Sergio Ferrari
Colaborador de Adital en Suiza. Colaboración E-CHANGER
Adital
Por Sergio Ferrari, desde Caracas, Venezuela
La consolidación electoral constituye un antídoto contra las opciones violentas
El país sudamericano ha protagonizado avances democráticos significativos, que se expresaron en las elecciones del este 7 de octubre, reconfirmando un proceso político transformador en marcha. Así lo subraya el ex diplomático helvético Walter Suter quien dirigió la embajada suiza en Caracas entre el 2003 y el 2007. Suter sigue muy de cerca la dinámica interna de este país sudamericano.
P: ¿En tanto que agudo conocedor de Venezuela, qué ha sido lo que más le sorprendió o impactó durante el reciente proceso electoral?
Walter Suter: He podido presenciar varios comicios en Venezuela a partir del 2003, sea con misiones de observación electoral de la Unión Europea en 2005 y 2006 y ahora como acompañante electoral. Lo que más me impresiona es que a partir de la creación del voto automatizado en 2004 hasta hoy el desarrollo ha sido constante. Un proceso que se ha dado paso a paso, sin pausa. Se comenzó con cerca de la mitad de los centros electorales con voto automatizado y el resto era manual. Hoy constituyen el 100%, es decir todos los centros electorales del país y sus mesas respectivas, los que utilizan este sistema de votación que es tecnológicamente sofisticado y de avanzada. Las delegaciones de acompañamiento electoral del mundo entero que llegaron al país hemos podido ver cómo funciona técnicamente. Es un sistema que asegura la protección total de los datos y que excluye cualquier eventualidad de fraude. Este nuevo sistema ha consolidado la situación política. Y a pesar de la polarización que se dio durante la reciente campaña dicho instrumento altamente desarrollado se convierte en un factor determinante para que polarizaciones y eventuales conflictos hayan podido encausarse a través de un marco pacífico y no violento, fortaleciendo el conjunto del ejercicio democrático en Venezuela.
P: ¿Su hipótesis entonces es que ese fortalecimiento del sistema electoral, con un voto secreto, fiable y seguro, reconocido aun por la oposición tal vez haya evitado confrontaciones violentas en un país que transita un proceso de cambio en sus últimas dos décadas?
WS: Es exactamente así. Creo que esa hipótesis ha sido parcialmente confirmada por el mismo Consejo Nacional Electoral (CNE). La razón de desarrollar ese sistema tan sofisticado, tal vez uno de los más avanzados del mundo, no solo tiene por objetivo evitar el fraude sino también evitar enfrentamientos violentos resultantes de las tensiones internas entre el Gobierno y la oposición. Un elemento importantísimo después de los diversos intentos golpistas y desestabilizadores de la institucionalidad que enfrentó el país sudamericano estos últimos años.
P: Elecciones que consolidan, entonces, el proceso democrático a la "venezolana”.
WS: En efecto. Con una constitución que se basa en cinco poderes del Estado independientes entre sí, uno de los cuales, el electoral, adquiere la misma importancia que el legislativo o la justicia. Ese alto nivel institucional y constitucional le confiere una fiabilidad y una fuerza particular a las elecciones que realmente se convierten en un factor de paz para la nación sudamericana. Un proceso abierto, en marcha, que se ratifica claramente con los resultados electorales de este domingo.
P: Sin embargo son constantes los medios, fundamentalmente europeos, que hablan de la "dictadura” de Chávez…
WS: Esos ataques los considero como expresiones de deshonestidad intelectual. Se sabe muy bien que no hay una dictadura en Venezuela. Es un sistema democrático con más de una decena de elecciones y referéndums en la última década. Hablar de dictadura es incongruente. Puede ser que el Presidente Chávez tenga un perfil particular de entender y hacer la política, con ciertos rasgos caudillistas. Pero no es un dictador. Actúa en el marco de la constitución y de las leyes. Y si hacemos memoria ha ganado la mayoría de los comicios en los últimos años. Pero cuando perdió uno, como el de la reforma constitucional en 2007, aunque fuera por pocos votos de diferencia, reconoció de inmediato, la misma noche, el resultado de las urnas.
P: ¿Una reflexión que excluye en el resultado de este domingo cualquier adulteración o fraude?
WS: Estoy totalmente convencido que el proceso ha estado exento de fraude. Presencié personalmente, como lo dije antes, varios comicios en Venezuela. No hemos visto en el actual ninguna distorsión de resultados. La oposición ha debido reconocer antes de los comicios que el poder electoral asegura el voto libre, transparente y seguro. El mismo candidato opositor Henrique Capriles aceptó de inmediato los resultados y la legalidad del ejercicio tan pronto se conoció la victoria del presidente Chávez. Venezuela ha desplegado grandes esfuerzos, sin ahorro alguno de energías y medios, para construir y contar con un sistema electoral prácticamente perfecto.
