martes, 22 de mayo de 2012

Perú: Preparar movilización del 30 de mayo en Lima

LIMA:

REUNION DE COORDINACION PARA LA MOVILIZACION DEL DIA 30 DE MAYO EN APOYO AL PARO REGIONAL DE CAJAMARCA SE LLEVARA ACABO EL DIA MIERCOLES 23 DE MAYO EN EL LOCAL DE SITENTEL A LAS 6:00pm (MARIANO CARRANZA 498, STA BEATRIZ-FRENTE A CANAL 4) ESTAN TODOS Y TODAS INVITADOS A SUMARSE A ESTA INICIATIVA. RECORDEMOS, QUE ESTA NO ES SOLO UNA LUCHA DEL PUEBLO DE CAJAMARCA LA LUCHA ES POR LA DEFENSA DE LA VIDA Y EL AGUA, ES UNA LUCHA DE TODO EL PUEBLO PERUANOhttp://www.facebook.com/events/361335663930803/

Perú: VUELVE LA MILITARIZACION A CAJAMARCA

Momentos en que la efectivos policiales abordan el bus de la empresa Días que los trasladó a Conga

Esta mañana se apreció la presencia de cientos policias de la DINOES contratados como siempre por Minera Yanacocha con la complicidad del gobierno de Humala y Valdés, quienes ordenaron el desplazamiento de contingentes policiales para atemorizar a los cajamarquinos.

Hoy nos enteramos que desde hoy por acuerdo de los directivos de la transnacional Newmont Mining Corporation decidieron que los trabajadores bajen todos los días a sus domicilios; suban a las 4 de la mañana y bajen a las 4 de la tarde y los campamentos sean utilizados por los policías para pernoctar y custodiar como perros guardianes de las mineras los cerros y las lagunas amenazadas en desaparecer.

También se conoció que en las próximas horas estarían llegando más efectivos policiales y militares a Cajamarca, Bambamarca y Celendin para tratar de amedrentar a los que defienden sus aguas.


Otro bus también la empresa cajamaruqina Días, repleto de policías se dirige a Conga.

Perú: MUSICA, DANZAS Y FIESTA EN MARCHA DE LOS CAXAMARCAS




Cajabamba, la histórica Gloriabamba de Bolívar, fue escenario del inicio de la Gran Marcha de los Caxamarcas que recorrerá las diferentes provincias de la región Cajamarca, de Sur a Norte.


La bienvenida estuvo a cargo del Secretario General del Sindicato de Construcción Civil , luego en representación de la mujer cajabambina estuvo la socióloga Lidia Guevara, así como Barbarita Chávez integrante de rondas femeninas de Bambamarca, el congresista nacionalista Jorge Rimarachin Cabrera, el presidente del Frente de Defensa de Bambamarca Eddy Benavides, el líder ambientalista Marco Arana, el Secretario Regional del SUTEC Humberto Boñon, entre otros.

El congresista Jorge Rimarachin, felicitó al presidente regional por estar a lado de su pueblo, también dijo que como en el año de 1532 el Perú tuvo visitantes, ahora las autoridades que están a lado de su pueblo también ya tiene sus visitantes que son la SUNAT y la Contraloría.

A su turno, Eddy Benavides sostuvo que a todos los vende patrias las rondas campesinas y los frentes de defensa preparan un buen castigo.

El líder ambientalista Marco Arana pidió a Ollanta Humala que pare el proyecto conga, señaló que la gente está luchando con las manos limpias y queremos una Cajamarca para todos no solo para los mineros.

Entre tanto la rondera Barbarita Chávez, dijo que se luchará hasta quemar el último cartucho como dijo Francisco Bolognesi y llamó a ser inteligentes porque con el agua nacimos, con el agua crecimos y con el agua moriremos

SAN MARCOS, EL GRANERO DEL NORTE




Aproximadamente a las 5 de la tarde, los marchantes llegaron al granero del norte como se conoce a la provincia de San Marcos, donde fueron recibidos por el presidente del Frente de Defensa Víctor Acosta Sánchez y una gran delegación de ronderos y pobladores del valle de Condebamba.


Acosta Sánchez, dio tribuna a todos los dirigentes para que expresen libremente, además recordó que ellos también se encuentran amenazados por la minera Vale ex Misquimayo que afectaría al valle de Condebamba, fue al tiempo de hacer un llamado para incentivar a las nuevas generaciones (hijos, nietos, bisnietos) para que defiendan nuestros recursos.

