jueves, 3 de abril de 2014

Nacidos hombres y educados como mujeres: Muxes de México

Nacidos hombres y educados como mujeres: Muxes de México
Recientemente se ha aprobado en Alemania el reconocimiento jurídico del llamado tercer sexo o género, pero sorprende ver como en países menos desarrollados esta ‘tradición’ existe desde hace siglos y se trata de una costumbre venerada.

En la región zapoteca de Oaxaca, en México, está extendida la cultura Muxe. Las personas muxes son nacidas con sexo masculino que asumen roles femeninos en cualquiera de los ámbitos social, sexual y personal, por convención personal y elección familiar.

Lo más parecido que existe en la cultura occidental es considerado hoy día como travestismo, transgénero o transexualidad. En el caso de las personas muxe, hay quienes si llegan a retocarse los pechos o la cara, pero nunca sus miembros sexuales, por lo que en ese aspecto,  son consideradas como mujeres transgeneros.


Llevan el pelo largo, vestidos, maquillaje y se comportan como señoritas. Su entrenamiento y educación para convertirse en muxes empieza en la adolescencia, en torno a los 13 años, y sus funciones en beneficio de la cultura zapoteca son muchas, por lo que son tan valoradas.

En el ámbito social, las personas muxes se encargan de diseñar y bordar los suntuosos trajes regionales de las mujeres, sus adornos florales para el cabello y vestidos de gala para bodas, hacen comida tradicional y dirigen los bailes. También se encargan de cuidar a sus padres, madres y personas ancianas cuando se quedan solos.

Otra función importante de las personas muxes en las comunidades zapotecas es la iniciación sexual de los varones. Mientras que las mujeres deben conservar su virginidad hasta el matrimonio, los varones pueden aprender y practicar todo lo relacionado al sexo a través de las enseñanzas del muxe. Este tipo de enseñanzas constituyen una serie de problemas, como la proliferación del VIH, el machismo, el maltrato…

Pese a todo, las personas muxes son tan importantes en esta cultura, que tienen su propia fiesta: “Vela de las Auténticas Intrépidas Buscadoras del Peligro”, en la que toda la comunidad las recibe con entusiasmo.

Fotografía por Erin Lee Holanda

Los feminismos como herramienta de transformación y cambio de la hegemonía cultural patriarcal

El siguiente ensayo tiene como objeto exponer en líneas generales cómo el feminismo es una herramienta de transformación social y de concienciación para crear las bases en la construcción de un mundo en el que seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres (Rosa Luxemburgo).
Autora:
Candela Caro Saavedra
Estudiante de Educación Social – Universidad de Granada
 
Compañera del SAT de Granada

El siguiente ensayo tiene como objeto exponer en líneas generales cómo el feminismo es una herramienta de transformación social y de concienciación para crear las bases en la construcción de un mundo en el que seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres (Rosa Luxemburgo).

Hegemonía cultural.

Para esta primera parte he elegido a Gramsci porque su reflexión y construcción de ideas reúne un estrecho nexo entre teoría y práctica, teoría y acción política. Y es esta unidad entre teoría y práctica, esta unidad, la que hace de la política la verdadera filosofía y el pensamiento crítico; en cuanto la política, que es teoría y práctica al mismo tiempo, no se limita a interpretar el mundo, sino que lo transforma con la acción. Según la conocida tesis de Marx sobre Feuerbach: “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”; de ahí la necesidad de pasar de la filosofía especulativa a la política, a la acción revolucionaria. Partiendo de que todo es político, aquí cabría mencionar la tesis feminista de que “lo personal es político”, algo en lo que ha incidido este movimiento social para romper con la dicotomía público-privado y para visibilizar las violencias que se dan dentro del hogar.

Otra de las razones por las que planteo esta parte del ensayo desde la teoría gramsciana es porque tiene una concepción materialista de la historia; es la base económica, la infraestructura, la que determina una compleja superestructura política, moral, ideológica, que está condicionada por dicha base económica de la sociedad, es decir, por las relaciones de producción y de cambio. Para Gramsci, esta es una afirmación de carácter gnoseológico, en el sentido de que indica el proceso a través del cual se forman las ideas, las concepciones del mundo.

