló el país y dejó 300.000 muertos y miles de heridos. El grupo Médialternatif es uno de los socios de esta iniciativa, a través de su agencia AlterPresse, y la Sociedad para la animación de la Comunicación Social (Saks). También participan la red de trabajadoras de la radio comunitaria de Haití (Refraka) y la Asociación de medios comunitarios haitianos (Ameka), que agrupa las estaciones de radio comunitaria del país.



«Cualquier discusión sobre modelos de desarrollo debe debatir simultáneamente las alternativas al extractivismo»

Entrevista a Eduardo Gudynas

[]

por Nuria del Viso - FUHEM Ecosocial


Eduardo Gudynas es secretario ejecutivo del Centro Latino Americano de Ecología Social (CLAES), en Uruguay, actividad que combina con la docencia en numerosas universidades latinoamericanas, europeas y estadounidenses. Es autor de más de diez libros y numerosos artículos académicos y capítulos en libros, y en 2010 fue seleccionado para integrarse en el Panel Inter Gubernamental de Cambio Climático. Vinculado al trabajo de distintas redes y organizaciones ciudadanas, destaca como uno de los principales pensadores en cuestiones ecosociales. En esta entrevista centra su análisis en el extractivismo y las transiciones a modelos alternativos de desarrollo.


Has analizado en profundidad el modelo extractivista y sus limitaciones. ¿Podrías hacer un breve diagnóstico de este modelo y explicar las razones por las que necesitamos trascenderlo? O dicho de otra forma, de no revisar el modelo, ¿hacia dónde vamos?

– Nosotros usamos el concepto de extractivismo en un sentido acotado y que responde en cierta medida a una herencia histórica. Recordemos que en las últimas décadas se habla de “industrias extractivas” al referirse especialmente a la minería. Allí está nuestro punto de partida y desde allí definimos el extractivismo como una extracción de grandes volúmenes de recursos naturales con altos impactos sociales y ambientales y que están esencialmente orientados a los mercados globales. Bajo esta concepción, no todas las extracciones de recursos naturales son una forma de “extractivismo”, sino que abordamos un conjunto específico, tanto por su volumen como por su orientación exportadora. Bajo esta idea son extractivistas no solo muchas explotaciones mineras y petroleras, sino también otras actividades de alto impacto y globalizadas, como los monocultivos de soja o la cría de camarones, e incluso bajo ciertas condiciones lo puede ser el turismo.

Esta particular manera de entender las cosas se explica debido a que ese tipo de actividades depende esencialmente de los mercados globales. La masiva extracción de recursos no sirve necesariamente a las demandas o consumo de los latinoamericanos, sino que se envían a otros continentes. Bajo esta particular mirada, el extractivismo es un componente más de la globalización contemporánea.
América Latina sufre un extractivismo que se intensifica, que se amplía a nuevas regiones, por ejemplo, penetrando más profundamente en el continente y, por lo tanto, se multiplican los efectos negativos, tanto sociales como ambientales. Es un estilo evidentemente insustentable. Si se sigue este camino nos encontraremos que algunos recursos se agotarán, quedarán los efectos ambientales a lo largo de varias generaciones y los pretendidos beneficios económicos se disiparán rápidamente. Por lo tanto, cualquier discusión sobre modelos al desarrollo debe debatir simultáneamente las alternativas al extractivismo.

– El extractivismo –esto es, el expolio de recursos naturales– está posibilitando un rápido crecimiento económico en América Latina. Este modelo no es nuevo en el continente, pero sí lo es el hecho de que también ha sido adoptado por los gobiernos de izquierda latinoamericanos, que legitiman esta vía a través de la financiación de programas sociales, lo que los ancla en una economía de enclave. ¿Qué oportunidades están perdiendo estos gobiernos con tal curso de acción?

– Es cierto. A diferencia de Europa, especialmente en América del Sur se vive una bonanza económica evidente. El país que menos ha crecido en el último año es Brasil, y los demás presentan cifras elevadas. Las exportaciones siguen subiendo, el ingreso de inversiones es muy intenso e incluso hay países como Uruguay, que registran pleno empleo o incluso déficits para algunos rubros. No hay crisis, por lo menos, en el sentido europeo, como manifestación de una debacle económica y financiera que arrastra el empleo y obliga a programas ortodoxos de ajuste. Un componente importante para explicar esta situación es el alto precio de las materias primas y la demanda global sostenida, y ello alimenta el extractivismo. Algunos países, como Colombia, se han mantenido en un extractivismo clásico, donde el protagonismo está en las grandes empresas internacionales. Otros países, en este caso los de la nueva izquierda o progresismo, están ensayando un mayor control estatal sobre algunos sectores extractivos, incluyendo una mayor captación de renta o dejándolo en manos de sus propias empresas nacionales. Pero la cuestión clave es que mantienen esencialmente el mismo modo de una intensa extracción de recursos naturales para exportarlos. Es muy claro que ese curso de acciones está generando creciente disconformidad ciudadana, incluso protestas en algunas zonas y en ciertos países. Entonces, la base política de esos gobiernos se desgasta. Pero también pierden la oportunidad de aprovechar esta buena coyuntura para reducir su extractivismo, rebajar su dependencia de la globalización y usar los enormes recursos financieros ahora disponibles para embarcarse en otras opciones de desarrollo.

– ¿Qué supondría para estos gobiernos incorporar las ideas de equidad y justicia en cuestiones socioecológicas?

