lunes, 15 de agosto de 2011

Wallerstein: Se vienen años de incertidumbre y caos mundial


Sally Burch


ALAI AMLATINA, 15/08/2011.- El destacado académico de las ciencias sociales, Immanuel Wallerstein, es uno de los más connotados exponentes del pensamiento crítico contemporáneo y durante su reciente visita a Ecuador, ALAI conversó con él sobre la actual crisis de deuda que golpea duramente a Estados Unidos y sus consecuencias para los países emergentes y América Latina.

El investigador principal de la Universidad de Yale considera que el dólar ha entrado en un proceso grave e irreversible de pérdida de valor como moneda de reserva mundial, subrayando que era “el último poder serio que mantenía Estados Unidos”.

Wallerstein piensa que las diferentes medidas de emergencia que se están implementando en su país simplemente están retrasando la banca rota mundial. “Los daños son hechos concretos, la situación de los Estados Unidos es grave y no es recuperable”, recalca.

Estima que el desenlace ocurrirá dentro dos o tres años, con resultados caóticos para el sistema mundial porque “no habrá una moneda de reserva internacional” y tampoco existen condiciones para que otra moneda pueda ocupar ese rol. Entonces con el fin del dólar como reserva mundial “van
a existir cinco, seis o siete monedas importantes, una situación caótica porque habrá fluctuaciones enormes continuas”.

“Ni los gobiernos ni las firmas transnacionales, ni los mega-bancos, ni los individuos sabrán qué hacer. Una incertidumbre enorme paralizará el mundo, especialmente a los inversionistas”, advierte el académico estadounidense.

Mientras esto ocurre en un nivel macro de la economía norteamericana, paralelamente también en un plano más local se vienen produciendo serios problemas económicos. “Comunidades urbanas pequeñas están entrando a la bancarrota y por ejemplo no pueden pagar las jubilaciones”, indica el
científico social.

El investigador considera que en su país la clase media es la más afectada porque de un día a otro las familias pierden posición y los trabajadores que perdieron su empleo no pueden hallar otro puesto,
especialmente las personas entre 40 y 60 años, llegando incluso a perder sus casas. Es una situación que actualmente no tiene solución y no se observa posibilidad de encontrar una válvula de escape.

Además, Wallerstein señala que “la situación en Estados Unidos va a empeorar porque se va a eliminar la posibilidad que el gobierno sostenga gastos necesarios en este momento, creándose una situación peor que la actual. La fantasía del Tea Party está llevando a Estados Unidos y por consecuencia a todo el mundo en dirección de un crash”.

Teniendo en cuenta estas consideraciones el pronóstico del teórico norteamericano, para los próximos años, es bastante pesimista. “Yo veo guerras civiles en múltiples países del norte, sobre todo en Estados Unidos donde la situación es mucho peor que en Europa occidental, aunque allá también hay posibilidades de guerra porque hay un límite hasta el cual la gente ordinaria acepta la degradación de sus posibilidades”.

China y países emergentes

Ante la crisis de Estados Unidos y Europa los países emergentes por el momento parecen vivir bien, sin embargo, desde el punto de vista de Wallerstein, esconden una falsa realidad porque todos estamos en una misma canasta.

Teniendo en cuenta que China es el principal tenedor de bonos norteamericanos, ese país afronta una disyuntiva muy delicada. Wallerstein considera que si por un lado “deja de comprar bonos de
Estados Unidos va a perder la oportunidad de colocar productos chinos en ese mercado, un problema muy serio para la China. Al mismo tiempo, cuando el dólar pierda su posición relativa a las otras monedas sus bonos no van a valer mucho”.

Entonces, China se está arriesgando a perder enormemente tanto si se retira o si continúa en el mercado de bonos norteamericanos. Frente a esta situación considera que “lo más probable es que la China se vaya retirando poco a poco”. Justamente el problema está en determinar cuando es el momento perfecto para detener las inversiones, lo cual es imposible de señalar porque si lo supiéramos seríamos todos ricos, agrega el investigador.

Además de este serio problema que afronta China, explica que el país asiático atraviesa por una situación muy frágil desde el punto de vista de su economía interna, “porque los bancos chinos están en la misma situación que los bancos norteamericanos de hace dos o tres años”. Asimismo, la inflación limita posibilidades a China y a otros países emergentes como, por ejemplo, a Brasil.

En este contexto considera que los países emergentes, y en el caso de Suramérica la Unasur, deberán hallar los mecanismos de un “proteccionismo a corto plazo a fin de minimizar los daños que serán para todo el mundo. No habrá países que escaparán de los daños pero serán más grandes para algunos que para otros”.

Preguntado sobre la construcción de una nueva arquitectura financiera regional, con iniciativas como el Banco del Sur o de una moneda regional como el Sucre, el académico valoró positivamente esas posibilidades para los pueblos de América del Sur. “La creación eventual de una moneda verdadera común será un elemento de fuerza económica en esta situación”. En ese sentido citó como ejemplo que a pesar de las dificultades en Europa con el euro, la decisión de salvaguardar la moneda común “va a permitirles una posición política importante”.

Finalmente, como un mensaje para América Latina invitó a continuar con la reflexión sobre la necesidad de garantizar alimentos suficientes para su pueblo, agua para su pueblo, energía para su pueblo, como cuestiones mínimas y esenciales que deben hacer todos los gobiernos del Sur.


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BOLIVIA: EN EL ASUNTO DEL TIPNIS, ¿POR QUÉ NO PREGUNTAMOS A LA MADRE?


