El
Foro Público “¿Modelo de desarrollo? Límites, propuestas y
alternativas” se realizó en la ciudad de Santa Cruz con la participación
de 200 personas, entre ellos expositores de la Cámara Forestal de
Bolivia (CFB), la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) y la Autoridad
de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierra (ABT).
“Hicimos
una mesa redonda con los sectores productivos. Quedaron en evidencias
las diferentes formas en que el desarrollo es un concepto plural. Pero
lo interesante es que, más allá de esa pluralidad, la base conceptual en
el fondo es la misma: crecimiento económico, apropiación de la
naturaleza, dificultades para ver impactos socio ambientales, la ilusión
de que cada uno tiene la definición más justa y mejor de ese desarrollo
y, por lo tanto, las incapacidades, las resistencias, las limitaciones
en ver que el desarrollo -como sueño de prosperidad y beneficio- a fin
de cuentas es un mito”, afirmó el especialista en desarrollo sostenible
Eduardo Gudynas, moderador del encuentro.
El
foro se realizó en Instituto de los Negocios del Petróleo, Gas y
Energía (INEGAS) el 4 de julio, como corolario del taller “Situación del
Extractivismo en Bolivia –perspectivas desde las tierras bajas”, que
Gudynas también moderó el 2 y 3 de julio en la Casa de Retiro de Fe y
Alegría. “Llegamos al término de tres días de trabajo intenso en Santa
Cruz. Ha sido muy interesante el taller, con más de 70 personas que
participaron de muy diferentes procedencias. Analizamos las
contradicciones del desarrollo en casos concretos en Bolivia, en tierras
bajas hoy día”, explicó el investigador del Centro Latino Americano de
Ecología Social (CLAES), de Uruguay.
El
taller y el foro público fueron organizados por Agua Sustentable, la
Carrera de Sociología de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno
(UAGRM), el Centro de Documentación e Información Bolivia (CEDIB), el
Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA), CLAES, la
Fundación Tierra, Probioma y el Programa Nina.
Entre
los participantes, había organizaciones de la sociedad civil urbanas,
rurales e indígenas, como el Consejo Nacional de Ayllus y Markas del
Qullasuyu (CONAMAQ), la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia
(CIDOB) y la Asamblea del Pueblo Guaraní (APG), entre otros.
En
el taller del 2 y 3, especialistas e investigadores presentaron casos
sobre el Parque Nacional Aguaragüe, la soya transgénica, la
extranjerización y colonización en tierras bajas, la gran minería en la
Chiquitanía y el Pantanal boliviano, la problemática territorial en
Guarayos y la gestión del agua en las cuencas con actividad minera en
los ríos Suchez (La Paz) y Tupiza (Potosí).
En
el foro del 4, los expositores de la CFB, la CAO y la ABT presentaron
datos referentes a las actividades forestales, agroindustriales y el rol
del Estado para intentar regular la explotación de recursos naturales
que conllevan estas actividades económicas.
“Estamos
manejando información de una calidad impresionante. Las distintas
organizaciones que han presentado durante dos días trabajos de
investigación, estudios de casos, han dado información de muy alto
nivel, que ayuda a comprender de forma local los problemas que hay con
el extractivismo en cada uno de los sectores económicos”, explicó Marco
Gandarillas, director del CEDIB.
“Este
taller se esfuerza por tener un panorama nacional. Procuramos no
desvincular los problemas de las tierras bajas del contexto nacional. Y
el esfuerzo que hizo Eduardo fue notable: trascender el ámbito nacional
hacia uno más internacional, porque son procesos y tendencias que se dan
en forma simultánea en varios países de América latina”, dijo
Gandarillas.
“La
calidad de la información y de la reflexión fue alta. Se vio que hay
capacidad de debate en las organizaciones y las instituciones. Podemos
debatir en igualdad de condiciones con el Estado y con los actores
económicos. Tenemos capacidad para demostrar la insostenibilidad del
modelo que están impulsando estos sectores estatales y privados”,
agregó.
En
el foro público, por ejemplo, Jorge Ávila, de la CFB, indicó con datos
los serios problemas de deforestación que enfrenta Bolivia. Por su
parte, Edilberto Osinaga, gerente de la CAO, postuló que todavía hay
ocho millones de hectáreas que podrían chaquear los agroindustriales
para convertirlas en tierras cultivables. Y el director de la ABT,
Clíver Rocha, expresó que también se debería permitir a las
organizaciones campesinas e indígenas participar de la explotación de
los recursos naturales en el país.
“Ha
sido muy rico ese debate con sus diversas tonalidades, con los acentos
que ponen el Estado y los actores económicos en el conflicto entre ellos
y sus contradicciones. La base de este modelo nos lleva a
enfrentamientos no solo entre actores económicos, sino también sociales.
Los ganaderos versus los agroindustriales, los agroindustriales Vs. los
forestales, campesinos Vs. indígenas. Pero la reflexión fundamental es
que los límites de este modelo está en los recursos naturales que
utiliza, que son finitos”, dijo el director del CEDIB.
(Equipo de Comunicación Indígena Originario)