– El extractivismo, incluso el progresista, genera claras tensiones y contradicciones con las ideas de justicia, tanto social como ambiental. El aceptar la contaminación de una comunidad o desplazar poblaciones tan sólo para implantar una minera viola buena parte de las ideas clásicas de la justicia, incluso aquellas de la propia izquierda. Es cierto que los gobiernos progresistas replican que ellos defienden la justicia social, de donde ese extractivimo es necesario para conseguir los dineros que se usan en sus planes contra la pobreza. Pero se cae en una política ingenua, donde el extractivismo exportador genera impactos sociales y ambientales que se intentan compensar económicamente, y para lo cual se aumenta todavía más ese mismo extractivismo. Esto es un círculo vicioso.

En numerosos puntos de América Latina están surgiendo conflictos socioambientales o socioecológicos, algunos de gran relieve, pero muchos de los proyectos cuestionados continúan adelante. Esto revela varios puntos clave: la lectura errónea que muchos hacen de estos conflictos –como “obstáculos a la inversión”–, el fracaso de la pretendida legitimidad del proyecto extractivo y también carencias en nuestros sistemas democráticos. ¿Cómo interpreta los conflictos socioecológicos y la respuesta que se están dando?

– En efecto, el número de conflictos socioambientales alrededor del extractivismo está aumentando, no sólo en países que los han tenido repetidamente en los últimos años, sino que incluso aparecen protestas en otros países donde no eran tan frecuentes. En una reciente revisión hemos encontrado que todos los países sudamericanos, desde el extremo sur de Chile y Argentina a Guyana y Surinam, tienen algún tipo de conflicto social alrededor del extractivismo. La composición de esos conflictos es heterogénea y compleja. En casi todos los casos son expresiones de oposición o resistencia frente al extractivismo, pero hay en algunos casos movilizaciones de apoyo a inversiones mineras o petroleras. Establecidas estas tendencias, también es compleja, y debe manejarse con precaución, la dinámica política de esos conflictos. Es cierto que implican cuestionamientos democráticos sustantivos y deberán revisarse unas cuantas ideas e instrumentos. En algunos casos, las respuestas son sencillas, como puede ser el caso de no aceptar emprendimientos que claramente destruyen la biodiversidad o desplazan comunidades. En otros casos es más complejo, tal como sucede con el ordenamiento territorial, y el balance necesario que debe lograrse entre expectativas locales y necesidades nacionales. El problema es que el Estado y los agrupamientos político partidarios actuales parecen incapaces de manejar estas cuestiones de una manera sana y entonces comienzan a negar la protesta, se burlan de las demandas sociales o ambientales; y cuando eso no les resulta, pasan a atacarla, a veces lateralmente por medio de largas y desgastantes acciones judiciales contra sus líderes o, en otros casos, criminizándolos.

Para trascender el extractivismo se han propuesto ideas sugerentes: un cambio cultural (revisar creencias), un cambio de enfoque (salirnos del antropocentrismo), una ampliación del foco (reconocer el ineludible vínculo entre lo social y lo ambiental) y un cambio de ética (para primar el valor de uso sobre el valor de cambio). ¿Cuáles serían, en su opinión, las claves de ese tránsito?

– El concepto de postextractivismo tienen todas esas ideas y aspiraciones en su base, pero es también una respuesta de emergencia: no puede seguir soportándose el actual embate en algunas zonas y, por lo tanto, son necesarias alternativas de emergencia. Por ello, el postextractivismo tiene dos componentes: por un lado medidas de respuesta inmediatas, como, por ejemplo, aplicar en serio las medidas sociales y ambientales dentro de cada país; y por otro lado, transformaciones de mayor profundidad. Unas y otras son necesarias. El postextractivismo, al menos en la forma en que viene siendo manejado desde Claes, es un proceso de transiciones sucesivas, continuadas, que comienzan con esas medidas de emergencia, pero no se detienen en ellas, y tiene un horizonte de cambio sustancial en los estilos de desarrollo.

– Defiendes que ese tránsito hacia el postextractivismo debe realizarse en forma de transición en fases. ¿Puede explicarlo brevemente? ¿Qué clase de cambio político es necesario para allanar el terreno hacia esas transiciones?

– Esta es una conclusión inevitable de los contextos sociales y políticos actuales. Buena parte de la sociedad sudamericana ha demostrado que puede generar cambios políticos sustanciales y hoy contamos con gobiernos de izquierda, lo que era impensable hace diez años atrás. Se podrán tener muchas críticas hacia esos gobiernos, pero le puedo asegurar que todos ellos, incluso el más moderado, están a la izquierda de varias de las administraciones que ahora se observan en Europa. Estos gobiernos tienen una amplia adhesión social, varios de ellos están en segundos mandatos con gran apoyo electoral. Para buena parte de esa ciudadanía el cambio ya se realizó, y por lo tanto las opciones para nuevos cambios políticos son más limitadas.
Por otro lado, la izquierda se ha insertado en una estrategia de desarrollo entendido como crecimiento y, a su vez, dándole un gran valor al consumo material. El consumismo está en plena explosión en el continente. Y es entendible que para mayorías que estuvieron relegadas, ahora puedan darse lo que consideran sus gustos o sueños, como su propio automóvil, grandes televisores o enormes equipos de audio. Especialmente en la grandes ciudades, el costo ambiental o la destrucción de la naturaleza que sustenta ese tipo de desarrollo aparece como algo lejano, inentendible o innecesario. No olvidemos que sigue vigente la idea de una América Latina enorme, repleta de grandes riquezas ecológicas que deben ser explotadas. Bajo esas condiciones se hace muy difícil incorporar a las mayorías en reducir el consumo material, colocar restricciones al uso de la naturaleza y otras formas de alternativa. Esto tomará su tiempo.
Finalmente, la propia esencia del Buen Vivir descansa en un reclamo de respetar la diversidad de valoraciones y percepciones sobre la naturaleza, la sociedad y la buena vida. Por lo tanto, no puede haber imposiciones autoritarias de ninguna alternativa; todas ellas deben ser construidas democráticamente.

