lunes, 13 de febrero de 2012

Descontento social, la otra cara de los planes de austeridad en Europa


Los planes de austeridad aplicados en varios países para resolver la crisis de la deuda en Europa generan un creciente descontento y un riesgo de explosión social en las naciones más afectadas, a imagen y semejanza de las escenas de guerrilla urbana vividas en Atenas.

Para el 29 de febrero, víspera de la próxima cumbre europea en Bruselas que confirmará el refuerzo de la disciplina presupuestaria en la UE, la Confederación Europea de Sindicatos (CES) llamó a una "jornada de acción europea" en torno a la consigna: "¡Esto ya es demasiado!".

La 'cura' impuesta a los empleados griegos es "inaceptable", estima Bernadette Ségol, secretaria general de la CES, que agrupa a 84 organizaciones del continente.

Según la sindicalista, "los sucesivos planes de rigor han hundido a los países en la crisis".

"Las nuevas medidas son insostenibles: reducción del salario mínimo, bajas en las pensiones, despidos rápidos en la función pública. Se desprecia el derecho laboral, se destroza a hombres y a mujeres", añade.

En España, donde el gobierno adoptó el viernes una reforma laboral para liberalizar el mercado del trabajo, los dos principales sindicatos, UGT y CCOO, llamaron a una movilización general y a manifestarse en todo el país el 19 de febrero contra estas medidas.

En su cumbre del 1 y 2 de marzo, los dirigentes europeos firmarán un nuevo tratado de disciplina presupuestaria, cuyo principio fue adoptado en enero, que impone a todos el retorno al equilibrio de las cuentas públicas.

Es la condición que impone Alemania, primera economía de la región, para mantener su solidaridad financiera con los países más frágiles.

El mundo sindical no entiende estas medidas y cita el caso de Portugal, que a duras penas trata de emerger de la crisis pese a drásticos cortes en los presupuestos públicos, o el de Grecia, país sometido a una brutal cura a pesar de estar hundido en una larga recesión.

"Será imposible aplicar (en Grecia) lo que exige la troika (Unión Europea, Banco central europeo, FMI), debido a la caída libre de su economía y a su ruptura social", opina el director del club de reflexión Re-Define, Sony Kapoor.

Según este experto, la situación griega "ofrece un adelanto de lo que pueden esperar otros países si la UE no cambia de rumbo".

Pero nadie en la UE contempla un cambio de rumbo, pese a los llamados de varios economistas, entre ellos el Nobel estadounidense Paul Krugman que reitera que "la austeridad en tiempos de recesión es una muy mala idea".

"Admiro a la canciller alemana Angela Merkel por su capacidad de liderazgo. Pero, desgraciadamente, está llevando a Europa en la mala dirección", declaró por su lado el domingo el financiero George Soros al semanario alemán Der Spiegel.

Soros aboga por "estimular la coyuntura en los Estados europeos mediante la inyección de dinero, en lugar de forzar a los gobiernos a ahorrar".

"Si no lo hacemos, repetiremos los errores que en 1929 hundieron a Estados Unidos en la Gran Depresión. Es lo que Angela Merkel no comprende", afirmó.

aje/ylf/me/erl

El doble acceso a la identidad en Argentina


Por Mauro Cabral* – (CLAM)

Las llamadas cuestiones de identidad de género suelen relacionarse de manera inmediata con las personas trans* -denominación que, en la Argentina, se despliega en la cuenta de travestis, transexuales, transgéneros- y, de manera mediata, con las personas intersex.

Tradicionalmente, la articulación política de esas cuestiones se ha traducido en la denuncia pública de aquellas violaciones a los derechos humanos que castigan con frecuencia atroz a las personas y a las comunidades trans* -como su constante exclusión de los sistemas públicos de educación y salud, de empleo y vivienda, su criminalización y estigmatización, su hostigamiento, persecución, detención arbitraria, tortura y muerte.

Sin embargo, y a paso sostenido, también tiene lugar otra articulación política trans*, formulada asimismo en términos de derechos humanos: aquella que coloca en el centro de la agenda política trans* el doble acceso al reconocimiento legal de la identidad de género y a las condiciones biotecnológicas capaces de expresar corporalmente –podríamos decir, de encarnar, de producir carnalmente- esa identidad.

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El 30 de noviembre de 2011, la Cámara de Diputados argentina aprobó por una abrumadora mayoría un proyecto de ley de identidad de género que es, indudablemente, el más avanzado del mundo. A pesar de su radicalidad, el proyecto de ley que ahora debe ser sometido a consideración del Senado se inscribe en un proceso histórico que, desde hace más de diez años, se ha caracterizado tanto por la emergencia de comunidades trans* políticamente movilizadas y organizadas, como por el rol central de esas comunidades y sus organizaciones en la definición de aquello en lo que consisten las cuestiones de identidad de género. La radicalidad del proyecto de ley –resumida en el derecho al reconocimiento de la identidad de género de las personas a través de un trámite administrativo, lo que es decir, obviando toda instancia de judicialización pero también toda instancia de patologización, y en el acceso a modificaciones corporales en similares condiciones– se condice plenamente entonces con los triunfos que jalonan ese proceso.

El fallo de la Corte Suprema que en 2005 otorgó a ALITT (Asociación de Lucha por la Identidad Travesti y Transexual) el derecho a abogar por el reconocimiento social y legal del travestismo como una identidad en sí misma; las distintas resoluciones y ordenanzas municipales y provinciales destinadas a garantizar el reconocimiento del nombre propio a las personas trans* en los sistemas públicos de salud y educación; los amparos judiciales que, en distintas jurisdicciones, revirtieron para siempre la historia de humillaciones y maltratos que ponían precio al reconocimiento por vía judicial; el dictamen firmado por el gobierno santafesino que reconoció por vía ejecutiva la identidad de género de una demandante trans*, evitando la tramitación judicial de ese reconocimiento; las ordenanzas aprobadas por distintas facultades argentinas, incluyendo aquella promulgada por la Universidad Nacional de Córdoba que la declaró “una institución libre de discriminación por expresión e identidad de género”… Cada uno de esos logros, laboriosamente construidos por el activismo trans* argentino y sus alianzas, hizo posible no solamente la aprobación del proyecto de ley, sino también la transformación de lo que en materia de identidad de género era considerado posible.

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La ley de identidad de género aún debe aprobarse en el Senado argentino –y, de ser así, debe implementarse en condiciones plenas. Más aún: todavía es necesario construir un vínculo efectivo entre las políticas de reconocimiento y acceso a modificaciones corporales y un cambio sustancial en las condiciones materiales de existencia de las personas trans* en Argentina. La situación legal de las personas intersex –afectadas en la infancia por la práctica de cirugías no consentidas destinadas a la normalización corporal– aún debe ser políticamente articulada, del mismo modo que cuestiones tales como la diversidad de identidades de género (todavía reducida legalmente al binario hombre/mujer) y las violaciones a los derechos humanos basadas en la expresión de género. Sostener, concretar y expandir la victoria obtenida en la Cámara de Diputados, esos son los desafíos que nos esperan para el 2012, año en el que, si tenemos suerte, un mundo terminará y, por fin, comenzará otro.

*Investigador sobre las dimensiones jurídico-normativas de la identidad de género en la Universidad Nacional de Córdoba, y co-director de Acción Global para la Igualdad Trans.



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Campesinos e indígenas de Argentina rechazan represión policial


BUENOS AIRES, feb. 13 (UPI) --
El Movimiento Nacional Campesino Indígena CLOC - Vía Campesina, rechazó de manera tajante la represión de la policía a detractores de la megaminería.

Repudiamos todos los hechos de violencia y represión hacia las manifestaciones legitimas de los pueblos del interior contra la mega minería transnacional. Repudiamos la estigmatización de militantes sociales y vecinos que expresan su voz desesperada ante los saqueos escandalosos de las empresas transnacionales que ademas extraer millones de toneladas de recursos no renovables en bruto sin ningún aporte a nuestro desarrollo, lo hacen con métodos contaminantes para reducir sus costos operativos, garantizando rentabilidades abusivas para cuentas bancarias en el extranjero.

Dejar en manos de la "justicia" la resolución de estos conflictos, es avalar la represión, porque la mayoría de los jueces son socios y cómplices de los monopolios. Instamos al gobierno nacional, a garantizar el dialogo y el debate serio y racional en torno a la minería, de manera participativa y plural con foros, y talleres masivos, así como plebiscitos y consultas populares en barrios, pueblos y comunidades campesinas, indígenas, sobre el destino que queremos darle a nuestros recursos naturales. Fortalecer la democracia es generar herramientas para que el pueblo además de elegir a sus representantes pueda participar activamente en las decisiones estratégicas de su destino.

Se debe hacer publica toda información sobre el tema, referente a cantidad de toneladas extraídas, recursos que quedan al estado, recursos que salen, valor bruto del mineral, valor de mineral industrializado, puestos de trabajo permanentes y registrado generados por la minería, puestos de trabajo temporarios y precarizados generados por la minería, balances de las empresas extractivas, balances de empresas locales prestadoras de servicios y su relación con funcionarios públicos, y por sobre todo informes serios sobre los pueblos afectados, comprometiendo para el mismo a universidades ajenas a la influencia de las corporaciones mineras ( es decir que no reciban recursos de las empresas) para poder estimar perforaciones y ríos contaminados, disminución de caudal en arroyos y napas, campesinos y agricultores familiares que han sido forzados a abandonar su producción así como otras actividades productivas que dejaron de ser viables por los efectos de la mega minería y otros efectos nocivos del proceso minero, así también sobre los volúmenes de agua utilizados.

