jueves, 5 de junio de 2014

Perú: Los límites de la justicia ordinaria y el Baguazo

Luis Hallazi Méndez

ALAI AMLATINA, 05/06/2014.- (…) “Derrotar las ideologías, absurdas, panteístas que creen que las paredes son dioses, y el aire son dioses en fin. Volver a esas formas primitivas de religiosidad, donde se dice: no me toques ese cerro porque es un Apu y están lleno de espíritus milenarios y no sé qué cosa… bueno si llegamos a eso no haremos nada, no toques esos peces porque son criaturas del Dios Poseidón, volvemos a ese animismo primitivo. Yo pienso que necesitamos más educación, pero ese es un trabajo de largo plazo, eso no se arregla así noma. Porque usted puede ir a cualquier lugar y la población dice no me toquen a mí esa zona, porque es un santuario. Y uno se pregunta ¿santuario de qué? Sí, es un santuario porque ahí están las almas de los antepasados. Oiga, las almas de los antepasado están en el Paraíso seguramente. No están ahí”[1].

Recordar esas palabras del máximo representante de una nación, en el momento cuando ocurrían los violentos enfrentamientos entre la etnia Awajún- Wampis y las fuerzas policiales, con las terribles consecuencias que ya todos conocemos; no solo puede indignar, si no también puede ser la síntesis histórica de la incomprensión cultural de una nación; o los absurdos de una comunidad imaginada que no puede salir de su confusión, que se niega y resiste a reconocer su historia.

Parece ser la vuelta al eterno retorno en palabras de un primer mandatario del siglo XXI que podrían haber salido de alguna crónica del siglo XVI y que va repitiendo sucesivamente hasta nuestros días. Pero además, sin echar una mirada al pasado, estas palabras son la necesidad de hacer evidente la doctrina del perro del hortelano, como una política económica no solo de Gobierno, sino de Estado, sin que importe la forma de ser expresada y que posea en cada frase una trasparencia espeluznante.

Awajún-Wampís o la gente de las colinas

Una dimensión de nuestra humanidad se expresa en mitos, sin ellos el sentido de nuestra existencia sería más vacío de lo que para muchos suele ser; para los Awajun-Wampis las cascadas que bajan de los grandes cerros de la Cordillera del Cóndor constituyen los lugares privilegiados para encontrar a un espíritu llamado Ajutap, una figura central en la cosmovisión de los pueblos Awajún –Wampis, que puede ser descrita como una poderosa esencia impersonal transmitida por los ancestros para proporcionar fuerza a sus almas. Hoy en día en muchos de estos pueblos, los rituales de búsqueda del Ajutap siguen siendo practicados. Este espíritu poderoso es buscado sobre todo por los jóvenes varones, quienes acuden a las tunas (cascadas en el dialecto regional) que bajan de los cerros entre la Cordillera del Cóndor, allí construyen una pequeña choza llamada Ayamtai. Allí toman brebajes alucinógenos de ayahuasca, toé o tabaco y esperan pacientemente la visión del Ajutap, bañándose en las aguas sagradas. Los que reciben el don de la visión obtienen el estatus de Waimako, “grandes guerreros visionarios”, gozando de ciertos pri­vilegios sociales dentro de sus comunidades[2].

Los Awajún y Wampís son etnias de la familia etnolingüística jíbara, aunque esta denominación de jibaro fue dada por los españoles en la época de la conquista de manera despectiva, sin embargo no tardó en hacerse popular, siendo sinónimo del espíritu guerrero de las etnias Ashuar, Awajun-Wampis y otros; lo cierto es que ni en medio de la expansión de la civilización Inca, los pudieron someter, se cuenta que el Inca Tupa Yupanqui trató de conquistar a los Awajún-Wampis de la ceja de selva en un lugar llamado Bracamoros, pero fracasó, el mismo cronista español Pedro de Cieza de León, refieren que Huayna Capac, también fracasó y que volvió huyendo de la furia de los hombres que en esos territorios moraban[3]. Los Awajún-Wampis también se resistieron a ser colonizados por los españoles durante toda la etapa de la conquista, ya en plena Republica en que recién se instalan los Nazarenos 1925, primeros misioneros que realmente logran tener un contacto con dichos pueblos, y después llegarían los jesuitas que se establecieron a partir de 1949[4].