El concepto de hegemonía está presentado en Gramsci en toda su amplitud, es decir, como algo que opera no sólo sobre la estructura económica y la organización política de la sociedad, sino además, específicamente sobre el modo de pensar, las orientaciones teóricas, y hasta sobre el modo de conocer. (Por tanto, la revolución es entendida por Gramsci y lo repite continuamente como una reforma intelectual y moral.)

Aquí podría caber nombrar el ecofeminismo1 como ejemplo de línea teórica para desmontar el imaginario que se construye a partir de esa infraestructura. Como ya dije en un comentario de texto sobre el ecofeminismo, creo que es necesario entender qué significa pensar la economía desde el feminismo; es darle un giro, transformar los términos económicos y reconocer la deuda social que tenemos con las mujeres. Es reformular y dar una respuesta colectiva al buen vivir por el que luchamos, es sacar las tareas de lo privado a lo público, de las casas hacia afuera. Es redistribuir el trabajo en casa, romper con la clásica división del trabajo, es reorganizar el trabajo del mercado, es desalienarnos, es visibilizar la relación economía y política, es querer romper con la superestructura capitalista heteropatriarcal desde el materialismo a partir de la cual se construye.

El término hegemonía deriva del griego eghesthai, que significa “conducir”,”ser guía”,”ser jefe”;o tal vez del verbo eghemoneno, que significa “guiar”,”preceder”, “conducir”,y del cual deriva “estar al frente”, “comandar”, “gobernar”. Por eghemonia el antiguo griego entendía la dirección suprema del ejército. Se trata pues de un término militar. Egemone era el conductor, el guía y también el comandante del ejército. En el tiempo de la guerra del Peloponeso, se habló de la ciudad hegemónica, a propósito de la ciudad que dirigía la alianza de las ciudades griegas en lucha entre sí.

Según la RAE, hegemonía, (Delgr.ἡγεμονία, dirección, jefatura).
1.f.Supremacía que un Estado ejerce sobre otros.
2.f.Supremacía de cualquier tipo.

Centrándonos en la segunda acepción, en el que hegemonía es la supremacía de cualquier tipo, veo necesario contextualizarla en nuestros tiempos. Hoy en día, la supremacía y el poder reside en manos del sistema capitalista y patriarcal, un “anónimo” respaldado y apoyado por la mayoría de los países del mundo (con algunas excepciones como Cuba, Corea del Norte, Venezuela y otros países latinoamericanos) y sus políticas neoliberales, por la globalización y las grandes multinacionales, además de los organismos internacionales que marcan las directrices mundiales (FMI, BM, ONU, OTAN…). Así, este sistema fundamentado en unas relaciones de producción basadas en la acumulación de capital para el beneficio económico individual, de explotación y de poder en una economía de mercado, en instituciones como la familia nuclear y la propiedad privada y en algunos casos la iglesia, crea, entre otras muchas cosas, una superestructura que erige unas normas sociales que reproducen estas estructuras dominantes. Concretamente, otro de los pilares que fundamenta y que mantiene este sistema, es el patriarcado como ideología. Y con ideología me refiero al sistema de significados, valores y creencias relativamente formal y articulado, que conforma una concepción universal o una perspectiva de clase, género, etnia… 2

En esta parte me centraré en el patriarcado como ideología.

Aproximándonos históricamente, el patriarcado, hasta que la teoría feminista lo redefinió, se consideraba el gobierno de los patriarcas, de ancianos bondadosos cuya autoridad provenía de su sabiduría. De hecho, ésa es la interpretación que aún hace la Real Academia Española. Una de sus causas es el llamado androcentrismo, es decir, el hombre como medida de todas las cosas. El mundo se define en masculino y se considera al hombre como medida de todas las cosas. El androcentrismo ha distorsionado la realidad, ha deformado la ciencia y tiene graves consecuencias en la vida cotidiana.3Y hoy en día se sigue interpretando en gran medida la realidad a través de ese prisma.