La discusión y consulta sobre minería debe darse en un marco de análisis del modelo de desarrollo y las alternativas para sobrellevar la crisis del capitalismo, porque si de divisas se trata, ¿de cuanta renta producto de nuestra tierra se apropia la mesa de enlace y las transnacionales con el actual modelo agropecuario? ¿porque no establecer políticas concretas para que el estado sea quien se apropie de esa renta?. El proceso debe ser coordinado por el gobierno nacional y contar con la participación activa de los movimientos y organizaciones sociales y sindicales. La mega minería, al igual que los agronegocios en manos de transnacionales son instrumentos del imperialismo en sus estrategias globales para limitar la soberanía nacional y popular.

LATAM: Reporte (drm)

La "Comuna de París" asoma en China

Lucas Poy (PRENSA OBRERA, especial para ARGENPRESS.info)

En los últimos meses, China volvió a ocupar las primeras planas de la prensa internacional. En el marco de una desaceleración industrial, un conjunto de huelgas obreras y levantamientos campesinos ha vuelto a poner de manifiesto un cuadro de ascenso de masas, que plantea al rojo vivo todas las contradicciones del proceso de restauración capitalista en el país.

Huelgas en el "taller del mundo"

Entre los llamados "incidentes de masas", que llegaron a 180 mil el año pasado (The New York Times, 14/12), sobresalen los protagonizados por la clase obrera. Según un reciente cable de Ansa, más de 200 empresas fueron cerradas el mes pasado solamente en la provincia de Zhejiang, en el este de China, "afectadas, en su gran mayoría, por la caída de las exportaciones y el aumento de los costos laborales". El proceso que había estallado el año pasado, con una serie de huelgas en las plantas automotrices de propiedad japonesa, se ha visto profundizado en los últimos meses de 2011. Las empresas están recortando horas extras y, como ocurre en el distrito de Guangdong (el principal polo industrial de China), las autoridades anuncian la suspensión del aumento del 20% en el salario mínimo. El gobierno central, a través del responsable máximo de la seguridad interna, hizo saber a las autoridades locales que deben "prepararse para los efectos negativos (¡!) de la economía de mercado" (Financial Times, 4/11).

La agitación y las huelgas se reproducen a lo largo y a lo ancho del país, "desde las fábricas de zapatos y textiles de la provincia de Guangdong, conocida como el ‘taller del mundo', hasta el núcleo de plantas de electrónica y productos deportivos del sudoeste, cientos y hasta miles de trabajadores han paralizado la producción de las principales marcas occidentales" (Reuters, 25/11). Más de 10 mil trabajadores fueron a la huelga en noviembre en los centros industriales de Shenzhen y Dongguan, en el sur del país, destacándose la huelga de los más de cuatro mil trabajadores (en su mayoría mujeres) de la empresa Hailiang, que produce componentes para la japonesa Hitachi, en conflicto desde comienzos de diciembre. También en noviembre fueron a la huelga unos siete mil trabajadores de la planta de zapatos Yue Cheng, en la provincia de Guangdong, contra la intención de la patronal de mudar la fábrica a una zona rural del interior del país, donde la mano de obra es más barata. La semana pasada, se declararon en huelga unos ocho mil trabajadores de una fábrica de productos electrónicos, subsidiaria de LG, ubicada en la ciudad de Nanjing, también en el sur de China, de propietarios surcoreanos. Los trabajadores denuncian que el bono de fin de año de los empleados de la firma en Corea del Sur es seis veces superior al de la filial en China. También en reclamo de un adicional de fin de año, en este caso recortado por una patronal japonesa, fueron a la huelga hace pocos días unos 1.500 trabajadores de la fábrica Aries en Guangzhou, la cual produce autopartes para Nissan, Honda y Toyota.

"Una Comuna de París en China"

El conflicto que recorrió los titulares de todo el mundo durante las últimas semanas fue, sin embargo, el protagonizado en un pueblo de pescadores de unos 15.000 habitantes llamado Wukan, el que fue virtualmente tomado por sus pobladores durante casi todo diciembre. El conflicto se inició en septiembre, a partir de una movilización contra maniobras ilegales y fraudulentas en operaciones de venta de la tierra rural: según diversas fuentes, la ira popular estalló cuando se vendió una granja usufructuada por toda la comunidad local para la construcción de un complejo habitacional de lujo, a cambio de 156 millones de dólares que quedaron en manos de las autoridades. El conflicto se mantuvo durante varios meses y cuando uno de los dirigentes de la población apareció muerto y con signos de tortura mientras estaba en manos de la policía, se produjo una pueblada que expulsó a las autoridades del PC local y a la policía, lo que dejó al pueblo bajo el control de sus habitantes movilizados y armados. Los pobladores dejaron ingresar a la prensa extranjera, lo cual permitió dar una enorme resonancia internacional a la protesta y obligó a las autoridades a negociar. Un corresponsal extranjero lo caracterizó como "una Comuna de París en China", porque -al igual que la de 1871, en Francia- "el primer gobierno obrero de la historia" organizó la totalidad de la vida social de la ciudad al margen del Estado. Finalmente se llegó a un acuerdo durante la última semana, cuando el gobierno aceptó liberar a los detenidos y no tomar represalias, además de iniciar una investigación sobre la muerte del dirigente local.

El conflicto de Wukan toca la línea de flotación de todo el proceso de restauración capitalista: la cuestión de la privatización de la tierra. Es la sustentación de la gigantesca especulación inmobiliaria que atraviesa el país. En la China ultracapitalista no hay propiedad privada de la tierra: como propiedad del Estado, los gobiernos están autorizados a expulsar a los campesinos que la usufructúan a cambio de una indemnización. Este es el núcleo de la caracterización de China como un régimen capitalista en transición, que pone en conflicto sus dos polos fundamentales: el capital internacional, por un lado, y la masa agraria no capitalista, por el otro. El aparato burocrático, surgido de la revolución de 1949, funciona ahora con toda su potencia al servicio de la expropiación de los medios de trabajo del campesinado. La presión de la urbanización capitalista -resultado gigantesco de la rápida proletarización del país- choca con el trabajo de la masa campesina; el Estado intermedia esta confiscación a cambio de enormes beneficios monetarios en forma de coimas. A lo largo y ancho del país, las poblaciones rurales denuncian ventas clandestinas e ilegales de esas tierras, o sea sin autorización ni pago de la indemnización legal por parte de las autoridades locales: "Los residentes de Wukan afirman que oficiales corruptos han requisado cientos de hectáreas, en connivencia con los promotores, y las han vendido sin su consentimiento" (ídem). Las autoridades locales y regionales calculan el precio de la tierra de acuerdo con su rendimiento agrícola, pero lo venden de acuerdo al rendimiento inmobiliario potencial. Algunos especialistas han calculado que los pobladores obtienen solamente un 5% del total del valor al cual las autoridades terminan vendiendo la tierra. Se calcula que las ventas de tierra suman aproximadamente un tercio de los ingresos totales de los gobiernos locales, que "dependen de estas ventas para sostener los gastos cotidianos" (New York Times, 14/12). "En los últimos cinco años se han producido más de 200 mil conflictos con campesinos cuya tierra fue expropiada por municipios invasores en el proceso de urbanización más acelerado de la historia" (World Policy, 23/10).

El problema de la tierra y la sucesión en el PCCh

Para el año 2012 está prevista la selección de la "quinta generación" -una rotación quinquenal establecida por Deng Xiaoping- y se renovarán siete de nueve lugares del politburó del Partido Comunista Chino. Una de las figuras en ascenso es precisamente Wang Yang, visto como ‘liberal', el secretario de la región de Guangdong, donde está ubicada la aldea de Wukan y buena parte de las industrias exportadoras (se trata de la provincia más rica del país). Wang aparece enfrentado a Bo Xilai, de la provincia de Chongqing, considerado un ‘conservador' y, al mismo tiempo, el máximo exponente de la política de privatización de tierras rurales para impulsar grandes emprendimientos inmobiliarios. Wang intervino en las huelgas que atravesaron Guangdong en 2010 para imponer a las empresas la negociación con los trabajadores en conflicto. Los ‘liberales' y los ‘conservadores' defienden la expropiación de los campesinos, que está inscripta en la ley. Los gobiernos locales, sin embargo, no la aplican, para evadir la autorización legal y el monto de las indemnizaciones. "Más allá de lo que diga la ley, pierden terreno aquellos dirigentes que titubean en cuanto a las expropiaciones de tierra y son promovidos aquellos que generan riqueza más rápidamente, por lo general transformando las tierras campesinas en propiedad municipal con altos precios", dice sin rodeos un editor del Wall Street Journal(28/12). La tregua negociada con los pobladores rebeldes de Wukan será temporaria: "las ocupaciones de tierras se incrementarán a medida que las autoridades locales busquen ingresos para promover el desarrollo de proyectos que les aseguren su promoción política" (ídem, 28/12).

Los que pretendieron que la restauración del capital en China sería la vía de escape para la economía mundial suelen olvidar que esa restauración se procesa en los mismos términos de las leyes que llevan al capital a la crisis y al colapso. Prensa Obrera ha caracterizado en numerosas ocasiones, desde hace años, que la pieza decisiva de ese proceso de restauración giraba en torno de la expropiación de millones de campesinos. El futuro de la restauración capitalista en China es inseparable del futuro del capitalismo: las contradicciones mortales del capital adquieren una explosividad sin precedentes cuando se desarrollan en un marco de una transición histórica que supone liquidar un desarrollo no capitalista, impuesto por un movimiento revolucionario que atravesó diferentes etapas históricas.