También se sumaron a la marcha el presidente de rondas campesinas del distrito José Sabogal Deudocio Vargas y la presidenta de la Federación provincial de Rondas campesinas de la provincia de Cajabamba Violeta Cabanillas y acompañan a los marchantes por las diferentes provincias.

Muy temprano el dia de hoy partieron a los distritos de Matara, Namora, Llacanora y Baños del Inca llegando al medio día, hormas más tarde tienen programado un mitin en la provincia de Celendín se conoció.

www.caballeroredverde.blogspot.com

Argentina: EL FEMINISMO PUNITIVO

Maximiliano*

El pasado miércoles 18 de abril del corriente año la Honorable Cámara de Diputados de mi país, Argentina, otorgó media sanción al proyecto de ley que incorpora la figura del "feminicidio" a nuestro Código Penal. Por unanimidad y tomando en consideración unos quince proyectos de similares características, más de doscientos legisladores de bloques de las más diversas orientaciones ideológicas acordaron -sin mayores contrapuntos- sumarle una línea más a nuestra de por sí extensa legislación punitiva.

Lo que no logra casi ninguna temática lo hace -sin esfuerzo alguno- el derecho penal. Todo un dato para aquellos que descreemos por completo que el derecho penal tenga alguna utilidad positiva. El derecho penal parecería ser por estos días una insignia infalible a la hora de consolidar el proceso de "unidad nacional" por el que muchos abogan. Ironías al margen, y más allá de no ser esta la primera vez que nuestros legisladores actúan en esta dirección, no puedo dejar de ver lo sucedido con sincero desconcierto.


Políticos profesionales, con la venia de sus seguidores partidarios y buena parte de las agrupaciones de derechos humanos vinculadas a la problemática de la "violencia de género" o en particular la "violencia contra las mujeres", desde la celebración de medidas como la citada no sólo insisten en intentar resolver conflictos sociales desde el derecho penal -obsoleto por definición a tal efecto- sino que también reivindican en forma contradictoria y muy difícil de explicar un instrumento históricamente misógino. El sistema penal, patriarcal por excelencia, lejos de ser una solución a la violencia contra las mujeres, sin duda alguna puede identificarse incluso como una de sus causas.


La violencia de género manifestada contra las mujeres responde a elementos estructurales.El hecho que explica la violencia de los hombres contra las mujeres en el marco de lo que podría denominarse también "violencia patriarcal" no son las características biológicas de unos y otras sino las variables socio-culturales asociadas.

Ell "Dios Hombre" de las principales religiones monoteístas; la razón masculina de la Atenas de Sócrates, Platón y Aristóteles; la supuesta debilidad corporal de las mujeres en comparación con "el macho musculoso"; la muchas veces arbitraria distribución de las tareas laborales; la utilización del "masculino" como artículo genérico a la hora de clasificar conjuntos integrados simultáneamente por mujeres y hombres; y un sinfín de factores históricos, culturales, políticos, científicos, lingüísticos, epistemológicos, etc. contribuyeron durante siglos a la edificación del estado de situación presente.

CON LA SANTA INQUISICIÓN

El sistema penal moderno, aquel que irrumpe en el siglo XIII d.c., con la santa inquisición como baluarte máximo -en sintonía con los ejemplos enumerados- tuvo desde su génesis un encono muy particular con las mujeres. La irremediable asociación entre castigo, persecución, tortura, confesión, delito y pecado y el por entonces naturalizado rol de la Iglesia Católica como principal órgano de justificación ideológica de la persecución criminal premeditada e institucionalizada, explica de por sí esta peculiaridad.


La mujer fue por aquellos años "enemigo" declarado del "buen orden" que el sistema penal pretendía mantener indemne. "Bruja", "genéticamente más débil que el hombre frente a las tentaciones demoníacas", "culpable del pecado original" y/o "habitual partícipe de orgías y cofradías perversas". Los manuales criminológicos de entonces y el imaginario socio-cultural de la época hacían referencia en estos términos a las representantes del sexo femenino.


