El periodista catalán denuncia que la agresión a los derechos de los gays en el continente es la más sistemática y la más silenciada
Imagen de la portada del libro 'Això no és africà!' (Ed. RBA). La
fotografía es de la surafricana Zanele Muholi. Su obra es elogiada por
la manera de retratar las relaciones entre las mujeres negras. RBA / Zanele Muholi
La homofobia imperante hace que gays, lesbianas, transexuales o intersexuales se vean obligados a vivir en la marginalidad y el silencio. Ni siquiera parece que las ONG internacionales que trabajan en el continente reparen demasiado en ellos.
Sorprendido por el silencio mediático y la impunidad con la que se violaban sus derechos, el periodista catalán Marc Serena decidió en 2011 emprender un viaje de siete meses por el continente con el objetivo de darles voz. El resultado es Això no és africà! (Ed. RBA).
Entre la crónica de viajes, el periodismo de investigación y la divulgación, el libro nos presenta a una serie de personajes tan variopintos como un cantante argelino de música rai que canta al amor entre hombres, una madre lesbiana casada con un gay en Ghana cuyo hijo resulta que también es homosexual, unas divertidas transexuales de Cabo Verde, o el primer imam en salir del armario en Sudáfrica. A través de sus relatos nos adentramos en un mundo escondido y, en ocasiones, desolador, pocas historias invitan a la esperanza. La edición en castellano del libro saldrá a la venta a partir de septiembre.
Al inicio del libro explica que en su viaje por Marruecos visitó la sede de Amnistía Internacional para pedir información sobre los homosexuales en el país. Su respuesta fue que ellos no trataban “esos temas”¿Es un caso aislado o se ha encontrado con otras organizaciones humanitarias que olvidan la protección a los homosexuales?
La agresión a los derechos humanos de los homosexuales es la más sistemática y a la vez la más silenciada que existe. La situación es muy grave en muchos países, y las grandes organizaciones le están dando la espalda. Amnistía Internacional está haciendo mucho y buen trabajo, pero como trabaja con todas las agresiones a los derechos humanos que ocurren en el mundo hay algunas que toca mejor que otras. Un ejemplo, ahora han publicado un extenso informe sobre Iraq: Diez años de abusos. En este informe tan completo sólo hay una mención a la homosexualidad, y en Iraq se sabe que han sufrido torturas, violaciones, penas de muerte…
¿Y cuál cree que es el motivo?
La pregunta que habitualmente me hacen y que yo no tengo respuesta es por qué nadie había escrito un libro como el mío antes. No lo sé. No hay ningún libro en el mundo a excepción del mío que refleje de forma panorámica esta situación, que es un tema de debate muy fuerte en el continente. En el África de hoy la gente que lo pasa peor son los gays y las lesbianas. Las ONG miran hacia otro lado y nosotros, que siempre hablamos de lo mucho que queremos ayudar a África, pasamos del tema. ¡Hay gente en la cárcel simplemente por haber enviado un mensaje de amor!
¿Hay un debate público en África sobre la homosexualidad?
En África es un tema muy pasional. Hay países en los que hay mucho debate, como en Uganda, que está debatiendo una ley que aprobaría la pena de muerte para los homosexuales. También hay muchos medios de comunicación que han descubierto que el tema les hace vender muchos ejemplares. Han llegado a señalar a homosexuales que después han sido asesinados. En cambio, hay países como Mauritania en los que es un tema del que no se habla ni hay asociaciones. También es verdad que hay muchos gays que no tienen ganas de que la homosexualidad se convierta en un tema de debate público ya que en sus países se castiga con la pena de muerte. En realidad no es que haya un debate, es que una parte está pasando una apisonadora sobre la otra y niega que la homosexualidad sea una cosa africana. En África mi libro no se podría vender porque dirían que estoy diciendo una mentira, ¡Que estoy intentando homosexualizar a los africanos!
¿Cuándo nace la homofobia en África? En el libro explica que no siempre había sido así, que en el pasado hubo tribus africanas en las que la homosexualidad era aceptada, pero que ahora se identifica la homosexualidad como una cosa importada de Occidente.
En Marruecos, la homosexualidad está prohibida desde los años sesenta, cuando hasta entonces el norte de África había sido un refugio para occidentales porque era un sitio de libertad sexual. Lo que ha hecho mucho daño han sido las leyes hechas por los colonizadores. Del mismo modo que las fronteras africanas están hechas con tiralíneas desde Berlín, lo mismo pasó con las leyes. Y la paradoja es que ahora se dice que hay que perseguir la homosexualidad porque es algo que no es africano, cuando las leyes homófobas fueron escritas por occidentales. También hay muchos gobiernos corruptos que han descubierto que este tema es una potente cortina de humo, que despista a la gente. Mientras, hay gente muriendo o en la cárcel. Hay casos increíbles como el de un juicio en Camerún en el que el hecho de que un chico bebiera Baileys fue usado como prueba para acusarle de homosexual. Es devastador. No entiendo cómo nos ha pasado tan desapercibido.
¿Cómo afecta esto a la propagación del VIH?
El 70% de los enfermos de sida están en África, y hay muchos gobiernos que todavía bloquean la entrada de lubricantes a sus países pese a aceptar los preservativos. Consideran que el lubricante fomenta conductas que no son africanas. Esto obliga a la gente a usar otras cosas, como la mantequilla, que favorece la rotura de los condones. Quizás la dificultad radique en que negar la diversidad sexual no es un problema de dinero, si no de mentalidad. En Senegal, por ejemplo, hay asociaciones de lucha contra el sida que son homófobas y dicen que la culpa de la enfermedad la tienen los gays.
¿Cómo te pusiste en contacto con tus protagonistas del libro?
Se necesita mucho tiempo y mucho trabajo. Internet es peligroso, porque si me escribo con alguien para follar o simplemente para hablar, esa persona me podría denunciar a la policía o extorsionar. En algunos países hay asociaciones, muchas clandestinas. Pero ha habido ocasiones en las que ha sido muy difícil, como en Marruecos. Parece mentira que vivamos tan cerca. Estuve tres o cuatro semanas para encontrar una historia. Preguntas a la gente que lucha contra el VIH y te dicen que no saben nada, que no conocen a nadie.
Me sorprende mucho esa hipocresía social cuando en esos países muchos de los primeros contactos sexuales son entre hombres.
Sí. Es muy difícil generalizar, pero en muchos países del norte de África se considera que si hay sexo anal, sólo el pasivo es el gay. Hay países en los que hay mucho contacto físico, se dan la mano, se dan besos… Incluso hay sexo por amistad porque es muy difícil hacerlo con mujeres hasta que no te casas. En realidad África es muy plural y muchas de las etiquetas que nosotros tenemos no nos sirven para hablar de la complejidad de su identidad sexual. Hay leyendas africanas que dicen que si vas a un árbol y das diez vueltas te conviertes en mujer, hay muchos rituales de cruce de sexos… En ganda, una de las lenguas que se habla en Uganda, hay palabras para decir transexual masculino o femenino. En Sudáfrica hay las lesbianman, que es un concepto muy de allí y son hombres lesbianas.
¿Sigue en contacto con sus protagonistas?
Sí, ahora les tengo que enviar el libro, aunque hay algunos que no saben leer. Les va bien.
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