– Si examinamos las alternativas al extractivismo, se observa un sincretismo de nuevas y viejas ideas: conceptos emanados de las cosmovisiones tradicionales de los pueblos originarios, como el sumak kawsay o los derechos de la naturaleza –que defiende, entre otros, Alberto Acosta– junto a propuestas de nuevo cuño, como el decrecimiento que propone Latouche o la autocontención de Jorge Riechmann y Joaquim Sempere. Hay mucho debate tanto en América Latina como en Europa en torno a estos conceptos. ¿Qué ideas te parecen más prometedoras? ¿Hay un diálogo entre los pensadores a ambos lados del océano?

– De nuevo aquí las cuestiones son un poco más complejas de lo que aparece a simple vista. Es cierto que en lo que ahora se llama “buen vivir” hay un sincretismo entre aportes que podría decirse vienen de saberes indígenas y otros que vienen de sectores críticos occidentales. Pero es apropiado hacer unas primeras precisiones: el “buen vivir” toma componentes de tradiciones de los pueblos indígenas, en especial de las formas de entender las comunidades en forma ampliada y de otras valoraciones de la naturaleza. Pero también se toman algunos aportes que se originan en posturas críticas, marginalizadas, secundarias, desde esos márgenes del saber occidental. Hay dos de ellas que son muy claras: la ecología profunda y el feminismo. Las relaciones entre estos aportes, la forma en que se mezclan, hibridizan y condicionan es una peculiaridad claramente sudamericana y, en especial, andina. Allí diría que hay coincidencias, por ejemplo, con el trabajo de Riechmann, las críticas al desarrollo de José María Tortosa o muchos de los cuestionamientos que hace Carlos Taibo, quienes son leídos en el sur. Pero no veo similitudes o encuentros fáciles de sostener entre el Buen Vivir y el decrecimiento, especialmente en las formulaciones de Serge Latouche.

– ¿Por qué no?

– Es que el decrecimiento sigue siendo una reacción al “crecimiento” y el Buen Vivir se desacopla, se desentiende del crecimiento o el decrecimiento. Las propuestas más prácticas de Latouche de un decrecimiento resultan totalmente insuficientes para el contexto latinoamericano. Son, por ejemplo, muy débiles en cuestiones ambientales, no reconocen los derechos de la naturaleza, se preocupan mucho por cuestiones casi instrumentales como sus “r”, de reutilizar, redistribuir, reducir, etc. Tampoco es una propuesta intercultural: acepta que el sur debe hacer su propio decrecimiento, pero no ha avanzado en cómo dialogar con esas otras culturas. A mi modo de ver, el decrecimiento es un movimiento entendible en los países industrializados, con altos niveles de opulencia, pero no puede ser el objetivo o meta de una alternativa al desarrollo. En nuestras propuestas el decrecimiento, en vez de ser una meta, es una consecuencia de otros cambios más profundos. En América del Sur habrá sectores que deberán decrecer, por ejemplo, en el consumo suntuario, pero otros deberán crecer, como es el caso de infraestructura en escuelas o centros de salud.

– ¿Es posible mejorar el modelo extractivista con reformas parciales, como abogan los ideólogos del “desarrollo sostenible” y de la “economía verde”? ¿Constituyen auténticas alternativas de obligado paso para trascender el extractivismo?

– Depende del sentido de la palabra que le demos a “mejorar”. Si “mejorar” es solo hacer una campaña de publicidad para sostener un emprendimiento contaminante, eso claramente es indefendible. Pero si mejorar es, por ejemplo, poner filtros para evitar la contaminación del agua, eso es necesario, y más aún, es urgente. Entiendo que eso dejará disconforme a más de uno en Europa y en varias capitales sudamericanas, pero hay muchas comunidades locales que necesitan respuestas cuanto antes. Es lo que se viene llamando “extractivismo sensato”; no es una solución final, sino que son respuestas para atender demandas sociales, salvar ecosistemas amenazados e iniciar cambios económicos de mayor alcance.

La cuestión está en que debe entenderse que esas mejoras no son soluciones finales, sino reformas de urgencia. Y también debe entenderse que solo es posible aceptar aquellas reformas que brinden oportunidades para seguir avanzando en nuevas y más profundas transformaciones. Eso explica que, a mi modo de ver, reformas, como buenas medidas de control de la calidad ambiental, sean útiles, pero otras reformas, como la venta en dinero de servicios económicos, sean negativas y deben ser desestimadas. Las primeras brindan soluciones para lidiar con la urgencia, sirven para internalizar algunos impactos ambientales y permiten seguir avanzando. Las segundas me estancan en una mercantilización de la naturaleza. En este segundo caso está la “economía verde”, que no tiene mucho de verde, sino que aparece como una respuesta para retomar el crecimiento económico.

– La crisis económica y los recortes sociales en Europa, por un lado, y los graves impactos sociales y ecológicos en los países extractivistas, por otro, ¿pueden interpretarse como señales de alarma de que el actual modelo está en quiebra? En este sentido, este giro copernicano que supone abandonar el extractivismo –o reducirlo sensiblemente–, ¿dejará sin base al capitalismo?

– No tengo dudas que estamos en un momento de crisis. Lo que debe entenderse es que el capitalismo es un proceso que navega en las crisis. Es más, aprende de ellas y se reformula. Eso obliga a ser muy precavidos con asumir que esa estrategia está en crisis en el sentido de estar al borde de un colapso. Pero a su vez, esa propia dinámica de crisis tiene un costo social y ambiental enorme, y en algunos casos se acumulan fuerzas de resistencia y reclamo que permiten hacer un giro, un cambio.