Sumamente ilustrativo, en concordancia con lo dicho, es el modo en el que los monjes dominicos Jabobo Sprenger y Heinrich Kraemer, en su célebre obra "El martillo de las brujas" catalogan a las mujeres. Este libro publicado por primera vez en Alemania en 1486, enuncia en sus páginas frases como estas: "Dado que son débiles en las fuerzas del cuerpo y del alma, no es extraño que pretendan embrujar a aquellos a quienes detestan";[1] "La voz: mentirosa por naturaleza lo es en su lenguaje, pues pica encantando. De donde la voz de las mujeres es comparada al canto de las sirenas, que por su dulce melodía atraen a los que pasan y los matan";[2] "Una mujer que llora engaña: hay dos géneros de lágrimas en los ojos de las mujeres: unas para el dolor otras para la insidia. Una mujer que piensa sola, piensa mal".[3]

Pero no todo es medieval y lejano si de misoginia punitiva se trata. Varios siglos más tarde, ya con la cárcel consolidada como instrumento de castigo generalizado, en pleno auge de la revolución industrial y en el marco del desarrollo teórico-práctico de la criminología positivista lombrosiana, "la donna delinquente", cometería -según los principales expertos de esta tradición- delitos "no por mala, sino por loca", reproduciendo de esta manera -con apenas sutiles variantes- la representación modular de la mujer como sujeto débil mental, maleable y con notoria permeabilidad a las influencias del medio ambiente. Su desviación no es genética -como en el caso de los hombres y sus delatoras fisonomías craneanas-, sino cultural. Su gravísimo error: no responder al estereotipo de "buena madre" y "buena esposa" que todas y cada una de las mujeres debe seguir con vehemencia y sumisión.

La cárcel en consecuencia tendrá como objetivo primordial reconciliar a la mujer con los valores cuya "vocación delincuencial" hizo perder de vista. La cárcel intentará reencontrar a "la mujer delincuente" con las características que "la mujer no delincuente" tiene en el ámbito extra-carcelario.


Lamentablemente por más arcaico que hoy suene, el positivismo referenciado se encuentra en nuestros días ciento por ciento vigente. La tendencia de los centros penitenciarios a reforzar la asistencia psicológica de las reclusas con mucha mayor facilidad que en el caso de sus pares hombres y la cantidad de pastillas "psiquiátricas" que las mujeres suelen recibir en su estadía en la cárcel así lo confirman.


HISTORICAMENTE VAPULEADA

Paréntesis mental: ¿Explicará esto tal vez la habitual tendencia de insultar a las mujeres diciéndole "locas de mierda" y la casi nula utilización de descalificaciones tales para los hombres? ¿Explicará esto la manera simpática -y no tanto- con la que algunos maridos hacen referencia a sus mujeres diciéndoles "bruja", "ja-bru" o similares? Quizás. Puede ser. Pienso en voz alta, cierro paréntesis e impulso una pregunta: Atento lo dicho, ¿resulta razonable recurrir a un sistema que históricamente vapuleó a la mujer, para defenderla? Intuyo que no.


Asimismo cabe la realización de algunas consideraciones adicionales, más allá de los condicionamientos históricos referidos. Si el derecho penal de por sí no sirve para nada, menos aún lo hace si se trata de resolver este tipo de problemáticas eminentemente socio-culturales. Carece de poder simbólico, potencialidad disuasoria y/o intimidante. Dicho en otros términos: el hombre no va a dejar de golpear a la mujer porque el Código Penal diga que su conducta merece un castigo de 5 o 100 años de prisión. En este sentido la actitud festiva, lúdica y efervescente de los diputados, los militantes pro-derechos humanos y principalmente las activistas feministas, minutos después de la sesión a la que hice referencia en el párrafo primero, resulta cuanto menos sorprendente.


El encierro, consecuencia inercial de la puesta en marcha del aparato represivo, suele ser la más fácil de todas las respuestas posibles frente al conflicto social. Lamentablemente cuando los diferentes actores políticos no saben qué hacer frente a una "problemática x" recurren a él compulsivamente, demostrando que la "imaginación no punitiva" no es su fuerte. El encierro agrava el conflicto que desde el Estado es regulado desde su implementación, haciendo que su universo particular repercuta en la sociedad en su conjunto multiplicado unas cuantas veces. La cárcel genera la violencia social que a través de ella el legislador pretende atemperar. Esto hay que decirlo sin eufemismos.


Finalmente me permito cerrar mi comentario con el enunciado de una convicción: a la violencia contra las mujeres se la combate cuestionando radicalmente todas las estructuras socio-culturales que la motivan, toleran y promueven. El aparato represivo sin duda alguna pertenece a este repudiable elenco. A la violencia contra las mujeres, entonces, también se la combate luchando por la desaparición definitiva del sistema penal.