Foto: Debemos mantener el liderazgo del Partido Comunista (cartel de 1984)


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Paisajes neocoloniales de la minería transnacional en NuestrAmérica


Horacio Machado Aráoz

Los primeros meses de 2012 se abrieron en el Noroeste Argentino con la intensificación del crónico conflicto que atraviesa a nuestras sociedades por la instalación de megaproyectos de minería metalífera a gran escala. Los detonantes de este nuevo ciclo de resistencias populares fueron, otra vez, las arremetidas del poder gubernamental, que insisten en llevar adelante proyectos extractivos en contra de la voluntad de sus poblaciones.

Primero, el levantamiento del Pueblo de Famatina, amenazada por un nuevo contrato de exploración entre el gobierno de La Rioja con la canadiense Osisko Mining Co. Luego, los bloqueos selectivos que en distintos puntos de la ‘ruta minera’ cicatrizada en la provincia de Catamarca se levantaron con la intención de impedir el suministro de los insumos tóxicos a Minera Alumbrera, una empresa controlada por la gigante suiza Xstrata. Estos bloqueos fueron la modalidad de protesta adoptada ante el inicio de las exploraciones de Xstrata de un nuevo proyecto, Agua Rica, distante a 35 km de Alumbrera y que cuenta con una histórica y mayoritaria resistencia del pueblo de Andalgalá.
Tras más de veinte días de bloqueos, ante el escenario de paralización de las actividades de la transnacional Xstrata, el poder represivo del Estado no se hizo ‘esperar’: violento desajolo de los bloqueos en Santa María, Aimacha del Valle, Belén; aplicación de la ley anti-terrorista recientemente sancionada por el congreso de la Nación, bajo las instrucciones de Washington; y violenta represión de fuerzas especiales de la policía de Catamarca contra los pobladores de Tinogasta que mantenían la medida de protesta en la Ruta Nacional N° 60. Varones, mujeres, adultos, ancianos, niños, adolescentes, familias enteras, alrededor de un millar, de una localidad de 10000 habitantes, fueron indiscriminadamente blanco de balas de goma, gases lacrimógenos y bastonazos por parte del Grupo ‘Kuntur’ y la guardia de Infantería de la policía provincial.

Acá en el Norte argentino, tiene lugar el desarrollo de una escena que se replica trágica y monótonamente a lo largo de toda región mineralógica de NuestrAmérica: la violencia represiva del Estado usada en contra de sus propios ‘ciudadana/os’ para viabilizar el interés depredador del capital transnacional… Triste paisaje del colonialismo de nuestros días, donde la devastación ecológica se consuma con la expropiación política y la represión.
En el breve lapso que se desarrollaron los bloqueos selectivos acá, en Catamarca, el ‘modelo minero’ transnacional se ‘cargó’ tres (nuevos) muertos en América Latina: Bernardo Méndez, en San José del Progreso (Oaxaca, México), Jerónimo Rodríguez Tugri y Francisco Miranda, del pueblo originario Ngöbé-Bugle (Panamá). En distintas circunstancias, fueron víctimas de los mismos intereses y factores de poder: Bernardo, asesinado por un grupo paramilitar comandado por el Presidente Municipal por intentar impedir la concesión de agua a la minera canadiense Fortuna Silver Mines Inc.; los hermanos del pueblo Ngöbe-Bugle, asesinados durante una represión ordenada por el presidente Martinelli a un bloqueo de la carretera Intercontinental en oposición a un proyecto minero en territorio de sus comunidades. A ellos, hay que sumar un largo centenar de heridos, y encima, judicializados.

Si también tuviéramos en cuenta la cantidad de personas que fueron reprimidas en Cajamarca (Perú) por oposición al proyecto Conga (de la empresa Yanacocha, contralada por la norteamericana Newmont), las víctimas se contarían por millares. Allí, en el norte del Perú -como Beder en La Rioja- Ollanta Humala hizo campaña diciendo proteger las cuatro lagunas altoandinas amenazadas por el proyecto minero y prometiendo decretar su inviabilidad. Ahora, siendo presidente, cambió su postura: “Conga se hace sí o sí”, dijo, y lanzó una fuerte escalada represiva que incluyó la militarización el dictado del estado de y la excepción y la militarización de la región.
No sólo acá, en ‘nuestro pueblito chico’, sino a lo largo de toda América Latina, la minería transnacional a gran escala genera resistencias populares, por los devastadores ‘impactos’ de su voraz metodología extractiva que implica la voladura de cerros enteros, la destrucción de acuíferos y ecosistemas, y el consumo descomunal de agua y energía. En toda América Latina, vemos también el mismo paisaje político: gobiernos e instituciones estatales, funcionando como ‘capataces’ de las transnacionales, usando la fuerza pública para reprimir las resistencias. Ganando elecciones con clientelismo o falsas promesas; luego, más allá de toda ideología, gobernando para las empresas. Lo hacen, dicen, para “combatir la pobreza”; para “fomentar el progreso”… “Es que es la única vía que tenemos para desarrollarnos”, afirman…
Desde que fue ‘descubierta’, NuestrAmérica nació ‘subdesarrollada’; se nos conquistó para ‘civilizarnos’, pues éramos una tierra de ‘bárbaros y salvajes’; desde que nos ‘independizamos’, las clases dirigentes y ‘patricias’ han gobernado ‘persiguiendo’ el “desarrollo”; han construido y destruido en nombre del desarrollo; han prosperado (ellos) y han empobrecido (a las mayorías); han dictado leyes y han matado en nombre del “desarrollo”… Cuanto más esfuerzos y recursos se invierten en pos de él, tanto más ‘subdesarrollados’ nos hacemos…
Es que el “desarrollo” es el nombre de la colonialidad, ese estado mental, afectivo y político en el que la dominación y la depredación de nuestras energías vitales, de nuestras riquezas y de nuestros sueños no precisa ya de fuerzas de ocupación extranjeras, ni de ‘virreinatos’; se administra más ‘económicamente’ (como quería Jeremy Bentham en su “Manual de Economía Política”, de fines del siglo XVIII). Los colonos son ‘celosos guardianes de nuestros intereses’, no implican ningún costo a las finanzas de la metrópoli y son incluso más decididamente violentos con su propio pueblo que los mismos (y onerosos) ejércitos de ocupación… Así, Bentham instaba a la corona británica a cesar en su política de imperialismo militarista; el libre comercio, las finanzas y los encantos de la inversión del capital podrían hacer todo mucho más barato y ‘más civilizadamente’…
En pleno siglo XXI, seguimos inmersos en ese viejo trauma colonial; sólo que ahora, tras más de cinco siglos de ‘desarrollismo voraz’, estamos llegando a un estadio definitorio de agotamiento del mundo. La crisis climática, la crisis energética mundial y la drástica reducción del stock de recursos no renovables (entre ellos, las fuentes de agua, los hidrocarburos y los minerales) plantean un escenario geopolítico para nada pacifista. La guerra, motor impulsor del ‘desarrollo’ de Occidente, está más extendida y diversificada que nunca. No hablamos sólo de las convencionales; los colonos ahorran esas ‘barbaridades’ a los centros de poder mundial; llevan adelante una cotidiana guerra de intensidad variable, que nos va ‘acostumbrando’ a niveles crecientes de violencia y (auto)destrucción… La ilusión desarrollista se acompaña cíclicamente de momentos de ‘auge’, donde la ‘plata dulce’ y el consumismo de las ‘novedades tecnológicas’ va anestesiando las sensibilidades colectivas sujetas-a-expropiación…
A la expropiación de nuestras fuentes de agua, de nuestra energía y recursos minerales, le sigue la expropiación política: la expropiación de derechos y la defraudación de la ‘voluntad popular’. Sistemáticamente vemos a los ‘partidos políticos’ ganar elecciones prometiendo defensa de las fuentes de agua, protección de derechos, y recurrentemente los vemos después defraudar esas ‘promesas’ en ‘nombre del desarrollo’… La oficialidad del poder asume el discurso de las empresas: es que las ‘inversiones’ son necesarias para ‘generar empleo’ y ‘activar’ la economía… Oponerse a las explotaciones es, en el lenguaje del poder, ‘fundamentalismo’… El extractivismo senil persigue a los pobladores tildándolos de ‘ecologistas ingenuos’; ‘oscurantistas’, ‘ignorantes’, ‘eco-terroristas’, hasta ‘aliados de los poderes del imperialismo’(?!!)…
La expropiación política se consuma en estas tierras donde el extractivismo es ‘política de estado’. Oficialistas y opositores terminan defendiendo la minería transnacional a gran escala como una ‘política de estado’. Pero entendamos bien, acá la expresión no alude a la existencia de un amplio consenso mayoritario y transparente, a un mandato de la voluntad popular que es respetado por todo el arco político-partidario; acá, la ‘minería como política de estado’ significa que en estos territorios gobiernan las grandes corporaciones transnacionales; que nada ni nadie puede ir contra sus intereses; que éstos, son ‘política de estado’.
Así, los gobiernos, más allá de sus diferentes adscripciones partidarias e ideológicas, terminan avalando la depredación y ejecutando la represión. Ganan elecciones prometiendo acabar con la represión y el saqueo, pero, más temprano que tarde, terminan reprimiendo…
La represión parece ser un acto reflejo, más cuando de defender los intereses de las ‘grandes empresas’ se trata… Es que, en contextos (neo)coloniales de depredación, la represión no es un exceso; es una ‘necesidad’. La violencia represiva del estado es el recurso último al que apela la oficialidad del poder. Dosis diversificadas y variables de asistencialismo, de resignación y de represión configuran la ‘ecuación de gobernabilidad’ del coloniaje administrado por ‘colonos’… Parece que Bentham tenía razón: esto es más eficaz y más barato que el colonialismo ‘a secas’… Lo que no calculó bien el filósofo londinense es el ‘costo’ de las rebeliones internas…
Afortunadamente -lo digo como deseo y por convicción-, tenemos alternativas… No tenemos por qué resignarnos a ser el ‘open pit’ y los ‘diques de colas’ para la industrialización de China, India y los países del Norte… Más que crear vías alternativas ‘de’ desarrollo, necesitamos y podemos crear alternativas ‘al’ desarrollo –otro desarrollo
El ‘destino minero’ es un destino colonial. Pero lo que se pretende imponer como tal, no es una fatalidad. Podemos cambiarlo. Necesitamos hacerlo. Desde lo más profundo de NuestrAmérica, la resistencia histórica al colonialismo re-surge con renovada fuerza… Los ‘nuevos salvajes’ que se oponen al ‘progreso’ crecen día a día en comunidades campesinas, pueblos originarios, asambleas de vecinxs, movimientos de estudiantes y trabajadores… Imaginando, soñando y construyendo un nuevo futuro… Un futuro radicalmente otro...
- Horacio Machado Aráoz, Catamarca, Argentina.
http://alainet.org/active/52743

