Los Tiempos /
El Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq) denunció
que el Movimiento Al Socialismo (MAS) quiere usar los recursos del
Fondo de Desarrollo para los Pueblos Indígenas, Originarios y
Comunidades Campesinas para la campaña electoral de ese partido político
con miras a las elecciones generales de 2014.
Según el
Jiliri Apu Mallku de la organización indígena de pueblos de tierras
altas del país, Félix Becerra, existe una resolución que firmaron
organizaciones campesinas y de colonizadores para hacer cambios dentro
del Fondo Indígena, como el del director Ejecutivo, Daniel
Zapata, con el fin de viabilizar el uso del 5 por ciento que percibe
esa instancia del Impuesto Director a los Hidrocarburos (IDH) para el
MAS.
Por esta situación, Becerra anunció que pedirán una
reunión con la ministra de Desarrollo Rural y de Tierras, Nemecia
Achacollo, en pos de pedir una explicación sobre esta situación.
"Esos recursos son del movimiento indígena y no pueden apropiarse para campañas".
sábado, 24 de mayo de 2014
Asignatura pendiente: decidir sobre el propio cuerpo
Eduardo Lucita (LA ARENA)
Hay un nuevo proyecto de despenalización del aborto. Fue apoyado por un colectivo que reclama por el derecho de las mujeres sobre su propio cuerpo. Una movilización que es producto de un largo recorrido social.
La presentación en el Congreso de la Nación de un nuevo proyecto de despenalización del aborto y un nuevo caso de una niña violada y embarazada por su padrastro colocaron otra vez en la agenda pública la necesidad de una normativa jurídica que ampare la libre determinación de las mujeres sobre su propio cuerpo.
Semanas atrás integrantes de la "Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito" acompañadas de unas 10.000 personas, la mayoría mujeres y no pocos hombres, presentaron en el Congreso de la Nación el proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Esa iniciativa y esa movilización no cayeron del cielo, son producto de un largo recorrido.
Más de tres décadas
El movimiento de mujeres y particularmente el feminismo, en cuyo centro se ubica decididamente la cuestión del aborto, tienen una larga tradición en América latina y en Argentina. Dieron un salto cualitativo en los años 60 y 70 del siglo pasado, cuando una verdadera contrarrevolución cultural en las artes, en las letras, en la vida cotidiana, en la vestimenta y obviamente en la sexualidad se expandió por los principales centros urbanos del mundo occidental. En este contexto es que la maternidad voluntaria y la educación sexual, la violencia de género en cualquiera de sus formas (física, económica, psicológica o sexual) y la despenalización del aborto comenzaron a debatirse en la América latina.
La historiadora y ensayista Mabel Bellucci en su reciente obra "Historia de una Desobediencia. Feminismo y Aborto", detalla el largo recorrido de estas luchas y muestra como toda esa secuencia de décadas fue una y otra vez interrumpida por los golpes militares, no sin ayuda civil, que se sucedieron una y otra vez en la región. Así las rupturas del orden institucional demoraban y hacían retroceder las luchas por la ampliación de derechos, entre ellos el derecho de las mujeres.
No es de extrañar entonces que fuera el feminismo de México, uno de los pocos países de la región que no sufriera golpes de Estado, quien lograra en 2007 -no obstante su fuerte tradición machista y clerical- institucionalizar la despenalización del aborto durante las doce primeras semanas de gestación. Si bien este logro está limitado al Distrito Federal, ha sido un avance notable que estimuló al resto de los movimientos latinoamericanos.
Desde los años 80 los Encuentros Nacionales de Mujeres fueron el contexto para que las organizaciones feministas replantearan una y otra vez la cuestión del aborto legal y seguro hasta que en el 2005 adquiriera la actual forma de campaña nacional.
Proyectos
El primer proyecto IVE fue presentado en mayo de 2007 como una iniciativa de la sociedad civil. Exactamente un año después, en mayo de 2008, fue nuevamente entregado en la Cámara de Diputaos/as avalado por la firma de 22 legisladores y legisladoras. En marzo de 2010, cuando el anterior perdió estado parlamentario por falta de tratamiento, se presentó por tercera vez, ahora apoyado con 33 firmas. En marzo de 2012 nuevamente con 54 avales y en abril pasado por quinta vez con la firma de 64 legisladores y legisladoras de todos los bloques con representación parlamentaria.
