viernes, 7 de marzo de 2014

La India poliándrica

El hecho de que haya un mayor número de hombres que de mujeres por los feticidios femeninos y la política de no dividir la herencia familiar explican que la poliandria subsista en la India, donde la costumbre hunde sus raíces en la mitología local.

Aunque no hay estadísticas oficiales sobre los matrimonios de varios hombres con una misma esposa, no faltan los expertos que afirman que en las últimas décadas se ha producido un resurgimiento del fenómeno en algunas áreas rurales del gigante asiático.

"Tradicionalmente el caso más habitual era el de hermanos casados con una sola mujer con el objetivo de mantener unido el patrimonio de la familia", apunta a Efe Ranjani K.Murthy, especialista en problemas de género vinculados con la pobreza y la salud.

"Pero -precisa- existen informes que indican su reaparición en estados como Haryana y Uttar Pradesh", ambos en el norte del país y en los que la experta atribuye el resurgimiento de la práctica "al sex ratio, que registra un mayor número de hombres que de mujeres".

El desequilibrio está causado por los abortos intencionados de fetos de sexo femenino en las comunidades agrícolas, donde las niñas son consideradas una carga familiar y en las que continua vigente la interrupción voluntaria del embarazo por motivo sexista.

El resultado es que entre los más de 1.200 millones de habitantes de la India hay 940 mujeres por cada 1.000 hombres, pero en algunas áreas la tendencia es más acentuada, y se ha mantenido o incrementado en paralelo al crecimiento natural de la población.

Según el censo nacional, a principios de esta década había en la India 7,1 millones menos de niñas que de niños, lo que suponía un aumento respecto a 2001, año en que la diferencia se cifraba en 6 millones, y a 1991, cuando la distancia se reducía a 4,2 millones.

Murthy responsabiliza de la situación al Gobierno, "que no aplica de manera estricta" la prohibición de que los progenitores conozcan de antemano el sexo de los fetos mediante técnicas de diagnostico prenatal, de acuerdo con una ley que data de los años noventa.

Pese a que admite que "hay estudiosos que mantienen que la desigual distribución del patrimonio familiar alienta la poligamia", la socióloga Roli Misra también relaciona la persistencia de la costumbre a la disparidad demográfica entre los géneros.

En The Indian Economic Journal, esa experta sostiene que el creciente desequilibrio en el número de mujeres y de hombres explica asimismo el alto índice de divorcio en determinadas zonas rurales donde las mujeres tienen sucesivos maridos a lo largo de su vida.

Misra distingue entre poliandria consentida y forzada, esta última desencadenada, precisa, por la pauperización.

La especialista subraya la situación que se registra en los distritos de Bagpat y Moradabad, en el estado de Uttar Pradesh y donde "hay chicas que se casan legalmente con un chico y luego son obligadas a mantener relaciones con los hermanos de su marido".

"Se viola gravemente la dignidad y autoestima de la mujer. Las implicaciones son trágicas y dolorosas", critica la socióloga.

En la actualidad la poliandria es tabú pero no lo fue en la India antigua, cuando fuentes literarias apuntan que tampoco era forzada.

La poliandria permanece inscrita en el imaginario colectivo local desde el Mahabhárata, junto al Ramayana la principal obra épica escrita en sánscrito, que se remonta a dos mil años atrás y forma parte del núcleo central de los textos sagrados del hinduismo.

Los héroes de la narración -de autor desconocido, vocación enciclopédica y cuya extensión es siete veces mayor que las de la Iliada y la Odisea juntas- son cinco hermanos de estirpe real, los Pandavas, que se disputan el poder con un clan rival, los Kauravas.

Tras una serie casi interminable de avatares, y como suele ocurrir en este tipo de epopeyas, el relato concluye bien; los Pandavas derrotan a los Kauravas, y lo celebran junto a su común esposa Draupadi, que comparte con los cinco lecho y felicidad.


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