Perú : La prensa que miente

César Lévano

No, no está loco, ni es ciego, ni ignora la aritmética. Es puro odio lo que dicta la gruesa mentira de Jaime de Althaus de que la Marcha del Agua solo congregó entre 200 y 300 personas. El Comercio le lleva el amén: “Cientos de personas se concentraron en la Plaza San Martín”.

Enormidad como esa desautorizan y desacreditan a sus autores. ¿Quién les va a creer, si en los propios medios de los mentirosos se presentaron imágenes de la masiva, imponente concentración?

El hecho de que la defensa de Conga recurra a esos medios demuestra que no tiene otros recursos. Sus falsedades contagian toda la argumentación empresarial.

Algo más, el fundamentalismo fanático de los defensores del gran capital indica que éste ya no tiene justificación, cuando se trata de medio ambiente y defensa de la vida.

La ideología depredadora del capitalismo nació cuando Lord Bacon, en el amanecer del capitalismo, llamó a descubrir las leyes de la naturaleza para ponerlas a nuestro servicio. Conga y sus defensores demuestran que en la era del imperialismo el capital viola hasta las leyes de la naturaleza.

Ahora, la catástrofe ecológica estremece el mundo. Y los pueblos reaccionan. En estos días no es solo Cajamarca. Hay otras Cajamarcas en Nuestra América. Hace unos días se informó en la prensa mundial de otra Cajamarca. Se llama así un pueblo de ToLima, Colombia, que lucha contra una empresa que quiere explotar oro y cobre con una mina que va a destruir el medio ambiente.

Y en Argentina tenemos el caso de Catamarca (una t de diferencia), provincia de La Rioja. Ahí, los vecinos de Timogasta se enfrentan desde hace varias semanas a la fuerza pública. Ayer, 16 ambientalistas resultaron heridos durante un violento desalojo policial. Motivo: la población se opone a la explotación de una mina de oro y cobre en la montaña Famatina. “Famatina no se toca” es el lema colectivo.

La empresa canadiense Osisko ha demostrado, sin embargo, ser menos terca que Newmont y Yanacocha. El 5 de este mes declaró: “Si no hay licencia social para la exploración y el desarrollo alrededor del área del proyecto de Famatina, no habrá trabajo.”

Es la segunda victoria de este pequeño pueblo, de siete mil habitantes. A partir de 2004, se enfrentó a la transnacional canadiense Barrick Gold. Tan fuerte fue la resistencia popular que la compañía abandonó su “Proyecto Famatina” en 2007.

En agosto de 2011, la Osisko Mining adquiere el proyecto. Creía que en poco tiempo podría explotar los nueve millones de onzas de oro encerrados en la montaña.

La resistencia ha consistido en un bloqueo pacífico y selectivo de la circulación vehicular. No dejan pasar el transporte y la maquinaria de la empresa.

Entretanto, el gobierno central de la señora Cristina Fernández se aparta de la discusión. No ha dicho: “Famatina va”.



Aplastante influencia de las corporaciones del agro sobre la agricultura y la alimentación planetarias

ETC Group
Comunicado de prensa
8 de febrero de 2012
www.etcgroup.org

El Grupo ETC, organización internacional de la sociedad civil, publicó un nuevo reporte de 30 páginas que documenta la creciente influencia de las multinacionales de los agronegocios en el sistema multilateral de la alimentación, así como la falta de transparencia en el financiamiento para la investigación agrícola.

Revolución verde dólar: cómo engordan los agronegocios a partir de los bienes públicos, presenta tres estudios de caso, uno sobre la FAO y otros dos que hablan de los Centros del CGIAR (Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional), lo cual señala una peligrosa tendencia que empeorará dramáticamente el problema del hambre. El reporte detalla, entre otras cosas, la intromisión de Nestlé, Heineken, Monsanto, la Fundación Bill & Melinda Gates y la Fundación Syngenta.

“Es inaceptable que Naciones Unidas esté dando acceso privilegiado a las empresas agrícolas para alterar sus políticas sobre agricultura”, dijo Pat Mooney, director ejecutivo del Grupo ETC, quien ha seguido el tema de la alimentación por 40 años. “Es ridículo que las organizaciones clave, responsables de la investigación agrícola, no brinden información creíble sobre el alcance de la participación de las corporaciones en su trabajo, y que el patrocinador más grande del CGIAR —quien da 89 millones de dólares— aparezca en sus listas con el nombre “Misceláneo”. Los gobiernos y los secretariados de Naciones Unidas han olvidado que su tarea principal es servir al público, no a las corporaciones.”

El reporte muestra que las empresas multinacionales buscan su rentabilidad futura en las “economías emergentes”, y cuenta cómo enfilan sus baterías hacia instituciones internacionales que han trabajado silenciosamente en el Sur global por medio siglo. Sin embargo, este nuevo interés de las corporaciones en las agencias de Naciones Unidas está causando una enorme confusión de mandatos, pues las compañías demandan que la política internacional de la alimentación se re escriba para reflejar mejor sus intereses y privilegiar que accedan al germoplasma del dominio público. Las instituciones públicas se hacen de la vista gorda cuando los oligopolios de la agricultura perjudican a la economía campesina.

“Las instituciones públicas relacionadas con la alimentación y la agricultura tienen el mandato de apoyar a quienes padecen hambre. Los gobiernos necesitan enfrentar los conflictos de interés, ya sean grandes o pequeños, comenzando con investigar los vínculos entre el sector público y privado, a nivel internacional, en la alimentación y la agricultura. Hemos comenzado una conversación sobre este tema con funcionarios de Naciones Unidas. Esperamos que la investigación realmente ocurra,” concluye Pat Mooney.

Para mayor información

Pat Mooney, ETC Group (Ottawa), etc@etcgroup.org; +1 613 241 2267; celular: +1 613 240 0045
Silvia Ribeiro, Grupo ETC (Ciudad de México), silvia@etcgroup.org; +52 55 5563 2664;
celular: +52 1 55 2653 3330

For more information about our work, please visit our website at etcgroup.org Interested in supporting our work? Donate Here! ETC Group is a registered Charity in Canada. ETC Headquarters are at:
180 Metcalfe Street
Suite 206
Ottawa, ON K2P-1P5
Canada

COMUNICADO ASOQUIMBO SE IMPIDE MOVILIDAD DE DELEGADOS DEL OBSERVATORIO INTERNACIONAL DE PAZ


El 9 de febrero, en reunión sostenida entre Asoquimbo y el Ministerio del Interior, se informó que representantes del Observatorio Internacional de Paz, de ONG de Derechos Humanos y reporteros nacionales e internacionales estarían presentes en las Playas del río Magdalena contiguas a la vereda Domingo Arias del Municipio de Paicol Huila con el propósito de garantizar la protección de los Derechos Humanos de Afectados por el Proyecto Hidroeléctrico El Quimbo para quienes a nombre de “inciertos e indeterminados” existe una orden de desalojo el 14 de febrero, por parte del alcalde Municipal de Paicol Huila quien concedió amparo policivo a Emgesa.

Hoy a las 21 horas recibimos informe de integrantes de la Comisión según el cual existe orden que impide su movilidad desde el cruce Gigante-La Plata hasta el Puente El Paso del Colegio hasta mañana 14 de febrero a las 6 a.m.

La presidenta de Asoquimbo, quien acompaña a la delegación, ha expresado su inconformidad al considerar que se está negando el legítimo derecho a la libertad de movilidad y al cumplimiento de las funciones de la Comisión de prestar oportuna protección de los Derechos Humanos a los Afectados.

En diálogo sostenido con el Señor Viceministro del Interior, Juan Fernando Londoño, se notificó que la Jefe de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales -ANLA- aún no le ha comunicado el compromiso adquirido para hoy lunes 13 de febrero de dar respuesta a la solicitud de Asoquimbo de convocatoria a la Audiencia Pública Ambiental.

