DANILO QUIJANO S.
1_ Un largo y heterogéneo proceso de
reconfiguración del tejido social (CSUTCB, CONAMAQ, CNMCB-BS, CSCB), las Marchas
Indígenas (1990-2012), la denominada "guerra del agua" -2000- y la
"crisis de octubre" -2003-; el surgimiento de alianzas o
convergencias entre diferentes sectores y capas sociales a escala
local/regional/nacional en el curso de ese mismo proceso; el resurgimiento de
la comunidad y la asamblea como epicentro de las deliberaciones y
decisiones y ejercicio de la autoridad; constituyen lo que se denomina proceso
de cambio (sin comillas) en Bolivia.
2_ Las ideas conducentes a la Asamblea
Constituyente y al Estado Plurinacional -como entidad estatal emergente (de) y
subordinada a la sociedad-, son observables en la trayectoria de ese mismo
proceso de cambio: Los planteamientos contenidos en el Proyecto de Ley Agraria
Fundamental (CSUTCB, 1984), las demandas centrales de las nueve Marchas
Indígenas (1ra. 1990, “Territorio y
Dignidad”; 2da. 1996, “Territorio,
Desarrollo y Participación Política de los Pueblos Indígenas”; 3ra. 2000, “Tierra, Territorio y Recursos Naturales”; 4ta. 2002, “Soberanía Popular,
Territorio y Recursos Naturales -Asamblea Constituyente, Autonomía Indígena,
Gestión Territorial Indígena, Administración de Justicia Indígena-“; 5ta. 2006, “Reconversión Comunitaria de la Ley de Reforma
Agraria”; 6ta. 2007, “Tierra-Territorio, Recursos Naturales,
Autonomías Indígenas, Representación Directa en el Órgano Legislativo, Derechos
Colectivos de los Pueblos Indígenas, Estado Plurinacional, ...”; 7ma. 2010, “el estado debe reconocer las Tierras
Comunitarias de Origen (TCO) al mismo nivel que un Municipio... ”; 8va. 2011, “no a la
construcción de una carretera que parte en dos el TIPNIS”; 9na. 2012,
“Vigencia de la Ley 180 de protección al TIPNIS”); de la “guerra del agua”, 2000, rechazo a la
privatización de las aguas bajo administración de SEMAPA, en Cochabamba; y en
el "Programa de Octubre",
2003, “nacionalización -expropiación sin pago- de los recursos
hidrocarburíferos”.
Conflictos y/o movimientos sociales y/o de la sociedad y
estado bolivianos, durante los dos primeros gobiernos del Presidente Evo
Morales (EM) y el MAS.
3- También, es distinguible un aspecto
crucial del proceso de cambio: La centralidad que vuelve a tener la comunidad,
la asamblea y el ejercicio
comunitario de las deliberaciones, toma de decisiones y gestión de las mismas. En buena cuenta, las tendencia hacia la
redistribución del poder y su ejercicio, como fundamento y realización de la
democracia en toda escala social y/o territorial.
Es así que la idea y curso organizativo del “Instrumento Político para la
Soberanía de los Pueblos” (IPSP) surge con el 1er. Congreso que religa a la
CSUTCB, CSCB y CIDOB (Santa Cruz, 1995), denominado “Tierra-Territorio e
Instrumento Político”. Al respecto, en los límites de estas notas es oportuno
precisar que, el IPSP es un instrumento al servicio de las organizaciones
sociales y en ningún caso su “dirección” ni el partido político que las
representa o dirige.
4_ Ese proceso de cambio es uno de los
componentes que originan las sucesivas crisis políticas que modulan Bolivia y a
los gobiernos electoralmente elegidos, entre mediados de las décadas que
se inician en los años 1980 y 2000. Es el factor que desencadena las crisis
de representación política; la crisis del estado nación en particular y del
estado en general; la configuración de nuevas alianzas con hegemonía popular y
de las capas medias, de un nuevo “bloque de poder” que propicia con el voto una
suerte de revolución social de las urnas y la elección presidencial de EM (2005). Es decir, la elección presidencial de EM es
una deriva directa del proceso de cambio. Por lo mismo, y esto es importante
observar, el proceso de cambio
penetra el estado -el estado-nación y su
institucionlidad-, ese estado dentro y en contra del cual precisamente emerge,
sin perjuicio de la continuidad de sus propios impulsos organizativos hacia su
realización continua como poder social directo, como comunidad en ejercicio
de la autoridad pública -no necesariamente, ni únicamente, como otro estado-.
5_ Sin embargo, también,
ocurre que a partir de la elección presidencial de EM surge el "proceso de
cambio". Mejor dicho, surgen
las ideas y sus narrativas y sus narradores, según los cuales el
"proceso de cambio" (con y sin comillas) comienza recién con el
primer gobierno de EM (2006). A la vez, se instalan la ideas y los
relatos según los cuales el MAS es el IPSP, y, EM y el MAS, sobre todo el
vicepresidente AG, entronizan la retórica que iguala y/o asemeja
estatismo con socialismo y estatización con socialización, y juntos forjan
el “evismo”.
Es de ese modo que con el primer gobierno
de EM se inicia la estatización del proceso de cambio y su mutación en
“proceso de cambio”. Vale decir, el desplazamiento y distorsión de las
experiencias sociales tendientes a la organización y ejercicio directo de su
propio poder -el IPSP, la comunidad, el sindicato, la asamblea, etc.-; repito,
el desplazamiento y distorsión de todo aquello, por el control corporativo y
estatal de la sociedad.
