martes, 22 de enero de 2013

Colombia/ Fin del cese al fuego: las Farc asesinan a líder indìgena en Jambaló

Denuncia nacional e internacional por el asesinato de líder indígena Rafael Mauricio Girón Ulchur. ¿Coincidencia o confabulación - Plan de Extermino? En el marco de la terminación del cese unilateral de fuego de las Farc, continúan amenazas y asesinatos a líderes indígenas en el territorio ancestral de Jámbalo y los organismos del estado siguen judicializando a los líderes indígenas del norte del Cauca, por defender el Plan de Vida, el territorio y la autodeterminación como pueblos originarios.
Desde el corazón de nuestra Madre Tierra y los seres espirituales que nos acompañan, el 20 de enero de 2013, nos hemos reunido las Autoridades Indígenas del Territorio ancestral de Jambaló, para manifestar nuestra voz de total rechazo a las continuas violaciones al derecho a la vida que se vienen dando por parte de los actores de la guerra, poniendo en inminente riesgo nuestra pervivencia física y cultural como pueblos indígenas. 
Como pueblos indígenas, hemos mantenido una posición frente a la guerra absurda y que continuamente irrumpe en nuestras familias, violando los derechos que están reconocidos en el ordenamiento jurídico nacional e internacional, tales como el auto 004 del 2009 emanado por la honorable Corte Constitucional y las medidas cautelares ordenadas por la Comisiòn Interamericana de Derechos Humanos al gobierno nacional, las cuales reafirman las resoluciones y mandatos que hemos promulgado desde nuestras comunidades indígenas acerca de nuestra posición de autonomía territorial, frente a los actores armados y a todo proyecto que atente contra la armonía de nuestro Plan de Vida. 
MAURICIO GIRÓN era beneficiario de la Medida Cautelar, No.255-11, y el Estado no le garantizó la vida e integridad personal: ni como líder indígena, ni como ex concejal de la alcaldía municipal de Jambaló.
Dentro de las afectaciones son las mujeres quienes más sufren estas consecuencias puesto que el uso de las armas de fuego están arrebatando la vida de los padres y de los hijos, violando de manera sistemática el derecho a una familia, debido a que cada vez son más las mujeres las que tienen que asumir la responsabilidad de los niños y niñas.
DENUNCIAMOS QUE:
Después de la injusta judicialización del coordinador de la Guardia Indígena de la ACIN, Manuel Antonio Bautista Pequi, los asesinatos continúan en el territorio Nasa.
El día 20 de enero del 2013 siendo las tres (3:00) pm, paradójicamente en el marco de la terminación del cese unilateral al fuego declarado por las FARC ante la comunidad nacional e internacional, en la vía que conduce del Resguardo de Jámbalo al municipio de Toribío – Cauca – Colombia, en el punto denominado el Asió vereda Barondillo, fue asesinado vil y cobardemente por esta guerrilla, con 6 impactos de bala de fusil en su cuerpo, el líder indígena, RAFAEL MAURICIO GIRON ULCHUR de 32 años de edad, quien transitaba en su motocicleta. Los asesinos al notar la reacción de la Guardia Indígena, huyeron del lugar de los hechos. Mauricio Girón era padre de familia de tres hijos y convivía con su esposa MARIA CENEIDA TAQUINAS, quedando huérfanos un bebé de cuatro meses de gestación, así como los menores: ANGELA LORENA GIRON TAQUINAS de 2 años y ALEXANDER GIRON TAQUINAS de 13 años.
La amenaza contra el joven dirigente empezó a surgir por su gran aporte al proceso de lucha y resistencia para la pervivencia como Pueblos Indígenas y el Plan de Vida del Proyecto Global de Jambaló, donde ocupó diferentes cargos delegados por la comunidad, tales como: Cabildante veredal del Resguardo, Presidente de Junta de Acción Comunal de la Vereda Barondillo en el periodo 2004-2007, en el periodo 2008-2011 ejerció como concejal y presidente de esta Corporación por el Movimiento Cívico de Jámbalo – Cauca, partido Alianza Social Indígena (ASI), quien permanentemente ha sido uno de los dinamizadores y orientador del Plan de Vida Proyecto Global del Resguardo y Municipio; y recientemente postulado para asumir la secretaria general del honorable Concejo Municipal de Jambaló Cauca.
Finalmente, reiteramos nuestra posición política de autonomía frente a todos los actores de muerte y hacemos un llamado a la solidaridad nacional e internacional, puesto que a pesar de las medidas cautelares de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y el Plan de Salvaguarda ordenado al Ejecutivo Nacional para estas comunidades por las altas cortes, es evidente el incumplimiento de  estas medidas. Basta señalar que contra los líderes de las comunidades indígenas existen al parecer más de 139 órdenes de captura por parte de los organismos judiciales del Estado. Esto, mientras se dan permanentes y sistemáticas amenazas y asesinatos por parte de las Farc.
Por una paz más allá de la negociación entre los armados
AUTORIDAD TRADICIONAL NEJWSH  del RESGURADO DE JAMBALÓ - CAUCA - COLOMBIA
 

