Intervención
presentada en el Lanzamiento del libro:
“Pensar
las alternativas, imaginar la transición. Economía extractiva y efectos
comparados: Turismo, petróleo y minería”
Foro Debate Alternativas: Economía,
geopolítica y formas de hacer política, 6 y 7 octubre, FLACSO-Ecuador[1].
“A veces el silencio
es la peor mentira”
Miguel
de Unamuno
Es precisamente un tipo particular de
silencio sobre el que tratamos en el libro "Pensar las alternativas, imaginar la transición: Economía
extractiva y efectos comparados: turismo, petróleo y minería". Se trata del silencio tras el cual se oculta
la lucha política propia de la esfera económica. Es un silencio que se
produce con la separación teoríca, pero
fundamentalmente empírica entre Política y Economía. En la Academia y en el
sentido común la Economía aparece como un terreno neutral donde no hay
espacio para la lucha política. Pero esto se da porque el conflicto queda
encerrado tras los muros de lo privado y no porque en la economía esté
ausente el conflicto o la disputa.
El proceso histórico de privatización
de lo común, que origina al capitalismo como sistema social, no privatiza
solo las posibilidades de acumular e invertir, sino que privatiza todo
espacio de disputa política dentro del ámbito económico: privatiza las
funciones sociales de la producción y distribución, la extracción y apropiación
de excedentes, la asignación de la fuerza de trabajo, el uso de la naturaleza
como recurso. Todos estos aspectos dejan de ser espacios para la deliberación
pública y pasan a ser objeto de decisiones privadas.
De esa manera la esfera económica queda
claramente diferenciada de la esfera política: la esfera económica representa
la política privatizada donde reina el silencio; la esfera política
representa la política pública, reducida a la acción del Estado.
En la primera parte de este libro
utilizamos estas reflexiones para discutir el cambio de matriz productiva que
se estaría operando en Ecuador. El Gobierno supone que la economía nacional será
transformada cambiando unos valores de uso por otros como ejes de acumulación
económica, es decir, bienes primarios por bienes industriales, o
diversificando simplemente la producción actual de bienes primarios.
Se hace silencio respecto a una serie
de problemas estructurales propios de nuestra economía: concentrada
estructura de la propiedad; concentración de mercados; concentración de crédito;
explotación laboral; un aparato productivo débil que no logra emplear
dignamente a más de la mitad de la población; la dependencia del Estado
respecto a la renta extractiva.
La concentración de mercados, capital y
crédito; el desempleo, subempleo y explotación laboral, la relación empresas
privadas-estado son elementos de la realidad que dependen de decisiones
privadas, quedan confinadas a lo político privatizado, es decir, son ámbitos
propios de la Economía donde la participación de los sujetos sociales, la deliberación,
no están permitidos.
Estos aspectos estructurales también
son condenados a la obscuridad de lo privado en los análisis de corte
institucionalista que defienden las posturas y proyectos del gobierno.
Suponen que las relaciones ampliamente comprobadas
en la literatura especializada entre: extracción y pobreza; extracción y des institucionalización,
pueden transformarse mediante una serie de acuerdos asépticos, libres de
conflicto y lucha.
Suponen que la intervención de
movimientos sociales, minorías o actores "marginales" de la economía
es una especie de disonancia en medio de las interacciones de agentes que sí tiene
poder de decisión. Lo que restringe el ámbito de la política a la relación
entre Estado y empresas.
Toda sociedad estaría representada en
el Estado, la participación se restringe a la elección de dignidades. Más allá
de eso nadie puede opinar sin ser acusado de terrorista, desestabilizador o
infantil.
Suponen, además, que los actores que
participan en el campo restringido de la toma de decisiones son desapasionados,
actúan desde la técnica u orientados por sus intereses políticos, mas no por
sus intereses económicos. Por ello todo conflicto puede ser fácilmente
reducido al acuerdo: hablan de gobiernos interactivos, de gobernanza.