Asoquimbo ratifica ante la Opinión Pública su voluntad de diálogo tal como quedó expresado en el preacuerdo construido conjuntamente con el Ministerio del Interior que no encontró eco en el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.

Asoquimbo ratifica que es legal y legítima la permanencia de las personas ubicadas en las márgenes del Río Magdalena dentro de los términos de la Ley 1242 de 2008, por la cual se establece el Código Nacional de Navegación y Actividades Portuarias Fluviales, en su artículo noveno (9), que declaró COMO BIEN DE USO PÚBLICO una franja de terreno que se extiende treinta (30) metros por cada lado del cauce de los ríos de la Nación, reconociéndolos como INALIENABLES, IMPRESCRIPTIBLES e INEMBARGABLES; implica que ninguna persona, natural o jurídica puede adjudicarse de forma exclusiva y para sí misma, los derechos de uso y goce de los bienes antes mencionados

Asoquimbo convoca a toda la población a Defender el Territorio, el río Magdalena, a las comunidades afectadas y los intereses de los Huilenses amenazados por la construcción del Proyecto Hidroeléctrico El Quimbo.

¡RIOS PARA LA VIDA…NO PARA LA MUERTE!

MILLER ARMÍN DUSSÁN CALDERÓN


ULTIMÁTUM a Colombianas-os manifestantes de El Quimbo *mañana Martes Febrero 14


El plazo otorgado para que los manifestantes desalojen los terrenos será el día 14 de febrero a las 8:00 a.m. En la zona se encuentran ya el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad), que permanecen en los alrededores del lugar en el que están ubicadas las comunidades. Los terrenos fueron ocupados desde el pasado 8 de enero, por lo cual en los últimos días se incrementó el número de manifestantes en el lugar en improvisados cambuches que han permanecido frente al túnel construido por la multinacional.

AL CAÍDO, CAERLE
‎ - Diario del Huila

A los grandes problemas que ha generado el proyecto de construcción de la hidroeléctrica el Quimbo en todos los municipios cuyo territorio deberá ser inundado, se suma ahora la determinación del Gobierno Nacional de entregarle a la multinacional Emgesa, facultades extraordinarias para hacer y deshacer en un área superior a las 23 mil hectáreas distintas a las que ya le entregó el gobierno del presidente Uribe.
Mediante resolución 003 del pasado 20 de enero de 2012, el Señor Presidente de la Republica, atendiendo la solicitud del gerente general de la trasnacional, declaró de utilidad publica 23.125,99 hectáreas adicionales “necesarias para el programa de reasentamiento y reactivación económica de las familias afectadas con el proyecto Hidroeléctrico El Quimbo”, según las coordenadas que la empresa, a su antojo, presentó ante el Ministerio de Minas y Energía, como justificación de su solicitud.
Documentales El Quimbo. la Recolonizacion
1 El Quimo La reconquista
por mingamundial soscolombia http://vimeo.com/17351190
2. represa El Quimbo.recolonizacion en colombia.1665
http://www.youtube.com/watch?v=EBVSR3XS66k&feature=related
3. represa quimbo.recolonizacion en colombia. 933
http://www.youtube.com/watch?v=2azFXTDFsDE
4. Represa El Quimbo.Recolonizacion en colombia. 413
http://www.youtube.com/watch?v=2tPo9djN55E
5. represa El Quimbo.recolonizacion en colombia. 608
http://www.youtube.com/watch?v=wkwzogQb9WY
6. Represa El Quimbo.recolonizacion en colombia. 247
http://www.youtube.com/watch?v=Rpo9Bnjso-0
7. Represa quimbo.recolonizacion en colombia 290
http://www.youtube.com/watch?v=V7in4o7JdXE
8. Quimbo.la reconquista.1
por mingamundial soscolombia http://vimeo.com/17351017



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A vueltas con el machismo leninista y las organizaciones mixtas


El artículo ¿La emergencia de un nuevo machismo-leninismo?, de Patricia García es muy útil para reflexionar sobre nuestras experiencias militantes. Dado que el artículo separa entre l@s militantes y organizaciones comprometidas con la igualdad y l@s que no, me gustaría aportar algunas ideas adicionales sobre este fenómeno tan bien caracterizado como machista-leninista.

1.¿El “nuevo” machismo leninismo?

Con gran capacidad de síntesis, Patricia García describe de esta forma a l@s machistas-leninistas:

- aceptan el feminismo en abstracto
- toleran a sus compañeras feministas como mal menor.
- no se comprometen en las actividades relacionadas con la cuestión del género.
- no les interesa formarse en teoría feminista
- sus opiniones sobre el feminismo se basan en fuentes de información variopintas, incluidos artículos misóginos de prensa reaccionaria.

También:

- aceptan discursivamente la emancipación de la mujer, su salida del espacio privado, aunque sin asumir sus consecuencias.
- consideran que las luchas (de género) de las mujeres dividen a la clase obrera

Y concluye:

- el machismo-leninismo es una actitud reaccionaria e idealista.
- ignora el sistema de dominación de género que ha articulado –y sigue articulando- el capitalismo.
- Ignora y obstaculiza la emancipación de las mujeres trabajadoras.
En vista de este panorama me pregunto si es factible que las feministas insistamos en participar en organizaciones mixtas… machistas leninistas.

2. El machismo leninismo no es nuevo.

Convengamos en que, como dice el artículo, Marx y Engels, fueron pioneros en la denuncia de la subordinación de las mujeres articulada por el capitalismo. Seguramente podemos convenir también que lo que conocemos como feminismo socialista sentó las bases de lo que luego sería el movimiento feminista de los años 60 y 70.

En mi opinión, el machismo leninismo no es un fenómeno nuevo. Sus bases históricas vienen desde muy lejos y para comprobarlo solamente necesitamos hacer un repaso superficial por las luchas de las mujeres conscientes de su opresión sexual. Podemos empezar en la antigüedad, con Aristóteles y la vida de las mujeres de la Grecia antigua. Podemos seguir con la quema de brujas de la edad media y el discurso de Rousseau en la Ilustración, pero si no tenemos mucho tiempo, podemos pasar directamente a Lenin, que se permitía decirle a las obreras rusas qué tenían que debatir y qué no, subordinando sus preocupaciones sobre las relaciones sexuales y familiares a los grandes temas del imperialismo o la contradicción burguesía-proletariado.Y por último, y casi obligatorio, es repasar los debates de la Nueva Izquierda norteamericana de los años 70, que llevó a las militantes a abandonar las organizaciones hartas del papel de secretaria y descanso del guerrero en que las habían instalado sus compañeros. En resumen, el machismo leninismo no es otra cosa que el resultado de una ideología patriarcal capitalista que determinados sectores de la clase trabajadora y sus organizaciones se han negado a combatir por sexismo y por ignorancia, pero que hoy en pleno siglo XXI, no tiene razón de ser.

3. El papel del feminismo socialista en la liberación de las mujeres.

El artículo reivindica el feminismo socialista y pareciera que se desmarca del feminismo radical con el argumento de que plantean su lucha como una lucha contra lo masculino (independientemente de su clase, etnia, nación, etc.). En mi opinión, ya no existe ninguna corriente del feminismo que se plantee la lucha en términos de una estrategia contra los hombres y sostener este argumento solamente contribuye a la confusión.

El feminismo socialista, que no se llamaba así en los años 20, enunció los malestares que años después sentó las bases del movimiento feminista tal cual lo conocemos en la actualidad. Sus protagonistas (Kollontai, Zetkin, Luxemburgo) creían que la opresión de las mujeres era causada solamente por el capitalismo; sin embargo llegaron a intuir que la liberación de las mujeres no se conseguiría solamente con la toma del poder y la socialización de los medios de producción.

Tuvimos que esperar a los años 60 y 70 en Estados Unidos y Europa para el feminismo radical avanzara en el análisis y distinguiera al sistema capitalista del patriarcado, dejando en evidencia que además de una clase explotadora (la burguesía) existe un género hegemónico (el masculino) y que es esta relación de poder desigual lo que le da carta blanca al capitalismo para que las mujeres trabajadoras seamos el sector más desfavorecido de la sociedad.

4. El papel del patriarcado capitalista en la opresión de las mujeres

El tema del poder es fundamental para entender la situación de las mujeres en la sociedad actual. Si no lo tenemos claro, nos encontramos, como dice Patricia García, en que al surgimiento de la sociedad industrial, el capitalismo se encontró con el patriarcado, entró en fricción con el y lo absorbió, con el resultado de que, en la actualidad lo único que existe es la lógica del capital. Por tanto, es la lógica del capital que sobreexplota, divide, reproduce y fomenta el control ideológico.

Es decir que, después de tanta formación feminista, regresamos al inicio del siglo XX: no hay patriarcado, solamente capitalismo. Por tanto, luchemos por la abolición del capitalismo que una vez conseguida, llevará a la abolición del patriarcado.

Desde este análisis, no podremos entender la necesidad de cambiar las estructuras androcéntricas en partidos, sindicatos y colectivos. Tampoco entenderemos las mujeres maltratadas, los feminicidios, el rechazo a repartir los trabajos domésticos y de cuidados, la imposibilidad del la conciliación laboral y familiar y tantas otras cosas más. Y como no lo entendemos, seguiremos echándole exclusivamente la culpa a los gobiernos y al Estado e impulsando las mismas medidas de lucha que en el siglo XIX: huelga general, partido revolucionario, manifestaciones, panfletos… en los que las mujeres seguiremos ignorando los mecanismos de género que nos impiden romper las cadenas para crecer como personas independientes y militantes capaces de transformar nuestra realidad y al mismo tiempo, la de toda la sociedad.