El androcentrismo ha contaminado prácticamente todas las disciplinas y líneas de estudio e investigación del ser humano: las ciencias biológicas (medicina, psicología, psiquiatría…), las ciencias sociales (sociología, antropología, historia, educación), las artes… y un largo etcétera. Así, vemos el claro ejemplo que en lo que concierne a la cultura en general, la hegemonía androcéntrica es la que marca las directrices de la construcción del conocimiento.
Pero ya a partir del siglo XIX, cuando comienzan las teorías que explican que la hegemonía masculina en la sociedad es una usurpación, se utiliza el término patriarcado en sentido crítico. Es el feminismo radical, a partir de los años setenta del siglo XX, el que utiliza el término patriarcado como pieza clave de sus análisis de la realidad.

Para entenderlo de manera más clara y de forma más concreta, presentaré la definición que ofrece Dolors Reguant:

“Es una forma de organización política, económica, religiosa y social basada en la idea de autoridad y liderazgo del varón, en la que se da el predominio de los hombres sobre las mujeres; del marido sobre la esposa; del padre sobre la madre, los hijos y las hijas; de los viejos sobre los jóvenes y de la línea de descendencia paterna sobre la materna. El patriarcado ha surgido de una toma de poder histórico por parte de los hombres, quienes se apropiaron de la sexualidad y reproducción de las mujeres y de su producto, los hijos, creando al mismo tiempo un orden simbólico a través de los mitos y la religión que lo perpetúan como única estructura posible.” 

El patriarcado como ideología tiene un gran abanico de productos: la violencia de género estructural, leyes retrórgradas y asesinas de mujeres como la del aborto, machismo, sexismo, heteronormatividad, la homofobia, la transfobia, el androcentrismo, la misoginia, la dicotomía espacio público-espacio privado, la desigualdad de poder por parte de los biohombres en el ámbito político, económico, social, del empleo, de las relaciones interpersonales, de la sexualidad (entendida como institución social que se ha construido y reproducido históricamente en silencio, sobre todo en las mujeres, cuyos cuerpos han sido considerados en un espacio de control social, sumándosele los valores de la tradición judeo-cristiana de regulación sexual (castidad, virginidad, familia…), un amor basada en el romance normativo del amor romántico, un cuerpo mercantilizado y estereoptipado, el género como regulador de comportamientos asignados y estereotipos de género; en resumen: una hegemonía y una dominación masculina definida en términos de opresión a lo que intenta transformar y subvertir la norma.

Feminismo.

feminismo (RAE)
(Del lat. femĭna, mujer, hembra, e -ismo).
1.m. Doctrina social favorable a la mujer, a quien concede capacidad y derechos reservados antes a los hombres.
2. m. Movimiento que exige para las mujeres iguales derechos que para los hombres.

“El feminismo es un movimiento social y político que se inicia formalmente a finales del siglo XVIII y que supone la toma de conciencia de las mujeres como grupo o colectivo humano, de la opresión, dominación y explotación de que han sido y son objeto por parte del colectivo de varones en el seno del patriarcado bajo sus distintas fases históricas de modelo de producción, lo cual las mueve a la acción para la liberación de su sexo con todas las transformaciones de la sociedad que aquélla requiera”.5

“El feminismo como el compromiso para poner fin a la dominación masculina. Se trata de “un movimiento creado en el discurso”, en el sentido de que “la esencia del feminismo, según se ha practicado y narrado, es la (re)definiciónde la identidad de la mujer”.6

Después de esta aproximación conceptual al término feminismo, desde mi punto de vista, cabe resaltar que el feminismo es fundamentalmente una herramienta necesaria para construir un nuevo orden social basado en la igualdad, en el respetos a las diferencias, en la diversidad en su más amplio significado. El feminismo como movimiento social que impulsa cambios sociales, y la teoría social feminista que los analiza, los comprende, los explica y los formula, transforma la organización social hegemónica partiendo de la tesis de que la opresión no se debe a cuestiones naturales, sino históricas y sociales; son constructos de un tiempo y un espacio determinado. Así, el sistema de dominación de género tiene como base de cambio el feminismo, al que le debemos los grandes logros de la reinterpretación política de la sociedad, de la lucha por la liberación de la mujer, por su empoderamiento y por querer construir un mundo en el que el género y el sexo, la orientación sexual, la identidad de género y la diversidad sexual en general no sean razón de discriminación y opresión.