*Maximiliano es Abogado, UBA; Máster en Criminología y Sociología Jurídico-Penal UB (Barcelona); Coordinador General del Espacio de Libre Expresión, Arte y Militancia LTF (Locos, Tumberos y Faloperos). FB: Maxi Postay; Tw: @maxipostay
[1] Kraemer, H. y Sprenger, J., Malleus Malleficarum, Felmar, Madrid, 1976, p. 101
[2] Ibídem, p. 105
[3] Ibídem, p. 100



Boletín electrónico Nº28 de la revista VIENTO SUR - 1ª quincena de Mayo de 2012


Boletín electrónico Nº28 de la revista VIENTO SUR - 1ª quincena de Mayo de 2012

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  • Foro VIENTO SUR. Miércoles 30 de mayo. 19h30. Traficantes de Sueños. "15-M. ¿Hacia dónde queremos ir, hacia donde vamos?" Con la participación de activistas del movimiento.

El nº 122 de VIENTO SUR se publicará a mediados de mayo próximo. Plural tratará sobre el pensamiento y la práctica descolonial; el editor ha sido Jaime Pastor e incluye artículos de Aníbal Quijano, Juan Carlos Gimeno, Sirin Adbli Sibai y Silvia Rivera. En la sección internacional publicamos textos sobre la situación del independentismo en Escocia y las perspectivas sociales y políticas en Colombia. Además, Gerardo Pisarello escribe sobre los “casos Garzón”, Francisco Carantoña sobre la Constitución de 1812, Michael Lowy y Vicent Gay sobre las amenazas de la llamada geo-ingeniería…

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Colombia: Una aparente pelea de dos gallo de la U

Alberto Achito

La estrategia de Uribe es atacar al gobierno de santos, para distraer al pueblo colombiano y a la comunidad internacional así ocultar los multiples asesinatos de campesinos, indígenas, obreros y lideres de organizaciones del Pais. La otra es mantenerse en los articulos de las prensas y televisiones aparentando que está en desacuerdo con el gobierno de Santos cuando son de lo mismo. Vea acontinuación lo que escribe los columnistas, mientras ocultan las otras noticias graves que pasan en colombia, muertes por hambres, balas, por desantención de salud pública etc.

EL ESPECTADOR.

El expresidente de Colombia Álvaro Uribe endureció el lunes la guerra dialéctica contra su sucesor, el actual mandatario Juan Manuel Santos, al que tildó de "arrogante" y de imponer la "impunidad", en un nuevo capítulo de la batalla que en Colombia ya se califica de titanes.

Fue en una entrevista con CNN en español, en la que Uribe elevó el tono de las duras críticas que viene vertiendo desde hace meses contra Santos, el que fuera su ministro de Defensa y quien le permitió asestar los más duros golpes a la guerrilla de las Farc durante aquel Gobierno.

La paradoja es que Uribe, quien aupó a Santos a la Presidencia al considerarle entonces su delfín político, se ha convertido ahora en su principal opositor y ha abierto tal guerra dialéctica que, además de asombrados, mantiene en vilo a buena parte de los colombianos.

El Gobierno de Santos "con su arrogancia lo que ha hecho es imponer un marco de impunidad", afirmó Uribe, quien también señaló que "el terrorismo que parecía ser del pasado, está volviendo" en Colombia.

También dijo que "lo más grave" es que Santos "era uno de los más radicales contra la dictadura en Venezuela" y ahora la "avala", al tildar al país vecino como "un albergue del terrorismo".

Poco antes, a través de su cuenta en la red social Twitter, Uribe había afirmado que Santos "busca acuerdo con Farc a través de dictadura Chávez".

Estas declaraciones son el último capítulo de una batalla que se libra en los medios de comunicación y en las redes sociales, las que Uribe ha convertido en una surrealista herramienta de guerra.

Y es que en los últimos meses ha calificado a Santos de "derrochón" por los gastos en la organización de la Cumbre de las Américas el pasado abril en Cartagena de Indias, le ha acusado de descuidar la seguridad y le ha criticado por acercarse al Gobierno del venezolano Hugo Chávez, con el que él había roto las relaciones poco antes de dejar el Gobierno, en 2010.

Santos, que siempre defendió públicamente a su antecesor, reconoció en abril pasado no entender esa actitud.

"He sido fiel a sus legados que expuso de muchas formas y de manera insistente, la seguridad democrática, la confianza inversionista, la cohesión social (...), no llego a entender su postura", reconoció el actual mandatario, al lamentar que "nada de lo que hace el gobierno le parece bien".

Entonces también señaló: "aunque yo ya estoy vacunado, al principio todo esto me afectaba, pero después de treinta tuits diarios me he vuelto inmune, le presto poca atención".