Por Rafael Bautista S.
El conflicto suscitado por la construcción de la carretera que atravesaría el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Secure, TIPNIS, descubre, de nuevo, la auto contradicción en que incurre un proyecto estatal que no ha superado su condición colonial. Porque su apuesta por el “desarrollo” no pasa por la generación de un nuevo modelo (acorde al nuevo contenido plurinacional que dice abrazar) sino del empecinamiento en perseguir el mismo modelo de “desarrollo” que produce nuestro subdesarrollo. No se trata de una palabra cualquiera sino del concepto que comprime la creencia última e irrenunciable de la dominación moderna. El concepto de “desarrollo” es sólo posible por la dicotomía superior-inferior que es, a su vez, un modo sofisticado de encubrir la previa clasificación racista entre civilizados y bárbaros.
En ese sentido, los procesos de “modernización” que abraza ahora nuestro nuevo Estado, asumidos como sinónimo de “progreso”, encubren esta clasificación naturalizada; pues los objetos a ser siempre “modernizados” somos nosotros (afirmamos estar en contra del capitalismo pero seguimos planificando nuestra economía a partir de sus criterios y sus expectativas). Seguimos mirándonos con los ojos del dominador, que nos hace creer que “su desarrollo” es el desarrollo que todos debemos perseguir; pero como el mundo ya no puede repartirse, en esa carrera perdemos siempre y, en efecto, logramos un “desarrollo”, pero que ya no es el nuestro. Para colmo, nuestra colonialidad naturalizada, nos hace creer que “desarrollo” y “progreso” son categoría éticas que nos prescriben el deber moral de “desarrollarnos”, como antes debíamos “civilizarnos”.
Si la historia se repite, la repiten quienes no aprenden nada de ella y no aprenden nada de sus dogmas de fe; por eso no es raro que la izquierda en este proceso (la nueva derecha del proceso) apueste por aquello que critica. En el primer volumen de El Capital, Marx muestra cómo el capitalismo naciente y su correspondiente sociedad burguesa, necesitan destruir toda forma de relación comunitaria para imponer exclusivamente intereses privados como el articulador de las nuevas relaciones sociales. Entonces, lo primero a destruir es la ligazón común, de pertenencia y reciprocidad, del campesino feudal con la tierra; esto se efectiviza con la privatización legal de la propiedad común del campo. El concepto mismo de propiedad es traducido como propiedad privada, es decir, toda propiedad sólo puede ser privada; lo que es posesión común ya no tiene ningún amparo legal, por lo tanto, es susceptible de apropiación (lo que era común ahora es de unos cuantos y lo que consagra las nueva propiedades no son las cercas sino las leyes).
El campesino moderno nace con esta nueva concepción de la tierra: ya no es algo sagrado o divino sino fuente de recursos, es decir, objeto de explotación. La expropiación “legal” de las tierras de comunidad (en el altiplano paceño) para pasar a poder de los nuevos latifundistas (los posteriores detractores del indio), tenían el mismo objetivo. Imponer relaciones sociales pasa por destruir las formas de vida comunitarias. La falacia que inventa la modernidad, para justificar todo proyecto de “desarrollo”, consiste en presentar a toda forma de comunidad como atrasada o prehistórica; pues desde la perspectiva de ella misma, todo lo que no es ella es pre moderno. Es decir, ella se pone, como juez y parte, para decidir que lo que ha destruido o lo que va a destruir, es inferior en sí y ella es lo único superior. En el concepto de “desarrollo” se halla comprimida esta concepción, desde la cual se encuentra devaluada toda forma de vida que no contenga sus valores irrenunciables: el interés individualista, la propiedad privada, la maximización de las ganancias, la codicia como ordenador de la existencia, etc.
Entonces, no se trata de rechazar la modernidad y su economía, el capitalismo, por afanes culturalistas o afirmación intercultural de las diferencias. No. Se trata del rechazo humano a una forma de vida (la moderna) que está conduciendo a la humanidad toda al suicidio colectivo del planeta. Por eso el discurso de “vida o capital” no se trataba de una afirmación folklórica sino de un juicio de hecho: persistir en el desarrollismo moderno era y es una carrera suicida, no sólo para nosotros sino para todos.
Por eso el grito de los pueblos indígenas era un grito superlativo, porque ese grito contenía el grito de la Madre (y de los Ajayus y Achachilas o, lo que dicen los indios de Norteamérica, el Gran Espíritu). Los indios se habían convertido en el portavoz de la Madre, sus defensores, quienes habían alertado al planeta entero, ellos, los primeros sacrificados del proyecto moderno. Por eso tenía sentido la constitución de un Estado plurinacional, como defensor de los derechos de la Madre tierra. Por eso era fundamental proponernos un nuevo modelo de vida que se traduzca en un nuevo modelo de desarrollo, que ya no confirme nuestro subdesarrollo como condición para el desarrollo exclusivo del primer mundo. Pero (oyendo a los portavoces gubernamentales) perseguir el mismo “desarrollo” moderno, delata un síntoma de adicción de algo que no se ha superado. El discurso entonces se hace demagogia y lo que se expresa afuera es algo en lo cual no se cree realmente. Por eso viene la pregunta: si, como dice el gobierno, los indios son manejados por las ONG, ¿por qué no preguntamos a la Madre?
La cuestión es simple. Si decimos ser “defensores de la Madre tierra”, es decir, no la concebimos como objeto sino como sujeto de derechos, por lo tanto, sujeto de expresión, entonces, ella misma puede expresarnos su parecer. Tenemos para ello su modo de comunicación, que es la hoja de coca. A ella también la consideramos como sagrada y hasta hacemos huajtas (ofrendas a la PachaMama) en palacio de gobierno. Es decir, si no creemos ya en los indios e incluso oponemos el interés nacional al interés de ellos, que ahora sería mero interés particular; preguntemos a la Madre, haber qué dice.
¿O es que ya tampoco creemos en la Madre? Y la defensa de ella es mero recurso demagógico para perseguir un proyecto que nos haga ricos, siempre a costa de alguien (en este caso de la Madre). Si el proyecto es, otra vez, la riqueza, habría que preguntarse, ¿qué clase de riqueza? Si es la riqueza moderna, entonces ya sabemos, el precio de esa riqueza es la producción de miseria. ¿Quiénes serían nuestros nuevos miserables? El enfrentamiento entre sectores campesinos e indígenas no es casual. Si los campesinos también apuestan por esa clase de riqueza entonces la tierra no es Madre sino fuente de ganancias; por eso hay cocaleros (no todos) que intensifican su producción a costa de los consumidores, pues de tanto químico que acelera las cosechas, la hoja bendita ya no produce bendición. Se convierte en fuente de ganancias. Lo sagrado se hace pagano.
El problema en el TIPNIS tiene varias aristas que, por el enfrenamiento insensato y paulatino que ha ido adquiriendo la política boliviana, gracias sobre todo a los medios de comunicación, no son fáciles de abordar en declaraciones de uno y otro lado. En principio, la posición gubernamental, errática como de costumbre, ahora insiste en el diálogo cuando previamente no propició aquello; pues lo sensato consistía en hacer del enunciado constitucional, política de Estado. Pero la posición, por principista de, por ejemplo, el ministro de la presidencia, muestra la incongruencia de esta posición con el nuevo contenido de Estado: “la consulta no puede ser vinculante porque no lo quiera yo sino porque en ningún país es vinculante”. Se olvida el ministro que ninguno de esos países es un Estado plurinacional que, además, proclama la defensa de la Madre tierra como defensa internacional. Ese apego legalista es ingenuamente colonial, pues el derecho internacional es una de las determinaciones del derecho de la conquista que se otorga, para sí, el conquistador. Es decir, postulamos la descolonización pero nos aferramos a la defensa hasta histriónica del derecho moderno, para el cual nunca fuimos sujetos de derecho sino mero objeto.