En esencia el proyecto se sostiene en el derecho personalísimo de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos. Que toda mujer pueda interrumpir su embarazo durante las primeras 12 semanas de gestación por voluntad propia, y sin plazos en caso de violación, de riesgo para la salud o la vida de la gestante o en caso de malformaciones graves. Además propone que el acceso a esta práctica sea seguro y gratuito en hospitales públicos y que las obras sociales la incorporen entre sus coberturas.
Datos duros
Las estadísticas en general indican aproximaciones y tendencias generales y son siempre objeto de debates y especulaciones, las del aborto mucho más. La clandestinidad de estas practicas y muchas veces el sub-registro en casos de fallecimiento -se las suele indicar como "infecciones"- constituyen un verdadero obstáculo para determinar la magnitud de estas intervenciones.
Una investigación realizada en el 2006 por la Comisión Nacional de Investigaciones Sanitarias dependiente del Ministerio de Salud de la Nación estimó que "se realizan entre 486.000 y 522.000 abortos por año, la razón de abortos inducidos es de 0,53 o 0,64 por cada nacido vivo; la tasa de abortos inducidos por 1.000 mujeres de 15 a 49 años es de 40,8 o 49,0 y que cada mujer tendría en promedio dos abortos al término de su vida fértil".
"En 2010 la tasa de mortalidad gestacional informada por el Boletín del Ministerio de Salud fue de 44 por 100.000 nacidos vivos, es decir que 331 mujeres perdieron la vida ese año. Los abortos inseguros causaron el 20,5 por ciento de esas muertes. Considerando las estadísticas oficiales el número de mujeres fallecidas por esta causal en el quinquenio 2006-2010 fue de 384, un promedio de 77 por año", según datos obtenidos del libro "El aborto como derecho de las mujeres. Otra historia es posible", más conocido como el libro de La Campaña, del cual esta nota es tributaria.
Aborto no punible
La práctica clandestina del aborto causa, años tras año, daños irreversibles en miles de mujeres, al mismo tiempo que ya sería la segunda causa de muerte materna en nuestro país. Si bien el aborto está todavía penado entre nosotros hay excepciones que lo permiten, estas están contempladas en el Código Penal, específicamente detallados en el artículo 86. Es así desde el año 1922, siendo nuestro país uno de los pocos en América latina que lo contempla en su jurisprudencia.
El reciente caso de una niña de 13 años violada y embarazada por su padrastro que las autoridades del hospital de Moreno se negaran a interrumpir su gravidez -luego se hizo en Capital Federal por acción directa de las organizaciones feministas- volvió a poner en el centro de la escena a las cúpulas clericales y a muchas instituciones médicas y hospitalarias que se oponen a esta practica absolutamente legal desde hace noventa años. Sin tener en cuenta el grave riesgo que para la salud tienen los embarazos involuntarios producto de violaciones, en muchos casos resultados de incesto.
Batallas contra la moral burguesa
El periodista y escritor ya fallecido Carlos A. Brocato supo describir a la lucha por la despenalización y legalización del aborto como "la penúltima batalla contra la moral burguesa". Supongo incluiría a la eutanasia entre las últimas. Es interesante esta definición para precisar contra que moral se esta batallando, y no solo en la cuestión del aborto.
Es justo y necesario señalar que muchas de esas batallas han concluido positivamente. La continuidad de la democracia institucional en el país ha permitido en estas últimas décadas avances importantes en la ampliación de derechos ciudadanos: la patria potestad compartida; la ley de divorcio vincular; el matrimonio igualitario; la ley de muerte digna; la de fertilización asistida, entre otras.
El movimiento de mujeres y en su interior los colectivos feministas han jugado un rol preponderante en estas luchas, enfrentando a los sectores más retrógrados de nuestra sociedad, a las cúpulas clericales y a su influencia social y política. Este rol es más destacado aún en el movimiento por la legalización del aborto, que desde el 2005 ha centralizado diversos agrupamientos -hasta entonces dispersos y con prácticas políticas diferentes- en la ya mencionada Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.
Campaña que tiene todavía un áspero camino por recorrer, pero que es evidente que año a año crece y gana consenso en la sociedad para finalizar con esta asignatura pendiente del régimen democrático y avanzar hacia una ciudadanía más plena.
Eduardo Lucita es integrante del colectivo EDI-Economistas de Izquierda.
Hay un nuevo proyecto de despenalización del aborto. Fue apoyado por un colectivo que reclama por el derecho de las mujeres sobre su propio cuerpo. Una movilización que es producto de un largo recorrido social.