En ese fatídico 5 de junio se podía divisar a lo lejos rostros pintados de genipa, lanzas de todo tamaño y canticos guerreros a lo largo de la Curva del Diablo; la reminiscencia de un tiempo de conflictos, donde los Awajún – Wampis, evocaron la tradición guerrera de los pueblos jíbaros y la resistencia histórica a cualquier intento de invasión de sus territorios, cobraba vigencia. Sin embargo, no solo podemos reducir a la etnia Awajun –Wampis como un pueblo guerrero, las instituciones del Estado, empezando por el Poder Ejecutivo, el Poder Judicial, el Ministerio Público y la Policía Nacional, para este caso en concreto deberían reconocer que los territorios donde se desarrolla el pueblo Awajun- Wampis ha tomado protagonismo no de la noche a la mañana; sino a lo largo de miles de años donde el pueblo ha logrado una adaptación al entorno ecológico, a través de una estrategia eficaz de subsistencia, basada en la horticultura, caza, pesca, recolección y otras formas de interacción con su medio; además de poseer un sofisticado conocimiento de la flora y fauna local, que ha permite un uso racional y sostenible de los recursos naturales y que se ha trasmitido de manera distinta a toda la población colindante. En buena cuenta dichos recursos, forman parte de su territorio, de su hábitat y por tanto son ellos los llamados a protegerlos y defenderlos.

La judicialización de Bagua

Los nefastos hechos en Bagua tuvieron como resultado la muerte de 33 personas, 5 indígenas, 5 mestizos de descendencia indígena, 23 policías, muchos de ellos también de descendencia indígena y el desaparecido Mayor Bazán; además de más de 200 heridos provenientes de la represión policial en la Curva del Diablo. Como cualquier sistema que se precie de democrático, se tenía que esclarecer los hechos, analizar por ejemplo bajo qué situación se produce el desalojo, si acaso se pudo prever el desenvolvimiento de estos hechos, cual es la responsabilidad de las autoridades implicadas, es apropiada la justicia ordinaria para juzgar a indígenas Awajun-Wampis y en función de todo ello poder establecer las responsabilidades individuales y colectivas.

A cinco años de los hechos, se ha iniciado uno de los tres procesos abiertos, el primer juicio oral por los sucesos en la Curva del Diablo; los otros dos son los casos de la Estación 6 y el caso de la desaparición del Mayor Bazán. Se trata de un proceso judicial que involucra al menos a 80 procesados, 53 en la Curva del Diablo y 26 en la Estación 6[5], casi la totalidad de los procesados son de comunidades indígenas Awajún- Wampis, que en su mayoría tienen como lengua materna el Awajún; muchos de ellos no entienden ni hablan el castellano, poseen sus propias prácticas y costumbres tradicionales que conforman su derecho consuetudinario que además cuentan con sus propias estructuras institucionales[6] las cuales poseen normas que les han permitido vivir en armonía; son aunque al Estado le cueste admitir: una sociedad culturalmente distinta a las peruanos de las urbes.