Mexico EZLN: Las lecciones ignoradas

 
 
Efectivamente, como el Subcomandante Insurgente Marcos lo dijo: los zapatistas siempre han estado ahí, nunca se han ido.
 
Sin embargo, tras su reaparición pública del 21 de diciembre del 2012, los partidos y la clase política muestran un entusiasmo inusitado por defender los derechos indígenas y apoyar los Acuerdos de San Andrés Larráinzar que rechazaron en 2001. Hipócritas: El Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido Acción Nacional (PAN), y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), en contubernio, cometieron traición de Estado y les dieron la espalda.
Y no sólo ellos. También la izquierda les dio la espalda: la institucional, la partidista y gran parte de la intelectual y del movimiento amplio de izquierdas.
Resultó sorprendente que a una semana de la marcha del 21 de diciembre, la perredista Dolores Padierna presentara un punto de acuerdo en el pleno del Senado para que el Estado Mexicano cumpla los Acuerdos de San Andrés y que fuera aprobado por unanimidad.
 
Después, también en unanimidad partidista, la Comisión Permanente exhortó a la reactivación de la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa). Y ahora, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, anuncia que en lugar de esta instancia se crea la Comisión para el Diálogo con los Pueblos Indígenas en México.
 
No es de extrañar entonces que Enrique Peña Nieto, en una jugada de legitimación política, dé su visto bueno a los Acuerdos de San Andrés.
Estamos pues frente a un coro de simulaciones. 
                                                          
En 2001, como dije, los partidos rechazaron la aprobación de los Acuerdos discutidos durante siete años. A partir de 2006, cuando el EZLN criticó lo mismo a los candidatos presidenciales del PRI y del PAN que a Andrés Manuel López Obrador, el movimiento amplio de izquierdas dejó solas a las comunidades zapatistas.
 
Solas enfrentaron una mayor militarización, el despojo de sus territorios y el aumento de agresiones no sólo de paramilitares sino de militantes del PRI, PAN, PRD y del abanico partidista de izquierda.
 
Sin embargo, las poblaciones zapatistas han resistido los ataques de forma pacífica y no han sucumbido al bombardeo de programas sociales federales y estatales que buscan cooptarlos y dividirlos. No sólo resisten, consolidan la única experiencia de autogobierno real que en 2007 involucraba cinco regiones, llamadas por ellos Caracoles, en donde habitan alrededor de 40 mil indígenas.
 
Ese autogobierno es una lección excepcional para México, porque en plena crisis institucional, del sistema de partidos y de la representación popular, nos muestra una forma distinta de ejercer el poder y de impartir la justicia de forma horizontal, rotativa, incluyente y sin corrupción.
 
La izquierda electoral lucha porque la repartición del pastel capitalista sea más equitativa. El mensaje zapatista de fondo es que ese pastel está podrido y que la sociedad civil debe preparar uno nuevo con su propia receta. Y eso es lo que han hecho las comunidades rebeldes a pesar de estar bajo una estrategia contrainsurgente.
 
Tuve oportunidad de conocer dicha experiencia autonómica y de entrevistar al Subcomandante Marcos a fines de 2007 con motivo de un reportaje para la revista Gatopardo que luego se convirtió en el libro Corte de caja.
 