En nuestras percepciones en América del Sur y en la marcha actual de las discusiones está quedando en claro que las alternativas al desarrollo están más allá del capitalismo, pero también del socialismo. Justamente aquí aparece la potencialidad de los aportes de los saberes indígenas sobre el Buen Vivir porque ellos dan ese empuje necesario para poder ver más allá de la modernidad occidental. Bajo esta mirada, el extractivismo, en el sentido dado al inicio de esta entrevista, como masiva apropiación de la naturaleza ligada a la globalización, debe desaparecer. Esto no quiere decir tener una naturaleza intocada, sino que se deberán aprovechar los recursos, pero solamente aquellos realmente necesarios e indispensables para asegurar la calidad de vida. Sin duda, es un futuro más austero.


*

Asesinatos, amenazas y racismo forman parte de la realidad indígena, demuestra un informe publicado hoy

Natasha Pitts
Periodista de Adital
Adital

Mañana (13), el Consejo Indigenista Misionero (Cimi) lanza otra edición de su Informe Anual de Violencia contra los Pueblos Indígenas en Brasil, documento que relata el sufrimiento y las situaciones extremas que enfrentan varias etnias en relación con la falta de atención en las áreas de salud, educación y demarcación de tierras, entre otras. El lanzamiento se realizará a las 9h30 en el auditorio Don Helder Cámara de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), en Brasilia, Distrito Federal.

Estarán presentes el secretario general de la CNBB, Don Leonardo Steiner, el presidente del Cimi, Don Erwin Kräutler, Lúcia Helena Rangel, antropóloga coordinadora del Informe y Deborah Duprat, Vice-Procuradora General de la República, además del cacique Nailton Pataxó Hã-Hã-Hãe, de Bahía, y Jader Marubo, presidente de la Unión de Pueblos Indígenas del Valle de Javari (Unijava), del Amazonas. Los líderes van a hacer sus declaraciones e ilustrar las violaciones denunciadas por el Consejo Indigenista.

Según Cleber Buzatto, secretario ejecutivo del Cimi, el informe es una importante acción estratégica realizada con los pueblos indígenas para mostrar la realidad de estos pueblos.

"El informe es un instrumento de denuncia y quiere llamar la atención sobre la realidad que los indígenas enfrentan en Brasil, donde se aprecia una violencia constante. Pero no sólo llamar la atención; queremos que esta denuncia sirva para generar iniciativa en el Estado y para que las autoridades combatan esta violencia”.

El informe contiene datos de 2011 sobre casos de asesinatos, amenazas, racismo, morosidad en la regularización de tierras, conflictos, invasiones de territorios indígenas, suicidios, falta de asistencia en el área de salud, mortalidad infantil y violencia contra pueblos indígenas aislados.

Datos ya liberados por el Cimi señalan que los daños ambientales en tierras indígenas crecieron de 2010 a 2011; además, el año pasado se registraron 42 invasiones posesorias y explotaciones ilegales de recursos naturales, contra 33 casos registrados en 2010.

Según Cleber, las invasiones por parte de madereros y apropiadores ileales de tierras indígenas ya demarcadas son un problema que ocurre en todo Brasil. En Bahía, sólo por medio de una decisión del Supremo Tribunal Federal (STF) el pueblo Pataxó Hã-Hã-Hãe consiguió reocupar la tierra indígena Caramuru-Paraguasu. En Maranhão, la reducida etnia Awá Guajá también lucha para permanecer en su territorio, ocupado por madereros ilegales que están diezmando a la población indígena local.

El secretario ejecutivo del Cimi señala la morosidad en los procedimientos de demarcación como factor que deja las tierras indígenas expuestas y agrega que esta morosidad también potencia los conflictos. En 2011, el año terminó sin providencia alguna del gobierno federal para el caso de 342 tierras indígenas. Sólo tres fueron homologadas por la presidenta Dilma Rousseff, resultado evaluado como el peor para un primer año de gobierno desde José Sarney.

Otro problema grave que vienen enfrentando los pueblos indígenas es la falta de atención en el área de salud. No es difícil encontrar comunidades con altas tasas de mortalidad infantil. Aun hoy, niños y niñas indígenas mueren por desnutrición, diarreas y vómitos, enfermedades fácilmente tratables se hubiera puestos de salud, equipos médicos y medicamentos adecuados. Las deficiencias en la atención de la salud llevaron a la muerte a 44 indígenas en 2011, número bastante elevado si se compara con el de 2010, cuando 25 fallecieron por falta de atención médica.

Para ayudar a la población indígena en esta lucha contra el abandono y apoyar el trabajo de organizaciones que luchan por los derechos de esta parte de la población, Cleber pide la adhesión de la sociedad civil. "El reclamo a los órganos gubernamentales puede realizarse por teléfono, por e-mail o hasta por las redes sociales. Es importante que la población se involucre para que el gobierno sienta la presión y se sensibilice”, dice.

Números de la violencia

El Cimi revela que entre los años 2003 y 2011 el promedio de asesinatos fue de 55, sumando un total de 503 muertes en ese período. En 2011 las víctimas fueron 51.

Los suicidios también han presentado cifras cada vez más altas. Entre los años 2000 y 2011, sólo en Mato Grosso do Sul, estado donde se localiza la mayor etnia del país -Guarani Kaiowá- se registraron 555 suicidios de indios. El año pasado se registraron 45 casos, mientras que en 2010 hubo 42. El perfil de los indígenas es de jóvenes de entre 14 y 18 años y adultos de entre 21 y 30 años.