Pero tras las críticas de la semana pasada, a raíz del atentado contra el exministro Fernando Londoño en Bogotá, que dejó dos muertos y medio centenar de heridos, Santos optó por no callar cuando Uribe le volvió a acusar de permitir que el terrorismo regresara a la capital.

"Hechos terroristas también ocurrían en el gobierno anterior", respondió Santos en un llamativo tono de indignación, seguramente porque el expresidente en su mensaje de twitter se refirió al mandatario por primera vez por su nombre: "gobierno Santos".

Entonces Uribe trinó de nuevo: "necesitamos un Gobierno más efectivo y menos vanidoso menos manipulador".

Estos hechos han llevado a que los medios colombianos hayan dedicado en los últimos días amplios artículos sobre esta batalla que para la mayoría tiene un futuro impredecible.

La pugna pudo tener su origen en el Gobierno de Unidad Nacional que propugnó Santos y que le permitió el apoyo de prácticamente todas las fuerzas políticas, también en las críticas del nuevo presidente a algunos exfuncionarios de Uribe envueltos en escándalos, especialmente los derivados del espionaje ilegal.

Y más recientemente en iniciativas propuestas por el Gobierno, como el Marco para la Paz, que se debate en el Congreso y que busca abrir el camino para una eventual negociación con las guerrillas.

Este es el motivo de la declaración del lunes a CNN, cuando se refirió a la impunidad, ya que Uribe ha criticado hasta la saciedad un eventual marco jurídico que permita la apertura de un diálogo con la guerrilla.


Perú: Carabaya se unirá al paro indefinido contra Conga


Foto: Archivo Los Andes
Foto: Archivo Los Andes

Este 31 de mayo se llevará a cabo el paro indefinido contra el proyecto minero Conga, paro lo cual las rondas campesinas de Carabaya de la región Puno se unirán a esta lucha con el fin de mostrar su respaldo y apoyo a la población de Cajamarca.

El coordinador de las rondas campesinas, Juan Quispe, manifestó que este respaldo será de manera pacífica. Además agregó que ellos están de acuerdo con la minería responsable pero no con la explotación de uranio ya que trae consecuencias graves a la salud de los habitantes.

Cabe indicar que los Dirigentes del Comando Unitario de Lucha de Cajamarca vienen desplegándose por el país para tener el apoyo de algunas regiones paro esta movilización nacional y paro indefinido.


Bolivia: IX marcha, en medio de tropiezos políticos y naturales

Sedición y polémica asedian a la movilización

La Marcha indígena.

La Marcha indígena.

La Razón / Ricardo Aguilar Agramont / La Paz

00:05 / 20 de mayo de 2012

En artículo de La Razón de 2006 recuerda cuando se inauguró la oficina del Pacto de Unidad en Sucre. A la nueva infraestructura entraban del brazo —según la noticia— indígenas, originarios, campesinos, colonizadores y Bartolinas (mujeres campesinas). Hoy, puede decirse, sin temor a exagerar, que este pacto, que respaldó incondicionalmente al proceso de cambio, ha muerto a causa de insalvables diferencias respecto de la polémica por la construcción de la carretera por el TIPNIS (Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure).

La Central de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob) y el Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq) rompieron la alianza cuando se opusieron al “proyecto desarrollista”. Aunque el Pacto de Unidad sigue bajo tal denominación, puede afirmarse que del nombre completo con que se lo bautizó, únicamente queda, como fiel a la verdad, la primera palabra de las tres que lo componen.

Sin embargo, las fracturas que ha producido el proyecto de la carretera por el parque nacional no terminan ahí, sino que también se vieron en el tiempo previo al inicio de la IX marcha y en la actualidad dentro del mismo del movimiento indígena que agrupa la Cidob. La escisión entre los indígenas de tierras bajas ha tenido como consecuencia indudable una movilización numéricamente reducida (aproximadamente 300 marchistas; el año pasado, cuando la VIII marcha se encaminaba a San Borja, tal como lo hace la actual movilización, habían cerca de 800) y con falencias logísticas.

A esto se suma la objeción de buena parte de la población del municipio de San Ignacio de Moxos, que quiere carretera, que presionó para que la marcha no cruce por el centro de la capital provincial. El año pasado, la movilización no tuvo este problema. En cuanto a la causa del debilitamiento de la medida de presión, hay discrepancia de opiniones

Según el Gobierno, la división, que devino en una marcha diezmada se debe a que se puso en evidencia que en el parque se realizan actividades extractivas con el consentimiento de los dirigentes de la Cidob y además de que hicieron alianzas con la derecha boliviana. “Las principales autoridades políticas de la Cidob tienen vínculos y convenios firmados con la derecha boliviana, como con Rubén Costas. También se ha logrado poner en evidencia que al interior del TIPNIS existen actividades económicas privadas. Una tercera característica es que muchos de sus líderes han recibido recursos económicos de la Gobernación de Beni (en la gestión de Ernesto Suárez) para proyectos fantasma. Eso muestra y desnuda los intereses políticos que están detrás”, afirma el viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales y Sociedad Civil, César Navarro.