Constaté que el autogobierno zapatista es el ejercicio político y de cambio cultural más radical del país al romper con todos los niveles de gobierno y los partidos para depositar el poder en colectivos, llamados Juntas del Buen Gobierno, donde están incluidos mujeres y jóvenes.
 
Corroboré también cómo sin presupuesto gubernamental ni de la iniciativa privada han erigido clínicas de salud, escuelas y proyectos productivos donde no había nada.
 
Sí, es verdad, tienen fallas. Los resultados son distintos en cada Caracol y hay procedimientos que obstaculizan en parte la vida interna de cada Junta de Buen Gobierno. Pero esto se vive como un aprendizaje a superar y las decisiones se socializan.
 
Cuando entrevisté a Marcos, él acababa de regresar del norte del país en el recorrido que La Otra Campaña hizo para tender puentes con otras comunidades indígenas y colectivos de lucha ciudadana.
 
En la que hasta hoy es la última entrevista por él concedida, me dijo que el EZLN buscaría trabajar en un programa político de carácter nacional a partir de junio de 2008. No obstante me externó: “el EZLN está en una indefinición, estamos acostumbrados a ello y así es como mejor nos salen las cosas”.
Me precisó que esa indefinición en parte se debía a que desconocían si la gente respondería de forma organizada y articulada o el EZLN, por su cuenta, impulsaría ese programa nacional de lucha ajeno a los partidos políticos.
 
No obstante el zapatismo se replegó de 2008 a 2012. En varias ocasiones intenté sin éxito entrar de nuevo a sus comunidades pero estaban cerradas. No era extraño. Sus repliegues tienen sus razones. Así sucedió tras el rechazo legislativo de los Acuerdos de San Andrés en 2001. Dos años cerraron sus puertas y se abrieron de nuevo en 2003, tras la creación de los Caracoles.
 
Ignoro los motivos del repliegue reciente. Quizá se debió a que esa indefinición de por dónde seguir se extendió más de lo que pensaban, quizá sobrevino el desgaste, quizá vivieron una crisis interna por la estrategia contrainsurgente, la crisis económica y la ruptura con las izquierdas. No lo sé.
Pero ahora, cuando muchos daban a la organización por fenecida, reapareció en la escena política haciendo ostensible una militancia nutrida, su cierre de filas y que de nuevo tiende puentes hacia fuera.
 
La marcha del 21 de diciembre también sirvió para presentar en sociedad a su nueva generación. Esa juventud indígena, contemporánea a la del movimiento #Yo soy 132, nació en el contexto del levantamiento del EZLN y en los años posteriores a la consolidación de su autogobierno. Sin duda, esta es su principal fuerza y su armamento es la dignidad y congruencia aprendidas de sus padres y abuelos.
 
Esa juventud indígena sale hoy a la luz y demanda que los Acuerdos de San Andrés sean una realidad.
 
No olvidemos que de fondo los Acuerdos exigen el cumplimiento del artículo segundo constitucional sobre derechos territoriales, de información y consulta de los pueblos indígenas recogidos en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y que las etnias del país no son las mismas que antes de 1994, pues la insurrección zapatista marcó el proceso ascendente de defensa territorial y autonómica en poblaciones indígenas y rurales en México.
 
Quizá este proceso sea la principal semilla brotada fuera del EZLN. Se debió a que comunidades indígenas y rurales comenzaron a sufrir el despojo de sus territorios por mega proyectos hidroeléctricos, mineros, eólicos, turísticos, inmobiliarios, carreteros. 
 
Si bien este despojo ya era histórico, la embestida se hizo mayor por las reformas constitucionales impulsadas por Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, las facilidades fiscales y legales de los gobiernos panistas, la corrupción de gobiernos locales y la voracidad de las multinacionales.
 
La antropóloga María Fernanda Paz registra que durante el sexenio de Felipe Calderón los conflictos comunitarios por defensa del territorio se elevaron a 125 en 22 estados de la República.
 
La batalla comunitaria se ha dado de forma desigual, recurriendo a la movilización y la defensa jurídica con todos los agravantes en contra: falta de dinero y de asesoría legal capacitada, instituciones corruptas, violencia.
 