Traducción: Daniel Barrantes – barrantes.daniel@gmail.com

215 millones de niños y niñas trabajan para sobrevivir o complementar el ingreso de sus familias

Natasha Pitts
Periodista de Adital
Adital

Este año, el 12 de junio, día Mundial Contra el Trabajo Infantil, tendrá como tema "Derechos Humanos y Justicia Social. Vamos a acabar con el trabajo infantil”. Para reforzar la necesidad de librar a niños y adolescentes de trabajos forzados y de las peores formas de trabajo, se realizarán debates, eventos mediáticos, campañas de sensibilización y manifestaciones culturales en más de 50 países. Participarán empleadores, organizaciones de la sociedad civil, trabajadores y gobiernos.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) aprovecha la oportunidad de la fecha para llamar a los países a intensificar su actuación contra este problema. En un estudio realizado en el contexto del 10º aniversario del Día Mundial Contra el Trabajo Infantil, la OIT señala que todavía hay una gran diferencia entre ratificar las Convenciones sobre trabajo infantil y actuar concretamente para enfrentar el problema.

Prueba de ello es que hoy cerca de 215 millones de niños y niñas trabajan para sobrevivir o complementar el ingreso de sus familias. Según la OIT, la mitad de ellos están expuestos a las peores formas de trabajo, como esclavitud y actuación en conflictos armados. Cinco millones de ellos están sometidos a trabajos forzados, entre ellos explotación sexual con fines comerciales y esclavitud por deudas.

Teniendo esto presente, el director General de la OIT, Juan Somavia, pide a los países que, de manera individual o colectiva, redoblen los esfuerzos para erradicar el problema. Uno de los pasos es firmar las Convenciones 138 (sobre edad mínima de admisión al empleo) y 182 (sobre las peores formas de trabajo infantil). A pesar de que las dos han recibido gran adhesión es necesario que las ratificaciones sean universales y estén unidas a otras acciones concretas.

Para llevar a la práctica los compromisos asumidos, la OIT defiende que es necesario incidir en áreas estratégicas como la economía informal, dar atención a las zonas rurales y agrícolas, y considerar atentamente la realidad de los hijos de trabajadores/as migrantes y de las poblaciones indígenas, considerados los más vulnerables cuando se trata de trabajo infantil. Somavia también defiende la importancia del trabajo decente para los padres y la educación para los niños como forma de erradicación.

Otro paso es fortalecer los órganos judiciales y las instituciones encargadas de hacer cumplir la ley a nivel nacional para garantizar que los innumerables casos de trabajo infantil lleguen a los tribunales y sean debidamente juzgados, ya que hoy es juzgada y sancionada una cifra mínima de delitos.

La OIT también recuerda la necesidad de que se haga cumplir, hasta 2016, la Hoja de ruta para lograr la eliminación de las peores formas de trabajo infantil, aprobada en 2010 por más de 500 delegados de 97 países durante la Conferencia Mundial sobre Trabajo Infantil.

A pesar de todos los problemas, es necesario reconocer avances como el aumento de la cantidad de países que crearon planes nacionales para combatir el trabajo infantil, el establecimiento de nuevas leyes contra la prostitución y la pornografía que involucren a niños, las nuevas prohibiciones legislativas orientadas a la identificación y prevención del trabajo peligroso para niños y el desarrollo de la cooperación internacional y la asistencia mutua entre los Estados para combatir delitos como el tráfico.

Y para que estos avances sean cada vez más significativos la OIT pide la ratificación universal de las Convenciones sobre trabajo infantil y de las demás Convenciones fundamentales; la adopción de políticas y programas nacionales que garanticen un progreso efectivo en prevención y eliminación del trabajo infantil y el comienzo inmediato de iniciativas que amplíen e intensifiquen el movimiento mundial de combate al trabajo infantil.

Traducción: Daniel Barrantes – barrantes.daniel@gmail.com


Río+20, repensando el desarrollo

Katu Arkonada

ALAI AMLATINA, 11/06/2012.- Hace 20 años, en junio de 1992, se celebró en Río de Janeiro, Brasil, la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, también conocida como Cumbre de la Tierra. En la Cumbre de la Tierra participaron 172 gobiernos con presencia de 108 jefes de Estado y de Gobierno.

Los resultados de la Cumbre de Río fueron la aprobación del Programa 21, un plan de acción mundial para promover el desarrollo sostenible, y la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo que es básicamente un conjunto de principios que definen los derechos y obligaciones de los Estados respecto del medio ambiente y el desarrollo.

Asimismo esa cumbre fue el origen de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que en 1997 acordaría el famoso Protocolo de Kioto para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Hubo dos grandes protagonistas de la Cumbre de la Tierra, por un lado George Bush padre, presidente de los Estados Unidos, quien vino a anunciar en Río que «el estilo de vida estadounidense no está abierto a negociaciones». Por otro lado, el comandante de la revolución cubana Fidel Castro cuya posición se resume en la siguiente frase extraída de su discurso ante el plenario de la Cumbre: «Si se quiere salvar a la humanidad de esa autodestrucción, hay que distribuir mejor las riquezas y tecnologías disponibles en el planeta. Menos lujo y menos despilfarro en unos pocos países para que haya menos pobreza y menos hambre en gran parte de la Tierra. No más transferencias al Tercer Mundo de estilos de vida y hábitos de consumo que arruinan el medio ambiente. Hágase más racional la vida humana. Aplíquese un orden económico internacional justo. Utilícese toda la ciencia necesaria para un desarrollo sostenido sin contaminación. Páguese la deuda ecológica y no la deuda externa.
Desaparezca el hambre y no el hombre».

En definitiva Fidel se enfrentaba en nombre de los países en desarrollo a ese Norte que había podido industrializarse, desarrollarse y construir sus Estados del Bienestar a costa de un Sur, los países del Tercer Mundo, colonias hasta hace poco convertidas en ese momento en naciones explotadas y saqueadas por un orden económico mundial injusto. En ese sentido, proponía una vez terminada la Guerra Fría dedicar el gasto militar y armamentístico a promover el desarrollo del Tercer Mundo y combatir la amenaza de destrucción ecológica del planeta.