Por eso la Madre nunca tuvo derechos; si los indios son inferiores, con mayor razón la tierra, por eso el concepto de humanidad que proclama la modernidad consiste en su enajenamiento radical de su condición natural. La condición del indio es inferior porque es natural, en cambio, la condición del conquistador es superior porque es condición civil, donde hay leyes (hechas por el conquistador mismo).
Ya no es así, “el derecho ha avanzado”, dicen sus apologistas y, para ello, se amparan en la noción de “desarrollo”, con lo cual, de modo ingenuo, confirman la supeditación a la clasificación mundial que ha originado el racismo y que, en el paradigma del “desarrollo” (encubierto de modo sofisticado), deposita su última creencia: la superioridad europeo-gringo-moderno-occidental. El gobierno insiste en algo que no cree (el “mandar obedeciendo”); pues si creyera, escucharía de modo anticipado, por eso firma contratos sin atender a los afectados, sólo atiende a las necesidades de los inversores, porque también se ha creído el cuento de la inversión. Si Marx desmonta el sistema de categorías de la ciencia económica burguesa, es para mostrar su falacia encubierta: que el capital es la fuente de toda riqueza. Descubre Marx lo contrario: el capital sólo sabe desarrollar su proceso de acumulación socavando, a su vez, las dos únicas fuentes de riqueza: el trabajo humano y la naturaleza. Quien piensa que no hay nada sin inversión, es decir, sin capital, no ha entendido en aquello que consistiría una crítica al capitalismo. Éste es apenas la expresión económica de un proyecto de vida. Ese proyecto es el moderno. Entonces, no hay crítica de su sistema económico sin crítica de sus presupuestos culturales y civilizatorios.
Volvemos al inicio, ¿por qué no preguntamos a la Madre? No preguntamos porque, en el fondo, no creemos en ella, y no creemos porque somos más modernos que el conquistador. El enemigo no está afuera, está en uno mismo, naturalizado en nuestras concepciones de vida, hombre y naturaleza. Por eso toda crítica es descalificada como puro resentimiento. Porque nuestra noción del poder no ha sufrido cambio alguno y llamamos “mandar obedeciendo” a lo que es, en realidad: Yo mando y tú obedeces. Y si no obedeces, estás en contra del proceso. Y si la Madre no obedece, ella también está en contra del proceso. Entonces, todos aparecen como obstáculos del proceso; como algo a eliminar, para el “desarrollo” del proceso. De ese modo, se produce la recaída en aquello que se pretendía abandonar, la política neoliberal. Para ésta, seres humanos y naturaleza, se presentan como distorsiones del equilibrio del mercado, que siempre son vistos como amenazas externas que impiden el desarrollo de la supuesta armonía que produce el mercado (un verdadero ídolo moderno, como el capital, al cual se sacrifican, desde 1492, pueblos enteros). Que esto crean en el primer mundo se entiende, pero que esto siga siendo dogma de fe de los supuestos anti-neoliberales ya es patético.
Seguramente, la pregunta que origina estas notas, motivará la burla de algunos que están en ámbitos de decisión. Preguntar a la Madre les sonará irrisorio, cosa de indios o, como ya dicen, producto de las “siete fumadas poderosas”; tal vez haciendo eco de los detractores del proceso, aquellos despistados que ven en la crítica a la modernidad el “pachamamismo” que les produce tanta ansiedad (¿será que se conciben como los nuevos cruzados del racismo moderno, denunciando los despropósitos prehistóricos de la indiada?).
Amenazados por esta nueva cruzada (que no logró desprestigiarlos, pero no cesa de “hacerles entrar en razón”, incluso a la fuerza) los indios empiezan la marcha y, con ellos, marcha la Madre, reclamando, en primera instancia, coherencia. Que el discurso se haga política de Estado. Porque lo que está en juego no es el empecinamiento de los indios que, supuestamente, sólo desean aislarse. Veamos. De las 4’463.157 hectáreas de bosque tropical certificados en el mundo, Bolivia posee 1’474.175, es decir, el 33%, superando inclusive al Brasil, con 1’249.204, el 28%. Parte de ese 33% se encuentra en el TIPNIS. El ingreso a este territorio, por su centro neurálgico, representa inevitablemente, la colonización territorial de estos bosques tropicales. Los cuales no son sólo el pulmón del planeta sino el lugar de origen del 95% de los recursos genéticos, es decir, microorganismos, plantas y animales, de todo el planeta.
La agricultura tropical es de suma importancia para los intereses del primer mundo y sus transnacionales de los granos y los alimentos, por eso no es raro la sentencia de Kissinger: si controlas el petróleo, controlas a los gobiernos, pero si controlas los alimentos, controlas a los pueblos. La lucha por el acceso, control, apropiación, regulación y uso de los recursos tropicales es una nueva distribución geopolítica de los recursos naturales. Ya es sabida la influencia de la Empresa Brasileira de Pesquisa agropecuaria, EMBRAPA, en algunas políticas agropecuarias que se traducen en nuestro país; esta empresa creada en 1972, en plena dictadura militar, bajo auspicios de la fundación Ford, es uno de los centros de investigación que aplica y desarrolla la cultura científica hegemónica en la actualidad, es decir, el dominio y control de los recursos genéticos en beneficio de las transnacionales. Fue el mismo Ford quien financió una de las mayores destrucciones del Amazonas para la producción intensiva de caucho; la lógica de la maximización de los beneficios hace creer a la propia ciencia que puede alterar y reconducir en unos cuantos años lo que a la naturaleza le costó millones de años. Las alteraciones, en este caso, son producto de la necesidad que siempre ha tenido el primer mundo, de contar con el acceso irrestricto de todas las riquezas naturales, para beneficio exclusivo suyo.
Entonces, ¿cómo se puede insistir en que el interés de los indígenas del TIPNIS sea particular? ¿No se estará admitiendo que lo que entendemos por interés nacional, no es otra cosa que el interés de acceso y control de uno de los últimos reservorios de recursos genéticos del planeta? Sin contar, por supuesto, el petróleo y el gas que se supone existen allí. Es decir, ¿es la defensa del planeta, o sea, de la Madre tierra, interés particular? ¿Por qué una carretera debe necesariamente penetrar el corazón del TIPNIS y no bordearlo?; además habiendo otras conexiones más urgentes y necesarias (como la tan deseada conexión entre La Paz y Trinidad) y no precisamente Villa Tunari-San Ignacio de Moxos. Ahora la ABC (Administración Boliviana de Carreteras) señala que no hay todavía proyecto definido; pero entonces, ¿por qué las palabras del presidente, del sí o sí se construye esa carretera, por donde se ha proyectado, quieran o no los indígenas? ¿Por qué el llamado al diálogo, como de costumbre, se da a destiempo, cuando la marcha se inicia?
Si ya no creemos en los indios, porque se han hecho expresión de los ambientalistas y de la derecha, otra vez, ¿por qué no preguntamos a la Madre? Tenemos a yatiris, amautas y chamanes, que son los representantes del saber y el conocimiento de nuestros pueblos; ¿o es que sólo nos sirven para la foto y la imagen internacional? ¿Será que, en el fondo, no creemos en ellos ni en la Madre? Entonces, ¿cómo podemos pretender siquiera ayudarlos si no creemos en ellos? Si fuéramos primer mundo se entendería esa apuesta: dominar; pero si somos nosotros la prueba histórica de las consecuencias irracionales de aquello, ¿por qué la obstinación en perseguir algo que sólo produce miseria? La crisis ecológica no es producto de la casualidad sino las consecuencias de un modelo de vida que hace de su “desarrollo” depredador el único posible. La humanidad entera está hambrienta de alternativas, incluso el primer mundo; si es así, ¿por qué clausurar en nosotros la posibilidad de ser fieles a una apuesta que no es sólo nuestra sino mundial?