Al hablar de estos temas, no podemos dejar de lado el concepto de género, que es transversal a la explicación a gran parte de lo anteriormente mencionado. Por ello, veo necesario plantear una definición de éste. Cabe también mencionar que la teoría social feminista ha perseguido, entre sus objetivos el de definir el género como principio de estructuración social (Connell, 1987, 2002; Ortner, 1993; Narotzky, 1995; Esteban, 2001; Maquieira, 2001); la más acorde que he encontrado es la siguiente:

“Conjunto de creencias, rasgos personales, actitudes, sentimientos, valores, conductas y actividades que diferencian a hombres y mujeres a través de un proceso de construcción social que tiene varias características. En primer lugar, un proceso histórico que se desarrolla a diferentes niveles tales como el estado, el mercado de trabajo, las escuelas, los medios de comunicación, la ley, la familia y a través de las relaciones interpersonales. En segundo lugar, este proceso supone jerarquización de estos rasgos y actividades de tal modo que a los que se definen como masculinos se les atribuye mayor valor (Benería, 1987:46; cf. Maquieira, 2001:159)”.

Como ya he dicho, estamos socializadas en un sistema de dominación de género; esto consiste en la asimilación de los roles que cultural y socialmente corresponden a cada uno de los sexos. Esto se aprende en la familia, con la socialización diferencial de género, en la escuela, en los medios de comunicación de masas, en las instituciones, y un largo etc. En este sistema, existe una dualidad clara entre lo bueno y lo malo, entre lo válido y lo no válido. Lo bueno y lo válido es el hombre, es lo masculino; lo malo y lo no válido es la mujer, es lo femenino. Es así también como a partir de la subjetivación, del hecho de pasar a ser sujetos agentes y conscientes, decidimos cuestionarnos estos estereotipos de género; y es el feminismo el que ha implantado esas bases de reflexión. El romper con la hegemonía cultural patriarcal nos acompaña a tomar conciencia del lugar que ocupamos, del valor social e histórico que tenemos; el analizar los procesos de construcción social a los cuales nos imponen y someten desde que nacemos. O incluso antes.

Con el género como herramienta de análisis de la realidad, aparte de lo que ya he mencionado anteriormente, el cuestionarnos su construcción nos puede ayudar a cimentar las bases para reapropiarnos de la hegemonía cultural y proporcionar una base desde abajo a una nueva dirección política, moral e ideológica para un nuevo sistema social, económico y político; es decir, organizarnos o autoorganizarnos alrededor de otros esquemas, valores, principios y estructuras más humanas y “nuestras”. Y en todo esto, tiene la responsabilidad principal la educación.

Educación.

La educación, entendida como proceso de liberación personal, debe ser el eje central para el desarrollo de personas libres e iguales. De esta manera, se construirán mujeres y hombres nuevas, personas con una capacidad formativa, crítica y activa en la sociedad a la que pertenecen, a partir de un proceso reflexivo, impulsado por la práctica y la motivación. De esta manera, serán partícipes de la construcción de la historia del mundo. Así, desde mi punto de vista, y siguiendo las palabras del pedagogo brasileño Paulo Freire, la búsqueda de la libertad, la igualdad y la justicia se tienen que hacer desde una educación basada en el amor, en el coraje y en la solidaridad desde un punto de vista radical. En las siguientes líneas, se desarrolla la idea de “radical-sectario”; y es rechazando el sectarismo como se debe de valorar la educación para construir esas nuevas mujeres y hombres:

“La radicalización, que implica el enraizamiento que el hombre hace en la opción, es positiva, porque es preponderantemente crítica. Crítica y amorosa, humilde y comunicativa. El hombre radical en su opción no niega el derecho a otro de optar. No pretende imponer su opción, dialoga sobre ella. Está convencido de su acierto, pero respeta en otro el derecho cíe juzgarse también dueño de la verdad; intenta convencer y convertir, pero no oprime a su oponente; tiene el deber, por una cuestión de amor, de reaccionar con violencia a los que pretenden imponerle silencio.23 A los que, en nombre de la libertad, matan, en sí y en él, la propia libertad. La posición radical que es amorosa no puede ser autoflagelante. No puede acomodarse pasivamente frente al poder exacerbado de algunos que lleva a la deshumanización de todos, incluso de los poderosos. […] Y el sectarismo tiene una matriz preponderantemente emocional y acrítica, es arrogante, antidialogal y por eso anticomunicativa. Es reaccionaria, sea asumida por un derechista, que para nosotros es un sectario de “nacimiento”, o un izquierdista. El sectario nada crea porque no ama. No respeta la opción de los otros. Pretende imponer la suya —que no es opción sino fanatismo— a todos. De ahí la inclinación del sectario al activismo, que es la acción sin control de la reflexión. De ahí su gusto por eslóganes que difícilmente sobrepasan la esfera de los mitos y, por eso mismo, mueren en sus mismas verdades, se nutre de lo puramente “relativo a lo que atribuyen valores absolutos”.