Bajo esta lógica no se trata de un proceso judicial cualquiera o llamado ordinario, donde una organización criminal delinque en las ciudades o alrededor de ellas, no se trata de un juicio donde a través de procedimientos establecidos se puede individualizar la responsabilidad de los 80 procesados escogidos de manera aleatoria, sin ni siquiera tener resultados objetivos de las pruebas balísticas que demuestren su culpabilidad. El proceso judicial ordinario que enfrenta los 53 procesados se enfrenta a una lógica distinta, una lógica que pone a prueba los instrumentos jurídicos vigentes, que a todas luces son insuficientes para tratar de esclarecer la verdad de los hechos de Bagua. No obstante, este sistema judicial ordinario, si tiene las capacidades para establecer un proceso judicial a los responsables políticos que dieron las órdenes para reprimir de manera desproporcional y generar estas consecuencias (33 muertos 1 desaparecido) de la misma manera como para establecer avances efectivos y transparente de un proceso abierto a los responsables militares; sin embargo, recordemos que la Sala Penal y de Apelaciones descartó la presentación de los testimonios del ex presidente Alan García de los ex ministros Mercedes Cabanillas, Yehude Simon y Mercedes Araos, así como del ex director de la PNP, José Sánchez Farfán;  sólo admitió los testimonios de dos miembros militares Javier Uribe y Elias Muguruza. Esta situación de trato discriminatorio y evidente desequilibrio a la hora de juzgar a los implicados, demuestran que el sistema judicial ordinario lo que busca es culpables; culpables que le permitan cumplir con procedimientos penales de mero trámite y que mejores candidatos que aquellos que están fuera del sistema.    

Límites de la justicia ordinaria hacia una justicia intercultural

Parece estar claro que los más de 80 implicados en los hechos de Bagua están tratando de ser juzgados con un sistema de justicia que no es el adecuado. Un sistema judicial que hace 200 años juzga a indígenas en una lengua distinta a la suya, sin las garantías de un debido proceso culturalmente adaptado a realidades de los sujetos a juzgar, un sistema judicial que todo peruano de la urbe conoce sus deficiencias.

Recordemos que tanto la justicia ordinaria como la justicia comunal gozan de autonomía Constitucional en el caso de la justicia comunal amparada en artículo 2 inciso 19, la pluralidad étnica y cultural de la nación, art. 89, la existencia legal y autonomía de las comunidades campesinas y comunidades nativas y art. 149, el derecho a la Justicia Comunal de las comunidades campesinas, comunidades nativas y rondas campesinas; además el nuevo Código Procesal Penal, en el artículo 18, inciso 3, reconoce el derecho de una Justicia Comunal. Sin embargo por razones prácticas y asimilacionistas el Estado solo ha fortalecido a una; hechos como el de Bagua demuestran que es necesario identificar los elementos que la justicia comunal hubiera aportado para intentar reconstruir los hechos y llegar a una verdad jurídica, que respete las diferencias culturales.

No es un problema de leyes, el Perú cuenta con normas suficientes pero nadie las cumple, el Poder Judicial desde 2009 comenzó́ un proceso importante de reformas para darle mayor reconocimiento y validez a la administración de justicia comunal y la justicia de paz (Ley 29824) y teniendo un proyecto de Ley de coordinación de instancias entre la administración de justicia estatal y la administración de justicia comunitaria. Por otro lado, es cierto que ningún sistema te brinda todas las garantías necesarias, pero debemos partir que ambas justicas son incompletas y que un sistema judicial intercultural es el que permitiría establecer las conexiones de ambas realidades y tener la posibilidad de juzgar en mejores condiciones.

Finalmente el límite de ambos sistemas, son los derechos humanos. Sin embargo el caso Bagua está obedeciendo a una lógica contraria, por lo que es necesario primero identificar los diferentes vulneraciones a los derechos humanos y los vicios de nulidad que está trayendo el proceso, para lo cual se necesita una coordinación permanente entre los acusados y principalmente los abogados de estos. A la vez, es necesario abrir otro frente para que el Estado reconozca las particularidades de este proceso y busque darle un trato diferente que permita al menos llevar un juicio que derive en la absolución de los implicados o en la aplicación de la Ley de Amnistía para los indígenas acusados. Los diferentes actores deben incidir en el Estado para que sepa que esta es una oportunidad más para la reconciliación con los pueblos indígenas del Perú y aplicación con buena fe de todas las prerrogativas que le corresponden, para que Bagua no se repita.    

