domingo, 1 de noviembre de 2009

El cambio de sexo en la cédula mueve a los grupos Trans en Ecuador


Por Cecilia Pugo

De cuerpos con curvas pronunciadas. Cabellos largos y lacios o con rizos que caen sobre rostros de cejas delineadas, narices respingadas y labios perfilados. En algunas, la carga de hormonas, anticonceptivos y cirugías aún no logra borrar la estructura ósea del rostro, y el agudo timbre de voz delata al varón que aún tienen en el físico y que quieren expulsar de ellas.

Ninguna se ha hecho la cirugía de cambio de sexo, por lo costosa de la operación, pero se ven mujeres, se sienten mujeres y se molestan cuando alguien les refiere como él o ellos, o cuando, por ejemplo, al cambiar un cheque en el banco son la burla al ser llamadas la atención por tener la M de masculino en vez de la F de femenino en el dato sobre el sexo en la cédula de identidad.

De eso discutían la noche del pasado martes Ana Paula, Lorena Rubí, Naomi, Michel, Shakira, Angie Melisa, entre otras quince integrantes trans de Silueta X, grupo que reúne a unos 50 transgéneros de 13 a 45 años. Dicen estar decididas y quieren reafirmar su identidad sexual con el cambio de sexo en la identidad civil, para tener oportunidades y acceder a derechos.

La decisión tomó fuerza tras el caso de Estrella Estévez, la primera transgénero en el país en registrar el cambio de sexo en la cédula de identidad, lo que para ellas significa ser reafirmada en forma íntegra su identidad sexual, aunque bajo sus prendas aún conserven el miembro viril que solo desaparecerá con una intervención quirúrgica.

Lograr cambiar esa M por la F no fue fácil para Estrellita, como la conocen. Con voz más fina y femenina dice que requirió varios procesos y recursos hasta que el 1 de marzo del 2008 le cambiaron sus nombres masculinos por los femeninos, no así la F del sexo, esto lo consiguió la semana pasada.

“Estoy completamente feliz, es la puerta a oportunidades y derechos”, dice la ahora mujer de labios rojo encendido, cejas resaltadas y cabellos dorados.

Proveniente de un hogar inicialmente integrado por cinco hermanos y cuatro hermanas, Estrella, ante la negativa del Registro Civil de Turubamba, Pichincha, a proceder con el trámite y tras rechazar una resolución de la Defensoría del Pueblo, con esta misma entidad apeló al recurso de la acción de protección. Finalmente, el juez Ramiro García, de la Tercera Sala de lo Penal de la Corte de Pichincha, tras evaluar documentos y pruebas psicológicas, emitió el dictamen que exigía el Registro para hacer efectivo el cambio.

Ella consideró que su decisión de ser reconocida legalmente como mujer está garantizada en el literal 2 del artículo 11, que dice: “Todas las personas son iguales y gozarán de los mismos derechos, deberes y oportunidades”. Ella y el juez ven una base para este cambio en lo que expresa el art. 66, literal 9: “El derecho a tomar decisiones libres, informadas, voluntarias y responsables sobre su sexualidad, y su vida y orientación sexual...”.

En Guayaquil, alimentadas con esa conquista, también Tiffany, Naomi y Diane, la presidenta de Silueta X, acudieron la mañana del pasado miércoles en busca de orientación al Registro Civil del centro, cuyos empleados del servicio de información derivaron el caso al Departamento Jurídico de la institución, donde les indicaron que necesitaban una resolución de un juzgado civil o de la Corte.

Les anticiparon como necesario el requerimiento de una historia clínica que registre la operación del cambio de sexo, lo cual rechazaron. Optaron por acudir a la Defensoría del Pueblo, donde les ofrecieron analizar el caso y dar una respuesta esta semana.

El procedimiento no está claro. Por ello Marco Pacheco, abogado de la Defensoría, considera que se vuelve necesaria una normativa no para limitar derechos, sino para regular el procedimiento. Según esta institución, es responsabilidad del Registro Civil elaborar la norma, pero en esa entidad se niega tal potestad porque la función se limita a registrar datos y acatar disposiciones. “Sería en el ámbito de la Justicia”, refiere el director nacional, Paulo Rodríguez, quien agrega que las dependencias del país saben que el cambio de sexo solo procede por disposición de una autoridad competente.

El constitucionalista Iván Castro Patiño considera que, al margen de quién es el responsable, lo que prevalece es la Constitución. Estos derechos son directa e inmediatamente aplicables y no se puede alegar la falta de ley para el efectivo cumplimiento.

No obstante, opina que para el cambio de sexo en la cédula tendría que previamente hacerse la cirugía correspondiente para que la persona pueda justificar la petición. El juez García no lo cree necesario, porque, dice, se limitaría solo a quien puede pagar la operación.

Y recalca que, con esto podrán casarse y adoptar. Aunque el presidente de la República en varias ocasiones ha cuestionado a los grupos religiosos que vieron en la nueva Constitución la vía libre para estos actos. “Dónde están los matrimonios homosexuales”, ha preguntado.

