Varias organizaciones
Adital
La reforma laboral dejará
una generación de trabajadores sin prestaciones, señalan expertos
Por: Kara Castillo
Abelardo Cuéllar, Guillermo Mellado, Huberto
Juárez y Liza Aceves durante la mesa redonda del
foro La reforma laboral de Calderón, realizada en
la facultad de Economía de la UAP
Una nueva generación de trabajadores eventuales que se empleen por 15 años renovando contratos sin prestaciones, la destrucción de los Contratos Colectivos de Trabajo (CCT) y la imposibilidad de registrar sindicatos, serán algunas de las consecuencias en el país si la reforma laboral propuesta por el presidente Felipe Calderón es aprobada por el Poder Legislativo, coincidieron ayer especialistas en la mesa redonda "La reforma laboral de Calderón” celebrada ayer en la Facultad de Economía de la UAP.
Abelardo Cuéllar, abogado laboral; Huberto Juárez Núñez, profesor investigador de la UAP, y Guillermo Mellado, delegado del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana, revelaron que esta iniciativa cumple el más viejo anhelo de la patronal en México: eliminar el empleo seguro para reducir salarios y prestaciones, haciendo retroceder los derechos laborales a los tiempos porfiristas, destruyendo las conquistas laborales.
Los expertos advirtieron el peor de los escenarios si la reforma laboral que modificaría la Ley Federal del Trabajo (LFT) es aprobada por el Poder Legislativo federal. "En el futuro inmediato habrá una nueva generación de trabajadores, los temporales de siempre, los que se emplearán por 15 años, renovando contratos sin ninguna prestación”, previó el académico Huberto Juárez Núñez.
Huberto Juárez anunció que se trata de un cambio de fondo y de esencia de la LFT que dejaría de defender el trabajo para tutelar el capital. Desmintió que el propósito de esta iniciativa legislativa sea crear más empleos. "Nada más falso. Todas las reformas laborales de este tipo –realizadas en Latinoamérica y España a partir de los años noventa– han generado empleo precario, eventual y por horas, y peor aún, desempleo y subempleo, con las subsecuentes pobreza, emigración y delincuencia”, señaló.
Cuéllar, en su turno, aseguró que cámaras empresariales y los consorcios trasnacionales han impulsado con las fuerzas políticas de derecha estas reformas que legalizarán la subcontratación, la creación de un límite máximo de salarios caídos equivalentes a un año, haciendo ‘imposible’ la inscripción de un sindicato.
Indicó que el salario por hora, los contratos de temporales, de capacitación y prueba sin responsabilidad para el patrón, así como la subcontratación outsourcing o el abaratamiento de los despidos terminarán por reducir los salarios y desaparecer las prestaciones sociales.
Señaló, además, que se legalizaría la sobreexplotación con el trabajo mil usos o con trabajadores multihábiles. "La reforma promueve que los trabajadores desempeñen labores o tareas conexas o complementarias a su labor principal, los patrones certificarán la competencia laboral individualmente, por lo que las vacantes y los puestos de nueva creación serán cubiertos por el trabajador que acredite mayor productividad”.
La regulación, de facto
Para Huberto Juárez esta reforma sólo formalizará las prácticas patronales y los convenios laborales firmados con la estructura sindical corporativa que operaban desde 1985, inaugurada con el CCT de Ford Hermosillo.
"Las plantas que ensamblan productos automotrices, eléctricos y electrónicos en México –es decir plantas maquiladoras–, se expandieron de la franja fronteriza hacia el resto del país utilizando el mexicanísimo recurso de firmar contratos de protección patronal en donde los preceptos del Acuerdo Nacional para la Elevación de la Productividad y la Calidad simplemente se ignoraron”, indicó el especialista.
Reveló que hacia finales de los años noventa y principios de este siglo ya se pueden detectar convenios muy modernos que han pasado a los CCT de manera silenciosa, preludio de esta reforma que hoy se discute.
