domingo, 22 de mayo de 2011

Ecuador: Un escenario incómodo para el Gobierno

La madrugada del domingo 8 de mayo, tras la consulta, el presidente Rafael Correa lucía preocupado.

Quienes estuvieron en la sede de Alianza País describen a un Mandatario inquieto por su festejo anticipado, en el que minimizó el peso de sus ex aliados y coidearios, a quienes tachó de disidentes y hasta traidores. Pero, sobre todo, intranquilo porque los porcentajes de respaldo a sus tesis se salieron de su cálculo, que ponía la vara mucho más alta.

Pese al desconcierto no perdió la cabeza. Conservó la calma y formuló dos pedidos a sus compañeros: primero, vigilar el conteo y evaluar con profundidad los resultados.

Su segundo pedido es clave de cara al futuro de su gestión. Los reducidos márgenes entre el Sí y el No marcan un nuevo escenario político en que el Gobierno luce huérfano y sin aliados naturales a la vista, como organizaciones y movimientos de izquierda.

Oposición desde la tendencia de izquierda

Los partidos políticos tradicionales ya no aparecen como los únicos que flamean la bandera de la oposición. A lo largo de la campaña se acentuó el distanciamiento del Gobierno con cuadros y movimientos que, en principio, empujaron su proyecto.

El movimiento indígena, la Ruptura de los 25, los ex ministros Alberto Acosta y Gustavo Larrea, así como agrupaciones del centro-izquierda lucen alejados de Carondelet. Todos ellos aparecen sin disposición a tender puentes con el Ejecutivo.

Incluso las heridas dejadas por la campaña hacen prever que en la Asamblea le será difícil al oficialismo armar consensos para sacar adelante su agenda legislativa clave, como la Ley de Comunicación y la reforma tributaria. Así lo han anticipado cuadros como el asambleísta Paco Moncayo, que exige un cambio total de actitud desde el Régimen.

El primer sorbo de esa falta de aliados ya se sintió en el juicio a los miembros del Consejo de la Judicatura, cuando el bloque de A. País fue incapaz de obtener los votos necesarios para censurarlos.

De este modo, se configura un escenario político que en nada se parece al que Correa ha gozado desde enero del 2007, cuando su popularidad, las medidas populares como los bonos y los golpes de imagen fueron suficiente para arrinconar a la oposición.

En este marco, Correa ha manejado un discurso de doble filo. Por un lado dispuesto a dialogar con actores de la tendencia, como lo sostiene Galo Mora, secretario ejecutivo de Alianza País.

Y, por otro lado, el de presionar al Legislativo con acudir a la Corte Constitucional para destituir a los asambleístas en caso de que no se saquen adelante leyes como la de Comunicación.

En el seno de A. País hay conciencia de que los resultados oficiales son una voz de alarma y de necesidad de ampliar su base.

Virgilio Hernández, asambleísta que se apersonó de la defensa de la consulta, señala que es hora de dar paso a la inclusión de sectores sociales distanciados. “Por ejemplo, establecer una relación dinámica con el movimiento indígena, un sector fundamental con el que se pueda tener acuerdos y mecanismos de diálogo para solucionar conflictos”.

Las palabras de Hernández se sustentan en dos realidades. Una, la mayoría de provincias con presencia indígena dio la espalda a Correa. Dos, las tesis ambientalistas y de resistencia de la Conaie, visualizan eventuales conflictos en jurisdicciones claves, como Zamora, donde la actividad minera se enfocará.

Sin embargo, a Hernández también le preocupa la reducción del apoyo de los sectores medios y gremiales de la población, que esta vez, al parecer, no se sintonizaron con la propuesta oficial. “Hay otras voces que necesariamente tienen que ser incluidas”.

Sin embargo, las heridas dejadas por la lid electoral, así como la divergencia de criterios en principios como en no interferir en la Justicia, hacen prever un diálogo de puertas cerradas.

Cuadros del peso como Alberto Acosta aparecen decididos a consolidarse en su postura crítica frente al Régimen. “No veo por qué y para qué un diálogo. Estamos empeñados en construir una oposición de izquierda al Gobierno, sin un acercamiento a la derecha”. El tono de sus palabras no difiere al de la dirigencia de la Conaie. Su titular, Humberto Cholango, anticipa que los resultados oficiales abren la puerta a la unidad de las fuerzas de izquierda que no comulgan con Correa.