El radical, por el contrario, rechaza el activismo y somete siempre su acción a la reflexión. El sectario, sea de derecha o de izquierda, se enfrenta a la historia como su único hacedor, como su propietario, difieren porque, mientras que uno pretende detenerla, el otro pretende anticiparla.”7

Para no caer en imposiciones ideológicas, éticas o morales, la educación para la construcción de personas libres e iguales debe ser desde la invitación a las personas a hacer suyas estas ideas, a sentir ese conocimiento y ese camino como parte de sus vidas; y será desde la pedagogía crítica y la pedagogía política como conseguiremos concienciar y sensibilizar a la sociedad de la importancia del feminismo y de la integración de la perspectiva de género en todos los ámbitos de sus vidas. El devolver la luz a los ojos de las personas a partir de la acción-motivación, el diálogo, la comunicación, será el trabajo primordial de la educación, y más concretamente de la Educación Social.

La Educación Social, tanto en el ámbito formal como en el no formal, tiene una gran responsabilidad en relación a empezar a concienciar y educar a las niñas y niños, a las adolescentes y los adolescentes principalmente, y en general a toda la población acerca de las desigualdades en las que se cimenta este sistema. Así, su práctica no puede reducirse a la mera prevención, como son muchos de los planes autonómicos como el de Andalucía, y otros programas de educación sexual (dejando la afectividad de lado, y únicamente previniendo de los embarazos y las ETS). Así, la Educación Social no puede dejar de lado su planteamiento desde la Sociología de la Educación y la Sociología de las Relaciones Afectivas; éstas son las que explican los fenómenos estructurales que dan lugar a la situación actual de desigualdad e interrelación entre los distintos sistemas que se complementan en la sociedad. Desde la Educación Social se pueden plantear programas y proyectos de intervención social y educativa atendiendo a la siguiente clasificación: género, sexualidad, afectividad y cuerpo; todos estos campos son componentes de la política afectivosexual a partir de la cual se rige la normatividad relacional.

En cuanto a género, tratar temas como los desequilibrios de poder en las relaciones personales, la mujer como objeto sexual, los roles y estereotipos de género, el lenguaje sexista, algo realmente importante ya que toda persona, por el simple hecho de que habla, tiene su concepción del mundo aunque sea inconsciente o meramente acrítica, porque el lenguaje es siempre de modo embrionario una forma de concepción del mundo. La masculinidad y la feminidad normativas y cómo transgredirlas, los derechos de las mujeres, la violencia de género y violencia estructural.

En sexualidad, tratar las relaciones sexuales, normalizar su práctica, no reducirlas a la genitalidad y al falocentrismo, los embarazos y los END y los anticonceptivos basándonos en la premisa de “educación sexual para decidir. Anticonceptivos para no abortar. Aborto legal para no morir”, la diversidad sexual y la orientación sexual, el mito de la virginidad, las identidades trans…

En afectividad, el desarrollo de habilidades sociales y comunicativas, la importancia de la afectividad en la vida de las personas, los sentimientos de posesión y celos, el diálogo, la confianza, el miedo al rechazo y al no, los distintos modelos de pareja y la gestión de emociones en general (Según el informe Delors (UNESCO, 1996), a educación emocional es un complemento indispensable en el desarrollo cognitivo y una herramienta fundamental de prevención, ya que muchos problemas tienen su origen en el ámbito emocional.)