Se espantan, criminalizan la lucha social.
Llaman a encauzar toda protesta en la institucionalidad formal. De esta manera
desconocen la asimetría de fuerzas entre poblaciones empobrecidas y empresas
poderosas que casi siempre cuentan con el apoyo estatal. En esas condiciones:¿Cuáles
son las vías de expresión, cuáles los mecanismos de incidencia con la que
cuentan de las comunidades?
Se desconoce el carácter creativo y
transformador del conflicto al gestionarlo técnicamente y dirigirlo hacia los
causes formales de lo dado. Se conduce a los actores sociales a discutir en
el ámbito de lo político – público y se cierra la posibilidad de discutir lo estructural:
la concentración, la explotación, la dependencia del Estado a las empresas
del aparato productivo al mercado mundial, y sus articulaciones.
Mostramos empíricamente que los últimos
años se ha orquestado una ampliación de las fronteras de la lógica económica
capitalista en los mismos términos de una economía primario-explotadora antes
que un cambio de matriz productiva.
Ampliar el capitalismo implica hacer más
amplios los silencios de los que venidos hablando.
Para ampliar la economía extractiva
tienen que silenciar los aspectos negativos de este tipo de actividad. En la segunda
parte del libro nos dedicamos a comparar los efectos de aplicar como ejes de acumulación
la minería, el petróleo y el turismo, buscando develar qué se silencia tras
el optimismo de los precios altos de los bienes primarios. Invitamos a los
presentes a explorar la información empírica que presentamos en el libro,
esta nos han permitido sacar algunas conclusiones:
La minería, el petróleo no fomentan la diversificación
productiva porque encadenan muy poco con otros sectores de la economía
nacional; compran y venden mucho al extranjero o a otras industrias primarias
generando encadenamientos circulares. El turismo en cambio, demanda productos
nacionales a muchos sectores propiciando la diversificación productiva al
crear mercado para dichos bienes.
La minería y el petróleo crean
relativamente pocos puestos de trabajo (menos del 1% de la PEA); puestos
ocupados en su mayoría por hombres (94%). El turismo genera cinco veces más
empleo y con mayor equidad de género (66% de empleados son mujeres).
En el Ecuador los sectores minero y petrolero
tienen alta concentración de la propiedad mientras que en el turismo la
propiedad está mejor distribuida según el Censo Económico realizado por el
INEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos). El turismo es uno de los
sectores con menos concentración de mercados, es decir que las empresas más
grandes no logran influir tanto sobre las condiciones de intercambio,
mientras el 44% del resto de ramas productivas en el país registran alta concentración
de mercados según la Superintendencia
de Control de Mercados.
La minería consume 7,7 veces más agua
que el turismo, el petrolero 8,6 veces más. Y el grado de contaminación es
mayor, pues, los desechos que arrojan son tóxicos, metales pesados; mientras
los desechos del turismo son principalmente material orgánico.
El turismo comunitario produciría en 30
años la mitad de desechos sólidos que la minería produciría en un día.
Finalmente a través de la metodología costo-beneficio
se buscó estimar el ingreso que, petróleo, minería y turismo podrían dar el
Estado en 10 y 50 años. Se compara
· Ingreso petrolero: lo que se
podría obtener de explotar Yasunímas los bloques licitados en la Decimo Ronda
Petrolera
· Ingreso minero: cinco
proyectos emblemáticos (Quimsacocha, Rio Blanco, Panantza-San Carlos, Mirador
y Fruta del Norte).
· Ingreso turístico:
hipotético proyecto nacional de expansión turística en tres escenarios:
turismo comunitario, turismo mediano empresarial, combinación de turismo
comunitario y mediano empresarial (excluimos el gran turismo de enclave que
involucra empresas transnacionales y enormes inversiones de capital).
