viernes, 26 de agosto de 2011

Revolución social que avanza por Chile


Rocío Alorda

ALAI AMLATINA, 26/08/2011.- Miles de personas en las calles ha sido el principal síntoma de que el pueblo de Chile quiere cambios. Sus principales vías de expresión han sido las movilizaciones masivas que desde hace meses se realizan en el país, desde donde ciudadanos comunes y corrientes exigen transformaciones de fondo en un Chile marcado por las grandes desigualdades. Los motores de estas movilizaciones han sido estudiantes secundarios y universitarios, quienes desde hace tres meses mantienen vigoroso un movimiento social que ha logrado vincular y politizar a gran parte de la sociedad chilena.

Los días 24 y 25 de agosto se realizó el primer paro nacional del año, convocado por la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, en donde el movimiento estudiantil apoyó masivamente participando en las diversas movilizaciones que reunió a cerca de 400 mil personas en todo Chile, reforzándose la unión entre estudiantes y trabajadores en la lucha por un país más democrático.

Una característica de las movilizaciones levantadas por los estudiantes es que lo que empezó como la lucha contra el lucro en la educación, se convirtió en una batalla contra las desigualdades estructurales que en Chile se han generado durante las últimas décadas por el neoliberalismo feroz instalado durante la dictadura. Esta pelea por un país más democrático e igualitarios ha tenido un apoyo transversal de la sociedad: trabajadores, ecologistas, feministas, pueblos originarios, campesinos, trabajadores del cobre, todos apoyan a los estudiantes.

“Algo muy importante para este movimiento es que nosotros no estamos por la defensa o reivindicaciones de carácter sectorial o gremial porque lo que queremos construir con la educación es un nuevo proyecto de desarrollo país y si hay algo que nos puede unir a todos en este momento es que ya no nos hace sentido este modelo de desarrollo, porque este modelo de desarrollo lo único que nos ha garantizado es un grosero enriquecimiento económico de unos pocos”, señaló en la última jornada del Paro Nacional, Camila Vallejo, vocera de la Confederación de Federaciones de Estudiantes de Chile, CONFECH.

La propuesta de los estudiantes es clara: garantizar constitucionalmente la gratuidad en la educación y democratización del sistema de educación superior.

El gobierno a la fecha ha presentado tres propuestas que aun no satisfacen las demandas de los estudiantes, y esto principalmente, porque no asumen ningún cambio estructural que se ha exigido. Sin embargo, los espacios de diálogo entre gobierno y estudiantes han sido nulos por la débil voluntad del ejecutivo para atender los requerimientos estudiantiles, los que han sido instalar temas de fondo de la sociedad chilena, tal como lo explica la vocera de los estudiantes
universitarios.

“El pueblo chileno se cansó de eso y hoy día creemos que es necesario cambiar el sistema político, cambiar el sistema económico para que justamente la redistribución del poder sea más justa, la distribución de riqueza sea más justa y que tengamos condiciones dignas para desarrollarnos como seres humanos y eso hoy día no está garantizado, llevamos treinta años con este modelo y ya no da abasto”, señala Camila Vallejo.

El gran merito que ha tenido el sector estudiantil es levantar pública y masivamente una demanda que se arrastra desde hace años: poner fin al lucro en la educación y luchar por una educación gratuita y de calidad. Con sus formas creativas, lúdicas e inteligentes los y las estudiantes han logrado sensibilizar a toda la sociedad sobre la necesidad de que Chile cuente con educación para todos y todas y se acaben las desigualdades estructurales del país, cuestionando fuertemente la estructura política que rige a Chile a partir de una Constitución heredada por la dictadura y un sistema binominal que excluye a una diversidad de sectores políticos.

Por ahora la vía propuesta por algunos sectores sociales y apoyada por la Confech es realizar un plebiscito que permita a la sociedad en su conjunto decidir qué tipo de educación quiere para Chile y así permitir ampliar la discusión a todos los sectores de la sociedad.

- Rocío Alorda, periodista, Marcha Mundial de las Mujeres.



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Ecuador: "LA IZQUIERDA NUESTRA NO ES UNA IZQUIERDA DOGMÁTICA NI AUTORITARIA NI SECTARIA"


ENTREVISTA CON GUSTAVO LARREA

Gustavo Larrea es co-fundador de Alianza país y fue Ministro de Seguridad Interna y Externa del Ecuador antes de su salida a inicios del 2009. Ahora dirige el Movimiento Participación.