"El outsourcingya es viejo en la industria automotriz”, señaló, mostrando una cláusula en un contrato vigente que apunta: "Empresa y sindicato convienen que, tratándose de procesos nuevos para el ensamble de vehículos y modelos nuevos de la industria automotriz, inician desde ahora actividades de entrenamiento, capacitación e inclusive otras actividades relacionadas con adaptaciones al inmueble, instalación de equipo y maquinaria y acarreos, y contratación gradual de trabajadores sin perjuicio de que la empresa pueda realizar estos trabajos con terceros.”
Trabajadores, esclavos modernos
Otro aspecto vulnerado, explicaron los especialistas, es el derecho a huelga, pues en la legislación que está por aprobarse, se señala que si un sindicato no precisa claramente las violaciones cometidas por la empresa al contrato colectivo de trabajo, lo mismo que las formas de reparar las violaciones, se negará el trámite. Pero quien decidirá "si están correctamente precisadas” o no será la autoridad. "Es decir, el derecho de huelga deja de ser de los trabajadores para ser de la autoridad”.
Para el panel de expertos, los trabajadores deben tomar la fuerza necesaria para defender sus intereses "Esta pelea no es de los sindicatos que –nunca como ahora– han representado la figura de "capataces del siglo XXI”.
"Estamos al inicio de una serie de reformas orientadas a lesionar severamente los intereses de los trabajadores de todo el país y de todas las actividades, de ahí la necesidad de rechazarla y movilizarse para oponerse a su aprobación, si no se oponen los trabajadores, nadie lo hará”, asentó.
Los participantes en la mesa de discusión coincidieron en señalar que estas reformas que modificarían 243 artículos, adicionando 135 y derogando 41, destrozan el derecho colectivo, favoreciendo a los patrones en las relaciones de trabajo convirtiendo a los trabajadores en ciudadanos de segunda, con libertades limitadas de organización y expresión propia: esclavos modernos.
Organizaciones en el acto llamaron a asistir al plantón que se realizará este jueves frente a la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas ubicada en la 31 Poniente 2904 a las 11 de la mañana como muestra de repudio a la reforma de Calderón–Peña.
Por: Kara Castillo
Abelardo Cuéllar, Guillermo Mellado, Huberto
Juárez y Liza Aceves durante la mesa redonda del
foro La reforma laboral de Calderón, realizada en
la facultad de Economía de la UAP
Una nueva generación de trabajadores eventuales que se empleen por 15 años renovando contratos sin prestaciones, la destrucción de los Contratos Colectivos de Trabajo (CCT) y la imposibilidad de registrar sindicatos, serán algunas de las consecuencias en el país si la reforma laboral propuesta por el presidente Felipe Calderón es aprobada por el Poder Legislativo, coincidieron ayer especialistas en la mesa redonda "La reforma laboral de Calderón” celebrada ayer en la Facultad de Economía de la UAP.
Abelardo Cuéllar, abogado laboral; Huberto Juárez Núñez, profesor investigador de la UAP, y Guillermo Mellado, delegado del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana, revelaron que esta iniciativa cumple el más viejo anhelo de la patronal en México: eliminar el empleo seguro para reducir salarios y prestaciones, haciendo retroceder los derechos laborales a los tiempos porfiristas, destruyendo las conquistas laborales.
Los expertos advirtieron el peor de los escenarios si la reforma laboral que modificaría la Ley Federal del Trabajo (LFT) es aprobada por el Poder Legislativo federal. "En el futuro inmediato habrá una nueva generación de trabajadores, los temporales de siempre, los que se emplearán por 15 años, renovando contratos sin ninguna prestación”, previó el académico Huberto Juárez Núñez.
Huberto Juárez anunció que se trata de un cambio de fondo y de esencia de la LFT que dejaría de defender el trabajo para tutelar el capital. Desmintió que el propósito de esta iniciativa legislativa sea crear más empleos. "Nada más falso. Todas las reformas laborales de este tipo –realizadas en Latinoamérica y España a partir de los años noventa– han generado empleo precario, eventual y por horas, y peor aún, desempleo y subempleo, con las subsecuentes pobreza, emigración y delincuencia”, señaló.