Notas:

[1] Entrevista a Alan García realizada por Cecilia Valenzuela: http://www.youtube.com/watch?v=2Vf4WfS5t08

[2] Garra Simone, El deperatar de Kumpanam: Historia y mito en el marco de un conlcito socioambiental en la Amazónia, Revista Anthropológica /Año XXX N° 30  2012 pp2-28.

[3] Ibid pag. 10

[4] Valoración Cultural de los Awajun- Wampis, Documento 10, Conservación Internacional Peru. file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/Awajun%20wampis.pdf

[5] Castillo Fernandez Marlene, ¿Justicia o Injusticia que lleva 59 meses?: el Juicio a los 53 procesados del caso Curva del Diablo, sin juicio a los responsables políticos y militares.

[6] Convenio N°- 169 OIT artículo 8, artículo 9.

- Luis Hallazi es abogado y politólogo, especialista en Derechos Humanos y en mecanismos para el ejercicio de un Derecho Transformador. Actualmente consultor en el Instituto del Bien Común.


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RECORDANDO POR SIEMPRE LA MASACRE DE BAGUA - PERÚ

RECORDAR POR SIEMPRE LA BRUTAL MASACRE DE BAGUA Y LA HEROICA LUCHA DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS AMAZÓNICOS EN DEFENSA DE SUS TERRITORIOS Y DE SU AUTODETERMINACIÓN COMUNAL


  
 
  

  

  

  

EL CULPABLE QUE ORDENO LA MATANZA 

Perú: Bagua No se Olvida Yacumamá Vencerá (Canción)

Yacumama Vencerá...

Hermosa y profunda canción de Jorge Millones, dedicada a la ejemplar lucha amazónica de AIDESEP del 2008 y 2009 que marcó hito, frontera y horizontes, en la historia social peruana

Perú/ COICA Bagua. No a la criminalización de la libredeterminación de los Pueblos Indígenas

05 de Junio:  La Amazonía Unida a la lucha indígena en Perú
No a la criminalización de libre determinación de los Pueblos Indígenas
Libertad a las 53 víctimas de Bagua y sanción a los dictadores del 2009
Hoy 5 de junio, hace 5 años, el gobierno aprista de Alan García ordenó disparar  al pueblo Awajun y Wampis, que preparaba su retirada, ya anunciada, hacia sus comunidades, luego de 56 días en la carretera de Bagua.
Murieron indígenas, ronderos y policías, sin razón ni culpa alguna, solo por la salvaje y racista decisión de un presidente y su ministra del interior, de escarmentar al humilde pueblo amazónico.  
Ellos, los totalitarios subastadores de la amazonía, fueron los derrotados. Días después se derogan 04 leyes que promovían la destrucción y parcelación de los territorios comunitarios, y la apertura de las selvas a grandes inversiones, al amparo del TLC con EEUU. El Perú y el mundo dió la razón a la lucha amazónica dirigida por AAIDESEP, organización fundadora de la COICA. Ganamos todos, ganó la humanidad, porque se frenó la invasión y destrucción de la amazonía peruana, donde los pueblos indígenas dueños de 13 mills de has, lograron conservarlas, y ahora luchan por los 20 mills has faltantes de la deuda histórica territorial del Estado. Porque donde hay pueblos con derechos y territorios, habrán siempre bosques, siempre Vida, que traerá agua a las costas desérticas peruanas y enfriamiento a un mundo que se recalienta cada minuto.