La presentación en el Congreso de la Nación de un nuevo proyecto de despenalización del aborto y un nuevo caso de una niña violada y embarazada por su padrastro colocaron otra vez en la agenda pública la necesidad de una normativa jurídica que ampare la libre determinación de las mujeres sobre su propio cuerpo.
Semanas atrás integrantes de la "Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito" acompañadas de unas 10.000 personas, la mayoría mujeres y no pocos hombres, presentaron en el Congreso de la Nación el proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Esa iniciativa y esa movilización no cayeron del cielo, son producto de un largo recorrido.
Más de tres décadas
El movimiento de mujeres y particularmente el feminismo, en cuyo centro se ubica decididamente la cuestión del aborto, tienen una larga tradición en América latina y en Argentina. Dieron un salto cualitativo en los años 60 y 70 del siglo pasado, cuando una verdadera contrarrevolución cultural en las artes, en las letras, en la vida cotidiana, en la vestimenta y obviamente en la sexualidad se expandió por los principales centros urbanos del mundo occidental. En este contexto es que la maternidad voluntaria y la educación sexual, la violencia de género en cualquiera de sus formas (física, económica, psicológica o sexual) y la despenalización del aborto comenzaron a debatirse en la América latina.
La historiadora y ensayista Mabel Bellucci en su reciente obra "Historia de una Desobediencia. Feminismo y Aborto", detalla el largo recorrido de estas luchas y muestra como toda esa secuencia de décadas fue una y otra vez interrumpida por los golpes militares, no sin ayuda civil, que se sucedieron una y otra vez en la región. Así las rupturas del orden institucional demoraban y hacían retroceder las luchas por la ampliación de derechos, entre ellos el derecho de las mujeres.
No es de extrañar entonces que fuera el feminismo de México, uno de los pocos países de la región que no sufriera golpes de Estado, quien lograra en 2007 -no obstante su fuerte tradición machista y clerical- institucionalizar la despenalización del aborto durante las doce primeras semanas de gestación. Si bien este logro está limitado al Distrito Federal, ha sido un avance notable que estimuló al resto de los movimientos latinoamericanos.
Desde los años 80 los Encuentros Nacionales de Mujeres fueron el contexto para que las organizaciones feministas replantearan una y otra vez la cuestión del aborto legal y seguro hasta que en el 2005 adquiriera la actual forma de campaña nacional.
Proyectos
El primer proyecto IVE fue presentado en mayo de 2007 como una iniciativa de la sociedad civil. Exactamente un año después, en mayo de 2008, fue nuevamente entregado en la Cámara de Diputaos/as avalado por la firma de 22 legisladores y legisladoras. En marzo de 2010, cuando el anterior perdió estado parlamentario por falta de tratamiento, se presentó por tercera vez, ahora apoyado con 33 firmas. En marzo de 2012 nuevamente con 54 avales y en abril pasado por quinta vez con la firma de 64 legisladores y legisladoras de todos los bloques con representación parlamentaria.
En esencia el proyecto se sostiene en el derecho personalísimo de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos. Que toda mujer pueda interrumpir su embarazo durante las primeras 12 semanas de gestación por voluntad propia, y sin plazos en caso de violación, de riesgo para la salud o la vida de la gestante o en caso de malformaciones graves. Además propone que el acceso a esta práctica sea seguro y gratuito en hospitales públicos y que las obras sociales la incorporen entre sus coberturas.
Datos duros
Las estadísticas en general indican aproximaciones y tendencias generales y son siempre objeto de debates y especulaciones, las del aborto mucho más. La clandestinidad de estas practicas y muchas veces el sub-registro en casos de fallecimiento -se las suele indicar como "infecciones"- constituyen un verdadero obstáculo para determinar la magnitud de estas intervenciones.
Una investigación realizada en el 2006 por la Comisión Nacional de Investigaciones Sanitarias dependiente del Ministerio de Salud de la Nación estimó que "se realizan entre 486.000 y 522.000 abortos por año, la razón de abortos inducidos es de 0,53 o 0,64 por cada nacido vivo; la tasa de abortos inducidos por 1.000 mujeres de 15 a 49 años es de 40,8 o 49,0 y que cada mujer tendría en promedio dos abortos al término de su vida fértil".