Cuéllar, en su turno, aseguró que cámaras empresariales y los consorcios trasnacionales han impulsado con las fuerzas políticas de derecha estas reformas que legalizarán la subcontratación, la creación de un límite máximo de salarios caídos equivalentes a un año, haciendo ‘imposible’ la inscripción de un sindicato.
Indicó que el salario por hora, los contratos de temporales, de capacitación y prueba sin responsabilidad para el patrón, así como la subcontratación outsourcing o el abaratamiento de los despidos terminarán por reducir los salarios y desaparecer las prestaciones sociales.
Señaló, además, que se legalizaría la sobreexplotación con el trabajo mil usos o con trabajadores multihábiles. "La reforma promueve que los trabajadores desempeñen labores o tareas conexas o complementarias a su labor principal, los patrones certificarán la competencia laboral individualmente, por lo que las vacantes y los puestos de nueva creación serán cubiertos por el trabajador que acredite mayor productividad”.
La regulación, de facto
Para Huberto Juárez esta reforma sólo formalizará las prácticas patronales y los convenios laborales firmados con la estructura sindical corporativa que operaban desde 1985, inaugurada con el CCT de Ford Hermosillo.
"Las plantas que ensamblan productos automotrices, eléctricos y electrónicos en México –es decir plantas maquiladoras–, se expandieron de la franja fronteriza hacia el resto del país utilizando el mexicanísimo recurso de firmar contratos de protección patronal en donde los preceptos del Acuerdo Nacional para la Elevación de la Productividad y la Calidad simplemente se ignoraron”, indicó el especialista.
Reveló que hacia finales de los años noventa y principios de este siglo ya se pueden detectar convenios muy modernos que han pasado a los CCT de manera silenciosa, preludio de esta reforma que hoy se discute.
"El outsourcingya es viejo en la industria automotriz”, señaló, mostrando una cláusula en un contrato vigente que apunta: "Empresa y sindicato convienen que, tratándose de procesos nuevos para el ensamble de vehículos y modelos nuevos de la industria automotriz, inician desde ahora actividades de entrenamiento, capacitación e inclusive otras actividades relacionadas con adaptaciones al inmueble, instalación de equipo y maquinaria y acarreos, y contratación gradual de trabajadores sin perjuicio de que la empresa pueda realizar estos trabajos con terceros.”
Trabajadores, esclavos modernos
Otro aspecto vulnerado, explicaron los especialistas, es el derecho a huelga, pues en la legislación que está por aprobarse, se señala que si un sindicato no precisa claramente las violaciones cometidas por la empresa al contrato colectivo de trabajo, lo mismo que las formas de reparar las violaciones, se negará el trámite. Pero quien decidirá "si están correctamente precisadas” o no será la autoridad. "Es decir, el derecho de huelga deja de ser de los trabajadores para ser de la autoridad”.
Para el panel de expertos, los trabajadores deben tomar la fuerza necesaria para defender sus intereses "Esta pelea no es de los sindicatos que –nunca como ahora– han representado la figura de "capataces del siglo XXI”.
"Estamos al inicio de una serie de reformas orientadas a lesionar severamente los intereses de los trabajadores de todo el país y de todas las actividades, de ahí la necesidad de rechazarla y movilizarse para oponerse a su aprobación, si no se oponen los trabajadores, nadie lo hará”, asentó.
Los participantes en la mesa de discusión coincidieron en señalar que estas reformas que modificarían 243 artículos, adicionando 135 y derogando 41, destrozan el derecho colectivo, favoreciendo a los patrones en las relaciones de trabajo convirtiendo a los trabajadores en ciudadanos de segunda, con libertades limitadas de organización y expresión propia: esclavos modernos.
Organizaciones en el acto llamaron a asistir al plantón que se realizará este jueves frente a la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas ubicada en la 31 Poniente 2904 a las 11 de la mañana como muestra de repudio a la reforma de Calderón–Peña.