Cuando triunfa en el 2006 el movimiento Alianza
País (Ecuador), lo hace con el apoyo de la casi totalidad de partidos y
movimientos de izquierda, como de los movimientos sociales y del pueblo
en general. Pero esta “alianza” no duró mucho tiempo y paulatinamente se
fue resquebrajando. La mayoría de quienes la fundaron se retiraron o
los sacó Rafael Correa. Los que se fueron pertenecían a la denominada
“izquierda dura”, quienes acusaron a Correa de haberse derechizado, él
por su parte, les endilgó como una “izquierda extremista” que le hacía
el juego a la derecha.
Lo cierto, es que Correa se quedó
prácticamente huérfano del apoyo de los movimientos tradicionales, por
lo que decidió crear sus propias organizaciones, procediendo a
fraccionar más a las organizaciones populares y a enfrentarlas entre
ellas. Con el pasar de los años las diferencias fueron aumentándose,
hasta que la lucha principal no era contra la derecha convencional, sino
entre estas facciones. Correa consideraba a la “izquierda infantil”
como su más acérrima enemiga, mucho más que la derecha y con quienes
casi no tuvo mayor conflicto, y peor con los empresarios que recibían
los jugosos contratos del Estado y que fueron los más grandes
beneficiarios de la “década ganada”, como lo reconoció el propio Correa
en el enlace sabatino 431: “Nunca antes los empresarios han ganado tanto
como en este gobierno”.
Una parte de la hoy llamada “izquierda
ideológica”, prefirió quedarse para seguir luchando desde el interior de
Alianza País. Pues, si bien Correa a algunos de ellos no les pudo
sacar, los mantuvo aislados. Enfrentaban una situación incómoda, pero
prefirieron seguir adentro pues consideraban que desde afuera sería más
difícil la lucha. En todo caso, estaban de acuerdo en que unos hagan la
lucha desde afuera y otros desde adentro, como me dijera alguien que se
quedó a seguir luchando desde el interior. Al parecer, tuvieron razón en
quedarse porque son ahora los que están acompañando a Lenin Moreno,
como asimismo ciertos personajes que se retiraron están regresando,
aunque la mayoría de los que se fueron están expectantes a ver si Moreno
realmente toma un giro a la izquierda, y no solamente un cambio de
estilo de gobierno dentro de las mismas líneas modernizadoras del
capitalismo empujadas por Correa.
Ésta no es una situación sorpresa, pues era
vox populi
que habían estas diferencias internas. Había el ala derecha y el ala
izquierda, siendo el ala derecha la que había gobernado con Correa. Y
ahora es el ala izquierda la que gobierna con Moreno, aunque todavía
participan muchos del ala derecha, especialmente a nivel económico. Una
izquierda no tan izquierda o radical como la que se retiró, pero que en
todo caso se quedaron y que creían que alguna vez lograrían desplazar al
ala derecha, y que creen que ahora ese momento llegó. Es una disputa
entre dos estilos de gobernar, pero entre dos concepciones y dos
proyectos políticos, al menos eso es lo que se espera del ala izquierda
de Alianza País por parte de la generalidad de la izquierda ecuatoriana,
para decidirse por un apoyo e incluso un regreso pleno.
Apenas
Moreno juró como presidente marcó distancia con Correa. Su principal
argumento y crítica, lo resumió en la frase: “nada sin ustedes y nada
sobre ustedes”. Ésta fue la postura clara, con la cual marcaba las
diferencias que habría entre lo que fue el gobierno caudillesco de
Correa, de tipo autoritario, confrontativo, excluidor, perseguidor; con
el de Moreno que anunciaba un gobierno de unidad, de reconciliación, de
respeto, de libertad de expresión, de consenso, de acuerdos mínimos. Lo
cual fue bien visto por la mayoría de la población ecuatoriana, excepto
obviamente por Correa, quien apenas a los 12 días del nuevo gobierno ya
comenzó con las críticas y los ataques a Moreno vía twiter y desde
Bélgica donde está radicado actualmente.
Moreno ha ido
paulatinamente empoderándose y marcando otro tipo de accionar y de
proceso revolucionario –como él lo señala-, todo lo cual fue tomado por
Correa como una afrenta a su liderazgo e inmediatamente le acusó de
“cínico”, “desleal”, “traidor” y “mediocre”. Pero la gota que derramó el
vaso, fue cuando Moreno transparentó la real situación económica del
Ecuador, pues durante los 10 años de Correa no se la sabía exactamente, y
muchas de las cifras que él presentaba eran maquilladas. Moreno señaló
que la deuda interna y externa llegaba a los 41.000 millones de dólares,
pero con otros pasivos del Estado las obligaciones llegaban a casi los
60.000 millones. Lo cual dejaba entrever que no había ninguna “mesa
servida”, como había dicho Correa de que le dejaba al nuevo gobierno.
Moreno además criticó de que no se había tenido mesura en el manejo de
los dineros, en referencia a despilfarros y dilapidaciones hechas. Esto
enfureció tanto a Correa, que ha conminado a sus bases y adláteres a
enfrentarse abierta y directamente contra Moreno, siendo su fiel y viejo
amigo el vicepresidente Jorge Glas el que ha procedido a desmarcarse
del presidente. Quien además ha aprovechado de la situación para
declararse víctima y así intentar escapar del fuego de la opinión
pública ante el sinnúmero de acusaciones de corrupción que enfrenta por
parte de Odebrecht y de la Contraloría.
El pueblo que se
encuentra expectante, en su gran mayoría apoya a Moreno y su índice de
popularidad ha aumentado llegando al 66%. Sin embargo, quieren que vaya
más al fondo en el ataque a la corrupción, pero ante todo, están atentos
a las medidas económicas que vaya a tomar ante la “situación crítica”
del país. Obviamente, los empresarios tienen sus intereses de por medio y
también hay una disputa entre ellos por recibir cuotas. De igual manera
en el sector de los trabajadores y de los movimientos sociales, entre
los que fueron adulados por Correa y los que ahora esperan se les
restituyan sus derechos. Por ejemplo, la CONAIE máxima organización del
movimiento indígena fue atacada virulentamente por Correa, entre las
varias acciones procedió a terminar con 18.000 escuelas comunitarias y
ahora Moreno ha ofrecido reabrirlas, por lo que Correa ha pegado el
grito en el cielo.
En definitiva, Ecuador y el mundo observa las
luchas de poder o la “telenovela” o el “juego de tronos” entre dos
facciones internas. Las definiciones se las verá en los próximos días,
especialmente en septiembre donde se harán efectivas las medidas
económicas, que según Correa serán un “paquetazo”, y para Moreno serán
medidas para salir de la crisis en que dejó Correa al Ecuador.
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