Al final del proceso construimos 15.552
escenarios posibles, les invitamos a explorar estos datos cuando lean el
libro. Por ahora nos interesa presentar el escenario que nos parece más
relevante, que es el escenario pesimista en precios para minería y petróleo,
y optimista en precios y cantidad para el turismo. Nos parece el más
relevante por dar cuenta de la caída que en los últimos años han sufrido los
precios de bienes primarios , por tanto es el que más se acerca a la realidad
actual. También porque las variables que determinan los escenarios mineros y
petroleros escapan, en su mayoría, a nuestro control como país, dependen del
mercado externo y por tanto el riesgo que asumimos al impleméntalo, es el riesgo
propio del peor escenario. Las variables relacionadas al turismo dependen en
gran medida de nuestra agencialidad -no enteramente, pero si en buena parte-,
están bajo nuestro control y por ello podemos proponer un escenario
optimista.
En escenario pesimista en precios para
petróleo y minería, pero optimista en turismo:
· En 10 años y con una tasa de
descuento del 6%, el Estado recibiría más ingresos si invertiría hoy en
turismo mediano empresarial o en una propuesta conjunta de turismo
comunitario y mediano empresarial que si invirtiera en el Yasuní y la XI
Ronda Petrolera en conjunto.
· En 50 años los ingresos que
percibiría el estado sólo por turismo comunitario superan a los ingresos del
Yasuní y la XI Ronda Petrolera en conjunto.
· En 50 años un proyecto de
turismo conjunto entre: turismo comunitario y turismo mediano empresarial
podría reportar más ingresos para el Estado que los cinco proyectos mineros
emblemáticos.
El optimismo que puede derivarse de
estos datos sobre turismo debe ser, sin embargo,matizados:
Cuando hablamos de los efectos
positivos del turismo, nos referimos principalmente al turismo comunitario y
excluimos al turismo empresarial de gran escala; éste último tipo de turismo,
(también denominado turismo de enclave), tiene efectos negativos casi tan
perversos como los efectos de los sectores extractivos:
§
Al
privilegiar las ganancias sobre cualquier otra consideración social o
ecológica el turismo de enclave no considera la carga de turistas que puede
soportar un destino, generando graves daños al ecosistema.
§
El
turismo empresarial se denomina de “enclave” porque se incrusta en
territorios lejanos, pero buscar reproducir las formas de vida de los países
ricos. Los turista tienen poco o nulo contacto con la población local y se
importa la mayor cantidad de productos consumidos, eliminando el carácter
dinamizador y diversificador de la economía local. Esto hace, según la
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que el 80% de los
ingresos turísticos a nivel mundial regresen a los países centrales aunque la
actividad se realiza en los países periféricos.
§
La
calidad del empleo no es la mejor (59% de los trabajadores turísticos tienen
la condición de subempleados en Ecuador), en Centroamérica se utiliza
modalidades de precarización laboral en el sector.
§
En
Costa Rica el ingreso ha crecido gracias al turismo de enclave, pero según
datos oficiales, la brecha entre ricos y pobres nunca ha sido tan grande. Se
incrementa el ingreso pero también se
incrementa la desigualdad.
§
Lo
mismo que en los sectores extractivos, las grandes empresas turísticas
establecen fuertes lazos con el Estado, principalmente por la dependencia que
éste tiene frente a las empresas para financiar su presupuesto. Ese tipo de
relación dependiente tiende a volver al Estado más permisivo, se relaja la
legislación y la aplicación de la norma en beneficio de sus principales
proveedores económicos,
§
Los
orígenes y el tratamiento que se da a la conflictividad en el turismo de
enclave se parece mucho a los orígenes y tratamiento de los conflictos
mineros y petroleros.
Orígenes del conflicto en los tres
sectores: privatización de recursos comunes; degradación de medios de vida y
trabajo, falta de democracia para decidir sobre el territorio; conflicto en
los procesos de valorización y apropiación del valor; conflictos por la
distribución de la renta pagada al Estado.