Porque debemos tener claro que para el Estado y los gobiernos capitalistas puedan aprovecharse de las estructuras patriarcales tiene que haber personas que mayoritariamente no se responsabilizan de su papel en la división sexual del trabajo y que harán todo lo posible para que siga invisibilizado y minusvalorado. No habrá cambios estructurales si nosotr@s no tenemos voluntad política para luchar por eso y empezamos a hacerlo desde hoy mismo.

En mi opinión, el interés del capitalismo siempre ha sido el apropiarse de la plusvalía y le da igual quien se la proporcione, sea hombre o mujer, blanco o negro, europeo o africano. Son las relaciones de poder de género, clase, etnia o nación las que determinarán quien va a proporcionar más ganancia al capital en un lugar o momento histórico determinado.

5. ¿Las mujeres somos las responsables de la concienciación de los varones?
El argumento de que los varones también están oprimidos por el patriarcado y que se beneficiarían de su eliminación es muy antiguo y se repite en todas las organizaciones machistas leninistas.

A finales del siglo XIX, Flora Tristán arengaba a los proletarios con este discurso:

"La ley que esclaviza a la mujer y la priva de instrucción, os oprime también a vosotros, hombres proletarios. (...) En nombre de vuestro propio interés, hombres; en nombre de vuestra mejora, la vuestra, hombres; en fin, en nombre del bienestar universal de todos y de todas os comprometo a reclamar los derechos para la mujer”.

Y hoy, bien entrado del siglo XXI, Patricia García trata convencer a sus compañeros machistas leninistas en las bondades de la destrucción del patriarcado con el argumento de que ellos serán beneficiarios del fin de la sociedad patriarcal. ¿O acaso el corsé del género no les oprime? ¿Acaso los hombres no tienen derecho a desarrollarse en esferas como la paternidad, la emotividad o los cuidados?

Visto lo visto, sospecho que a la mayoría de los varones machistas leninistas el patriarcado les oprime poco o al menos no lo suficiente como para sacudirse las cadenas y mucho menos unirse con sus compañeras en este menester.

Si llevar la iniciativa significa invitarlos a nuestros actos, hacer cursos de formación, procurar que se involucren en su paternidad, tratar que modifiquen una sexualidad falocéntrica, etc. esto hace mucho que lo venimos haciendo. En cambio, si esto significa como suele significar, que tenemos que tratarlos como si fuéramos sus madres, subordinando nuestras necesidades a las de ellos y aceptando el ninguneo a que nos someten un día si y otro también, entonces creo que nos equivocamos mucho. Lo único que va a obligar a los varones a replantearse su realidad será nuestro cambio en la relación, que depende de nuestra concienciación y organización y por tanto es ahí donde tendremos que dirigir todos nuestros esfuerzos.

Todo sistema de opresión está sostenido por los oprimidos, y el patriarcado capitalista no es ninguna excepción. El capitalismo se vendrá abajo cuando la clase trabajadora (o el 99% como dice el 15 M) deje de sostenerlo y se organice para destruirlo. La destrucción del patriarcado depende de la organización y concienciación de las mujeres y sobre todo, de las mujeres de la clase trabajadora.

5. ¿Qué podemos hacer para luchar por la liberación de las mujeres?

Si no tenemos clara la relación de poder que ejerce el género masculino sobre el femenino, haremos propuestas que son igual de válidas para los partidos de derechas que de izquierdas. Así, la propuesta del artículo es la acción positiva, cuotas, apertura de espacios sectoriales de lucha contra el patriarcado o la promoción de la participación de las mujeres. Es decir, ¡la misma que hacen las mujeres burguesas, blancas y españolistas del PSOE! Y nos irá igual de mal que a ellas, porque su puesta en marcha dependerá del peso político que puedan tener dentro de las estructuras androcéntricas y verticales del partido, algo que no parece ser la realidad en el PSOE ni en las organizaciones machistas leninistas.

Como ejemplo tenemos la lucha por el poder entre Rubalcaba y Carme Chacón. La nueva ejecutiva es prácticamente paritaria; sin embargo, habrá que ver si estas mujeres están dispuestas a pelear, no ya por medidas anticapitalistas sino por medidas feministas como podría ser la reorganización del trabajo en el Estado, las empresas y los hogares, poner los cuidados en el centro de la organización económica, tener una ley de la dependencia que esté al servicio de las mujeres y no de las empresas, etc. Si al menos pelean por la ley de plazos, podemos darnos con un canto en los dientes.

Las mujeres feministas anticapitalistas tenemos unas cuantas herramientas que podemos utilizar para cambiar las cosas. Las mujeres podemos:

- Denunciar y acabar con el prototipo del militante revolucionario que está disponible 24 h al día, 7 días a la semana, que expulsa a las mujeres trabajadoras y a l@s jóvenes estudiantes de los ámbitos de decisión más importantes.
- Trabajar para desmontar las estructuras androcéntricas en partidos, sindicatos y colectivos. Es necesario un funcionamiento que contenga la especificidad de los intereses de las mujeres. Por tanto, debemos exigir que l@s dirigentes sean consecuentes con la doble jornada, entre otras cosas, porque es la única forma de que tomen conciencia de lo que esto significa.
- Fomentar la autonomía de las mujeres feministas, con áreas, comisiones o colectivos de mujeres feministas anticapitalistas al interior de las organizaciones. Dada la fuerte presencia del machismo leninismo, las mujeres necesitamos espacios propios de formación y concienciación para poder llevar adelante políticas feministas de clase.
- Impulsar en la teoría y en la práctica la repartición igualitaria del trabajo doméstico y de cuidados. Las personas que asuman (y sufran) esta reivindicación como propia, serán las mismas que exijan aumentos de salario, bajas por maternidad y paternidad, servicios públicos o reducción de jornada laboral porque por fin tendrán conciencia del valor del trabajo reproductivo.
- Hacer alianzas con los varones profeministas, que estén dispuestos a trabajar las nuevas masculinidades.
- Impulsar grupos de autoconciencia en los que las mujeres podamos detectar nuestras propias opresiones.
- Ver muy bien lo que significa para nosotras la doble militancia. En general, suele significar lo mismo que la doble jornada: enorme exigencia en detrimento de nuestros propios intereses. La doble militancia, tan debatida durante la transición española, para lo único que ha servido es para que se debilitara el movimiento feminista y las mejores cuadros fueran absorbidos por organizaciones y partidos que no han levantado nuestras demandas.

Y si nada de esto es posible en la organización mixta en la que estamos, será porque es tan machista leninista que no nos dejará otra opción que buscar espacios de militancia más afines y verdaderamente comprometidos con la liberación de las mujeres, para por fin poder articular la opresión de género con todos las explotaciones que sufre la humanidad en este sistema, no solamente patriarcal sino también capitalista, racista y europeo. Porque, en suma, la revolución deberá ser también feminista o no será.

¿La emergencia de un nuevo machismo - leninismo?


Por Patricia García


A los compañeros que sí luchan por la emancipación de las mujeres, dentro y fuera de casa.

“Los seguidores del materialismo histórico aceptan plenamente las particularidades naturales de cada sexo y demandan sólo que cada persona, sea hombre o mujer, tenga una oportunidad real para su más completa y libre autodeterminación” (Alejandra Kollontai, Los fundamentos sociales de la cuestión femenina, 1907)

En los últimos años, se advierte una nueva tendencia entre algunos/as compañeros/as de la izquierda anticapitalista. Esta tendencia podría denominarse el “nuevo machismo – leninismo” pues constituye una reacción regresiva frente los avances y mejoras en la posición de las mujeres en la sociedad. El machismo dentro de las organizaciones anticapitalistas no es en absoluto nuevo. Recuérdense, por ejemplo, las polémicas de Lenin con Clara Zetkin o con Alejandra Kollontai. [1]
El nuevo machismo dentro de la izquierda radical es la reacción de algunos/as militantes revolucionarios/as ante los cambios que se están dando en las relaciones de género, en la estructura familiar y, particularmente, ante la institucionalización de cierto feminismo liberal. Se trata de una actitud ideológica que proviene directamente del estómago: de la pérdida efectiva de privilegios masculinos y de las nuevas exigencias que plantean sus compañeras de partido o de vida.

El machismo – leninismo se caracteriza por aceptar el feminismo en abstracto, acepta las secretarías de mujer ocupadas por mujeres y tolera a sus compañeras feministas como mal menor. Ahora bien, estos/as militantes no se comprometen demasiado en las actividades relacionadas con la cuestión del género. Eso debe ser cosa exlusiva de mujeres. Del mismo modo, y a pesar de su exquisita formación marxista, estos/as militantes no se molestarán jamás en leer ni una sola página de la literatura feminista marxista (Alexandra Kollontai, Heidi Hartmann, Maria Rossa dalla Costa, Sheila Rowbotham, Giulia Adinolfi, Batya Weinbaum, Angela Davis y un largo etc.). El nuevo machismo – leninismo se basa en fuentes de información variopintas: desde el Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado (Engels), La mujer y el socialismo (Bebel), hasta los artículos misóginos de prensa reaccionaria tipo LibertadDigital. El machismo-leninismo no es políticamente correcto, no se manifiesta mediante escritos públicos: la cuestión de la igualdad de género no les merece el esfuerzo; de ahí que sea un corpus de creencias sobre todo oral y práctico.