“Vida o capital” quería decir: toda recomposición de la lógica del capital es acceso, control, apropiación, regulación y abuso de los recursos naturales, en beneficio apenas del 1% rico del planeta; quienes, para colmo, apenas son los empleados de los dueños del planeta, aquellos que se aglutinan en torno a aquellos ámbitos oscuros e influyentes, como el club Bilderberg. El 1% de ese 1% son los verdaderos dueños del mundo, quienes poseen las transnacionales como la ostentación de sus business. Entre esos se encuentran las dinastías Rotschild y Rockefeller; cuya fortuna, si se repartiera entre cada uno de los 7.000’000.000 de gentes que pueblan este planeta, deberían recibir, cada uno, a 3’000.000 de dólares. Pero ni esa distribución produciría la felicidad, porque se trata de dinero maldito. Nada robado produce la felicidad, y eso lo saben muy bien los ricos del primer mundo, por eso hasta se suicidan, teniendo todo.
La única forma es hacer un alto en aquella desenfrenada apuesta por un “desarrollo” y “progreso” que nos hace volver al estado natural de Hobbes, la lucha de todos contra todos. La crisis actual es una crisis civilizatoria que se percibe en la relación entre los mitos modernos y los proyectos políticos que se proponen su realización. El “progreso infinito” es uno de ellos; el mito consiste en que es posible de ser realizado, lo cual desata la rebelión de los límites, porque ni el ser humano ni la naturaleza (fuentes de toda riqueza) son infinitos, en consecuencia, la maximización de la acumulación, como criterio de “desarrollo”, “crecimiento” y “progreso”, atenta al propio “desarrollo” y a la vida misma. Si la vida es limitada, porque es mortal, no puede imponérsele un modelo que la devalúe a ser mero sostén de un afán infinito. En eso consiste la irracionalidad de la racionalidad económica moderna, que ya no es sólo capitalista sino también socialista. La segunda critica el dominio burgués del trabajo pero insiste en el dominio de la naturaleza. Siempre hay que dominar algo, en eso consiste ser moderno. Contra toda forma de dominio es que se levanta, Hinkelammert dixit, el grito del sujeto reprimido.
Por eso, en la marcha en defensa del TIPNIS, marcha la Madre misma, porque no ha sido consultada, por un alguien que dice ser su defensor. Si lo es, que sea consecuente con lo que pregona. Que escuche y obedezca antes de actuar. Y si la Madre dice no, que sea consecuente hasta el final. Si se trata de la Madre, se trata del origen de la vida y, si no hay vida, no hay nada, ni siquiera el “desarrollo” y “progreso” que tanto se pregona. La Madre no es infinita e inagotable, es un ser vivo, un sujeto de derechos al cual debemos respeto. Por eso la frase del presidente fue de lo más desafortunada, cuando pidió a los cocaleros (para reafirmar la decisión gubernamental de construir la carretera en su fase dos, en base al proyecto original, cortando al TIPNIS en dos), “conquistar a las indias yuracares”.
La devaluación de la Madre ha traído consigo, bajo la lógica moderna, la devaluación de la mujer; lo cual no es, ni más ni menos, que la devaluación de la vida misma (porque lo femenino es fuente de vida). Conquistar significa poseer, someter algo como mío; así piensa el colonizador aunque se haga llamar intercultural. Por eso la modernidad globaliza su lógica de modo épico. Se trata del júbilo de la muerte, como única y suprema vencedora ante el vacío que queda en el universo entero, cuando se ha acabado con la vida. Por eso descolonizarse no significa cambiar de apariencia, ni de bandera ni de grito de guerra sino cambiar, en definitiva, de forma de vida.
El tránsito hacia una nueva forma de vida no es, en consecuencia, exclusivamente lógico sino existencial, es decir, no se trata de cambiar de idea sino que la idea se encarne en una nueva subjetividad, es decir, en un nuevo sentido de la existencia. Sólo quien atraviesa esto podría concebir como lógico y sensato algo como “preguntar a la Madre”. Algo que sería locura a los ojos de “este mundo” moderno. Pero, dice el mismo fundamento, al cual acude el Occidente moderno, para reafirmarse, que “Dios escogió a los débiles para vencer a los fuertes, a los ignorantes para confundir a los sabios”.
Desde la lógica de la dominación, los que marchan por la Madre, los indios, esos son los débiles e ignorantes, los irracionales, salvajes y bárbaros; pero para el propio Dios cristiano, esos son los escogidos, “lo que no es”, para poner en su lugar a lo que es: Toda dominación es un gigante de bronce con pies de barro; porque la verdadera fuerza no la tienen los que mandan. La verdadera fuerza proviene de lo débil. Por eso, el origen del poder no es el que gobierna, el verdadero origen del poder es la comunidad. Por eso ella está en todo su derecho para reclamarle al detentador actual del poder –al que se le ha transferido, de modo circunstancial, ese poder originario– el cumplir el mandato original.
Otra vez, la marcha demanda el aprender a escuchar; y el silencio sospechoso, de las voces oficiales de la defensa de la Madre tierra, no hacen sino confirmar el abandono gubernamental de los principios que dieron origen a este gobierno. Seguramente ya no hay nadie quien le recuerde, al presidente Evo, por qué había luchado.
A la oposición le duele no ser ella la que comande esta nueva apuesta por el mismo “desarrollo” que cree como el único posible; le duele que lo haga un indio y que éste les muestre la inoperancia prebendal y corrupta de su tradición. Lo que les irrita es que lo que debieron hacer ellos (pero no hicieron por ladrones), lo haga aquel que siempre despreciaron. Pero el problema ya no es ese sino que toda discusión se reduzca al modo de hacer las cosas y no al sentido que debiera tener un proyecto de desarrollo propio. El gobierno ha caído en el discurso del “desarrollo”, por eso en sus planes educativos, otra vez, se insiste en la formación de técnicos, como salvación nacional; es decir, no se concibe la manera de producir conocimiento propio sino sólo aplicar el conocimiento hegemónico, es decir, convertirnos en mano de obra apta para aplicar lo que se produce en el primer mundo. Por eso se apuesta, otra vez, de modo solapado, a la consigna colonial del “exportar o morir”; y en esa línea se encuentra la construcción de la carretera que atraviesa el TIPNIS. Se trata de una nueva conquista del territorio, ni siquiera para integrarnos entre nosotros, sino para abrir los territorios vírgenes como ampliación de los mercados, es decir, poner en bandeja de plata lo que se le antoje al capital transnacional que, para eso, tiene dinero, y mucho, para someter a un Estado que, en esa lógica, tiene necesidad de dinero, y mucho, para así sellar su dependencia estructural, con inversión, financiamiento, transferencia tecnológica, etc. Eso trae plata para repartir por supuesto (más aun cuando nuestros proyectos se circunscriben al mismo del primer mundo; presos de sus seductoras mercancías, para lo cual se requiere siempre más ingresos, como el adicto requiere cada vez más dosis), pero, a la larga, lo que ganamos no compensa lo que destruimos.
Los indios Cree tienen razón: “sólo cuando se haya cortado el último árbol, sólo cuando el último río haya muerto envenenado, sólo cuando se haya cazado al último pez, sólo entonces verás que el dinero no se puede comer”. Parece que sólo así aprenderemos que la tierra, como decía el cacique Seattle, no es nuestra enemiga (a quien hay que vencer para triunfar) sino nuestra hermana; en nuestro caso, nuestra Madre. Ojalá que no nos demos cuenta de eso cuando ya sea demasiado tarde.
La Paz, Bolivia, 14 de agosto de 2011
Rafael Bautista S.
Autor de “¿QUÉ SIGNIFICA EL ESTADO PLURINACIONAL?” y “HACIA UNA CONSTITUCIÓN DEL SENTIDO SIGNIFICATIVO DEL VIVIR BIEN”
rincón ediciones
rafaelcorso@yahoo.com



