Rosa Elizabeth Quintana
Cada vez que mencionamos “el día de la mujer” se escuchan ¡tantas voces!, unas a favor y como que es casi un instituto más del Derecho Civil; otras más incrédulas como diciendo ¿hace falta declarar “un día para la mujer”?, otras que dicen que es un día para festejar y para recibir regalos, para no cocinar ese día.
Todavía hoy, en nuestra sociedad el “día de la mujer” es una fecha propicia para recibir todo tipo de regalos, hasta…un electrodoméstico! o sea, que (en algún@s) la representación social de la mujer es el hogar, primero y luego la persona… en fin son muchas las representaciones sociales que giran alrededor del “Día de la mujer”.
Pues bien, sabemos que hay países que tienen leyes más igualitarias en cuanto a los derechos sociales, laborales entre géneros y otros que a pesar de tenerlos no son totalmente acatados; sabido es, que si bien hemos recorrido mucho camino en la Argentina, desde las primeras mujeres feministas, en el siglo XX, cuyos nombres entre las pioneras están: Julieta Lanteri (1873 - 1932), Cecilia Grierson (1859- 1934), las hermanas Ernestina y Elvira López, Elvira Rawson (1864-1954), Sara Justo (1870-1941), Alicia Moreau (1885-1985) y Carolina Muzzilli (1889-1917) entre muchísimas otras, todavía quedan muchos aspectos por lograr.
No entraré en detalle sobre el Movimiento Feminista porque su historia es amplia y da para el debate, ya que hay mujeres que parecen pedir disculpas si dicen que son feministas como si fuera una mala palabra; otras que se autodefinen feministas pero tienen un testamento para justificar su “afiliación”; otras que para mí es el súmmum de la indefinición cuando dicen “yo no soy feminista ni machista” siempre me pregunté… ¿sabrá que es, entonces?
Feminismo es una corriente ideológica y de movimientos políticos, culturales y económicos que tienen como objetivo la igualdad de derechos entre hombres y mujeres; se compone de corrientes muy diversas, por lo que es más correcto hablar de “feminismos”, por ejemplo, el feminismo cultural, el feminismo liberal, el feminismo radical, el ecofeminismo, el anarcofeminismo, el feminismo de la diferencia, el feminismo de la igualdad, el feminismo marxista, el feminismo separatista, el feminismo filosófico, el feminismo cristiano, el feminismo islámico, el feminismo post-colonial, el feminismo lésbico, el transfeminismo o el feminismo crítico. (wikipedia).
Se dice y se repite que somos las primeras educadoras en la socialización primaria de nuestros hijos… ¿por qué en nuestra sociedad todavía tenemos inequidades sociales, laborales; violencia de género? Vivimos en una sociedad que valoriza a la mujer que tiene hijos ¿por qué luego es motivo de discriminación laboral?
Me pregunto ¿por qué en el ámbito académico, aún hoy, en algunas disciplinas se hace poca o nula mención a autoras que parece un claustro exclusivo para hombres? aquí también debe haber un cupo de autores para cada género…se predica con el ejemplo, y la educación ¿no?
Esta vez, dejaré que la historia de por qué es tomado este día como día internacional de la mujer lo cuenten otros/as. Preferí conmemorar éste día, realizando entrevistas a mujeres de distintas situaciones sociales; actividades laborales diversas: profesionales independientes, empleadas, autónomas; situación civil solteras, casadas, con hijos, sin hijos a los fines de visualizar como los mandatos sociales influyen en la inserción y como es el recorrido laboral de las mujeres.
Agradezco a las mujeres que amablemente han contestado las preguntas, aún con sus tiempos acotados, han dedicado unos minutos a reflexionar y brindarnos sus valiosas opiniones; son mujeres de entre 30 y 50 años, con hijos, sin hijos, trabajadoras, militante política y social, profesional y docente.
- ¿Cuándo una mujer que tiene hijos busca trabajo, sabe que puede ser un motivo por la que está en desventaja frente a otra que no los tiene?
Ana Lía: La desventaja surge cuando la mujer con hijo no se organiza. Trabajo desde muy chica, 19 años trabajé y estudié, crié mis hijos y trabajé… con una buena organización “podés”.
Caro Gonzalez: Las mujeres siempre estamos en desventajas laborales frente al varón, si tenemos hijos, “los patrones” presumen que la mujer va a faltar porque se enfermarán o no tendrá quien los cuide; si no los tiene, la excusa es que las mujeres son difíciles de tratar. Son prejuicios formados en base al desigual reparto de tareas en el hogar que se trasladan a lo laboral y hacen difícil la inserción de las mujeres.
Valeria Ojeda: Muy seguramente. Sin embargo igual salimos a buscarlo. Nuestros hijos, lejos de interpretarlos como desventaja, son logros y un real ejemplo de las tremendas competencias con las cuales cuenta una trabajadora mujer.
Yo, en el rol de quien emplea, buscaría una mujer con hijos. Sí, seguro tendrá una tasa de ausentismo quizás un poco más alta que aquella que no los tenga. Pero ¡qué nivel de productividad! ¡Hay que saber conjugar casa-hijos-profesión!