Frente al machismo – leninismo, hemos de reivindicar la confluencia positiva entre feminismo y marxismo, entre feminismo y anticapitalismo. Nuestra propia tradición histórica nos ofrece referencias positivas de lucha por emancipación de género y de clase. Sin ir más lejos, Marx y Engels –con sus limitaciones- fueron pioneros en la denuncia de la subordinación de las mujeres articulada por el capitalismo.

A continuación, repasaremos críticamente el argumentario del nuevo machismo – leninismo. Vaya por delante que no es nuestra intención calificar a todos los/as militantes revolucionarios/as de machistas. En absoluto: nuestra propia experiencia nos ha demostrado la posibilidad de confluir y compartir complicidades con la mayoría de compañeros/as. Por tanto, estamos convencidas, en contra de cierto sector del feminismo post-68, de que la presencia de feministas en organizaciones mixtas es tan factible como necesaria. Es precisamente la lacra del machismo la que dificulta esta unión. Pasemos ahora a la crítica de sus argumentos…

Argumento nº 1: “Las mujeres ya han conseguido la igualdad formal y real, el patriarcado ha tocado fin”.

De entre las razones del nuevo machismo de izquierdas, quizás la más débil sea la idea de que “las mujeres ya han conseguido la igualdad porque el modelo de mujer-esposa-ama de casa es cada vez más residual”. El nuevo machismo acepta discursivamente la emancipación de la mujer, su salida del espacio privado, aunque tiene problemas a la hora de asumir sus consecuencias. Son muchos los datos que ponen en cuestión el argumento de que las mujeres ya hayamos alcanzado la igualdad. Aquí van algunos:

  • La brecha salarial entre hombres y mujeres supera el 21% en 2010 (variando según los parámetros de tipo de contrato, tipo de jornada, actividad productiva, etc.) [2] .
  • En los últimos 10 años, el desempleo femenino no ha descendido del 11%, frente al mínimo de 6,06% de los varones (Datos de la Encuesta de Población Activa).
  • La tasa de actividad femenina era del 52,6% en 2010, del 67,7% entre los varones (datos que esconden obviamente el trabajo doméstico).
  • El 8,2% de los hogares cuya cabeza de familia es una mujer sufren la pobreza, frente al 1,7% de los hogares encabezados por un varón (datos de 2001).
  • El 95,6% de las personas inactivas que no buscan empleo por razones familiares son mujeres (2010, EPA).
  • El 95,9% de las excedencias por cuidado de hijos/as corresponde a las madres (Tesorería General de la Seguridad Social, 2009).
  • El 82,4% de las excedencias por cuidado de personas dependientes son de mujeres (Tesorería General de la Seguridad Social, 2007).
  • El 88,4% de personas que sufren violencia doméstica son mujeres (datos de 2005, Instituto de la Mujer)
  • En el año 2010, murieron 73 mujeres a manos de sus parejas o exparejas, frente a 7 hombres asesinados (Datos del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género).

Los datos son suficientemente contundentes y echan por tierra la afirmación de que las mujeres hayamos alcanzado la igualdad real con respecto a los varones; menos aún las mujeres de las clases populares. Por lo tanto, hoy es más necesario que nunca que el movimiento obrero se plantee la incorporación de las mujeres trabajadoras y sus luchas específicas.

Argumento nº 2: “El feminismo divide a la clase obrera. Es una ideología burguesa”.

En cuanto a este segundo argumento del machismo-leninismo, hay dos cuestiones importantes que precisar. Como todos/as sabemos, el origen del movimiento feminista es el sufragismo y la vindicación de los derechos civiles de las mujeres (Mary Wollstonecraft ). El origen del feminismo, efectivamente, es burgués. Lo mismo podría argumentarse del socialismo temprano (Saint Simon, Fourieur, Proudhon… también de extracto social burgués o pequeño-burgués).

Sin embargo, la extracción social de los precursores de un movimiento no determina inexorablemente su carácter de clase en el futuro. Vale para el socialismo y vale para el feminismo. Así, al igual que existe un socialismo obrero en el XIX, también existe un feminismo popular en esta época, tradicionalmente silenciado. Un ejemplo claro es el de Flora Tristán (1803-1844) que reivindicó los derechos de las mujeres trabajadoras. Podemos hablar de un feminismo popular y socialista desde bien temprano, si bien nos queda mucho trabajo que realizar desde la historiografía para sacar a la luz la participación específica de las mujeres en la configuración del movimiento obrero. Al silenciar y desconocer el feminismo popular y obrero, le acabamos haciendo el juego al las corrientes liberales que tanto decimos denostar.

Partiendo de la identificación de feminismo con liberalismo y burguesía, el militante machista-leninista considera que las luchas de las mujeres (en tanto que género) dividen a la clase obrera. Los datos que expuse más arriba evidencian una realidad contundente: la clase obrera ya está dividida, es el capitalismo el que divide, el que potencia y reproduce la desigualdad entre géneros de acuerdo con sus intereses. Por lo tanto, el objetivo del movimiento obrero debería ser (a) superar sus propios prejuicios machistas, muy útiles a la división de la clase obrera y, por tanto, a la explotación capitalista y (b) ser capaces de articular nuestras luchas emancipatorias, en tanto que las mujeres conformamos la mitad de los trabajadores/as.

En suma, la tarea del movimiento obrero debería ser articular luchas y deshacer las divisiones y fracturas que el capitalismo abre entre nosotros/as. No son las mujeres trabajadoras, con sus reivindicaciones, las que crean las fracturas, sino que las afrontamos y articulamos en una dinámica de unidad. Por tanto, es un error –táctico y estratégico- plantear que el feminismo es esencialmente burgués y que las luchas específicas de las mujeres dividen a la clase trabajadora. Es el capitalismo el que divide y el que saca partido de esta fragmentación.

Argumento nº 3: “ Las luchas específicas de las mujeres excluyen a los hombres”

Esta afirmación se deriva, de nuevo, de una visión reduccionista del feminismo. Hay sectores del feminismo (la corriente radical o de la diferencia) que reivindican en positivo los valores de la feminidad y plantean su lucha como una lucha contra lo masculino (independientemente de su clase, etnia, nación, etc.). Pero esa es sólo una de las fracciones del feminismo, no su totalidad. La corriente socialista en ningún caso plantea una estrategia contra los hombres. Así, nuestro objetivo es alcanzar la igualdad real entre sexos, acabar con las desigualdades y opresiones que se derivan de una sociedad patriarcal y de la estructura de géneros. Como dice Kollontai, conseguir la autodeterminación real de todos/as.

Por lo tanto, de entrada, los hombres no sólo no están excluidos, sino que son parte de nuestra estrategia de transformación. De hecho, también ellos serán beneficiarios del fin de la sociedad patriarcal. ¿O acaso el corsé del género no les oprime? ¿Acaso los hombres no tienen derecho a desarrollarse en esferas como la paternidad, la emotividad o los cuidados? Para las feministas socialistas, esta lucha es compartida; aunque la iniciativa recae en las mujeres, que son las que sufren la opresión de un modo más contundente dada la desigual distribución de cargas en la reproducción de la vida. Del mismo modo, en la lucha de los trabajadores/as inmigrantes están implicados todos los trabajadores/as, pero no se les puede negar a ellos/as la iniciativa porque son los/as que mejor conocen su situación. Así, los espacios limitados a mujeres tienen sentido por la necesidad de plantear estrategias desde la propia experiencia, pero, sin duda, necesitamos la complicidad del resto de los/as trabajadores/as.

Corresponde a los compañeros hombres reclamar su parte activa en esta lucha y esto sólo ocurrirá cuando alcancen un grado de conciencia y compromiso suficiente contra el patriarcado. Mientras esto ocurre, los machistas-leninistas se limitan a auto-excluirse y a “dejar las cosas de mujeres para las mujeres”. Los buenos marxistas se suman a nuestra causa porque entienden que la emancipación con respecto al sistema sexo-género beneficia a la clase social en su conjunto.

Argumento nº 4: “En nuestras organizaciones no se discrimina a las mujeres. Nosotros no reproducimos dinámicas patriarcales”.

Creer en la pureza y neutralidad de la propia organización es una muestra de idealismo. Nuestras organizaciones mixtas, como todas las instituciones de la sociedad, están atravesadas por la lucha de clases y también por patrones de relación patriarcales. Mujeres y hombres llegamos a nuestras organizaciones con un bagaje de socialización, basado en la interiorización de valores y relaciones de poder que actúan a un nivel muy inconsciente. No es común que nuestros compañeros nos traten como meros objetos sexuales o nos defenestren como subordinadas (aunque algunos sí que lo hacen). Sin embargo, las estructuras de nuestra organización pueden reproducir desigualdades de género preexistentes si no hacemos nada para evitarlo. En este caso, el no hacer importa y mucho.

Ser conscientes de esta realidad es tomar medidas para cambiarla. Por eso, la acción positiva, las políticas de cuotas, la potenciación de la participación de mujeres o los actos, campañas y formación en temáticas de lucha contra el patriarcado son fundamentales. Comparto con muchos compañeros/as la insatisfacción con el sistema de cuotas y de listas cremallera. Pero esto no puede conducir a que no hagamos nada, al laissez-faire. Los sistemas meritocráticos, supuestamente neutrales, ciegos ante la clase o el género, no hacen sino reproducir la desigualdad preexistente. ¿Desde cuándo somos partidarios del laissez-faire? ¿Confiamos en la mano invisible o en el mercado para diluir las desigualdades? Después de dos siglos de capitalismo, este hecho aún hecho aún no se ha producido.