Río+20

20 años después de aquella Cumbre de la Tierra, en medio de una crisis estructural del modelo civilizatorio occidental y con las clarividentes palabras de Fidel aun resonando en los pasillos de Riocentro, el lujoso centro de convenciones en la exclusiva zona de Barra de Tijuca, se celebra la Cumbre de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible Río+20.

Los objetivos de esta conferencia de Naciones Unidas son alcanzar un nuevo acuerdo político en torno al desarrollo sostenible, evaluando el progreso hasta la fecha y las lagunas en la aplicación de los acuerdos que se han ido adoptando. La conferencia va a estar centrada en dos temas principales, el de la economía verde o ecológica con vista a la sostenibilidad y la erradicación de la pobreza, y la creación de un marco institucional para el desarrollo sostenible. Todo ello dentro de
un ambicioso llamado de las Naciones Unidas a los Estados y la sociedad civil en general a sentar las bases de un mundo de prosperidad, paz y sustentabilidad.

Río+20 tendrá lugar oficialmente del 20 al 22 de junio, momento en el que los Jefes de Estado y Gobierno de los diferentes países que conforman las Naciones Unidas llegarán a Río de Janeiro para las sesiones plenarias y la búsqueda de un acuerdo. Sin embargo, los equipos negociadores de cada gobierno, después de tres rondas de negociaciones previas en Nueva York en torno a un borrador de acuerdo, comienzan la última ronda de negociaciones el 13 de junio para preparar el documento que sus respectivos presidentes deberán firmar como parte de un acuerdo final.

Los equipos negociadores de cada país miembro de Naciones Unidas están trabajando en torno a un documento llamado “El futuro que queremos – Borrador Cero del documento de Río+20”. Este documento, que comenzó hace meses siendo una compilación de diferentes propuestas por parte de los Estados de en torno a 300 paginas, cuenta en estos momentos con 82 paginas íntegramente en ingles con una base de párrafos que se van acordando y otra serie de ideas entre corchetes lo cual indica que están siendo sujetos a discusión, esquema habitual de los documentos de negociación en Naciones Unidas.

El Zero Draft o Borrador Cero cuenta con una estructura dividida en 5 puntos principales. Una primera parte que es básicamente un preámbulo y donde se define la visión compartida por los diferentes miembros de Naciones Unidas. Un segundo punto en torno a la renovación del compromiso político, en el que se reafirman los principios de Río, se evalúan los progresos y los déficits en la implementación del desarrollo sostenible y se va haciendo un repaso en torno a los principales grupos implicados, desde los pueblos indígenas a los sindicatos o la comunidad
científica.

La tercera parte del documento está dedicada a desarrollar el rol de la economía verde en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza, el punto principal y más conflictivo de todos pues trata de presentar a la economía verde como el nuevo paradigma del desarrollo sostenible. En cuarto lugar nos encontramos con la definición del marco institucional para el desarrollo sostenible y finalmente la quinta y ultima parte del documento de negociación está dedicada al marco de acción y seguimiento, con propuestas de acuerdo en torno a temas como la seguridad alimentaria, agua, energía, cambio climático, bosques y biodiversidad, educación o igualdad de genero.

G77+China

Dentro de la política de bloques inherente a unas negociaciones en el marco de Naciones Unidas podemos observar dos grupos principales, la Unión Europea por un lado, y el G77 junto a China por otro lado. El G77 es un grupo muy heterogéneo de países del Sur, es decir, de los países llamados del Tercer Mundo o en desarrollo, que cuenta con diversos bloques en su interior, como el del ALBA, el Grupo Africano, Grupo de los Estados Insulares o el Grupo Árabe. Asimismo cuenta con potencias emergentes de los BRICS como Brasil o India.

El G77, presidido en 2011 por Cristina Fernández de Kirchner en representación de Argentina, y desde 2012 con Argelia como coordinador, se presenta en Río con un documento propio de consenso como base para la negociación.

El documento del G77+China propone un nuevo orden económico mundial basado en los principios de equidad, soberanía, intereses comunes, interdependencia y cooperación entre los estados. Plantea además una nueva arquitectura financiera internacional mediante la reforma expedita y ambiciosa de las instituciones creadas por los acuerdos de Bretton Woods (es decir, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional), cambiando sus estructuras de gobierno y su déficit democrático en el marco de una plena y justa representación de los países en vías de desarrollo, promoviendo la provisión de recursos financieros y transferencia tecnológica a los países en vías de desarrollo sin condicionalidades.

Asimismo, se pide el reconocimiento y respeto a los diferentes modelos de desarrollo afirmando que las estrategias de crecimiento económico basadas en el mercado son insuficientes y no garantizan ni aseguran un crecimiento económico equitativo ni resuelven los problemas de pobreza, salud, educación, empleo pleno, reducción de inequidades y promoción del
desarrollo social y la inclusión.

También se propone un cambio en los patrones de producción y consumo, denunciando que los recursos naturales son limitados y que los países desarrollados han hecho un uso excesivo de ellos. A partir de ahí se reconoce la importancia del agua como Derecho Humano o la seguridad alimentaria, y se demanda un desarrollo sostenible con un enfoque holístico y en armonía con la naturaleza, propuesta que parte del Estado Plurinacional de Bolivia. Esta demanda además ha sido recogida en el Borrador Cero oficial, cuyo párrafo 33 dice textualmente: «Somos conscientes de que el planeta Tierra y su ecosistema son nuestra casa y que Madre Tierra es una expresión común en una serie de países y regiones. Estamos convencidos de que con el fin de lograr un equilibrio justo entre el económico, las necesidades sociales y el medio ambiente de presentes y futuras generaciones, es necesario promover la armonía con naturaleza».