Usted tiene una larga trayectoria como actor político

Inicié mi participación política a muy corta edad. Milité en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, el MIR, que era un movimiento que aglutinaba a un sector juvenil – fundamentalmente de jóvenes universitarios y secundarios – y también trabajadores y sindicatos. El movimiento tuvo una activa participación en la lucha contra la dictadura militar de mil novecientos setenta y dos a mil novecientos setenta y siete. Yo me vinculé en el año setenta y siete, en el periodo de auge del movimiento estudiantil, y la dictadura fue derrocada finalmente en el año setenta y ocho Ahí había episodios de lucha social muy importante , por ejemplo se estableció un frente llamado “Acción Democrática Nacional” que aglutinaba sectores sociales y políticos, e incluso sectores de la iglesia. Estaba dirigido por Monseñor Proaño y por un empresario, Luis Gómez Izquierdo. Fue un movimiento que ayudo mucho en el proceso contra la dictadura y ahí empecé mi vida social y política.

¿Y fue electo diputado en qué año?

En el año 1994, fui Diputado por la Provincia de Pichincha, con la APRE Acción Popular Revolucionaria Ecuatoriana, que dirigía en ese entonces el General Frank Vargas Pasos.

Y luego co-fundador de Alianza País

Yo venía de un movimiento que se llamaba “Iniciativa Ciudadana”, que estaba en proceso de convertirse en movimiento político. Habíamos incluso avanzado en la recolección de firmas y en ese momento estábamos discutiendo la legalización del movimiento y la participación en el proceso electoral.

El eje central de nuestro movimiento era la convocatoria para la constituyente, y fue difícil encontrar una alianza sobre ese tema por que no todos lo entendían de la misma manera. Para nosotros era muy claro que la crisis institucional del país no daba más. Todos llevábamos la idea de que la constituyente permitiría una reinstitucionalización del país con nuevas reglas del juego, y en esa línea trabajamos, y planteamos la candidatura Presidencial de Rafael Correa. Él nos había invitado aceptar la candidatura, diciendo que lo creía necesario y que teníamos que ser parte de un frente más amplio. Nosotros coincidíamos plenamente y así se formo Alianza País, nosotros fuimos parte integral desde el comienzo.

Y fue todo un éxito

Si. Desde luego fue un éxito. El movimiento captó el momento político adecuado. Creo que capto el hecho de que el país requería una asamblea constituyente, supo expresar la necesidad de un cambio en la democracia con la frase ´Revolución Ciudadana´ e incluso inventó un lenguaje.

¿En qué sentido?

Es decir no utilizamos palabras desgastadas como proletariado, burguesía, pueblo, etc. A veces la izquierda no comprende que las palabras también se desgastan y que para ser revolucionario no se necesita repetir palabras sino inventarlas que es bastante distinto al realismo político. El realismo político es una forma conservadora de hacer política que puede llamarse de izquierda pero que al fondo es de derecha.

Lo que hicimos fue en un contexto histórico apuntar a tomar pasos hacia adelante, y creo que acertamos políticamente en ese momento. El triunfo evidenció eso. Pero un triunfo, ganar un proceso, no necesariamente implica cambiar la sociedad, más allá de la buena intención nuestra. Creo que se inició un proceso interesante de cambio, pero que no logró sostenerse en el tiempo, fue un proceso que duró, estimo yo dos años. A partir del segundo año del gobierno, el Presidente, cercano a su año reelección, cambia, cambia de ruta, rompe las alianzas internas y externas, va golpeando a la izquierda dentro de Alianza País y va rompiendo las relaciones que Alianza País mantenía con los movimientos sociales hasta ponerles contra el Gobierno.

¿Y eso fue el resultado de divisiones dentro del gobierno, divisiones que tuvieron que ver con su salida?

Eso no se decía públicamente pero había contradicciones y diferencias al interior del Gobierno y creo que Correa escogió una ruta, esa ruta es un lenguaje de izquierda para gobernar con la derecha.

Algunos dicen que fue Rafael Correa fue quien más perdió con su salida. ¿Cómo lo ve ahora?