No hacer nada respecto a un problema, no significa afrontarlo, sino dejarlo estar. Por eso, la lucha contra el patriarcado no puede quedar en el discurso y ha de empapar también nuestras prácticas. A falta de instrumentos más perfectos contra las divisiones de clase y género (incluso dentro de nuestras propias organizaciones) necesitamos hacer uso de las pocas herramientas de las que disponemos: acción positiva, cuotas, apertura de espacios sectoriales de lucha contra el patriarcado o la promoción de la participación de las mujeres. Los instrumentos de acción positiva interna cuentan con algunas ventajas:

  • Ayudan a dignificar el trabajo de las compañeras,
  • Crean referentes femeninos,
  • Desmienten tópicos como que “las cuotas elevan a los cargos a personas menos cualificadas”,
  • Mejoran y hacen más eficientes los procesos de elección y/o selección de cargos y responsabilidades,
  • Las propias mujeres aumentan su confianza y formación de cara al desempeño de funciones.

Debemos ir del discurso a las prácticas. Las organizaciones, en definitiva, deben hacerse cargo de una lacra histórica que tiene efectos de manera formal e inconsciente también en los espacios de lucha.

Argumento nº 5: “Los hombres estamos perseguidos, se ha anulado nuestra presunción de inocencia. Los hombres sufren la violencia de género tanto como las mujeres”.

A menudo, las conversaciones sobre las relaciones entre feminismo y marxismo conducen a temas de actualidad como la violencia de género, el divorcio, la tutela paterna o el aborto. El machista – leninista suele poner sobre la mesa una serie de argumentos y datos que parecen provenir de Intereconomía o de Libertad Digital. Estos datos demuestran – supuestamente – cómo la tendencia histórica se ha invertido por culpa del feminismo institucional: ahora los hombres son oprimidos por las mujeres. Ahora ellos son las víctimas del matriarcado. En esta línea, no es extraño escuchar cosas como “es que ahora los hombres estamos perseguidos”, “no se respeta nuestra presunción de inocencia”; o “los hombres sufrimos más violencia de género”.

La legislación impuesta recientemente por el gobierno ZP (LO 1/2004 de Medidas de Protección Integral Contra la Violencia de Género) ha abierto el debate sobre la vulneración de la presunción de inocencia y las denuncias falsas en casos de violencia machista. No hay más que buscar en Google para encontrar centenares de entradas sobre el asunto de las denuncias falsas que, supuestamente, interponemos las mujeres. Y es posible que haya casos individuales; sin embargo, los datos demuestran que el número de denuncias falsas por violencia de género no es superior a lo que se da en otros delitos. Así, en 2010, se calcula que sólo un 0,01% de las denuncias por violencia de género fueron falsas (datos del Ministerio Fiscal, 2010). Por tanto, no merece la pena darle más bombo al debate. El número de denuncias falsas es ínfimo.

Además, se suele argumentar que los procesos por violencia de género conllevan una inversión de la carga de la prueba hacia el maltratador [3] y que vulneran la presunción de inocencia. Estas acusaciones no son justas a la vista de la propia Ley Integral de Violencia de Género [4] . Si leemos la ley – cosa que no se suele hacer -, se observa que los medios de prueba en el procedimiento judicial son los mismos que en cualquier otro proceso vía penal. Las únicas especifidades son las medidas judiciales de protección y de seguridad de la víctima (alejamiento, suspensión de la tutela paterna, etc.) y el endurecimiento de las penas por agresión. Concretamente: se activa un procedimiento judicial rápido y el juez de guardia adopta medidas cautelares por el riesgo que asume la víctima de malos tratos. Estas medidas cautelares, previas al juicio, se justifican ante la posibilidad de un repunte en la situación de violencia. Basta con recordar el caso de Ana Orantes [5] que fue quemada viva por su marido después de denunciar ante los jueces y en los medios de comunicación. De ahí la necesidad de adoptar medidas cautelares eficaces. Se pueden producir excesos, como en cualquier proceso penal, pero no se puede concluir que haya una vulneración de la presunción de inocencia o que exista ningún tipo de persecución.

Otro tema interesante sería evaluar en qué medida una ley como ésta contribuye a acabar con la violencia de género. La ley ataja una situación desesperada y crítica: el feminicidio y la vejación machista en las relaciones de pareja. Sin embargo, desde el feminismo socialista entendemos que es insuficiente, que hay que ir a las causas. Mientras las mujeres se encuentren en una situación de vulnerabilidad, desigualdad y dependencia, la violencia que padecemos será un hecho cotidiano. Es lo que Zizek llama la violencia subjetiva y la violencia objetiva. La primera es aquella que supera el nivel de normalidad, el nivel 0 de violencia: por ejemplo, el asesinato de una mujer de un modo sádico a manos de su expareja. La violencia objetiva es la que perpetra el sistema cotidianamente: es la sobreexplotación, la doble jornada, la reducción a mero objeto sexual, la dominación psicológica, etc. Mientras no atajemos esta violencia objetiva o estructural que padecen las mujeres en el día a día, los malos tratos seguirán siendo sólo la punta del iceberg; los malos tratos son la consecuencia de una dominación previa prolongada y acumulativa.

En este ámbito, es urgente que desde el feminismo socialista realicemos una dura crítica al feminismo institucional. El número anual de asesinadas a manos de sus maridos no es más que el síntoma de una opresión mucho más silenciosa y profunda; un sistema de dominación íntimamente ligado al modo de producción y reproducción. Sin embargo, la insuficiencia del feminismo institucional (más aún en el contexto de la globalización capitalista que minimiza la capacidad de intervención estatal, por ejemplo, en medidas conciliatorias o laborales) no conlleva que las reformas positivas deban ser rechazadas. La Ley de Violencia de Género es insuficiente pero no mala per se. Del mismo modo, en el terreno laboral abogamos por las 35 horas aunque nos parezcan insuficientes para acabar con la explotación. Los marxistas debemos aplicar esa misma dialéctica de la reforma y la revolución, del programa de mínimos y máximos, a la hora de enfrentar la cuestión de la lucha contra el patriarcado.

A modo de conclusión: por una aproximación marxista al sistema sexo – género.

Desde luego, las relaciones entre marxismo y feminismo, tanto en la teoría como en la práctica, han sido relaciones a menudo conflictivas; ya decía Heidi Hartmann que se trataba de un matrimonio infeliz. El marxismo es una metodología para entender y transformar la sociedad capitalista. Por tanto, abordar la cuestión del patriarcado y de las relaciones de sexo-género es una necesidad inexcusable para cualquier política emancipatoria.

Cuando emergió el capitalismo industrial, éste se encontró con un sistema de sexo-género que subordinaba a las mujeres como mera propiedad del padre de familia. Esta estructura de relaciones preexistente entró en fricción con el capitalismo, fue modelada por él y completamente subsumida, en la actualidad, por la lógica del capital. Éste se ha valido de la dominación de género para sobreexplotar, dividir, reproducirse y fomentar el control ideológico. El patriarcado, o el sistema de dominación del sexo/género masculino sobre el femenino, es una estructura de relaciones materiales, económicas e ideológicas; relaciones que siguen vigentes – por más que sometidas a crítica – en los países imperialistas. A los datos nos remitimos.

Lo que llamábamos el nuevo machismo – leninismo es una actitud reaccionaria e idealista que niega esta realidad. Con la excusa de que el feminismo es una ideología burguesa, ignora el sistema de dominación de género que ha articulado – y sigue articulando – el capitalismo. Ignora los procesos más fundamentales de producción y reproducción de la vida y su encaje en la lógica del capital. Ignora y obstaculiza la emancipación de las mujeres trabajadoras. Sólo si nos tomamos en serio la articulación de clase y género, podremos dar una salida sensata y emancipadora a la otra mitad de los/as trabajadores/as. No permitamos que, también esta vez, el capitalismo nos divida.

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[1] En 1920, Clara Zetkin se entrevistó con Lenin. Zetkin le informó sobre las actividades de organización de las prostitutas y de formación en educación sexual y matrimonial con las obreras alemanas. Ni corto ni perezoso, en dicha entrevista, Lenin calificó de “desviación morbosa” el trabajo con prostitutas y menospreció el trabajo de educación sexual y familiar con las obreras. Estas actividades, en su opinión, eran ociosas y una pérdida de tiempo. Ver en: WEINBAUM, B.: El curioso noviazgo entre feminismo y socialismo, S. XXI, Madrid, 1984.

[2] Encuesta de Estructura Salarial, junio de 2010, Instituto Nacional de Estadística.

[3] Y decimos “maltratador”, en masculino, porque la inmensa mayoría de agresores en el ámbito intrafamiliar o con la pareja o expareja son hombres. Aunque las estimaciones aún son muy controvertidas (véase, por ejemplo: Raquel Osborne, “De la violencia de género a las cifras de la violencia: una cuestión política”) es evidente que las mujeres padecen mayoritariamente el maltrato de la pareja o expareja: de ahí que 73 mujeres hayan sido asesinadas a manos de su pareja o expareja (2010), frente a 7 hombres (6 a manos de su pareja o expareja mujer, 1 a manos de su pareja-hombre).

[4] http://www.boe.es/boe/dias/2004/12/29/pdfs/A42166-42197.pdf

[5] http://www.elpais.com/articulo/andalucia/Ana/Orantes/elpepuespand/20071216elpand_2/Tes

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[Fuente: Rebelión?- ]



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