En la misma línea, uno de los objetivos en Río+20 por parte de Bolivia y del ALBA será el de recoger las propuestas de la Conferencia Mundial de los Pueblos Sobre Cambio Climático y Derechos de la Madre Tierra realizado en Tiquipaya (Bolivia) y plantear una propuesta de Derechos de la Madre Tierra.

Unión Europea

Frente a estas propuestas, la posición de la Unión Europea es contundente y fiel reflejo del modelo neoliberal en el que está instalada. La UE conceptualiza a la naturaleza como “capital natural”, como “stock de recursos naturales” regulables a través del mercado. Es decir, estaríamos ante una segunda fase del neoliberalismo, una fase más avanzada en la que después de haber hecho retroceder al Estado, cuando no desaparecer totalmente privatizando los sectores estratégicos bajo control estatal, se le ordena al Estado que cree mercados donde hasta ahora no existían. Ya no es suficiente además con generar plusvalía vendiendo la madera de los bosques, sino que además se crea un nuevo mercado en el que lo que se vende es la capacidad de absorción de dióxido de carbono de esos mismos bosques. A partir de ahí se abre la vía para la financiarización de la naturaleza, para especular y crear nuevos mercados inmateriales.

La Unión Europea plantea entonces un paquete de metas e indicadores enfocados en el medio ambiente, y con la excusa de la reducción de emisiones y la eficiencia en el uso de recursos naturales, deja de lado las necesidades sociales y económicas de los países en desarrollo.

Pensando el mañana

Son numerosos los temas a desarrollar en Río+20 y cada uno de ellos exigiría de decenas de páginas para profundizar, pero finalmente el reto de Río+20 será el de cómo construir una visión del desarrollo no basada en el capitalismo, que salga de los parámetros de crecimiento capitalista. Como lograr un desarrollo integral, complementario y solidario basado en la complementariedad de los derechos de los pueblos a su desarrollo, de los derechos de los pueblos a superar la pobreza causada por el capitalismo y el colonialismo, y de los derechos de la Madre Tierra. Además, estos derechos deberían ser realizados de manera integral, interdependiente, complementaria y en apoyo mutuo. Es decir, un derecho no puede realizarse sin los otros y un derecho no puede estar sobre los otros. Se trata de derechos interdependientes, cuya plena consolidación requiere una interacción complementaria entre ellos.

En cualquier caso no hay duda que estamos viviendo (y sufriendo) los limites de un modelo civilizatorio insostenible. Los pueblos del Sur han recuperado su dignidad y el Norte ya no puede seguir creciendo a costa de su explotación. Además Ama Lurra, la Pachamama, ya nos está demostrando que no se la puede seguir explotando indefinida e incontroladamente como se ha hecho hasta ahora. Estamos viendo por tanto los límites planetarios del sistema de acumulación capitalista en toda su crudeza. En ese sentido Río+20 es una ocasión histórica para poner sobre la mesa debates necesarios y tratar de llegar a consensos en la búsqueda de soluciones.

En definitiva, y retomando las palabras finales de Fidel en su discurso en el plenario de la Cumbre de la Tierra de 1992: «Cesen los egoísmos, cesen los hegemonismos, cesen la insensibilidad, la irresponsabilidad y el engaño. Mañana será demasiado tarde para hacer lo que debimos haber
hecho hace mucho tiempo».

- Katu Arkonada se encuentra en Río de Janeiro formando parte del equipo
negociador del Estado Plurinacional de Bolivia


Mas informacion: http://alainet.org
RSS: http://alainet.org/rss.phtml
Twitter: http://twitter.com/ALAIinfo

Te invitamos a sostener el trabajo de ALAI.
Contribuciones: http://alainet.org/donaciones.php
______________________________________
Agencia Latinoamericana de Informacion
email: info@alainet.org

Suscripciones: http://listas.alainet.org/listas/subscribe/alai-amlatina
Desuscripciones: mailto:sympa@listas.alainet.org?subject=UNS%20alai-amlatina

Mes de debate: DEMOCRATIZAR LA COMUNICACIÓN PARA EL BUEN VIVIR

Sábado 16 de junio, 16h00.

Lugar: Auditorio Pedro Calmon
Campus da Praia Vermelha. Escola de Comunicação:
Av. Pasteur, 250, Campus da Praia Vermelha, Cep: 22.290-240. Rio de Janeiro.

El debate en torno al actual modelo de desarrollo depredador se presenta
marcado por la confrontación de conceptos como la economía verde y el
Buen Vivir, que se libra en un terreno de la comunicación sumamente
desigual. Por lo mismo, para el debate público sobre el modelo, tiene
mucha pertinencia la democratización de la comunicación, con la
inclusión de muchas voces y perspectivas, tanto en los escenarios
nacionales como en los procesos de integración.

Intervenciones:
- Augusto dos Santos, Secretario de Comunicación del gobierno de Paraguay
- David Rivas*, Secretario de Comunicaciones de la Presidencia de El
Salvador
- Rosane Bertotti, CUT-Brasil / Foro Nacional por la Democratización de
la Comunicación.
- Sally Burch, ALAI
Moderación:
- Nelsy Lizarazo, ALER.

* Pendiente confirmación

Convocan: Agencia Latinoamericana de Información - ALAI; Asociación
Latinoamericana de Educación Radiofónica - ALER; Enlace de Medios para
la Democratización de la Comunicación; Minga Informativa de Movimientos
Sociales; Centro de Estudos de Mídia Barao de Itararé.