Aunque, tales cambios no conllevan, precisamente, al matrimonio entre personas de ambos sexos, pues la identidad del individuo queda oculta en otra imagen y una sexualidad distinta a su biología original.

Los grupos Trans tienen premura por el cambio y aducen varias razones: “Podremos estudiar, ser profesionales, conseguir mejores trabajos”, dice Naomi, de 27 años y quien a los 16 años, cuando reveló su orientación, dormía en el parque Puerto Lisa ante el rechazo de la familia, se alimentaba de restos de comida de restaurantes.

Tomado de El Universal - Ecuador


Un sacerdote oficiará misa tras someterse a cirugia de reasignación sexual (CRS)


Un sacerdote luterano finlandés de 55 años oficiará mañana, domingo, su primera misa tras someterse a una operación de cambio de sexo.

Pese al beneplácito de sus superiores, ha dividido a sus feligreses, entre quienes alaban su coraje y quienes le consideran un blasfemo.

El pastor Olli Aalto, padre de tres hijas y dos veces divorciado, decidió hace un año hacer pública su transexualidad y someterse a un tratamiento hormonal y quirúrgico que lo convierta en la mujer que siempre ha creído ser.

Aalto defendió públicamente los derechos de los transexuales en los medios de comunicación finlandeses, al tiempo que trabajaba como investigador en una asociación religiosa.

"Sentí que tenía la obligación moral de acudir a los medios serios, porque creo que, con ello, podía ayudar a los miles de transexuales de Finlandia", confesó recientemente a la prensa local.

Aunque el proceso de reasignación de sexo aún no ha finalizado, el reverendo, que ahora se llama Marja-Sisko Aalto, quiso regresar este domingo a su puesto en la parroquia, a la que ha dedicado 22 años de su vida.

Su nuevo nombre, Marja-Sisko, es el que pensaba ponerle su madre cuando estaba embarazada de él, convencida de que, tras dar a luz a seis varones, su séptimo hijo sería una niña.

El retorno al apostolado de este sacerdote transexual ha abierto un amplio debate en Finlandia, un país de 5,3 millones de habitantes y donde el 97 por ciento de la población está adscrita a la Iglesia Evangélica Luterana.

Aunque mucha gente simpatiza con él, llegando incluso a crear un grupo de apoyo en la red social Facebook, también hay quienes se muestran escandalizados y utilizan Internet para tacharle de blasfemo, pervertido o de ir contra natura.

"Cuanto mayor es la ignorancia, más firme es la condena. Me acusan de haber cambiado mi propio ser, pero la verdad es la contraria: he puesto fin a décadas de una angustiosa negación de mi mismo, porque finalmente me he aceptado como Dios me hizo", explica en su propio blog.

Aalto es consciente de que su regreso como mujer a su antigua parroquia no es del agrado de todos sus feligreses, y sabe que tiene detractores incluso entre sus viejos colaboradores, quienes opinan que debería abandonar el sacerdocio y dedicarse a otras tareas "menos visibles".

"Es probable que se produzca algún tipo de conflicto, por mucho que yo intente hablar el idioma de los ángeles. De todos modos, yo no pretendo provocar ese conflicto, pero tampoco voy a dejar que me conviertan en una especie de felpudo", argumenta.

Sin embargo, también hay mucha gente en Finlandia que admira el coraje de Aalto, y no sólo entre los miembros de la comunidad de gays, lesbianas y transexuales, quienes han mostrado públicamente su apoyo al reverendo.

Las propias autoridades eclesiásticas de Finlandia han decidido darle una oportunidad, después de superar las reservas iniciales, conscientes de que no existen argumentos legales para apartarle de una Iglesia, la Luterana, que permite el sacerdocio femenino.

Recientemente, el pastor transexual mantuvo una reunión con el personal de la parroquia de Imatra, a fin de preparar su retorno a la vida religiosa, a la que también asistió su superior, el obispo de la diócesis de Mikkeli, Seppo Häkkinen.

El obispo, en quien Aalto ha encontrado un valioso aliado, se lamentó públicamente de que algunos fieles hayan abandonado la Iglesia Luterana como muestra de rechazo hacia el cura transexual.

"La pertenencia a la Iglesia es cuestión de algo mucho más importante que las peculiaridades o las acciones de uno de sus ministros", declaró Häkkinen.

Según el obispo, ahora el primer cometido de Aalto debe ser recuperar la confianza de sus feligreses, hablando con ellos cara a cara, y desarrollar una labor evangélica discreta y alejada de la prensa.

Aalto está de acuerdo, y afirma que, después de un año recorriendo los platós de televisión y concediendo entrevistas a los periódicos locales, ha llegado el momento de centrarse en el sacerdocio.

"Durante el tiempo que estuve de excedencia, aparecí en los medios de comunicación para poner un rostro a la transexualidad. Ahora que regreso a mi puesto de sacerdote, espero que los medios me dejen realizar mi trabajo en paz", declaró. EFE