Por ejemplo, la presidenta de la Confederación Nacional de Mujeres Indígenas de Bolivia (Cnamib), Justa Cabrera, juró como subalcaldesa de Paurito, previo acuerdo con el alcalde de Santa Cruz, Percy Fernández. Hace dos semanas, el presidente de la Subcentral TIPNIS, Fernando Vargas, fue sindicado de haber propiciado la venta de madera hace diez años. Aunque admitió que sí hubo ese negocio, del que participó su comunidad, negó haber recibido dinero por la transacción, como lo denunciaron.

Leonardo Tamburini, director del Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (CEJIS), tiene otra percepción de la situación de los liderazgos de la marcha y considera que no es de “buena fe” dividir un movimiento para luego afirmar que el mismo se encuentra debilitado. “Me parece una actitud hipócrita y cínica actuar con el objetivo de dividir para después decir que los indígenas están divididos”, dice el activista.

En efecto, el Gobierno comenzó una campaña de información para la consulta previa en el territorio del TIPNIS, sin embargo, ésta fue cuestionada de propagandista e inclusive de tener matices prebendales al ofrecerse una serie de regalos como antenas de telefonía móvil, postas de salud y motores de generación de electricidad.

De acuerdo con Navarro, los acuerdos firmados entre comunidades del parque y el Estado no han debilitado la marcha. “De hecho, la campaña se trata de impulsar la consulta previa y también de informar sobre ella. Lo que han hecho los dirigentes es descalificarla, entonces nosotros respondimos informando en qué consiste este proceso”, dice. Según Navarro, muchas autoridades del TIPNIS se “desbautizaron” de la conducta de sus propios dirigentes con la información que se les dio.

En contraste, Tamburini opina que estas incursiones del Gobierno en el parque nacional son una manera de usar la pobreza. “Juegan con la necesidad de una manera cruel; no entiendo cómo no hay una condena pública de esto. Lo que el oficialismo resalta de estos hechos es que los indígenas están divididos y debilitados porque algunos, en su pobreza, fueron chantajeados ante la indefensión en que se los pone”, juzga.

Gonzalo Colque, director de la Fundación Tierra, concuerda en que la marcha está débil. “Eso se nota en el número de personas que están participando y también en las dificultades que tienen algunas regionales para incorporarse a la movilización tras haber firmado acuerdos productivos y de servicios básicos con la condición de que no sean parte de las protestas”, analiza Colque.

El viceministro expresa, duramente, cuestionamientos a la dirigencia indígena, la cual sería la única causa de la división interna. “Para la sociedad boliviana, la VIII marcha representó a dirigentes indígenas que interpelaban a un presidente indígena que defiende la Madre Tierra: En síntesis, estaban defendiendo un territorio ‘celestial’ y los dirigentes se presentaban como ‘angelicales’. Termina la VIII y resulta que eran aliados fundamentales de la derecha boliviana; también se verificó que en el territorio ‘celestial’ se realizaban actividades privadas, estos hechos desnudaron la realidad del TIPNIS”, dice con ironía Navarro.

Tamburini insiste en la existencia de “mala fe” por parte del Gobierno y hace una inversión del sentido cuando se le pregunta sobre la posibilidad de una marcha debilitada. “En términos de seguridad, es débil; pues, el Gobierno tiene militarizado el TIPNIS y en Beni está articulado con los sectores de choque provocando zozobra y miedo. Si de esa debilidad habla el propio oficialismo, entonces, claro, ahí si coincido, la movilización es vulnerable”, dice.

Según Tamburini, muchas personas que debían haberse sumado no lo hicieron por miedo a sufrir una represión igual a la de Chaparina el año pasado, “algunos han prometido no volver a marchar nunca más para no sufrir lo mismo que el año pasado. Sin embargo, la marcha tiene otras fortalezas que van más allá del número, que parece que es lo único que le preocupa al Gobierno”.