Banco Mundial: altos precios de alimentos contribuyen a crisis en Cuerno de África

El alto precio de los alimentos, próximo a los niveles récord de 2008, es uno de los responsables de la crisis alimentaria que se vive en el Cuerno de África, afirmó hoy el Banco Mundial, según el cual sobre todo los más vulnerables del mundo todavía están en la "zona de peligro" por esta situación.

"Los persistentes altos precios de los alimentos y las bajas reservas de comida indican que seguimos en la zona de peligro, siendo los más vulnerables los menos capaces de afrontar" la crisis, dijo el director del Banco Mundial, Robert Zoellick, al hacer público este lunes el reporte trimestral del Índice de Precios de Alimentos del organismo.

La situación es especialmente dramática en el Cuerno de África, sobre todo en Somalia, donde los precios de cereales producidos localmente ya superan los niveles récord de la última gran crisis de precios de alimentos mundial, en 2008.

Productos como el sorgo rojo aumentaron un 240 por ciento y el maíz un 154 por ciento en ese país, donde de los 3,7 millones de personas afectadas por la crisis 3,2 millones necesitan ayuda de forma "urgente", de acuerdo con el reporte.

"En ningún lugar se produce una peor combinación de altos precios de alimentos, pobreza e inestabilidad como en el Cuerno de África", subrayó Zoellick.

Según indicó, es "vital" mantener la vigilancia a nivel general, en vista de las "incertidumbres y volatilidad" que siguen marcando los mercados de alimentos, especialmente de azúcar y arroz que, de acuerdo con el BM, podrían tener "efectos inesperados" en los precios de los alimentos en los próximos meses.

A ello se une la todavía incierta situación política en Cercano Oriente y el norte de África que, según el BM, "probablemente mantendrán volátiles los precios del petróleo a corto plazo".

El reporte trimestral del BM indica que los precios globales de los alimentos permanecieron hasta julio "significativamente más altos", alrededor de un 33 por ciento, que hace un año. Los alimentos que más subieron de precio fueron el maíz (84 por ciento más alto), azúcar (62 por ciento), harina (55 por ciento) y aceite de soya (47 por ciento).

El precio del petróleo es un 45 por ciento mayor que en julio de 2010, lo que "afecta a los costes de producción y al precio de fertilizantes", que subieron 67 por ciento en el mismo período, de acuerdo con el informe.

"No hay un colchón" para afrontar la situación, alertó Zoellick. Los precios domésticos de los alimentos siguieron siendo volátiles en los últimos meses. Según el BM, el precio del maíz, por ejemplo, aumentó 100 por ciento en los mercados de Kampala, Mogadishu y Kigali en el último año.

Por el contrario, el del maíz cayó 19 por ciento en capitales como Puerto Príncipe o Ciudad de México.

El organismo con sede en Washington resaltó el "notablemente agudo crecimiento" de los precios de alimentos básicos "clave" en Centro y Sudamérica, así como en el este de África.

Este aumento sostenido de los precios de los alimentos también está provocando un alza de la inflación en países como Etiopía o Guatemala, agregó.



Cientos de mujeres marchan en Costa Rica para rechazar discriminación


A las manifestantes se sumaron integrantes de organizaciones lésbicas, gays y transexuales. EFE

  • Desnudas o vestidas, nosotras dirigimos nuestras vidas, fue una de las consignas
  • La protesta se enmarcó en similares marchas contra la violencia hacia la mujer

Centenares de mujeres costarricenses marcharon para exigir respeto e integridad hacia su persona; durante la marcha se gritaron consignas y se mostraron pancartas

SAN JOSÉ, COSTA RICA (14/AGO/2011).- Centenares de mujeres costarricenses salieron hoy a las calles de la capital del país para exigir el fin de cualquier tipo de discriminación de género y el respeto a su forma de vestir.