Cinco años después, las garras de la incomprensión, quieren volver, y en el juicio por esos hechos, han sentado en el banquillo, insólitamente a las víctimas; mientras los responsables, los que decidieron día, hora, lugar y forma de atacar, siguen impunes, e incluso pretenden reelegirse en el país. La fiscalía “exige” penas de 35 años de cárcel hasta cadena perpetua, para quienes solo cumplieron el mandato de sus pueblos,  obligación de todo dirigente, como es el caso del hermano Alberto Pizango, líder Kampu Piyawi, y Presidente de AIDESEP.

Por eso y mucho más, Bagua no puede ni debe olvidarse.

La COICA transmite a las hermanas y hermanos amazónicos de AIDESEP sus profundos sentimientos de hermandad y solidaridad. Llamando a los espíritus del bosque y las aguas, a que acompañen a los caídos, heridos, presos, y alivien el dolor de tantas familias golpeadas una y otra vez. Llamando a nuestros ancestros milenarios, a darnos visión y valor, para seguir resistiendo. Unirnos a los  árboles de profundas raíces, para persistir el camino de nuestra libredeterminación como Pueblos que solo quieren que nos dejen vivir en paz.

COICA llama a la opinión pública internacional a pronunciarse y vigilar activamente los dos últimos juicios por Bagua, para impedir que se cometa un acto y agresión más, de colonialidad del poder. Los 53 hermanos que defendieron y defenderán la Vida para humanidad deben ser absueltos. Los violentistas racistas del 2009 no deben seguir impunes.

Quito, 05 de junio del 2014

A cinco años del Baguazo… ¿hay justicia para todos?

 

Por Juan José Quispe Capacyachi*

4 de junio, 2014.- Han transcurrido 05 años desde que el 05 de junio de 2009 ocurrió el violento e irracional desalojo de los manifestantes indígenas y nada está resuelto: el proceso contra 52 acusados por el caso “la curva del diablo” recién se inició hace unos días con intérpretes convocados sobre la marcha, ningún político se encuentra implicado, se sigue alargando el juicio contra sólo 06 policías procesados por asesinar y lesionar a civiles, el My. PNP Felipe Bazán sigue desaparecido ante la insensibilidad del Ministerio del Interior y la Fiscalía que nada han hecho para continuar con su búsqueda e identificar a dos requisitoriados, finalmente el líder indígena Pedro Tiwi, procesado injustamente por las muertes en la “estación Nro. 05 de Petro-Perú” falleció en Imacita decido a que no pudo atenderse de una herida en la cabeza que le causó un manifestante cuando defendía la vida de los policías.

Visto así el panorama, con procesos lentos, magistrados suplentes y provisionales que no aplican convenios y tratados internacionales que cautelan los derechos indígenas, fiscales que acusan sin pruebas, procesados de escasos recursos económicos que acudirán a las audiencias hasta que les alcance el dinero, procuradores del Estado oponiéndose a todo pedido de las partes, delitos prescritos en favor de policías; la frase “justicia que tarda, es injusticia” se torna cada vez más real.

En este contexto, es fácil presumir que a finales de año se iniciará el juicio contra 24 indígenas por los sucesos de “estación 6″, seguidamente se realizará la audiencia contra 05 procesados acusados de secuestrar y asesinar al mayor PNP Felipe Bazán Soles. Y a finales del próximo año -dios mediante-, se juzgarán a sólo 07 policías por asesinar y lesionar a 20 civiles entre mestizos e indígenas

¿Cómo van los procesos?

Desde un inicio, el juzgamiento de inculpados indígenas se realiza más rápido que el de los policías. Cabe hacer una precisión: a los 06 efectivos policiales se les aperturó proceso con Mandato de Comparecencia restringida, ninguno pisó un establecimiento penal, no existen órdenes de captura contra ellos y a la fecha vienen realizando sus labores dentro de su institución como si nada hubiese pasado.

Mientras que en la otra orilla, para los indígenas procesados, su vida dio un giro de 360 grados: desde sus comunidades deben trasladarse a Bagua capital para firmar el libro de mandatos de comparecencia o para acudir a las audiencias del juicio oral, esto implica que gasten dinero que no lo tienen, se alejen de sus familias, no puedan realizar sus labores normalmente, etc.