Yo creo que la salida era inevitable por que tuvo que ver con una forma de ver la política, ver la sociedad, ver el futuro, tenia que ver con una forma de ver el proceso, el proceso en que estamos inmersos o estábamos inmersos. Yo siempre creí que había algo importante en este proceso, y eso fue darle poder a la ciudadanía, poder en la nueva constitución, poder para abrir todos los pasos a la participación. Pero este gobierno hizo todo lo contrario. Se concentró el poder en manos de Correa, en un caudillo autoritario, como lo es, y perdió de vista lo esencial de este proceso que no era él, era la gente, la ciudadanía. Siempre he creído que este proceso llamado Revolución Ciudadana, si algún sentido tenía, era el abrir la participación a la ciudadanía, organizada o no organizada, y esa discrepancia se expresó desde el inicio y por eso fue insostenible la relación mía dentro del Gobierno. La salida fue provocada por esa discrepancia.

Entonces el punto de quiebre no fue la consulta del siete de mayo de este ano sino empezó hace unos años.

Si, empieza mucho antes, cuando Correa rompe fuegos contra el movimiento obrero, rompe fuego contra el movimiento indígena, contra los maestros, contra los estudiantes, contra la izquierda al que le acusa de infantil. Pero si aquí hay alguien infantil, dogmático, autoritario, incendiario, es Rafael Correa. La izquierda nuestra no es una izquierda dogmática ni autoritaria ni sectaria, y lo demostramos cuando elaboramos el programa del gobierno del Movimiento País, un programa bastante adecuado al momento histórico, no fue un programa de dogmas, sino un programa creativo. Y creo que necesitamos alimentar a la izquierda con la misma creatividad, ahora, en el contexto del fracaso que representa para la izquierda un Gobierno de carácter autoritario, sectario, centralizador del poder.

Pero la popularidad de Correa sigue alta.

Creo que la popularidad es un mito, siempre. Por ejemplo, cuando Correa empieza su candidatura, unos amigos me decían, no tiene ninguna opción, si León Roldós tiene el 23% y Correa no llega ni al 15%. Es un mito, las encuestas son un mito. Las encuestas no votan. Por ejemplo en la segunda vuelta electoral, todas las encuestadoras decían que Álvaro Noboa ganaba, y Correa celebraba el triunfo de la consulta con una encuesta a boca de urna que le dio el 60% de votos, cuando realmente tuvo el 47%. Esto demuestra que son un mito. Si en realidad él hubiese tenido el 70% o el 60% de la intención de voto en las elecciones de la consulta de Mayo se hubieran expresado así. La realidad es cambiante y mudable, los intelectuales no se dan cuenta de cuál es la realidad, los entrevistadores tampoco.

La respuesta fue fundar el Movimiento Participación. ¿Quiénes forman parte del movimiento?

Participación fue la fusión de 4 movimientos políticos: el Iniciativa Ciudadana, Encuentro Democrático, el Movimiento de Alianza Bolivariana Alfarista, ALBA, y el Movimiento Avanzada Popular. En el transcurso del año pasado fuimos acercando posiciones hasta que en enero del 2011 decidimos fusionarnos en una sola organización y avanzar hacia la construcción de un partido político. Partido porque creemos que en esta nueva etapa, con esta nueva constitución, es necesario institucionalizar al país con una fuerza de izquierda que haga política no para una coyuntura electoral sino para el mediano y largo plazo.

Su nombre siempre consta entre los posibles candidatos presidenciales para el 2013. ¿El movimiento no será un vehículo para sus ambiciones electorales personales?

En el próximo año nos acercamos a un periodo electoral, pero la intención de Participación no es el proceso electoral, es de construir una fuerza política de mediano y largo plazo. Apenas constituido el Movimiento, el gobierno convoca una consulta que devela el punto de inflexión con claridad para muchos sectores que antes no lo tenían claro. Y en medio de esa campaña fue posible construir un primer espacio, es decir la unidad coordinadora plurinacional Esta Vez No.

La Coordinadora aglutinaba a fuerzas que antes apoyaba el Gobierno, y no solo que formaban parte de Alianza País, sino otros aliados como Pachakutik, el Movimiento Popular Democrático, MPD, y otros sectores sociales. Los que nos aglutinó fue la posibilidad de defender derechos democráticos, libertades y la constitución de Montecristi, pero ninguno de los dos casos implicaba candidaturas. Hay que resolver el tema de candidaturas solo a mediados del 2012, y quien vaya de candidato a la presidencia de la República, sea de grupos compañeros y aliados y el que mejor opción de ganar las elecciones tenga. Y esto con una dosis de pragmatismo, digo porque creo que a más de tener una tradición y un conocimiento se requiere tener viabilidad, y creo que hay que escoger la candidatura con ese pragmatismo. Hay que ganar en el 2013.