En cuerpo los cambios corporales, el cuerpo como objeto de consumo y como campo de batalla en las mujeres

De esta forma, transversalmente se tratarán el respeto a los derechos humanos, independientemente de su sexo/género y su orientación sexual e identidad de género, haciendo hincapié en las identidades oprimidas, la libertad de movimiento de las mujeres en cualquier parte y en cualquier situación arrebatándoles del imaginario ese miedo inculcado de posible violación constante, la importancia de crear redes desde abajo, tanto de mujeres como de hombres, y más especialmente de estos últimos, replanteándoles renunciar a sus privilegios, el fomento de relaciones libres, autónomas y plenas, el concienciar acerca de las aberraciones que se producen contra las mujeres (mutilación genital femenina, lapidación…) y nuestro derecho a vivir dignamente, el visibilizar y valorar el trabajo de las mujeres dentro y fuera de la casa desde el ecofeminismo anteriormente mencionado, los micromachismos como expresión más mínima de toda la problemática que gira en torno al patriarcado capitalista. Y por último no podemos olvidar tratar las políticas institucionales que vienen desde el gobierno central; en este caso, desde el gobierno del Estado español del PP concretando en la ley del aborto. El pasado 20 de diciembre el ministro de justicia, Alberto Ruiz-Gallardón presentó el anteproyecto de la Ley de protección de la vida del concebido y de los derechos de la mujer embarazada. Esta reforma supondría un arrebato de derechos fruto de la lucha feminista que nos lleva a retroceder más de 30 años. La ley de Plazos aprobada en 2010 por el gobierno de Zapatero quedaría abolida dando paso a una ley más restrictiva y retrógrada si cabe que la de 1985. Con esta ley de Supuestos sólo sería legal abortar en dos casos: por violación en las 12 primeras semanas y riesgo para la salud física y psíquica de la madre dentro de las 22 primeras semanas, quedando fuera la malformación del feto. 

Desde la Educación Social y su intervención, es necesario posicionarnos en contra de esta ley y rechazar una reforma con un claro trasfondo ideológico que pretende seguir oprimiendo y alienando a las mujeres, y aún más a las mujeres de clase obrera que no pueden permitirse ir a abortar a otro país o hacerlo en clínicas clandestinas privadas; y si lo hacen, lo harán en unas condiciones poco seguras que ponen en riesgo sus vidas. De esta manera, la maternidad se convierte en una obligación más que en una elección consciente y responsable, en la que la voz de médicos y psiquiatras tienen más peso que la propia toma de decisiones de las mujeres.

Resumiendo, es fundamental plantear una educación por el empoderamiento de las mujeres y las personas, por la igualdad y los buenos tratos entre las personas y con el entorno, haciendo hincapié que todo empieza por una misma: primero cambios personales, ser conscientes de dónde estamos y cómo estamos, qué podemos hacer para cambiar y extrapolarlo a nuestra vida en sociedad como ejemplo de superación.

De esta manera, además de intervenir en estos temas, otro de los valores de la Educación social es sugerir y desarrollar la conciencia de la importancia de difundir las conquistas personales y culturales desde la responsabilidad social para conquistar la hegemonía. Como diría Gramsci, “Crear una nueva cultura no significa sólo hacer individualmente descubrimientos originales; significa también, y especialmente, difundir verdades ya descubiertas, socializarlas, por así decir, convertirlas en base de acciones vitales, en elemento de coordinación y de orden intelectual y moral. Que una masa de hombres sea llevada a pensar coherentemente y en forma unitaria la realidad presente, es un hecho filosófico mucho más importante y original que el hallazgo, por parte de un genio filosófico, de una nueva verdad que sea patrimonio de pequeños grupos de intelectuales”.

Después de haber hecho un recorrido general sobre algunos de los componentes que sustentan la organización social actual y que dan pie a una desigualdad y a unas relaciones de poder, podemos concluir que para acabar con la hegemonía del BBVA es imprescindible entender la política desde la micromilitancia8, una nueva forma de entender la política que introduce las prácticas del día a día, e incluyendo la perspectiva de género como prisma para interpretar la realidad. 

Y es el feminismo el que nos ofrece las herramientas para ello; el feminismo nos convierte en sujetos revolucionarios, que tienen conciencia del lugar que ocupan y la función que cumplen, transgresoras de la norma y que buscan el cambio desde abajo, desde el desarrollo y construcción de relaciones sanas, autónomas e independientes. Esto extrapolado al conjunto de la sociedad y a la praxis transformadora, desde la educación como práctica de la libertad, vemos como el feminismo es como un Demiurgo, un hacedor de humanidad.