Según organizadores, unas mil mujeres, acompañadas también por hombres, se sumaron a la marcha alrededor de la manzana que ocupa el capitalino Parque Central, frente a la catedral de la capital costarricense.

Durante la marcha, los manifestantes corearon numerosas consignas y portaron pancartas para exigir respeto a las mujeres.

A la manifestación también se sumaron integrantes de organizaciones del movimiento del movimiento de lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros (LGBT), y de organizaciones defensoras de los derechos humanos.

"Desnudas o vestidas, nosotras dirigimos nuestras vidas", "No es NO! Te dije que NO!", fueron algunas consignas en la marcha de este domingo.

La protesta se enmarcó en similares marchas contra la violencia hacia la mujer, realizadas en otros países.



Colombia: Manifiesto por la tierra y la paz

Responder

Los miles de asistentes al Encuentro nacional de comunidades campesinas, afrodescendientes e indígenas por la tierra y la paz de Colombia. El diálogo es la ruta, realizado en Barrancabermeja del 12 al 14 de 2011 declaramos frente a la sociedad colombiana y la comunidad internacional:

1. Hemos concluido nuestro encuentro con un balance de pleno éxito. Los propósitos que nos trazamos de analizar la situación del país se han cumplido con creces. Hemos considerando de manera específica nuestras preocupaciones por el futuro de nuestra tierra, nuestro territorio y nuestros recursos, por la democracia, la situación y la garantía de nuestros derechos, así como del estado de la guerra y las posibilidades de una solución política.

2. Estos resultados, son expresión de una multitudinaria manifestación y aspiración ciudadana, que se ha realizado en forma pública y ha sido transmitida por medios de comunicación. Los frutos de este encuentro son producto exclusivo de nuestro sacrificio y esfuerzo colectivo y anhelo por encontrar caminos para la paz.

3. Agradecemos el acompañamiento de la Iglesia, de la Gobernación de Santander y de la Alcaldía de Barrancabermeja, así como de la Comunidad internacional, especialmente de algunas de sus organizaciones comprometidas con las causas de los derechos humanos y de la paz. Su concurso ha sido del mayor significado.

4. Manifestamos nuestro rechazo frente a las políticas gubernamentales que durante la última década se han venido implantando en el país para promover un modelo económico que propicia la explotación intensiva de nuestra tierra y recursos naturales , favorece a las empresas transnacionales y los grupos económicos, acentúa los conflictos por la tierra y la lucha por el territorio, estimula nuevos procesos de expropiación, despojo y de desplazamiento forzado, deteriora radicalmente los procesos sociales y compromete nuestras condiciones de soberanía y seguridad alimentaria. Este modelo económico destruye la economía campesina, los territorios de las comunidades indígenas y afrodescendientes y produce un escalamiento de la dinámica del conflicto social y armado que agobia a nuestro país.

5. Expresamos nuestra preocupación frente al proyecto gubernamental de Ley general de tierras y de desarrollo rural, la ley de víctimas y de restitución de tierras y el Plan Nacional de desarrollo, porque no garantizan los derechos de los colombianos y favorecen el actual modelo minero energético no beneficioso para el medio ambiente y para el pueblo colombiano.

6. Afirmamos nuestro apoyo al proyecto de Ley de Reforma agraria integral, presentado por las organizaciones campesinas, construido por la Mesa de Unidad Agraria, y presentado en este encuentro, por considerar que él recoge en gran medida las aspiraciones de la población rural colombiana, y demandamos de la sociedad su más amplio respaldo.

7. La democracia en nuestro país y la generación de mejores condiciones para hacer efectivos y garantizar nuestros derechos demanda un nuevo modelo que posibilite el uso de nuestros recursos y riquezas, superando las profundas desigualdades económicas y sociales, en función del buen vivir de nuestra población.

8. Nos preocupa que pese al reconocimiento formal del conflicto colombiano por parte del gobierno actual y a sus manifestaciones acerca de que la llave de la paz no estaría extraviada, es evidente que la pretensión de la solución militar se encuentra en el primer lugar de la agenda gubernamental y responde a un equivocado concepto de "paz de vencedores y vencidos”. La historia del conflicto colombiano nos muestra que las soluciones militares no conducen a la paz. Por tanto, no podemos continuar atrapados por la perspectiva de un escalamiento de la guerra y de una creciente intervención militar extranjera. No queremos continuar nuestras vidas con la permanente amenaza de las bombas y las balas. Es hora de ponerle fin a la guerra. La solución política se constituye en una necesidad.

9. Somos conscientes que la perspectiva de la solución política posee muchos enemigos, especialmente aquellos que se benefician del estado de cosas existentes y de la sociedad de privilegios que les sirve de sustento. Desactivar la guerra desfavorece, además, a quienes han hecho de ella un negocio lucrativo. Los colombianos tenemos el derecho a propiciar conscientemente la generación de nuevas condiciones para emprender el camino que pueda conducir a un trámite distinto del basado en el ejercicio de la violencia-de manera que los conflictos que le son inherentes a nuestra sociedad, puedan transitar por la vía del dialogo la justicia social y la paz.

10. Tenemos la convicción acerca de la necesidad de avanzar en la concepción y materialización de una ruta de la paz, que tenga como próxima meta la conformación de un movimiento de alcance nacional con apoyo internacional con el mandato expreso de promover la construcción de la paz con justicia social y la solución política al conflicto social y armado. Caminar en esa dirección demanda la generación de un clima favorable. Es urgente trabajar todos juntos para consolidar una cultura de la paz. Consideramos que las partes comprometidas de manera directa en la confrontación deberían contemplar como gesto mutuo frente a la sociedad colombiana un cese bilateral de hostilidades, que abra la posibilidad del diálogo. Igualmente, la consideración de compromisos y acuerdos humanitarios que permitan parar la violencia contra la población civil y todos los crímenes atroces.

11. Las declaraciones generales sobre la paz y el dialogo son insuficientes y muchas veces se han acompañado de escalamientos en la guerra. Por ello este Encuentro exige gestos y hechos de todas las partes que signifiquen respuestas positivas a los reclamos de la población, de las comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes: alto al desplazamiento forzado y al despojo; respeto incondicional a los derechos de los niños, niñas y mujeres, garantía y respeto a los derechos de las víctimas; no militarización de los territorios, respeto a la autonomía de los pueblos indígenas. Parar la guerra y construir la paz. Es la hora de la solución política.