En todo caso, a los dirigentes de la marcha también parece que les interesa la cantidad, pues, el miércoles anunciaron a la prensa que al menos seis sectores organizados —“las bases” de la Central de Pueblos Indígenas del Beni (CPIB), el Pueblo Guarayo, la comunidad Chiquitana, la Central Obrera Boliviana (COB), la Central Obrera Departamental (COD) del Beni y universitarios de Cochabamba, según la presidenta del comité de movilización, Bertha Bejarano— se sumarán a la marcha indígena. Esperan que estas incorporaciones se den antes de ingresar al departamento de La Paz y lograr así el mismo efecto de la VIII marcha. Ésto demuestra que, a ambos lados del conflicto, los números harán la diferencia.

Iniciada el 27 de abril, en Trinidad, la IX marcha no tiene el mismo efecto que la del año pasado, que, a 24 días, por lo menos tuvo un intento frustrado de diálogo indígenas-Gobierno en San Borja. Esto puede verse también en la cobertura periodística.

La marcha y sus deficiencias logísticas

A las debilidades que se perciben en la IX marcha, a causa de la división al interior de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob), se suma una serie de dificultades logísticas ocurridas la semana que termina.

Los obstáculos se fueron manifestando a raíz de las persistentes lluvias que comenzaron el anterior fin de semana y sólo terminaron el miércoles 16 de mayo, que ocasionaron una emergencia de salud por resfríos. Se anunció que 20 marchistas, la mayoría de ellos infantes, fueron trasladados a centros de salud a San Borja (según declaraciones del presidente de la Cidob, Adolfo Chávez).

Sin embargo, eso no fue lo único que causaron las precipitaciones, pues, el envió de aproximadamente una tonelada y media de ayuda —alimentos, ropa y medicamentos acumulada por una campaña de solidaridad realizada en Santa Cruz— quedó suspendido en Trinidad debido a que la carretera hasta San Borja estaba inhabilitada hasta el martes por anegamientos. Con el objetivo de esperar estas provisiones, la marcha tuvo que retrasarse y esperar la carga.

Hay que considerar adicionalmente que, hasta que se cerró la edición de este suplemento, se contaba con la información de que sólo una médica y una enfermera, dependientes de la Cidob, atendían a los aproximadamente 300 marchistas.

Las falencias logísticas mencionadas también pueden atribuirse y haberse agudizado a raíz de que la líder indígena Laida Humadai, precisamente encargada de la comisión de logística de la IX marcha, fuera trasladada a un hospital de Trinidad con el diagnóstico de peritonitis. Al principio de la movilización, el líder de la Subcentral TIPNIS, Fernando Vargas, también padeció dengue, lo que le privó de comandar la marcha.

‘Pocos marchistas indígenas del parque’: Reymi Ferreira, rector de la Universidad Gabriel René Moreno

Hay pocos marchistas indígenas de la zona del parque Isiboro Sécure. La gran mayoría de los integrantes de la movilización son de otros lugares del país, ésa es una debilidad. Una demanda de un territorio específico en el que los marchistas no sean de ahí muestra debilitamiento. Esto se debe a un trabajo político del Gobierno para debilitar la movilización.

‘La división tendrá corto alcance’: Leonardo Tamburini, director del CEJIS

La división (de los indígenas) trajo inconvenientes, pero tendrá corto alcance. Las organizaciones que no creyeron en la marcha, revisaron su decisión y se están sumando a ella; es el caso de Central Indígena de La Paz (una de las que primero firmó convenios con el oficialismo). La OICH de la Chiquitanía, la CPIB del Beni y la CIRABO de la Amazonía hicieron lo mismo.

‘Los vínculos de sus líderes la debilitaron’: César Navarro, viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales

Los vínculos de sus líderes con la derecha boliviana debilitó y desprestigió la IX marcha. Las principales autoridades políticas de la Cidob tienen lazos y convenios firmados con la derecha, además se evidenció que al interior del TIPNIS existen actividades económicas privadas con el consentimiento de los dirigentes indígenas, restando así sus adeptos.

‘El Gobierno dividió a los indígenas’: Gonzalo Colque, Fundación Tierra

Los pueblos indígenas de las tierras bajas aglutinadas por la Cidob están efectivamente divididos. Ésto debilitó la IX marcha, aunque la división y el debilitamiento han sido propiciados por el Gobierno con el objetivo de que la movilización no progrese ni tampoco sus demandas. Las razones de las fracturas en este movimiento son totalmente atribuibles al Gobierno.