Interrogantes en frente externo, seguridad y justicia

Este nuevo momento político llega con frentes abiertos en la esfera diplomática. El principal es la relación con EE.UU., que pasa por un momento de baja intensidad, a raíz de la expulsión de la embajadora Heather Hodges.

En palabras del vicepresidente Lenín Moreno, este hecho no ayudó en la campaña de la consulta. Al contrario, afectó los cálculos del Gobierno, que nuevamente privilegió su discurso radical de soberanía a la relación con el principal socio comercial.

Y aunque Hillary Clinton, jefa de la diplomacia de EE.UU., dio una señal positiva al país al solicitar al Congreso la extensión de las preferencias arancelarios, al Gobierno le inquieta el tema. Más aun cuando la salida de Arturo Valenzuela, subsecretario del Departamento de Estado de EE.UU. para América Latina, con quien el Canciller se jactaba de tener línea directa. “Con él teníamos una relación muy fluida, pero esperamos que la persona que lo sustituya tenga la misma disposición, de mantener relaciones cordiales”.

A la par, el desborde de la inseguridad y la promesa de refundar la Justicia son otros elementos del escenario nuevo para el Presidente. De ahí que Correa haya hecho su primer cambio de fichas en los ministerios del Interior y de Justicia. En ese marco, el Régimen ya ha anticipado medidas populares, como la de sancionar a jueces que, supuestamente, fallan contra los intereses de las mayorías.

Cuatro momentos que afectan al Gobierno

Los aliados y coidearios que se fueron
Ex miembros del Gobierno como Manuela Gallegos, Alberto Acosta y la asambleísta Betty Amores decidieron declararse en oposición a los planteamientos de la consulta. Formaron el colectivo Montecristi Vive, para preservar la esencia de la Constitución Política. Su trabajo político se enfocó en apoyar al No. Acosta señala que el siguiente paso es formar la oposición de izquierda.

Las aprehensiones en Riobamba y Zamora
En la campaña, el gobierno de Rafael Correa protagonizó dos hechos que acentuaron el distanciamiento de grupos sociales. El primero fue en abril, con la detención de Irma Parra en Riobamba, que fue detenida porque supuestamente hizo gestos obscenos al Mandatario. La segunda fue a una semana de la consulta, cuando el activista Luis Corral fue expulsado del coliseo de Zamora.

La relación con EE.UU. luce complicada
El 5 de abril, el presidente Correa resolvió expulsar a la embajadora de EE.UU. en Quito, Heather Hodges, luego de la revelación de un cable difundido por Wikileaks. En ese documento se revelaba que en 2008 la diplomática reportó que Correa nombró Jefe de Policía a un oficial supuestamente corrupto. En respuesta EE.UU. expulsó al Embajador ecuatoriano, complicando el nexo.

Un festejo anticipado
La noche del 7 de mayo, el Presidente y sus colaboradores celebraron con alegría una supuesta victoria aplastante del Sí en la consulta popular. Lo hicieron basados en el fallido 'exit poll' de Santiago Pérez. Pero ya con los resultados oficiales el oficialismo dio reversa y se dedicó a minimizar la creciente votación contra las preguntas y a volcar sus energías en vigilar el escrutinio.

La confrontación no cambiará
La relación con los medios de comunicación y los opositores políticos parece estar lejos de distenderse. Aunque justamente en la pregunta sobre la inclusión de Consejo de Regulación en la Ley de Comunicación es la que menor respaldo obtuvo en las urnas, el Presidente no da signos de bajar el tono de la confrontación.

"El capital más fuerte del Presidente es ser transparente, dice que lo piensa y hace lo que dice". Esa es la reflexión de Fernando Alvarado, secretario de Comunicación, quien señala que desde su oficina continuará la política de "democratizar la información".

El Gobierno parte de la premisa de que los medios se han convertido supuestamente en un actor político. Y, por lo tanto, es necesario "precisar" sus informaciones.

De ahí que una de las decisiones tomadas por el Régimen es retomar en los enlaces sabatinos el segmento "La libertad de expresión ya es de todos", dedicado a cuestionar las publicaciones y opiniones de los medios.

Ese segmento había sido desechado por el Jefe de Estado en el último trimestre del 2010, pues consideraba que no debía prestar atención a las presuntas "mentiras" de los medios. "Ha sido una lucha dura de varios años, que la gente ya nos cree a nosotros". Este segmento volvió al aire desde el enlace del sábado 14 de mayo.



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