Perú: El narco Estado


Oscar Ugarteche

ALAI AMLATINA, 01/04/2014.- Un tema recurrente de los últimos veinte años en el análisis político latinoamericano ha sido si existen los narco estados y qué los define. Está el marco referencial de México y lo que parece como un antiguo acuerdo de pase de drogas. El narcotraficante iba con el seudónimo de El Señor de los Cielos y pasaba la droga por aire en un acuerdo con un ministro de Estado del PRI de los años 50 que era vecino de su casa de campo. En México no hay nadie de alto nivel en la cárcel por narcotráfico y el control del territorio se perdió en varios estados.

Luego está el caso colombiano donde hay financiamiento de los carteles de las drogas a los partidos políticos. El caso más ruidoso fue el financiamiento de Ernesto Samper a la Presidencia de la República siendo puente del dinero Fernando Botero, hijo del pintor y Ministro de Estado. Samper mismo quedó impoluto y Botero en la cárcel con un grupo grande de su partido político. El siguiente caso importante fue el escándalo de la venta de armas a las FARC a cambio de drogas donde el ministro de Defensa de Colombia acusó a Fujimori y Montesinos en el 2000, pocos meses antes de la caída de Montesinos[i] y luego de Fujimori. Esto fue acompañado de eventos aislados durante el fujimorismo de naves del Estado peruano llenas de toneladas de cocaína, tanto barcos de la Marina de Guerra como el avión presidencial. En los casos peruanos no cayó ningún responsable político a pesar de las acusaciones. El poder judicial eximió en todos los casos tanto a Montesinos como a Fujimori.

El caso más nuevo y complicado es el del ex presidente Alan García donde el mismo parece ser cómplice del narcotráfico en el “sólido norte”, área geográfica donde su partido político ha predominado históricamente. El APRA se fundó en Trujillo en la costa norte. La complicidad parece tener la forma de indultos a sentenciados por narcotráfico. Esto no tendría cariz de complicidad si no se tratara de números masivos de narcos dejados libres y de los procedimientos empleados.

En el semanario limeño Hildebrandt en sus Trece del 28 de marzo del 2014, el periodista Carlos León Moya señala varias cosas. El informe de la Megacomisión “da cuenta de un uso sin precedentes” de las gracias presidenciales durante el período 2006-2011, “al punto de constituir en la práctica un sistema de administración de justicia paralelo al Poder Judicial, al modificar alrededor del 30% de las resoluciones de este”. Asimismo, encuentra “alta incidencia en la excarcelación de personas condenadas por el delito de tráfico ilícito de drogas, tanto en su forma simple como en su forma agravada”.

En total se concedieron 232 indultos, de los cuales 72 fueron por casos de tráfico ilícito de drogas. Se otorgaron también 5.246 conmutaciones de pena, de las cuales 3.207 fueron a condenados por el delito mencionado. De estas, al menos 400 fueron otorgadas a condenados por tráfico ilícito de drogas en forma agravada.

En sus declaraciones a la comisión, García argumentó que las gracias presidenciales se debían a su objetivo de “erradicar el hacinamiento de los establecimientos penales”. Sin embargo, la evidencia contradice su defensa. Lejos de reducirse, durante su gobierno el número de internos aumentó en 33%: de 35.467 en agosto del 2006 a 48.858 en julio del 2011. Además, eso no explica el especial interés en los condenados por tráfico ilícito de drogas. Los sentenciados por robo agravado componen la mayor parte de la población penitenciaria del país, con casi 30% del total de internos. Pero a estos se les otorgaron 1.626 conmutaciones, prácticamente la mitad de las 3.207 dadas a los condenados por tráfico ilícito de drogas.

A esto se suma que se otorgó 371 conmutaciones a condenados que estaban con semilibertad; es decir, que no ocupaban espacio en las cárceles. De estos, 268 eran condenados también por tráfico ilícito de drogas.