"En 2010 la tasa de mortalidad gestacional informada por el Boletín del Ministerio de Salud fue de 44 por 100.000 nacidos vivos, es decir que 331 mujeres perdieron la vida ese año. Los abortos inseguros causaron el 20,5 por ciento de esas muertes. Considerando las estadísticas oficiales el número de mujeres fallecidas por esta causal en el quinquenio 2006-2010 fue de 384, un promedio de 77 por año", según datos obtenidos del libro "El aborto como derecho de las mujeres. Otra historia es posible", más conocido como el libro de La Campaña, del cual esta nota es tributaria.
Aborto no punible
La práctica clandestina del aborto causa, años tras año, daños irreversibles en miles de mujeres, al mismo tiempo que ya sería la segunda causa de muerte materna en nuestro país. Si bien el aborto está todavía penado entre nosotros hay excepciones que lo permiten, estas están contempladas en el Código Penal, específicamente detallados en el artículo 86. Es así desde el año 1922, siendo nuestro país uno de los pocos en América latina que lo contempla en su jurisprudencia.
El reciente caso de una niña de 13 años violada y embarazada por su padrastro que las autoridades del hospital de Moreno se negaran a interrumpir su gravidez -luego se hizo en Capital Federal por acción directa de las organizaciones feministas- volvió a poner en el centro de la escena a las cúpulas clericales y a muchas instituciones médicas y hospitalarias que se oponen a esta practica absolutamente legal desde hace noventa años. Sin tener en cuenta el grave riesgo que para la salud tienen los embarazos involuntarios producto de violaciones, en muchos casos resultados de incesto.
Batallas contra la moral burguesa
El periodista y escritor ya fallecido Carlos A. Brocato supo describir a la lucha por la despenalización y legalización del aborto como "la penúltima batalla contra la moral burguesa". Supongo incluiría a la eutanasia entre las últimas. Es interesante esta definición para precisar contra que moral se esta batallando, y no solo en la cuestión del aborto.
Es justo y necesario señalar que muchas de esas batallas han concluido positivamente. La continuidad de la democracia institucional en el país ha permitido en estas últimas décadas avances importantes en la ampliación de derechos ciudadanos: la patria potestad compartida; la ley de divorcio vincular; el matrimonio igualitario; la ley de muerte digna; la de fertilización asistida, entre otras.
El movimiento de mujeres y en su interior los colectivos feministas han jugado un rol preponderante en estas luchas, enfrentando a los sectores más retrógrados de nuestra sociedad, a las cúpulas clericales y a su influencia social y política. Este rol es más destacado aún en el movimiento por la legalización del aborto, que desde el 2005 ha centralizado diversos agrupamientos -hasta entonces dispersos y con prácticas políticas diferentes- en la ya mencionada Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.
Campaña que tiene todavía un áspero camino por recorrer, pero que es evidente que año a año crece y gana consenso en la sociedad para finalizar con esta asignatura pendiente del régimen democrático y avanzar hacia una ciudadanía más plena.
Eduardo Lucita es integrante del colectivo EDI-Economistas de Izquierda.
Venezuela: Socialismo feminista y III congreso PSUV
Para las militantes del PSUV es un deber y un compromiso histórico
participar en el debate de todos los temas y documentos planteados en el
III Congreso de nuestro partido, con la orientación de transversalizar
el enfoque de género en todos los debates e incorporar el Socialismo
Feminista como una temática especifica; con ello nos proponemos mantener
y profundizar este legado surgido en el proceso de la Revolución
Bolivariana, impulsado con mucha fuerza y amor por nuestro líder Eterno
Hugo Chávez.
Históricamente los proyectos socialista se plantearon la lucha por la emancipación de las mujeres como subalterna, se consideraba que bastaba con iniciar la construcción socialista para que las mujeres junto al resto de la sociedad lograran la emancipación, si bien es cierto que en experiencias socialistas de otros países, las mujeres alcanzaron muchos derechos en materia civil, política, sexual, reproductiva entre otros, debemos señalar que no se logró la plena igualdad y equidad de género En esencia la estructura patriarcal no fue trastocada y se mantuvieron practicas machistas, misóginas y sexistas que por supuesto constituyen desigualdad y opresión.
Producto del análisis de las experiencias socialistas del siglo XX, los movimientos feministas revolucionarios se plantean la propuesta del Feminismo Socialista, que incorpora el programa revolucionario de las mujeres al programa emancipador del movimiento obrero, para desarrollar simultáneamente la lucha contra el capitalismo y el patriarcado.
