Carta a Timoleón Jiménez, Comandante de las FARC y demás miembros
del Secretariado, donde de pone de manifiesto la preocupados por las
consecuencias que deja la guerra en el territorios indigena.
Señor:
TIMOLEÓN JIMÉNEZ
Comandante de las FARC
Demás miembros del Secretariado.
Con Nuestro Saludo.
Dolidos y preocupados por las
consecuencias que deja la guerra en nuestros territorios pero a la vez
con esperanza y expectativas porque en La Habana se negocie la
terminación del conflicto armado, los indígenas del Cauca agrupados en
ACIN, CRIC y ONIC, nos dirigimos a usted señor Timoleón Jiménez,
comandante del Estado Mayor de las FARC para expresarle lo siguiente:
Desde nuestra visión de pueblos
milenarios y desde nuestras acciones comunitarias autónomas de manera
radical decidimos atravesarnos a la guerra, no obstante de los riesgos
que esto significa porque nos cansamos de llorar nuestros muertos,
reconociendo también el dolor de los demás. Por eso, igual que una gran
mayoría de colombianos le apostamos a que en Colombia se abra un
verdadero proceso de paz que termine en justicia social, libertad,
bienestar y dignidad desde la diversidad para el país. Así se demostró
en la gigantesca, diversa y multitudinaria movilización del 9 de abril
pasado en donde participamos los indígenas con convicción junto a
comunidades que llegaron desde diferentes rincones de Colombia. Anhelo
este que igual se manifestó en el pasado Congreso Nacional de Paz que se
realizó en la ciudad de Bogotá entre el 19 y el 22 de abril en la sede
de la Universidad Nacional. La gente quiere vivir en paz igual que
ustedes señor comandante. En ambos espacios, con sus palabras, ustedes
presentaron sus saludos, su vocación de paz y su compromiso con la
sociedad por alcanzarla o ayudarla a construir. Así lo entendimos
nosotros.
Desafortunadamente las conversas para
abordar asuntos humanitarios que hemos realizado en diversas ocasiones
con ustedes en la región por allá a finales de los 80s, en los 90s y los
últimos realizados alrededor de los actuales diálogos de paz en La
Habana, solo terminaron en discursos vacíos de parte de ustedes porque
una cosa es lo que ustedes pregonan en ciertos escenarios, y otra cosa
es la realidad que nos toca sufrir en las comunidades debido al accionar
de sus subordinados combatientes. Lo decimos con dignidad y
responsabilidad porque sabemos que ningún guerrillero, miliciano o
comandante acciona las armas sin consentimiento, orden y directriz
previa de los comandantes supremos, o sea ustedes. Mejor dicho señor
comandante, todo esto hace parte de un cuidadoso plan de guerra
finamente elaborado que no solo busca desestabilizar al gobierno
oligárquico de Colombia, sino también a los gobiernos autónomos,
legítimos y ancestrales de los pueblos indígenas del país. Es innegable
que el modus operandi, las víctimas, los métodos son los mismos que
ustedes utilizan en el Cauca, Nariño, Valle del Cauca, el Chocó, la
Orinoquia, la Sierra Nevada entre otras regiones. Mire no mas señor
comandante, tal y como sucedió en la década de los 80s, solo en los
últimos tres meses han sido asesinados ocho comuneros entre los que se
encuentran cuatro The'walas - Médicos Tradicionales del pueblo nasa -
asesinados por milicianos de la organización que usted dirige, situación
que se agrava si le sumamos los constantes señalamientos, el
reclutamiento de menores, amenazas a líderes y miembros de la guardia
indígena y las reiteradas campañas de estigmatización a nuestras
organizaciones. Por eso nos toca decir que somos víctimas de toda una
política sistemática para exterminar nuestro proceso. Quien haya dado la
orden de muerte de nuestros The Walas – Médicos Tradicionales - señor
comandante, odia nuestra cultura, y evidentemente no es un
revolucionario.
Por eso y al no ver voluntad expresa
por mejorar las cosas por parte de las fuerzas guerrilleras que operan
en la región, el día 29 de abril del año en curso, haciendo uso legítimo
en el marco de los Usos y Costumbres, aplicamos remedio a 2 milicianos
de su organización, responsables del asesinato de nuestro guía
espiritual Benancio Taquinás del resguardo de Jambaló. Reiterándole que
así se seguirá haciendo en todo hecho donde resulten involucrados
miembros de los grupos armados.
Pero como es costumbre en los pueblos
indígenas, no obstante de estas dificultades, hoy volvemos a reiterar
nuestra vocación de diálogo para superar precisamente estas
dificultades. Por eso las condiciones que exigimos para el diálogo son:
que nos dejen de matar, de señalar y de dividir. Que establezcamos como
primer punto una agenda de diálogo como mecanismo satisfactorio de
verificación internacional y de las propias comunidades. Que respeten
nuestras autoridades indígenas y comunidad en general, y sobre todo, que
respeten nuestro ejercicio de control territorial y que asuman Verdad,
Justicia y Reparación. Si así lo considera usted señor comandante, la
invitación pública y expresa a usted y a todo el secretariado para
conversar, queda abierta para la fecha, la hora y el lugar que se
acuerde. Por nuestra parte cuente con toda la disposición para preparar
un posible encuentro. Quedamos atentos y esperamos encontrar eco
positivo a nuestra solicitud.
C.c. Mesa de diálogo y negociación de la Habana
Atentamente,
AUTORIDADES INDÍGENAS, CONSEJO
REGIONAL INDÍGENA DEL CAUCA - CRIC, ASOCIACIÓN DE CABILDOS INDÍGENAS DEL
NORTE DEL CAUCA - ACIN – CXHAB WALA KIWE, ORGANIZACIÓN NACIONAL
INDÍGENA DE COLOMBIA - ONIC
Toribío -. Cauca - Colombia, abril 29 de 2013.
“Cuenten con nosotros para la PAZ nunca para la GUERRA”