Es decir, el “proceso de cambio”
restablece la mediación del partido político -el MAS- en las relaciones entre
la sociedad y el estado, para la representación de la primera en la
administración del segundo y en el ejercicio de gobierno. En buena cuenta impone nuevamente la subordinación
de la sociedad al estado, la sumisión de la razón liberadora a la razón de
estado -del “estado plurinacional”-.
6_ Otros rasgos de ese mismo estatismo es el
incremento de la renta fiscal, como resultado de las “nacionalizaciones” -que
no son tales- y del aumento de la tasa impositiva a ciertas corporaciones
transnacionales; el desarrollo y la industrialización, sobre la base de la
asociación del “capital estatal” con el capital privado transnacional y del
capitalismo extractivista; y una narrativa que presenta la consolidación de una
burguesía nacional, también indígena -aymara-, capaz de configurar y
controlar un mercado nacional diversificado, dinámico e integrado al mercado
internacional. Se trata, pues, de un estatismo que, de suyo, es capitalismo de
estado.
7_ Entonces, resulta comprensible porqué el
“socialismo” de ese estatismo sólo se realiza como administración de renta
fiscal -en ningún caso como
socialización del poder y de los bienes y servicios-. Y resulta
entendible porqué la reproducción de la desigualdad y clasificación social
continúa sobre la base de la racializaciazión de las diferencias, como ocurre
con la imposición de la hegemonía aymara en las narrativas del gobierno y el
MAS: Ceremonia ancestral en Tihuanaco las tres veces que EM es elegido Presidente
y la reiterada denominación de “año nuevo aymara” al solsticio de invierno, en
circunstancias que el "estado plurinacional" reconoce 36 pueblos y/o
nacionalidades; la ceremonia del matrimonio del vicepresidente Álvaro García y
Claudia Fernández, en el templo de Kalasasaya, en Tihuanaco, televisada y difundida por el canal estatal un lapso seis horas; la expansión migratoria y colonizadora de
procedencia sobre todo aymara, con apoyo estatal y del MAS, sobre territorios ubicados en “tierras bajas” -amazonía-,
y en ese mismo contexto la construcción de la carretera que parte en dos el TIPNIS
-con el apoyo de las seis federaciones cocaleras del Chapare y de la CSCIB-, en
donde habitan los pueblos amazónicos yuracaré, chiman y mojeño.
Esa misma
racialización y clasificación social por igual es observable en la
concentración de la propiedad privada capitalista, porque 68,48 % de las
superficies dotadas están en manos de 18,51 % de los beneficiarios,
mientras que el restante 29,95 % de las superficies en manos de 79,87%
de los beneficiarios -en total 2.058.707 de Has. (tras ocho años de gobierno de EM las mejores
tierras productivas del país están en poder de tan solo 42 familias
latifundistas ( Fuente, CIDOB); la publicidad engañosa y la
masificación de la fruición por el consumo, las largas colas en entidades privadas
y públicas, como la pésima calidad de los denominados servicios públicos;
repito, dan cuenta de la continuidad de la reproducción de la desigualdad y
clasificación social en el “proceso de cambio”,
bajo el manto de la “constitucionalización de los derechos” y de la
narrativa indigenista oficial u oficiosa del “proceso de cambio”.
8_ Una cuestión importante
a considerar es la legitimidad social de ese estatismo, como resultado de los
sucesivos triunfos electorales de EM y el MAS, del consentimiento de la
ciudadanía manifestado a través de su voto. Este es otro tema crucial,
con muchas especificidades en Bolivia. Y tiene mucho que ver con el estatismo
que –urge decirlo y reconocerlo- también habita en la subjetividad y el sentido
común de las gentes, de la ciudadanía -no sólo en los adherentes, militantes y dirigentes
del MAS-, y con como modula sus desempeños y horizontes ciudadanos: Hace que
las gentes, la ciudadanía, tiendan a esperar todo del estado y de su tecnocracia
y burocracia, y, a la vez, hace que el ciudadan@ se ocupe sólo de (re)elegir un
gobierno, en lugar -también- de organizar y ejercer su autogobierno y autoridad
social. Tal vez por eso mismo, entre otras razones más, por tercera vez
consecutiva en Bolivia la ciudadanía vota mayoritariamente por EM y el MAS:
Porque así mantienen el retorno del Estado y sus políticas públicas, catorce
años después de dos décadas de neloiberalismo -situación semejante se da en
Ecuador con la reelección presidencial de Rafael Correa (2013)-.
Y es crucial, sobre todo
reconocerlo, porque permitiría indagar acerca de como desestatalizar la
subjetividad y el sentido común de las gentes, de la ciudadanía, acerca de una
“revuelta subjetiva”, para restituir la sociedad como el escenario principal de
las relaciones y conflictos sociales, de las correlaciones de poder y del
ejercicio socializado del poder y del gobierno, en toda escala territorial.
Porque, permitiría resignificar la igualdad social, la ciudadanía y la
democracia, como un proceso que acontece por igual en los ámbitos
social-familiar-privado y social-ciudadano-público (como dicen algunos, casa
adentro y casa afuera, no sólo en y/o
con el estado). Porque es en la sociedad donde acontecen las transformaciones
sociales, culturales y políticas, como en 1952 en Bolivia; y se
frustran cuando se enajenan en la mediación de los partidos políticos y
en el estado, como en la misma Bolivia, poco después de 1952 y desde el 2006 en
adelante.