El caso “la curva del diablo”:

Antes de fin de año podremos tener ya una sentencia contra los 52 acusados.
Desde nuestra perspectiva, la resolución final debería marcar un hito en el juzgamiento de pobladores indígenas, no solamente porque los magistrados deberían aplicar además de sus códigos, penal y de procedimientos penales, los alcances del Convenio 169 de la OIT, las 100 reglas de Brasilia, así como el protocolo de Atención y Orientación Legal con enfoque intercultural elaborado por la Oficina Nacional de Justicia de Paz y de Justicia Indígena -ONAJUP del Poder Judicial.

Sino porque además, sentará un precedente importante: Las imputaciones y autoinculpaciones realizadas por los acusados y co-acusados rendidas en sede policial o fiscal sin la presencia de intérpretes que les permitan expresarse en su lengua de origen y sin la presencia de un abogado de su libre elección SON NULAS de pleno derecho y no constituyen medios de prueba para emitir una sentencia condenatoria.

El caso “Estación Núm. 06 de Petro-Perú”:

En este proceso, ya se concluyó la etapa de la investigación judicial y se encuentra expedito para que el Fiscal Superior de Bagua decida la suerte de 24 inculpados indígenas, procesados por la muerte de 10 efectivos policiales y lesiones de otros 28.

Si bien es cierto, se apertura proceso penal por 04 delitos (secuestro agravado, extorsión, disturbios y arrebato de arma de uso oficial), lo cierto es que por el último delito el Fiscal podría solicitar se imponga cadena perpetua contra 05 líderes indígenas.

El caso del “Mayor Felipe Bazán”

Aquí se encuentran procesados 05 personas: Asterio Pujupat Wachapea, Feliciano Cahuasa Rolín y Juan Cruz Cotrina. Dos se encuentra con órdenes de captura, quienes a pesar de estar identificados, la policía no ha podido detenerlos.

Este proceso también ya culminó en su etapa de la investigación judicial y está pendiente la Acusación del Fiscal Superior.

El caso contra “los generales de la PNP”:

Este proceso emblemático para los pobladores de Bagua Grande en la Provincia de Utcubamba en el departamento de Amazonas se encuentra aún en la etapa de la instrucción, tan solo hace una semana se ha ampliado la Instrucción por el plazo de 30 días.

Aquí se procesan sólo a 06 policías, desde Luis Elías Muguruza Delgado, Javier Uribe Altamirano, Javier Del Carpio Sánchez, Augusto Fernández Guevara, Walter Ascención Chicana Dett y José Armando Sánchez Farfán, ex Director General de la Policía por la muerte y lesiones de 20 civiles.

Los casos más emblemáticos son obviamente Leydi Luz Montes Gonzales, niña de 07 años que estando jugando en la azotea de su vivienda ubicada en el centro de Bagua Grande fue alcanzada por una bala disparada por la policía nacional que terminó impactándole en el abdomen y el otro es Jhon Estela Martínez, mototaxista quién también fue herido por inmediaciones de la Plaza de Armas de Bagua Grande, la bala disparada por un efectivo policial terminó destrozándole la pierna derecha.

El Juez aún no se pronuncia por el pedido que realizamos para que curse copias a la Fiscalía de la Nación y se investigue a Mercedes Cabanillas, quien ya declaró como testigo en este proceso.

Es lamentable que en este caso, los agraviados que sufrieron lesiones leves, ya no podrán cobrar la reparación civil por el daño causado debido a que este delito a la fecha, ya habría prescrito.

Finalmente, es doblemente lamentable que la Fiscalía que investigó estos hechos, que en ese entonces estaba a cargo de la Olga Bobadilla Terán (adscrita a la Fiscalía de la Nación en la época de Peláez Bardales), sin motivación alguna ni mayores elementos de juicio, en febrero de 2010 decidió formalizar denuncia sólo contra 05 policías a diferencia de su antecesora Marlene Rojas Méndez quien en agosto del 2009 había denunciado a 12 policías, entre ellos el Comisario de Bagua Grande.

