Gráfico del operativo. /G. De las Heras
La mayor cumbre económica de la historia del País Vasco ha
obligado a organizar el mayor dispositivo de seguridad que se recuerda
en Euskadi. Nunca antes se habían reunido en un mismo evento en Bilbao
tantas autoridades de la economía mundial, dirigentes políticos e
institucionales y altos representantes del mundo de la empresa, tanto
local como internacional. Y, como consecuencia de ello, nunca antes se
habían desplegado tantos policías juntos en la capital vizcaína, que
quedará blindada para evitar en la medida de lo posible incidentes que
podrían adquirir repercusión internacional.
Ante semejante escaparate, sin precedentes en el país por
la relevancia de sus participantes, las fuerzas de seguridad han
organizado un complejo operativo que obligará a movilizar y coordinar
sólo entre este domingo y este lunes a a más de un millar de agentes de
los distintos cuerpos policiales, según apuntan las fuentes consultadas
por EL CORREO. El despliegue se ha diseñado teniendo en cuenta las
diversas manifestaciones convocadas por organizaciones sociales,
sindicatos y partidos para mostrar su rechazo al foro y, por supuesto,
sin perder de vista la posibilidad de que los denominados grupos
antisistema, que llevan un par de semanas llamando a movilizarse contra
los «saqueadores de derechos», puedan protagonizar actos de protesta que
no hayan sido anunciados previamente. Los expertos policiales
consideran «poco probable» que se produzcan estallidos de violencia
durante estos días, pero no descartan que algún grupo intente algún tipo
de acción de carácter «publicitario» para dar eco mundial a su
protesta.
A pesar de celebrarse en Bilbao, el Gobierno central ha
asumido la responsabilidad del dispositivo de protección. La razón es
que el Foro Global España 2014 es una iniciativa del Ministerio de
Economía, que pretende convertir la cita en una muestra de la
«recuperación de la economía española» ante los primeros espadas de las
finanzas. El pasado miércoles se celebró una reunión en la que
participaron una treintena de técnicos y políticos de los distintos
cuerpos e instituciones -incluida la Casa Real- para pulir los últimos
detalles de la seguridad del operativo, que «requiere de una gran
coordinación» para poder hacer frente a las incidencias y a cualquier
imprevisto.
De hecho, el anuncio de que el Rey llegará hoy mismo a
Bilbao -en un primer momento se esperaba que aterrizase y se marchase
mañana tras participar en el Foro- para entrevistarse con la directora
gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, y
con el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, ha obligado a
modificar ligeramente los dispositivos generales y los perímetros de
seguridad organizados en torno a los hoteles en los que se alojan las
autoridades.
Las funciones de las distintas policías están ya
perfectamente definidas y serán coordinadas desde un centro de control
en el que estarán representadas todas las fuerzas de seguridad. Si fuese
un evento organizado por el Gobierno vasco, la Ertzaintza asumiría la
mayor parte del operativo por su condición de policía integral de
Euskadi. En esta ocasión, su papel se desarrollará fundamentalmente de
puertas afuera del Museo Guggenheim, donde se celebrará la cumbre, para
encargarse sobre todo de tareas de seguridad ciudadana, vigilancia de
carreteras, control de las manifestaciones por parte de la Brigada
Móvil.
Unos 800 agentes de la Policía vasca participarán de una u otra
manera en la seguridad de este acto, que contará también con la
colaboración de la Policía Municipal de Bilbao para, entre otros
cometidos, cortar calles, controlar el tráfico y sellar los contenedores
de la zona.
El cinturón de protección que se establecerá alrededor de
las personalidades será responsabilidad del Cuerpo Nacional de Policía.
En el último nivel, las principales autoridades contarán además con sus
equipos personales de vigilancia. En el caso del Rey, sus escoltas
personales forman parte de un grupo especial integrado por policías
nacionales y guardias civiles que depende directamente de la Casa Real.
La seguridad de Rajoy está en manos de un grupo de guardaespaldas
personales dirigidos por Presidencia del Gobierno.
El lehendakari está
protegido por berrocis (escoltas de élite de la Ertzaintza). Y la Unidad
Central de Protección de la Policía Nacional es la encargada de
asegurar a las autoridades extranjeras que vienen a España. Es el caso,
por ejemplo, de Christine Lagarde, a la que se le otorga la
consideración de jefe de Estado en los protocolos de actuación, lo que
implica redoblar las tareas de vigilancia preventivas y el número de
guardaespaldas.
Vigilancia de la frontera
Pero, ¿cómo se prepara un despliegue de semejante
envergadura? Al margen de las reuniones interinstitucionales que sirven
para allanar el terreno, la preparación de la seguridad comienza días
antes con la supervisión de los datos de todas las personas que tomarán
parte, de una u otra manera, en el evento. Uno o dos días antes de la
cumbre, las unidades de caninos y las especializadas en la detección de
explosivos se encargan de supervisar, palmo a palmo, las zonas
consideradas críticas por los especialistas.
En este caso, el propio
Guggenheim, los hoteles y las distintas rutas que se pueden seguir para
llegar a Bilbao desde el aeropuerto. Apoyada por uno de sus
helicópteros, la Ertzaintza se encargará de escoltar a las burbujas de
seguridad de los "vips" durante los trayectos. Los puntos clave de esta
ruta -puentes, cruces, alcantarillas- serán vigilados de forma
permanente.
La Policía vasca también observa con interés el paso de la
frontera con el objetivo de detectar la posible llegada de grupos
antisistema. Y en las últimas horas ha intensificado los controles en
autobuses, en los peajes y en las gasolineras.
El Departamento vasco de
Seguridad, que ha calificado la cumbre de «evento especial», se limitó a
señalar de forma oficial que su objetivo es «garantizar» el normal
desarrollo de la cumbre, de los actos de repulsa al foro y la actividad
diaria de los vecinos de la capital vizcaína.