martes, 12 de junio de 2012

215 millones de niños y niñas trabajan para sobrevivir o complementar el ingreso de sus familias

Natasha Pitts
Periodista de Adital
Adital

Este año, el 12 de junio, día Mundial Contra el Trabajo Infantil, tendrá como tema "Derechos Humanos y Justicia Social. Vamos a acabar con el trabajo infantil”. Para reforzar la necesidad de librar a niños y adolescentes de trabajos forzados y de las peores formas de trabajo, se realizarán debates, eventos mediáticos, campañas de sensibilización y manifestaciones culturales en más de 50 países. Participarán empleadores, organizaciones de la sociedad civil, trabajadores y gobiernos.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) aprovecha la oportunidad de la fecha para llamar a los países a intensificar su actuación contra este problema. En un estudio realizado en el contexto del 10º aniversario del Día Mundial Contra el Trabajo Infantil, la OIT señala que todavía hay una gran diferencia entre ratificar las Convenciones sobre trabajo infantil y actuar concretamente para enfrentar el problema.

Prueba de ello es que hoy cerca de 215 millones de niños y niñas trabajan para sobrevivir o complementar el ingreso de sus familias. Según la OIT, la mitad de ellos están expuestos a las peores formas de trabajo, como esclavitud y actuación en conflictos armados. Cinco millones de ellos están sometidos a trabajos forzados, entre ellos explotación sexual con fines comerciales y esclavitud por deudas.

Teniendo esto presente, el director General de la OIT, Juan Somavia, pide a los países que, de manera individual o colectiva, redoblen los esfuerzos para erradicar el problema. Uno de los pasos es firmar las Convenciones 138 (sobre edad mínima de admisión al empleo) y 182 (sobre las peores formas de trabajo infantil). A pesar de que las dos han recibido gran adhesión es necesario que las ratificaciones sean universales y estén unidas a otras acciones concretas.

Para llevar a la práctica los compromisos asumidos, la OIT defiende que es necesario incidir en áreas estratégicas como la economía informal, dar atención a las zonas rurales y agrícolas, y considerar atentamente la realidad de los hijos de trabajadores/as migrantes y de las poblaciones indígenas, considerados los más vulnerables cuando se trata de trabajo infantil. Somavia también defiende la importancia del trabajo decente para los padres y la educación para los niños como forma de erradicación.

Otro paso es fortalecer los órganos judiciales y las instituciones encargadas de hacer cumplir la ley a nivel nacional para garantizar que los innumerables casos de trabajo infantil lleguen a los tribunales y sean debidamente juzgados, ya que hoy es juzgada y sancionada una cifra mínima de delitos.

La OIT también recuerda la necesidad de que se haga cumplir, hasta 2016, la Hoja de ruta para lograr la eliminación de las peores formas de trabajo infantil, aprobada en 2010 por más de 500 delegados de 97 países durante la Conferencia Mundial sobre Trabajo Infantil.

A pesar de todos los problemas, es necesario reconocer avances como el aumento de la cantidad de países que crearon planes nacionales para combatir el trabajo infantil, el establecimiento de nuevas leyes contra la prostitución y la pornografía que involucren a niños, las nuevas prohibiciones legislativas orientadas a la identificación y prevención del trabajo peligroso para niños y el desarrollo de la cooperación internacional y la asistencia mutua entre los Estados para combatir delitos como el tráfico.

Y para que estos avances sean cada vez más significativos la OIT pide la ratificación universal de las Convenciones sobre trabajo infantil y de las demás Convenciones fundamentales; la adopción de políticas y programas nacionales que garanticen un progreso efectivo en prevención y eliminación del trabajo infantil y el comienzo inmediato de iniciativas que amplíen e intensifiquen el movimiento mundial de combate al trabajo infantil.

Traducción: Daniel Barrantes – barrantes.daniel@gmail.com


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