Tratamiento del conflicto: pactos
explícitos o implícitos entre empresas y Estado, para
· Construir a quien se opone
como inferior, infantil, incapaz.
· Usar la asistencia social
para contener el conflicto.
· Enfriar el conflicto con
plazas, moratorias temporales hasta crear condiciones favorables para
implementar proyectos mineros, petroleros y turísticos.
· Uso de la fuerza.
Por estas razones, pensar al turismo como
una alternativa implica preocuparse por el apalancamiento de modalidades de
turismo comunitario, ecológico, pequeñas y medianas.
Pero esta intensión nos regresa al
mismo orden de preocupaciones de las que hablaba al inicio de esta presentación,
cuestiones de tipo económico-estructural. Los principales problemas del
turismo comunitario se deben a:
1.
Dificultades
para realizar inversiones, debido a la concentración de riqueza existente y las dificultades
para acceder al crédito (sumado a que el crédito es una forma de trasladar el
esfuerzo hecho por los pequeños y medianos productores al dueño del capital
financiero).
2.
Dificultades
para conectar con los flujos turísticos internacionales debido a que los
operadores extranjeros concentran medios de contacto, transporte y ubicación
de turistas.
3.
El
apoyo del Estado no llega porque se privilegian los emprendimientos viables
en términos económicos, es decir empresas medianas y grandes.
4.
La
competitividad de los pequeños se basa en el uso extensivo de mano de obra mal
remunerada y en condiciones de precariedad o informalidad.
Nuevamente,
concentración (de riqueza, de mercados), explotación laboral, relación
Estado-empresas son los puntos álgidos silenciados tras la privatización del
dialogo y la deliberación sobre ellos.
Comprobamos así
que los efectos dañinos de la actividad económica sobre la calidad de vida,
el ambiente, la salud, la sociabilidad no están relacionados a unos valores
de uso sí (como la minería y el petróleo) y a otros no (como el turismo).
El problema no
está solo en la elección de un valor de uso como eje de acumulación, sino en
los efectos que las formas particulares de la economía capitalista tienen
sobre la actividad productiva y distributiva.
En esta línea,
la tercera parte del libro se aventura a imaginar algunas condiciones
necesarias para la transición.
Queremos cerrar
con unas cuantas proposiciones que resumen el espíritu de esta tercera parte.
Para que la
transición sea posible:
Hoy no podemos
quedarnos en demandas de una política de ampliación del empleo sino que
debemos plantear la discusión sobre los procesos de valorización y
explotación laboral.
No se puede
ceder ante el chantaje de cortar la asistencia social si no se extraen los
recursos, pues esta funciona principalmente como contención del conflicto. Se
debe exigir la distribución de las posibilidades efectivas de inversión, es
decir, la redistribución de la riqueza social.
Decir no, a la
fe ciega y conformista en las instituciones y el aparato del Estado y sí, al
desarrollo de organizaciones sociales fuertes y a la apertura de vías para su
expresión e incidencia en la toma de decisiones.
No, a la visión
de corto plazo que impone la ganancia capitalista. Sí, a la perspectiva de
larga duración que pone al frente los efectos sociales y ecológicos de toda
actividad capitalista. Sí, a nuestra responsabilidad frente a las futuras
generaciones.
Permítanme
insistir en que todo esto depende del esfuerzo que hagamos para reconquistar
o reapropiarnos en común de aquel espacio de deliberación que ha sido
privatizado: las decisiones económicas de producción y distribución. Romper
el silencio para dejar de mentir es hablar a viva voz sobre la riqueza, sobre
lo común, sobre el bienestar, sobre el trabajo y su remuneración, es hablar a
viva voz, pero principalmente es retomar el derecho común de decidir sobre
ello.
Término
agradeciendo a la Fundación Rosa Luxemburgo por su apoyo y reconociendo el
trabajo del equipo de investigación: Ricardo Sánchez Cárdenas, Francisco
Gachet y Guido Duque Suarez.
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