Mas informacion: http://alainet.org
RSS: http://alainet.org/rss.phtml
Twitter: http://twitter.com/ALAIinfo

Te invitamos a sostener el trabajo de ALAI.
Contribuciones: http://alainet.org/donaciones.php
______________________________________
Agencia Latinoamericana de Informacion
email: info@alainet.org

Suscripciones: http://listas.alainet.org/listas/subscribe/alai-amlatina
Desuscripciones: mailto:sympa@listas.alainet.org?subject=UNS%20alai-amlatina

No renunciemos a las grandes y profundas transformaciones que nos aguardan

Por: Marco Arana Zegarra

Cajamarca, Perú
12.Junio.2012

La autodefinición de izquierda sugerida recientemente por el vocero de Fuerza Social en una agencia de noticias nacional muestra que esa fuerza política no es más de izquierda sino es un centro izquierda pragmático, que así como en el proceso electoral pasado no tuvo empacho en declarar que la meta de unidad alrededor de su inscripción partidaria era para "cerrarle el paso al nacionalismo" ahora no se atreve a cuestionar el creciente autoritarismo y el abandono de las promesas electorales de ese nacionalismo para seguir imponiendo una política económica antidemocrática y ecocida.

Y, aunque quiero entender que cuando dice que la izquierda ha abandonado la perspectiva "revolucionaria" se está refieriendo correctamente al abandono y superación de la práctica violentista que justificaba sin más el recurso de las armas, me temo que en la hora actual no se trata de renunciar a una perpsectiva nueva, auténticamente revolucionaria. No lo es, por ejemplo, el planteamiento principista y programático de TyL de proponer que cambiemos hacia una nueva relación sociedad-naturaleza? Del curso depredador y ecocida de la economia hacia otro social y ecológicamente justos? Y aquí la novedad de la propuesta trasformadora, profundamente revolucionaria de TyL más aún, si queremos hacer esos cambios en un mundo en que la violencia se ha institucionalizado, los libertarios y libertarias nos proponemos hacerlo generando un amplio movimiento contrahegemónico ciudadano que, a través de un partido, que se define como pacifista, usando medios de no violencia activa, derrote esa visión economicista del desarrollo que se nos quiere imponer como única y, que políticamente podamos radicalizar la democracia para que ésta no se quede en simple representación y procesos electorales, sino que fortaleciéndo esos procesos los amplíe hacia una mayor participación ciudadana, aumente los mecanismos de control de los ciudadanos-electores sobre el ejercicio de la autoridad delegada, descentralice y desconcentre, no solo la administración sino tambiém el poder mismo que se halla cada vez más concentrado en manos de unos pocos como nunca lo había estado en otras épocas de la historia.

Ante un sistema atosigante, aplastador, deshumanizante, violento, ecocida no se puede sino reivindicar la centralidad de la acción revolucionaria: en la visión y apuesta por construir un altermundo, en el campo de la disputa de las ideas y del conocimiento, de la acción crítica cotidiana, de la construcción de procesos de participación diversificada, protectora y garante de los derechos de los más débiles y no solo a través de políticas públicas proteccionistas sino garantistas de su derecho inalienable a existir como es el caso de los pueblos originarios, reivindicando derechos de generaciones que aún no existen y no pueden ser contabilizadas pero frente a las cuales tenemos una responsabilidad histórica irrenunciable.

Estos son los nuevos contenidos de lo verdaderamente revolucionario que ha superado el esquema confrontacionalista, de lo incendiario, lo violentista, lo sectario, fundamentalista y destructor, pero que que sin duda también se halla lejos, muy lejos, del adaptacionismo transformista y pragmático de quienes probablemente han perdido la capacidad de indignarse, de soñar, de atreverse a construir un mundo mejor, un Perú distinto y creen en lo concreto que el diálogo en Cajamarca pasa no por el derecho a decir y decidir que no destruyan nuestras fuentes naturales de agua, sino porque el ejercicio del derecho se reduzca a la aceptación de la manera, el día, el dinero que nos deben dar a cambio de que aceptemos la puesta en marcho del nuevo hidrocidio. O que, en el caso de Espinar, se conformen con ajustarse a las reglas del juego puestas por leyes hechas para legitimar la opresión, criminalizando las protestas y restringiendo las libertades y los derechos considerando que ante el peso de la realidad jurídica y los hechos éstas deben ser aceptadas sin más porque "así son la reglas" renunciando a cuestionar la entraña antidemocrática de las mismas.

Queremos el diálogo no sobre las condiciones que quieren imponer a nuestros pueblos que históricamente han sido relegados, no aceptaremos formas de diálogo en la dinàmica del amo y el esclavo que ya sabemos como termina aplastando a los más débiles. Queremos el diálogo que nos respete, nos escuche, reconozca que no solo las personas tenemos derecho a vivir, sino también tienen derecho a hacerlo todos los demás seres vivos, nuestros ecosistemas hídricos, nuestros paisajes, la tierra de nuestros padres que no debemos olvidar que es aquella de donde venimos y, aunque hayamos cambiado de lugar por migración hacia pisos encementados, será siempre a la que iremos un día pues es nuestra gran casa, sin sustituta.

Que la pragmática y las ansias de poder electoral no hagan renunciar a los libertarios y libertarias al mayor poder de todos: el poder del sueño y la voluntad de cambiar, de construir un mundo distinto, de transformar radicalmente, de revolucionar las mentes, los corazones, la estructuras sociales, económicas y culturales que han llevado al planeta entero a la mayor crisis ecológica hasta llegar a poner en peligro a los demás seres vivos y nuestra propia sobrevivencia en él.

Sin soberbia alguna, no hay ninguna fuerza política actual en el país con capacidad de movilizar a los ciudadanos y ciudadanos con una tal visión de justicia social y ecológica democratizadora, transformadora no solo de la economía, sino también de la cultura para que aprendamos a vivir en paz con nuestros demás hermanos y la Madre Tierra, no renunciemos a ser lo que estamos, por voluntad propia de muchos, dispuestos a ser en la historia de las grandes transformaciones que aguardan nuestro país.

Un abrazo!!