La justicia tiene mucho que decir en estos días.

*Abogado del área legal del Instituto de Defensa Legal (IDL).
—-
Fuente: Instituto de Defensa Legal (IDL): http://www.idl.org.pe/noticias/cinco-a%C3%B1os-del-baguazo-%C2%BFhay-justicia-para-todos

Brasil/ Última hora: ataque a líder indígena brasileño diez días antes del Mundial

http://laguarura.net/wp-content/uploads/2014/06/braz-gua-ss-2013-32_article_column.jpg

Un joven líder indígena brasileño fue agredido el pasado lunes por cuatro hombres armados, a pesar de figurar en un programa de protección del Gobierno desde que presenciara el asesinato de su suegro.

Valmir Guarani Kaiowá, de la tribu guaraní, fue secuestrado, atado a un árbol en el bosque con los ojos vendados y torturado. Logró escapar y declaró: “Ellos me ataron y me dijeron que iba a morir y que ninguna persona podría encontrarme nunca más. Vertieron un líquido amargo en mi boca y me dijeron que lo tragara. Después detonaron varios disparos cerca de mis oídos y ya no podía escuchar nada (…) entonces se fueron en su automóvil”.

El difunto suegro de Valmir, Nísio Gomes, fue asesinado por pistoleros enmascarados en 2011. Nísio había liderado el retorno de su comunidad a parte de su tierra ancestral, que les había sido robada y ocupada por una hacienda ganadera.

En 2012, dieciocho hombres fueron arrestados en conexión con el asesinato, incluido el propietario de una “milicia privada” perteneciente a una empresa de seguridad que ya ha sido clausurada. Se cree que algunos de los hombres que la integraban han sido liberados.

Valmir es un testigo clave y continúa presionando para que la investigación del asesinato sea completada y para que se restituya la tierra a su tribu.

El año pasado el líder guaraní dijo a Survival: “Nísio me dijo que fuera fuerte y que luchara por nuestra tierra. Todo lo que necesitamos es que sea protegida para nosotros”.

En la antesala del Mundial de Fútbol de la FIFA, Survival destapa “El lado oscuro de Brasil”. Averigua más sobre la situación de los indígenas brasileños y los ataques del Gobierno a sus derechos y tierras aquí.



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“AIDESEP se moviliza por la NO criminalización de los Pueblos Indígenas”


Al cumplirse 5 años de los lamentables sucesos ocurridos en Bagua el 05 de junio del 2009, donde murieron 33 personas, hubo un desaparecido y más de 200 heridos, esta gran movilización de los pueblos amazónicos no puede quedar en el olvido.  

Por ello la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana – AIDESEP, junto a sus dirigentes y jóvenes indígenas  se concentraran frente al Palacio de Justicia, para manifestar su rechazo a la criminalización de los pueblos indígenas amazónicos y exigir la absolución de los 53 líderes y dirigentes indígenas y mestizos que vienen siendo procesados por estos luctuosos sucesos.

En ese sentido AIDESEP, invita a los líderes políticos, a las organizaciones sociales y colectivos, así como a la sociedad en su conjunto a unirse a esta movilización para que todos los peruanas y peruanos NO OLVIDEMOS lo que ocurrió el 05 de junio del 2009 en Bagua.

La hora del encuentro: 3.00 pm. Frente al Palacio de Justicia.

Por que Bagua no es olvido, es memoria latente en los miles de peruanos y peruanas que se movilizaron en apoyo a la lucha amazónica.

Territorio Integral y Vida Plena
No a la Criminalización de los Pueblos Indígenas
Absolución a los 53 procesados por el caso Bagua.