Por eso: el problema está en que el mundo (laboral, social, político, etc.) aún decide desde una lógica masculina, y por lo tanto se da constantemente la premisa que planteás en la pregunta.
- ¿Cuáles son los principales obstáculos en la obtención de un empleo para la mujer en la región?
Ana Lía: no sé cuales puedan ser los obstáculos …pero, una cosa te digo, en general son un poco vagas, las de mi época hacíamos todo, yo sé cortar pasto, electricidad, trapear la casa, arreglar diversas cosas… y muchas aprendí en mi casa y otras en la escuela, a coser por ejemplo lo aprendí en la primaria en la Escuela Misericordia.
Caro Gonzalez: El empleo en nuestra provincia está reducido casi en la totalidad a la Administración Pública. El pedido en las ofertas laborales tiene un límite de edad y de apariencia, que excluye a mujeres que excedan los 35 años; los horarios de las jornadas dobles en comercio; y, el no tener guarderías en horarios amplios hace que muchas mujeres por más que estén capacitadas no puedan insertarse laboralmente.
Valeria Ojeda: Creo que eso depende en gran medida del área en la cual se desempeñe. El hecho de que nuestra región sea de las más deprimidas a nivel económico y de desarrollo social plantea una composición de la realidad laboral bastante homogénea tanto para mujeres como para hombres.
- ¿Las mujeres profesionales proyectan su futuro laboral o queda signada a la suerte que corre la vida familiar?
Ana Lía: mmmmm la mujer profesional creo que está signada, vivimos en una sociedad machista todavía y si no le toca un hombre que la apoye es difícil…
Valeria Ojeda: Entiendo que intentamos proyectar nuestro futuro laboral. Ya la vida familiar no queda signada a la suerte. La posibilidad de la planificación nos otorga tiempo de crecimiento profesional. Sin embargo llega una etapa en que sabemos que estos dos espacios se solaparán.
- Cuándo se interrumpe la actividad laboral por un lapso de 2 o 3 años ¿a la mujer le resulta difícil la reinserción laboral?
Ana Lía: si, le resulta difícil, como todo es cuestión de organizarse y no sobrecargarse por el que dirán “típico porque no se queda a cuidar sus hijos” “más bien todo se puede mi madre y mi abuela materna y yo criamos a nuestros hijos TRABAJANDO y se puede nadie es perfecto NO HAY Q BUSCAR LA PERFECCIÓN ….”no es la cantidad es la calidad…con que emprendas un desafío.
Valeria Ojeda: Imagino que sí. Pero interpreto que, por las mismas demandas del mercado laboral, hoy día la mujer no puede darse la oportunidad de desaparecer 2 o 3 años, y por lo tanto aceleramos la vuelta al mercado lo más posible (y allí aparecen las culpas, las niñeras, los jardines maternales…)
- ¿Cuáles son los motivos por los que la mujer cada vez está más instruida pero no por eso accede a los puestos de mandos superiores?
Ana Lía: los motivos yo creo porque no hay igualdad todavía en nuestra región, aclaro, el hombre tiene poder y vivimos una sociedad machista, muchas mujeres por comodidad dejan que ellos se encarguen “de todo”… ojo la culpa no es “del chancho sino del que le da de comer”.
Valeria Ojeda: Desconozco. Sospecho sin embargo que este paradigma masculinizante (capitalista occidental) continúa definiendo todas las decisiones que se toman respecto a estas cuestiones.
Un comentario agregado:
Me gustó que hayas traído la cuestión del cupo en tu texto porque realmente ODIO EL CUPO. Es un puto permiso que nos dan ¿quiénes??? Yo (y alegremente establezco mi posición totalmente subjetiva) estoy re en contra de que me pongan una cuota. ¿Quién le otorgó a la masculinidad la posibilidad de marcar un “hasta acá”? No no amigas, eso no.
Creo que un crecimiento genuino de equidad entre el alcance de los logros (familiares, laborales, sociales, etc.) entre sexos se alcanzará sin que uno prime sobre el otro… (ha visto? seguimos con el desbalance de poder, aunque no dije nada nuevo) Es cuestión de ir ganando espacios, ya lo hicimos. Durante todo el siglo XX se vino gestando este parto, y como toda transición es dolorosa y difícil.
Es un cambio lento, cultural, de esquemas de pensamiento arraigados hasta la médula… Ojo! Aquí el rol de los Estados como garantes de la “salubridad” de este proceso de cambio es SUSTANTIVO. No se puede mirar de soslayo. Hay cuestiones grosas para las cuales se debe legislar y más que nada actuar.
Como podemos ver, hay mucho por decir y caminar. Podemos discutir el modo: dónde y cuándo pero en lo que todas estamos de acuerdo es en que tanto el hombre como la mujer deben estar en equidad de oportunidades en las diferencias y eso sólo se entiende y se logra desde la educación familiar pasando a la participación ciudadana activa.
¡Que el 8 de marzo sea un día de reflexión y participación en pos de avanzar en la equidad de género!
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