Sin duda, la implementación de los Acuerdos de San Andrés daría certeza jurídica a esas luchas y a los diversos procesos autonómicos que por razones de seguridad o justicia, autogestión interna, protección de recursos naturales o uso de monedas alternativas se multiplican en el país.
 
Peña Nieto, como se dice, ahora tiene el balón de su lado. También a la oligarquía, que por supuesto, no permitirá que sus intereses sean tocados.    
 Estamos pues ante un momento crucial del movimiento zapatista y de las etnias de México. Todos, gobiernos, partidos políticos, el movimiento amplio de izquierdas, y la sociedad civil, tenemos responsabilidad para que se materialicen los Acuerdos de San Andrés en su beneficio.
 
Independientemente del curso de los Acuerdos, la realidad zapatista está ante nosotros. Trascendamos las simpatías y antipatías que despierta el vocero y jefe militar de la organización. Marcos no es las comunidades zapatistas. Dejemos de lado la visión clasista, racista y sexista y miremos de frente a las mujeres y hombres tzeltales, tzotziles, tojolabales, choles, zoques y mames rebeldes. Salvaguardemos su experiencia de autogobierno y aprendamos de ellos las lecciones que por tanto tiempo hemos ignorado.
 
Laura Castellanos es periodista
 
Fuente: El Universal
 


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Bolivia: La derrota de Jessica y el “efecto Lens”

La verdad de la milanesa Pablo Stefanoni

- 21/01/2013

Después de una guerra de encuestas, los resultados electorales dejaron finalmente una foto de la correlación de fuerzas en el Beni: la derecha -que logró conformar un frente único en la región- venció al MAS y recuperó la Gobernación luego de la suspensión y posterior renuncia de Ernesto Suárez.

El “efecto celebrity” de Jessica Jordán -sumado a la activa actividad gubernamental en la Amazonia, a través de la agencia Ademaf creada por Juan Ramón Quintana- no alcanzó para ganar, aunque queda claro que el oficialismo ha consolidado una base política/electoral del 40% en una zona tradicionalmente esquiva a la izquierda y el indigenismo.

Por otro lado, el candidato indígena Pedro Nuny no logró capitalizar el “efecto TIPNIS” y quedó lejísimos de los dos primeros con un módico 2,5%. Así, no logró su objetivo de al menos “sorprender al MAS”. Sin duda, la victoria en primera vuelta de Carmelo Lens Fredericksen -subgobernador de la provincia Vaca Diez, abogado, juez y profesor universitario- constituye una dulce venganza para Suárez que, a diferencia de su ex colega tarijeño Mario Cossío, renunció al cargo -luego de ser suspendido- para habilitar una nueva elección.

La sociología del voto masista suele darle al oficialismo victorias en las provincias -y las zonas rurales-, aunque pierda en el conteo global en los departamentos, y según los datos preliminares (al momento de escribir esta columna el Órgano Electoral no había emitido resultados) eso ocurrió también el domingo en Beni. La elección es también una advertencia para el Movimiento Sin Miedo, que aún no logra encontrar la brújula para avanzar en su consolidación nacional.

Su rechazo a participar en una coalición de centroderecha es bastante sensata, eso licuaría el perfil de “izquierda democrática” que pacientemente busca construir el MSM: se trata de renovar el proceso de cambio, no de retrotraer la rueda de la historia, aunque eso resulta difícil (al menos hasta ahora) de construir en la práctica fuera de La Paz.

Ésa es la foto. La película muestra una oposición regionalizada -afincada en la llamada “media luna”- que luego de conformar un frente territorial que llegó a incluir a cinco gobernadores, capaz incluso de convocar a referendos de facto, se derrumbó después de intentar operaciones desestabilizadoras que se constituyeron en verdaderos manotazos de ahogado.

No se pueden entender de otro modo los intentos de armar grupos de autodefensa con gente como Eduardo Rózsa, que terminó complicando política y jurídicamente a gran parte de la élite cruceña. De cinco gobernadores pasaron a uno -Rubén Costas-, que quedó peleando en soledad contra el Gobierno central.