En la coordinadora hay hasta gente de centro izquierda-centro derecha. ¿Con una alianza de esa naturaleza es posible llegar a la Presidencia?

Primero hay que hablar de para que ganar la presidencia.

No puede ser simplemente para reemplazar a Rafael Correa.

De acuerdo. Yo creo que va mucho más allá. Se necesita un acuerdo programático, que para nosotros implica la participación de la ciudadanía como eje. Esa no es una visión tradicionalmente de izquierda, es más bien nueva, en la izquierda también tuvimos un periodo autoritario, no participativo. Creo que eso es un punto de inflexión de la nueva izquierda, que no solamente se da acá, sino en muchos países del mundo. Es un elemento clave, no se trata de un caudillo, salvador, un caudillo mesías que va a trasformar al país, sino de un colectivo con un cogobierno ciudadano, de las organizaciones políticas y sociales en alianza, como parte de una dirección ciudadana, no una dirección individual.

Suena como utopía

Yo creo que tiene que ser práctica, por ejemplo que el candidato presidencial que escojamos debe renunciar a ser reelecto presidente, que debe haber mayor madurez política,

¿Y eso es mayor madurez política?

Es un signo de madurez política, pero además es un signo del nuevo tiempo. Un cogobierno ciudadano implica entender por qué le cambiamos de nombre de Congreso a Asamblea. La idea era que la Asamblea ni siquiera sesione todo el año, sino algunos meses al año, que el resto del año los asambleístas vayan a sus provincias y cantones a debatir las leyes con la ciudadanía, igual que los ejecutivos de cada junta parroquial, urbana y rural, discutan los programas de desarrollo local con la comunidad. La idea era que no sean gobiernos alejados de la ciudadanía, centralizados, burocratizados, en un centralismo que no tiene paralelo en el caso ecuatoriano, sino en las épocas de las dictaduras militares.

Yo creo que hay que volver a una visión mucho más participativa, radicalmente democrática, no de discurso. Yo no estoy a favor del discurso como forma de radicalizar la democracia. Creo que es la única vía para construir una sociedad de futuro, y creo que cuando hablamos de radicalizar la democracia no es radicalizarla solo a nivel político, sino a nivel social, cultural y económico y creo que ese debe ser el sustento de un programa de gobierno contemporáneo.

¿Con una alianza amplia, que incluye a agente de centro, no será mucho más difícil llegar a un acuerdo respecto a un programa práctica?

Yo creo que hay que ir a una alianza con la izquierda, con la izquierda socialista, con la izquierda revolucionaria, la izquierda social demócrata.

¿Y Paco Moncayo?

El es de la izquierda social demócrata, yo creo que ese es el límite de esa alianza. Es decir que es hasta ahí esa alianza, no es con sectores de derecha, es con sectores que tienen ciertos elementos de afinidad. También habrá elementos de discrepancia, pero hay que buscar la afinidad porque en el periodo que se viene será importante consolidar la institucionalidad. La institucionalidad se ha venido nuevamente a menos por un gobierno que, aunque creó en la institucionalidad, no para bola a esa institucionalidad democrática, a un marco jurídico democrático. Al contrario este gobierno esta en este momento en una involución ciudadana, y no en una revolución ciudadana.

La plataforma mínima de las izquierdas debe ser lo conquistado en términos de derechos y libertades, y de ahí para ir para adelante, no para atrás. Lo que estamos viviendo ahora es un retroceso, es una involución. El acuerdo con las fuerzas de izquierda debe ser para avanzar, para cambiar el país, no para involucionar. Creo que es posible y viable llegara a ese clase de acuerdo. Sin embargo, siempre habrá intereses personales en un proceso de esta naturaleza, y espero, esperamos que esos intereses se subordinen al interés colectivo.

La Asamblea puede ser un importante campo de batalla en las próximas elecciones puesto que Rafael correa sigue fuerte y cuenta con una armada de medios de comunicación.