El Egipto poscolonial

El islamismo hoy es más una confederación de sentimientos y aspiraciones que un plan de vía única

Hoy y mañana se celebrará en Egipto la primera vuelta de las elecciones presidenciales de un tiempo nuevo que promete democracia. Los mayores candidatos son Amro Musa, exministro del depuesto Hosni Mubarak, de imagen pasablemente autocrítica y reformismo conservador; Abdel Abulfutú, disidente de la Hermandad Musulmana que aterciopela su moderación religiosa; Mohamed Morsi, candidato oficial de la Hermandad, que querría dar la imagen de un segundo Erdogan, el líder del educado islamismo turco; y Ahmed Shafiq, último gran colaboracionista del dictador, continuismo en estado puro.

Como no parece probable que ninguno llegue al 50% de sufragios, la ronda decisiva se efectuará los días 16 y 17 de junio, y si se acumulan los votos de la Hermandad —oficial y disidente— con los del islamismo salafista, de semblante más ceñudo, el islam árabe tendría ya un presidente democráticamente elegido. Hamid Dabashi, docente iraní en Estados Unidos, tan crítico de Ali Jamenei como de Bush II, sostiene que el colonialismo que se extinguió con las independencias del Tercer Mundo a mediados del siglo XX dejó tras de sí una maquinaria ideológica de recambio en un tiempo poscolonial al que el autor llama colonialidad, que era tan eurocéntrica como la anterior dominación occidental (The Arab Spring); esa colonialidad dejó su marca en la generación de los nacionalismos socializantes, de Irak a Argelia, y no fue capaz de eludir la terminología política del colonialismo en la edificación de los nuevos Estados independientes, que desembocaban con pasmosa regularidad en la tiranía. Únicamente con la gran intifada, que estalló en Túnez en enero del año pasado, Egipto estaría hoy entrando en la poscolonialidad.

La revuelta que comenzó en la plaza cairota de Tahrir está empeñada, según Dabashi, en desarrollar un nuevo lenguaje político que no puede ser ya la simple negación del “régimen del saber” propio del orientalismo, como lo definió Edward Said, sino una apropiación ex novo de la lengua para la creación de un mundo diferente y verosímilmente democrático. Pero se extiende al mismo tiempo en Occidente, como una terrible pandemia, el terror a una palabra-fetiche, islamismo, olvidando con ello varias cosas: que si la opinión árabe vota el islamismo al poder, lo único que hay derecho a pedirle es que lo haga por medios democráticos, y que si alguno de sus planteamientos viola el sentido occidental —con frecuencia solo teórico— de la igualdad entre los sexos, es a los sexos, como en Europa, a quienes corresponde resolver el problema.

El islamismo estaba ahí como ideología de servicio para tratar de llenar el vacío creado por la sacudida norteafricana. Pero hoy el movimiento es más una confederación de sentimientos y aspiraciones que un proyecto de vía única. La revuelta árabe es por ello una obra abierta de la que sería temerario prefigurar el final, al tiempo que se afana en crear ese nuevo lenguaje a la vez que un espacio público propio que libere al cuerpo social de la colonialidad. La eventual expansión a todo Egipto de ese embrión de ágora que se comenzó a construir en Tahrir, significaría el triunfo de la revuelta y su conversión en una verdadera revolución, que por la centralidad histórica de El Cairo debería afectar a todo el mundo árabe. Como dice Azmi Bishara, exmiembro del Kneset, palestino de patria e israelí de ciudadanía, los indignados de Egipto apenas han hecho que llamar a las puertas del poder, y con la elección de presidente podrían de una vez comenzar a ejercerlo.

Las condiciones, incluso tecnológicas, parecen dadas para ello. Todo comenzó hace 15 años con el nacimiento de Al Yazira, aunque la gran cadena árabe de televisión haya perdido algo de su imagen rupturista por su creciente alineamiento con los intereses de su patrón, el emirato de Catar. Pero aunque no creara la revuelta, sí le sirvió de inspiración y de canal. En el universo electrónico hay ya, solo en Egipto, más de tres millones de usuarios de las redes sociales, cientos de miles de blogueros y, en la zona, 700 canales de TV que, en su conjunto, lo acarrean todo: protesta popular, adoctrinamiento religioso y esperanza de democratización. Esa efervescencia nacional es, cuando menos, la garantía de que el pasado no regrese; de que el genio no se deje encerrar de nuevo en la botella.

Hamid Dabashi puede ser un caso de optimismo histórico incurable. Pero si tuviera razón, un nuevo lenguaje, una nueva geografía, y una nueva política estarían hoy naciendo en el mundo arabo-islámico.