En el medio, parte del empresariado cruceño optó por moderar sus discursos y sus prácticas, e incluso participaron en cumbres de evaluación con los movimientos sociales. Una parte de los grupos radicales, como la Unión Juvenil Cruceñista, se pasó al MAS, al igual que muchos pandinos que antes apoyaban a Leopoldo (otros se quedaron autoexiliados en Brasilea).

La ratificación de Evo Morales con el 67% de los votos en 2008 y su reelección con el 64% en 2009 terminaron de completar el fin de la “media luna”. Sin duda, la elección beniana está lejos de tener un efecto nacional como sueña la oposición -especialmente Samuel Doria Medina-, pero sí tiene un efecto regional. La estrategia opositora de nominar como candidato a quien estaba mejor posicionado en las encuestas se demostró adecuada.

Ahora bien, los análisis oficialistas que ponen todo en términos de pueblo/oligarquía no dan cuenta de la totalidad del fenómeno de la expansión del MAS en el oriente.

Tanto en Beni como en Pando y Santa Cruz, para avanzar el MAS debió hacer acuerdos con parte de las élites locales, “cooptar a los eslabones débiles de la derecha” -según dirigentes masistas locales; es el caso de varios emenerristas en el Beni, pero también de ex “leopoldistas” en Pando (como Eugenio Von Boeck). Sin duda, existe una visión “andinocéntrica”, a la luz de la cual estas alianzas no alterarían el núcleo hegemónico al proceso de cambio que naturalmente se encuentra en La Paz y el occidente boliviano: fue aquí donde se dieron los grandes ciclos de rebeliones sociales que abrieron paso al actual ciclo nacional-popular-indígena.

Veremos cuánto dura este “efecto Lens”. ¿La oposición puede conseguir un “Lens” nacional? Por ahora, difícil. Ya sabemos que Evo Morales mantiene un capital político y electoral muy por encima del MAS.


Pablo Stefanoni es periodista


Nota del autor.- Esta columna fue escrita con los datos preliminares existentes; si el voto rural cambia la situación y se llega a una segunda vuelta, probablemente no cambien varias de las tendencias aquí apuntadas... como decía un partisano en la película El tren de la vida, es difícil analizar la historia mientras transcurre. Pero los diarios salen cada día.

La derecha -que logró conformar un frente único en la región- venció al MAS y recuperó la Gobernación luego de la renuncia de Suárez.

AGUA Y MINERIA EN EL PERU

Hola a todos:
El 25 de diciembre la web argentina NO A LA MINA publicó el importante y bien documentado artículo de Marco Arana Zegarra “El derecho al agua en comunidades afectadas por actividades mineras en Perú”, que envío a continuación y también en archivo adjunto.  Este documento fue la ponencia que Marco presentó en el Foro Internacional del Agua que se realizó en la ciudad de Cajamarca los días 6 y 7 de diciembre del 2012, pero remito la versión publicada por NO A LA MINA pues contiene las referencias bibliográficas.  En el archivo en Word se pueden visualizar los cuadros estadísticos.
Aprovecho la ocasión para enviar en formato Adobe Acrobat otro importante documento relacionado (24 pp.), que Marco Arana presentó, a nombre de GRUFIDES y de la Red Muqui Perú, en el Panel “CONFLICTOS MINEROS, RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL E INSTITUCIONALIDAD AMBIENTAL EN PERU”, realizado en la Universidad de York, Canadá, el 2009.
Saludos:
Wilder Sánchez
22.1.2013

 
El derecho al agua en comunidades afectadas por actividades mineras en Perú
 
La Nueva Ley General de Minería promulgada por Fujimori en 1992 se propuso promover e incentivar el desarrollo de la gran minería en el Perú y su éxito ha sido tal para el sector minero que, en el periodo 2007-2011 las exportaciones del sector primario llegaron a constituir en promedio el 70% de todas las exportaciones convirtiendo prontamente al Perú en el principal productor de oro de América Latina. Sin embargo, la minería está siendo también la principal fuente de conflictos socioambientales y principalmente hídricos del país.
Por: Marco Arana Zegarra[1] publicado por Aldeah


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