(Caracas, 8 de marzo. Noticias24) - Están de moda la tolerancia, la inclusión y lo políticamente correcto. Pero tales términos pueden llegar a extremos absurdos y afectar incluso a la lengua castellana.
Organizaciones, universidades, sindicatos y movimientos feministas han venido luchando por los derechos de la mujer dentro del idioma por considerarlo “sexista”. Por ejemplo, les parece que es mejor decir o escribir profesorado que profesores para referirse a un grupo de docentes compuesto por hombres y mujeres, bien, pero la cosa va más allá…
En 1984 la Real Academia Española aceptó el uso de la palabra “presidenta” a causa de aquello que llaman “la fuerza del uso“, pero la definición que le dio no tiene que ver con la atribución que se le da a la jefa de un gobierno.
Presidenta:
-”Mujer que preside”
-Coloq. “Mujer del presidente”
Sucede que así como quien estudia es llamado estudiante, y quien camina caminante, se supone que quien preside debería ser llamado “el presidente” o “la presidente”; pero no “la presidenta”, porque tampoco existe “el presidento”. Pero la palabra fue aceptada porque demasiada gente la utilizaba, primero como error colectivo y luego para reivindicar el papel de la mujer.
A partir de entonces, las demandas sobre un lenguaje que diera importancia al femenino al igual que al masculino aumentaron. Bromeaba algún lingüista con la posibilidad de que en un futuro fuera “políticamente más correcto” escribir palabras como adolescenta, estudianta o dibujanta.
Lo que pocos consideran es que decir “nosotros” cuando se trata de un grupo de ambos sexos es una característica propia del castellano, así como en algunas lenguas indígenas prevalecería el femenino en condiciones similares.
En Venezuela, por ejemplo, las instituciones del estado hablan de niños y niñas, remarcando la diferencia pese a la suposición de que el idioma debe evolucionar hacia lo económico y lo práctico.
Respuesta de la RAE
Esta semana la RAE publicó un informe titulado “Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer“, en el que se analizaron nueve propuestas, guías o manuales que conminan a la institución a modificar los puntos que algunas organizaciones consideran “machistas” dentro de la lengua de Cervantes.
La principal crítica que hizo el catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, Ignacio Bosque, en ese informe fue que ninguna de las propuestas se valió de la participación de un lingüista. Pero también criticó la forma en que está redactada Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
“Sólo los venezolanos y venezolanas por nacimiento y sin otra nacionalidad podrán ejercer los cargos de Presidente o Presidenta de la República, Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva, Presidente o Presidenta y Vicepresidentes o Vicepresidentas de la Asamblea Nacional, magistrados o magistradas del Tribunal Supremo de Justicia, Presidente o Presidenta del Consejo Nacional Electoral, Procurador o Procuradora de la República…”
El informe de la Real Academia Española considera que un paso hacia la solución de todos estos “problemas de visibilidad” en la lectura de este tipo de documentos sería aceptar que si ese tipo de propuestas son valoradas no se podría hablar.
Si no es que impide hablar, el cumplimiento estricto de las propuestas recibidas por la RAE llenarían de artificialidad las frases. Sobre esto, AFP cita buenos ejemplos: habrá que decir: “El perro y la perra son los mejores amigos del hombre” y no “el perro es el mejor amigo del hombre”. O, “la niñez juega en el patio” y no “los niños juegan en el patio”.
Lea completo el informe “Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer” pulsando AQUÍ.
Néstor Luis González
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