P: Al cual, Suiza, de una u otra manera también aportó a fortalecer…
WS: A través de una cooperación activa. El Consejo Nacional Electoral ha tenido intercambios activos con la cancillería federal suiza y con el Instituto del Federalismo de la Universidad de Friburgo, en el terreno de lo electoral. Ellos querían saber y aprender del modelo suizo de democracia directa, participativa, y con referéndums. Hubo intercambios institucionales a través de juristas y asesores. Estoy muy contento de haber podido contribuir, en su momento, con esta iniciativa. La consideré como una obligación moral de Suiza ya que somos prácticamente los únicos referentes, a ese nivel, en el mundo. Hubiera sido poco creíble de abstenerse y no cooperar con las instituciones venezolanas para aportar a su consolidación.
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Lea la entrevista.
P: ¿Cuál es su sentimiento, evaluación, sobre lo que vio los últimos días en Venezuela integrando la misión de acompañamiento internacional?
R: Pienso que es un sistema electoral muy avanzado al que se llegó intentando depositar en algo ajeno del dominio público lo que debería pertenecer al dominio público, es decir la confianza entre los actores políticos. Venezuela vive desde hace algunos años una confrontación profunda, de sociedad, de clases, que se traslada a la política y al Estado. Con la existencia de dos proyectos de nación contradictorios y enfrentados. Lo que motiva tensiones fuertes. En ese marco, tanto el Gobierno como la oposición han encontrado en el terreno electoral, en el sistema electoral, en la informática, en la cibernética, en la tecnología, un lugar común importante donde depositar la confianza. Y es así que Venezuela logra promover y aplicar un sistema tan desarrollado en el mundo entero. ¿Por qué? Porque el Estado cuenta con recursos ya que el costo de esta decisión es enorme. Y porque ha encontrado esta opción como adecuada. Solamente en el Consejo Nacional Electoral hay 5000 funcionarios. Cifra enorme incluso comparada con países como España que no cuenta un aparato electoral específico como aquí. Es evidente que dicho sistema ha sido asumido en un primer estadio por los partidos políticos y sus líderes y se ha ido expandiendo al conjunto de la ciudadanía. La gente tiene confianza en las elecciones e incluso se siente orgullosa del proceso en marcha.
P: ¿Sin posibilidad de fraude?
R: No hay posibilidad de fraude porque el que va a votar se identifica con la huella digital electrónica que es cotejada, adicionalmente, con la firma y la huella que aparecen en un acta escrita sobre papel. Su voto electrónico, además, arroja un comprobante que es ubicado en una urna. Si hubiera cualquier problema con la máquina y los resultados electrónicos se podría compararles con dichos comprobantes, lo que limita toda posibilidad de alteración. Por otra parte, los partidos tienen acceso a toda la información y dan seguimiento de proximidad a todo el proceso aun en las regiones más remotas del país.
P: Un sistema electoral acogido con entusiasmo…
R: El mismo entusiasmo que manifiesta el Gobierno también lo expresan los testigos de la oposición como lo pude comprobar en las mesas electorales este domingo. Sería inimaginable que la oposición que suscribe y reconoce ese proceso no lo reconozca o dude de fraude.
P: ¿Una cierta apropiación colectiva de lo electoral?
R: Claro. Incluso el mismo ejército tiene una implicación en el proceso democrático y electoral como no lo he visto en país alguno del mundo. No solamente colaborando en la infraestructura y logística, sino también en la implicación personal de los altos mandos el día de los comicios en actividades concretas, como la organización de filas en los centros o el recorrido por los mismos, en el resguardo de la seguridad etc. Es un elemento clave que disuade la posibilidad de confrontación. Porque los actores polarizados han sabido acordarle el rol de árbitro al poder electoral y promueven niveles altos de participación de los ciudadanos. Junto con ese nuevo rol del ejército atípico incluso en Europa mismo. Atípico y absolutamente revolucionario porque es cambiar de base la visión histórica. Pasar de la imagen de un ejército opresor de la democracia, que es la que tenemos sobre esa institución en América Latina, y encontrarse con una institución armada que habla de democracia, y que la ejerce activamente colaborando activamente con el sistema electoral.
P: Una reflexión final en relación a las otras experiencias de observación de las que participó o que dirigió en África y América Latina…
R: Es la más avanzada y la más admitida/aceptada/reconocida por todos los actores nacionales. De todos los procesos que he visto es el más positivamente impactante para mí.