12. Necesitamos hacer realidad la idea consistente en que el diálogo es la ruta. Materializar ello implica, sobre todo, las más amplia participación social y popular. La solución política no puede ser un asunto de competencia exclusiva de las partes comprometidas de manera directa en la contienda militar. “Todas las voces todas, todas las manos todas”, de este país requieren ser escuchadas y movilizadas para sentar las bases que nos permitan avanzar hacia la paz con justicia social. Ello supone una ardua tarea de organización, politización y movilización social, que deseamos asumir con todos aquellos que estén dispuestos a acompañarla, y que se suma a todos los esfuerzos e iniciativas sociales y populares que a través de diferentes vías y mediante variadas expresiones organizativas se vienen desarrollando en el país. Ese espacio se debe construir y ampliar garantizando el respeto a las organizaciones sociales y a su autonomía. Su punto de partida se encuentra en las innumerables manifestaciones de la acción colectiva social y popular, en los diferentes procesos organizativos que con enfoques distintos y diversas perspectivas políticas se han venido gestando en nuestro país durante los últimos años.

13. Proponemos que todos esos esfuerzos, articulados entre sí y sumados a otras expresiones de la organización social en el ámbito local o atendiendo preocupaciones sectoriales, étnicas, o de género, confluyan en la preparación y realización de constituyentes regionales, espacios de soberanía popular y participación ciudadana, concebidos como mecanismos de construcción de paz y justicia social y por la solución política. Su diseño, debe de posibilitar la consideración de la problemática general del conflicto y sus salidas, así como el abordaje de las respectivas especificidades regionales. Estos procesos suponen la participación activa y directa de los más amplios sectores sociales, atendiendo su diversidad y pluralidad, y debe ser conducente a la definición precisa de mandatos regionales.

14. Estas dinámicas representan espacios de confluencia hacia una Asamblea nacional de Constituyentes y procesos regionales por la paz. De la asamblea debería salir un mandato nacional por la solución política y la paz con justicia social, con su correspondiente definición programática y de acción política. Todo este esfuerzo tiene una posibilidad más cierta si logra acompañarse de la comunidad internacional

15. Las conclusiones de este encuentro, producto de nuestra ardua labor en diferentes mesas de trabajo, así como esta declaración política, serán entregadas a la sociedad colombiana, al Gobierno central y demás poderes del Estado, así como a las guerrillas de las FARC-EP y del ELN, con el fin de hacer expresa nuestra voluntad y aspiración porque se exploren con urgencia acciones tendientes a desatar el nudo de la confrontación y avanzar hacia la solución política y la paz. Estamos convencidos que ese es el sentir creciente del pueblo colombiano: Vivir en paz con justicia social.

16. Invitamos a todas las organizaciones participantes a impulsar y participar en los diferentes escenarios e iniciativas para seguir fortaleciendo las apuestas de este encuentro.

ENCUENTRO NACIONAL DE COMUNIDADES CAMPESINAS, INDÍGENAS, AFRODESCENDIENTES POR TIERRA Y LA PAZ DE COLOMBIA.

EL DIALOGO ES LA RUTA
BARRANCABERMEJA 14 DE AGOSTO DE 2011

España: Los salarios de la banca, "un insulto a la inteligencia" según Ministro José Blanco


El Portavoz del Gobierno y ministro de Fomento, José Blanco, ha abogado por regular los altos salarios que cobran los directivos de la banca, porque "son un abuso" y "un insulto a la inteligencia de los ciudadanos".

"A mi no me parece que los directivos de las entidades financieras, incluídas las que están naciendo, se pongan salarios desproporcionados en una situación de enorme dificultad para el conjunto del país", ha afirmado el portavoz haciendo referencia a Bankia .

Blanco, quien ha comentado sobre los altos directivos que " es un insulto esto de que la crisis no vaya con ellos", ha propuesto someter los salarios a algún tipo de control que evite los abusos.

"La sociedad quiere propuestas sensatas aunque supongan dificultades"

Al mismo tiempo, el Portavoz del Gobierno ha apoyado el acuerdo de moderación de rentas propuesto por el candidato a la presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, y ha argumentado que "no es mucho pedir" crear un pacto que destine una parte de "los beneficios y otras rentas" (en referencia a las rentas más altas) para crear empleo y garantizar una contención salarial que mejorare la productividad. "No se trata de rebajar salarios, se trata de moderarlos", ha puntualizado.

Blanco se ha mostrado seguro de que una medida en esta dirección tendrá una buena acogida en el conjunto de la sociedad, que quiere, a su juicio, "propuestas sensatas, aunque algunas supongan dificultades". "El que más y el que menos, ahora mismo encuentra a su alrededor a alguien en situación de desempleo y todo el mundo que entienda que la moderación salarial y el reparto de los beneficios y otras rentas tendrá como objetivo crear empleo se sumará", ha apostillado.

Mirándose al obligo

En cuanto a las jornadas de pánico que han acechado a las Bolsas durante los últimos meses, el portavoz del Ejecutivo ha apostado por una fuerte acción conjunta a escala multilateral para disipar la incertidumbre en los mercados y poner coto a los especuladores.

Blanco ha incidido en la "debilidad de las instituciones europeas e internacionales para hacer frente a los desafíos" planteados por la crisis, aunque ha valorado la labor de los bancos centrales, que ya están tomando decisiones.

Lo que está claro, según precisó, es que "se necesita más Europa, más política económica común y más respuesta global". "Esto ya no es un problema español". "En este barco vamos todos y se equivoca aquel que piensa que mirándose al ombligo se pueden resolver los problemas globales", ha sentenciado.

La impunidad de las agencias de rating

Por otro lado, José Blanco también ha señalado que la crisis está poniendo de manifiesto que "estamos pagando años de mercados no regulados", en referencia a la impunidad con la que actúan las agencias de rating.

"Siempre hemos dicho que es necesario regular mejor las agencias de calificación", ha aseverado el ministro y portavoz, que ha recalcado la necesidad de crear unas agencias europeas que acaben con la concertación con la que los especuladores intentan dificultar la economía de muchos países.