En Venezuela, los movimientos de mujeres impulsaron décadas la lucha por la igualdad de género y el Socialismo; durante estos 15 años de Revolución han sido muchos los logros alcanzados, destacándose la actuación y las iniciativas de nuestro máximo líder. Podemos mencionar algunas: La visibilización y participación protagónica de la mujer, la incorporación masiva a las misiones educativas, la creación de BANMUJER, de la Misión Madres del Barrio, El Ministerio del Poder Popular para la Mujer y la Igualdad de Género, La Ley Orgánica por el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, Las Fiscalías y Tribunales específicos para atender los casos de violencia contra la mujer, los Institutos Municipales y estadales de la Mujer, las Casas de Abrigo entre otras. Hace apenas 8 años que Hugo Chávez planteó el carácter Socialista de la Revolución Bolivariana, y es en 2009 que se declara feminista cuando afirma que una sociedad patriarcal, machista es antagónica al modelo de sociedad que estamos construyendo.
De tal manera que hoy cuando sabemos el papel fundamental que llevamos a cabo las mujeres en este proceso revolucionario, el llamado es que aprovechemos la oportunidad que nos brinda el III Congreso para aportar al debate del programa, los principios y los Estatutos del PSUV con el propósito de Defender y profundizar el Socialismo Feminista. Revisemos con visión critica los documentos, intercambiemos ideas, experiencias, propuestas que surjan desde nuestras Unidades Bolívar Chávez, y participemos en los Encuentros municipal, estadal y nacional para sistematizar el documento que entregaremos a la Dirección Nacional como aporte de las Mujeres del PSUV para el rumbo revolucionario de nuestro partido hacia el punto de no retorno a la sociedad capitalista y patriarcal.
Coord. Frente de Mujeres PSUV-Lara
Históricamente los proyectos socialista se plantearon la lucha por la emancipación de las mujeres como subalterna, se consideraba que bastaba con iniciar la construcción socialista para que las mujeres junto al resto de la sociedad lograran la emancipación, si bien es cierto que en experiencias socialistas de otros países, las mujeres alcanzaron muchos derechos en materia civil, política, sexual, reproductiva entre otros, debemos señalar que no se logró la plena igualdad y equidad de género En esencia la estructura patriarcal no fue trastocada y se mantuvieron practicas machistas, misóginas y sexistas que por supuesto constituyen desigualdad y opresión.
Producto del análisis de las experiencias socialistas del siglo XX, los movimientos feministas revolucionarios se plantean la propuesta del Feminismo Socialista, que incorpora el programa revolucionario de las mujeres al programa emancipador del movimiento obrero, para desarrollar simultáneamente la lucha contra el capitalismo y el patriarcado.
En Venezuela, los movimientos de mujeres impulsaron décadas la lucha por la igualdad de género y el Socialismo; durante estos 15 años de Revolución han sido muchos los logros alcanzados, destacándose la actuación y las iniciativas de nuestro máximo líder. Podemos mencionar algunas: La visibilización y participación protagónica de la mujer, la incorporación masiva a las misiones educativas, la creación de BANMUJER, de la Misión Madres del Barrio, El Ministerio del Poder Popular para la Mujer y la Igualdad de Género, La Ley Orgánica por el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, Las Fiscalías y Tribunales específicos para atender los casos de violencia contra la mujer, los Institutos Municipales y estadales de la Mujer, las Casas de Abrigo entre otras. Hace apenas 8 años que Hugo Chávez planteó el carácter Socialista de la Revolución Bolivariana, y es en 2009 que se declara feminista cuando afirma que una sociedad patriarcal, machista es antagónica al modelo de sociedad que estamos construyendo.
De tal manera que hoy cuando sabemos el papel fundamental que llevamos a cabo las mujeres en este proceso revolucionario, el llamado es que aprovechemos la oportunidad que nos brinda el III Congreso para aportar al debate del programa, los principios y los Estatutos del PSUV con el propósito de Defender y profundizar el Socialismo Feminista. Revisemos con visión critica los documentos, intercambiemos ideas, experiencias, propuestas que surjan desde nuestras Unidades Bolívar Chávez, y participemos en los Encuentros municipal, estadal y nacional para sistematizar el documento que entregaremos a la Dirección Nacional como aporte de las Mujeres del PSUV para el rumbo revolucionario de nuestro partido hacia el punto de no retorno a la sociedad capitalista y patriarcal.
Coord. Frente de Mujeres PSUV-Lara
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