Para entregar esta cantidad de indultos y conmutaciones, fue necesario modificar la normativa existente. Por una parte, se flexibilizaron los requisitos y las exigencias. Por otra, se fusionaron las comisiones que veían los casos a ser beneficiados, centralizando el manejo en una sola: la Comisión de Gracias Presidenciales. Esta sufrió modificaciones con respecto a su antecesora: se redujo el quórum de su instalación de 4 a 3 miembros, se cambió su composición –de profesionales especializados a un nombramiento simple–, se eliminó el sorteo para la distribución de las solicitudes entre los comisionados y también se eliminó la obligación de archivar las solicitudes de indulto denegadas. Hasta acá la cita del artículo del semanario.

Todo parece sugerir que el ex presidente García sería cómplice de los narcoraficantes en general y de los mexicanos en especial que operan en el Perú donde han traslado algunas de las técnicas que usan en su país, incluyendo el sicariato, los secuestros y los infalibles dedos y orejas cortados. El tipo de violencia del narcotráfico desalienta tanto a los inversionistas como a los ciudadanos en este buen momento de la economía peruana. La relación del ex Presidente con el narcotráfico es una mala noticia para el país. Que no se juzgue el caso será una peor noticia.

La interrogante, dado que se trata de un ex jefe de estado, es lo que implica para los que están detrás de él en la vida política. Por ejemplo, ¿los grupos financieros y mineros que lo sostienen sabían de esta complicidad? ¿El diario donde escribe el ex Presidente jurando su inocencia tiene conocimiento de estas operaciones? Al margen de lo que ocurra con el informe en la vía penal, la información hecha pública indica que hay complicidad presidencial con el narcotráfico por al menos segunda vez en el Perú a nivel presidencial: primero Fujimori y después García.

¿Cómo son las reacciones institucionales internas como son? ¿Qué piensa la Policía Nacional sobre la captura de narcos, al riesgo de sus vidas y la de sus familias, que luego su presidente liberó? ¿Cuál es la posición de las Fuerzas Armadas ante esta información? Al fin y al cabo quedaron muy afectadas por el narcotráfico en los años de Fujimori y el general Malca sigue prófugo teóricamente en México donde fue embajador hasta el 2000. Las Fuerzas Armadas están en el Valle del Río Apurímac y Ene (VRAE) peleando contra el narcotráfico, pero, ¿luego de capturados los narcos eran igualmente liberados? El juicio de la opinión pública en el caso de los narco indultos presidenciales es muy pesado, otra carrera a la presidencia de García pondría en claro quiénes son sus patrocinadores. Ahora sí, nadie puede decir que no sabían en que anda y con quien el ex presidente.

La violencia en el sólido norte creció en los años de García y la nueva captura de los mismos liberados hace pensar que operan libremente con la confianza de tener influencia al más alto nivel. Este caso ya no se trata de administración del Estado sino simple y llanamente de narcotráfico, que por cierto puede ser denunciado ante un tribunal internacional, en caso que no prosperen los procedimientos internos peruanos. Como corresponde a este nivel de corrupción, se está entorpeciendo al más alto nivel la lectura del informe. Incluso, durante el proceso de investigación, el presidente y los miembros de la comisión fueron amenazados repetidamente y los prestigios de sus familias puestos en cuestión, como evidencia que lo hallado es verdad. García ha hecho que la Corte Suprema anule todo lo actuado en la comisión el día mismo que apareció el informe. Como no puede haber interferencias entre poderes del Estado, lo que corresponde es que se presente el informe completo ante el pleno del Congreso peruano para que luego de ser aprobado pase a la subcomisión de acusaciones constitucionales.

El trabajo de la comisión ya está hecho y debe ser publicado a la brevedad para que se comience la búsqueda de la articulación del narcotráfico peruano con el mexicano para acabar con esta lacra. Eso ya le corresponde a inteligencia y a la DEA que se tienen que dar por informados ahora. El congresista Sergio Tejada y todos los comisionados merecen una felicitación por este extraordinario trabajo hecho bajo amenaza de muerte, que ahora se puede ver que es posible hacerlo. Si algo le ocurre a alguno de los miembros de la comisión estará claro quién fue.

Nota:
[i] . Tráfico de armas, una de las causas de la crisis de Vladimiro Montesinos http://tlahui.com/politic/politi00/politi10/pe10-10.htm

- Oscar Ugarteche, economista peruano, es Coordinador del Observatorio Económico de América Latina (OBELA), Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, México - www.obela.org. Miembro del SNI/Conacyt y presidente de ALAI www.alainet.org


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