Sarayaku: Los guardianes de la selva


El pueblo amazónico de Sarayaku ha sentado en el banquillo al Estado de Ecuador por violaciones de los derechos humanos durante el conflicto con la petrolera CGC, a la que logró expulsar de su territorio en 2004

MARTÍN CUNEO / EMMA GASCÓ SARAYAKU (ECUADOR)

Diario Público, Madrid, 12/08/2011


Indígenas quechuas del pueblo ecuatoriano de Sarayaku protestan con una ceremonia espiritual, el pasado 6 de julio. Jeffrey Arguedas / EFELa mayoría de los asistentes nunca había visto un juicio. Mucho menos uno retransmitido en directo por internet. Agolpados en una casa comunal de paredes de madera y techos de palma, una cuarta parte de la población de Sarayaku siguió la declaración de sus vecinos ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos de Costa Rica los pasados 6 y 7 de julio.

El acusado: el Estado de Ecuador. Los cargos: permitir en 2002 la entrada de la petrolera CGC sin consultar a la población y ser responsable de violaciones de derechos humanos. Aún hoy, permanecen en sus territorios una tonelada y media de explosivos enterrados por la petrolera.

Los representantes de Sarayaku pidieron a la Corte que el Gobierno declare el área zona libre de actividad petrolera y retire los explosivos. "Que no dejen ingresar a los que andan reventando la tierra", resumía Sabino Gualinga, líder espiritual de Sarayaku de 89 años, al ser preguntado sobre lo que esperaba de la sentencia, que debe ser dictada antes de fin de año.

La mayoría de los 1.200 habitantes de Sarayaku viven de la agricultura de subsistencia, de la caza y de la pesca. Para llegar a su territorio, 135.000 hectáreas de bosques vírgenes amazónicos, hay que viajar en canoa o en avioneta. Algo que ha ayudado a mantener alejados, hasta ahora, los efectos más negativos de la modernidad. Pero ha sido su carácter de "pueblo guerrero", en palabras de José Santi, uno de los jóvenes que protagonizó la lucha contra la petrolera, lo que ha permitido la conservación de su forma ancestral de vida.

En la historia de Sarayaku abundan los episodios de resistencia. Entre los años cuarenta y sesenta, la población obligó a la Iglesia y al Ejército a abandonar sus territorios. En 1989 le tocó el turno a la petrolera Arco-Agip. No en vano, Sarayaku es conocido como el "pueblo del mediodía, que jamás caerá, y, si cae, será el último en caer", dice José Gualinga, presidente de la comunidad.
Las mujeres sarayaku fueron las primeras en decidir que iban a cerrar el paso a la petrolera

Pero fue a partir de 1996 cuando la comunidad empezó a estar realmente en peligro. En ese año, el Estado adjudicó a la petrolera argentina CGC el bloque 23, que abarca 200.000 hectáreas de selva, el 60% de ellas dentro del territorio de Sarayaku. La empresa contrató a una compañía de relaciones públicas y a personas de las poblaciones vecinas para "dividir y enfrentar a las comunidades", según cuenta Gualinga. Y en parte lo logró. La divisiones se dieron incluso dentro de las familias. Según Patricia Gualinga, responsable del área de Mujer y Familia en Sarayaku, "si los hombres dudaban, las mujeres dijeron que no desde el principio. Cuando llegaron los representantes de la empresa, las mujeres ya habían tomado una decisión: no permitir el ingreso de la petrolera".

Peces envenenados

La experiencia de las comunidades del norte de la Amazonia ecuatoriana, donde la Texaco-Gulf ingresó en 1967, fue determinante. "En Lago Agrio, los peces están envenenados, no se puede beber agua del río y el petróleo se te pega a las manos", comenta José Santi, que viajó a la zona junto con otros 20 jóvenes de Sarayaku para conocer de primera mano los efectos de las petroleras. "Allá nos ayudaron mucho: nos dijeron que no dejemos entrar a la compañía, porque luego ya es demasiado tarde", dice.

«Riqueza es tener fauna, una familia unida, la selva no contaminada... Sin eso, somos pobres»

A finales de 2002, la empresa CGC, con la protección del Ejército, penetraba por primera vez en su territorio. En una asamblea general, el pueblo se declaró en estado de emergencia. En las fronteras del territorio se instalaron cerca de 25 campamentos de "paz y vida". En tiendas de palos y hojas de palma, cerca de 600 personas resistieron durante más de cuatro meses.

Equipados con aparatos de radio, diferentes patrullas custodiaban los límites del territorio. Cuando los trabajadores de la empresa intentaba entrar, daban la alarma y salíanlanza en ristre y con las caras pintadas al encuentro de los invasores. Las patrullas, siempre con las mujeres al frente, les tendían emboscadas y los obligaban a retirarse.

A principios de 2003, fue interceptada una avanzadilla de trabajadores custodiados por militares fuertemente armados dentro del territorio de Sarayaku. Las mujeres rodearon a los militares y les quitaron las armas. Las imágenes de las mujeres devolviendo las pesadas ametralladoras a los oficiales del Ejército unos días después dieron la vuelta al mundo. A cambio de las armas, fueron liberados cuatro indígenas que habían sido detenidos y torturados por el Ejército y la empresa, tal como relataron los testigos en el juicio.

Daños irreparables

En 2004, tras varias sentencias judiciales, la compañía decidió retirarse. Pero los daños causados en la comunidad eran irreparables. Durante meses, las clases estuvieron suspendidas y los cultivos, abandonados. Los explosivos quedaron enterrados y las divisiones producidas entre las distintas comunidades provocaron numerosos enfrentamientos, con el saldo de decenas de heridos.
Durante el juicio en la Corte Interamericana quedaron al descubierto dos visiones contrapuestas del significado de desarrollo. Uno de los principales argumentos de los abogados del Estado fue que el derecho a la consulta previa, reconocido en la Constitución ecuatoriana, "no puede convertirse en un derecho de veto que atente contra el desarrollo de todo el país".

En cambio, para el presidente de Sarayaku, José Gualinga, riqueza "es tener fauna, una selva no contaminada, una familia unida, conocimientos sobre prácticas agrícolas y medicinales, un sistema propio de educación... Sin eso, nosotros somos pobres".

Parece claro que los planes del Gobierno no coinciden con los de Sarayaku. Según Alexandra Almeida, de la organización Acción Ecológica, una nueva ronda de licitaciones petroleras prevista para octubre de este año vuelve a poner en grave peligro el territorio de este pueblo quechua y toda la región amazónica.

Narcisa Santi, de 66 años, se apoya en su bastón de cedro. Resume de esta forma la lucha del pueblo: "El dinero se acaba. La tierra nunca se acaba si no se contamina. Es la herencia para nuestros hijos".

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