Rafael es un gran campañista, ayuda muchísimo a la oposición, comete tantos errores que creo que su futuro realmente es un tiempo muy corto. Desde mi experiencia política no le veo a correa con mucho tiempo. Ya está en un retroceso donde toda acción será cuesta arriba. Ha logrado unificar a las izquierdas, ha logrado poner a los movimientos sociales en su contra, no veo que su gobierno tenga sustento ideológico, ni político. Creo que los pocos sectores que le quedan, se irán desplazando porque la mayoría de ellos, esta ahí por convicción, y por esa misma convicción lo dejarán en los próximos meses. Creo que llegará a la próxima campaña electoral debilitada, y creo que será derrotado. No creo que la disputa vaya a estar solo en el parlamento sino también en la elección del próximo presidente.

De todos modos la Asamblea tendrá su importancia. ¿Será posible conseguir un buen número de asambleístas de izquierda?

Nosotros creemos que podemos tener un muy buen bloque, creo que hay condiciones. Con todas las dificultades que hemos tenido, hemos logrado agrupar quince legisladores de izquierda que estaban dispersos. Eso es un avance, porque en la próxima Asamblea, ese bloque podrá ser muchísimo más grande.

¿Quién podría encabezar la lista para el parlamento?

No hemos conversado sobre eso, pero si a mí me preguntas yo creo que hay condiciones como para ganar la asamblea en la mayoría de los provincias.

Creo que podemos tener lideres y liderezas provinciales con fuerza si no en todas, en casi todas las provincias. En cuanto a la lista nacional, hay compañeros que pueden encabezar la. No veo problema. Creo que esa lista es muy potente, igual que la candidatura presidencial.




Ricardo Ulcuango: “Los dirigentes deben aterrizar”

*
Ricardo Ulcuango, que fue designado embajador de Ecuador en Bolivia sostiene que el movimiento indígena continúa unido, que la dirigencia no sabe cómo conducir, no presentan propuestas al Ejecutivo para que sean debatidas, mientras tanto el pueblo indígena está perdiendo. Sobre su expulsión dice que no le preocupa, que de su condición de indígena, leal a sus principios nadie puede despojarlo, que continuará trabajando por su pueblo. Su aspiración es que la dirigencia reflexione, deje la confrontación y trabaje para que el estado plurinacional y los derechos por el que dicen luchar se consolide.


¿Los indígenas están divididos?
No, las bases de las organizaciones y movimientos indígenas que están en las comunidades continúan unidos, quienes no encuentran posiciones claras para dirigir los destinos son los dirigentes que con sus actuaciones y decisiones ponen en riesgo la unión de las organizaciones.

¿Considera que los dirigentes actúan de acuerdo a los requerimientos de las bases?
No, al interior de las bases existen cuestionamientos claros de los líderes quienes reclaman un cambio.

A mí me preocupa la falta de una dirección clara del movimiento que ha llevado a cometer errores, que han dado como resultado la judicialización de varios dirigentes que a mi modo deberían ser absueltos porque no existe razón para que afronten procesos penales.

¿Qué hace falta en la dirigencia?
Establecer políticas y estrategias claras ante el Gobierno, pero tomando en cuenta y respetando las decisiones que se toman en las comunidades con las bases, quienes aseguran que se está manejando un doble discurso.

La actuación de los dirigentes me hace pensar que ellos son quienes comulgan con la derecha ya que se oponen a los procesos de cambio en la región y la instauración del estado plurinacional por el que toda la vida se ha luchado.

¿Qué hace falta para que se consolide el estado plurinacional en Ecuador?
Considero que hace falta más empeño del Gobierno, de la dirigencia indígena y la sociedad, ya que el Estado ecuatoriano está compuesto por cholos, afros, indios, mestizos con los mismos derechos y obligaciones.
La oposición a mí nominación como embajador es una muestra que ellos no quieren que se cumplan los lineamientos del estado plurinacional.

¿Cuál será su posición como Embajador?
Buscar la integración en la región para afianzar los procesos de la nueva corriente política en Sudamérica.

Fortalecer las relaciones comerciales entre Ecuador y Bolivia que no son muchas. Apoyar los procesos regionales de UNASUR, Banco del Sur, la Can, el ALBA.

¿Qué piensa de su expulsión de las organizaciones?
No me preocupa, porque seguiré siendo un indígena desde donde esté lucharé por el movimiento, no estoy aliado al Gobierno para dividir a la organización.

Mis principios seguirán manteniéndose en la defensa de los más pobres del país, espero que tanto la Ecuaranuri como la Conaie resuelvan los problemas que arrastran desde hace mucho tiempo.