Vestidas de violeta, o no. Con disfraces y pancartas, con la imagen
corporativa del sindicato, con eslóganes o megáfonos o, simplemente,
acompañadas de sus familias, las mujeres salieron ayer a la calle para
festejar un 8 de marzo más reivindicativo que nunca. "Desgraciadamente
conmemoramos esta fecha denunciando recortes en política de igualdad,
con una mayor tasa de desempleo femenino, con mayor violencia en el
ámbito laboral y familiar, con la desaparición de organismos de igualdad
y menos recursos para las mujeres", afirmó ayer Sagrario Nieto,
portavoz de la Coordinadora 8 de Marzo.
Nieto criticó que "tenemos muchas denuncias en todos los campos
porque los avances de las últimas tres décadas de la lucha feminista se
están perdiendo en estos dos últimos años" y agregó que "se está
abriendo otra vez la brecha de la desigualdad entre hombres y mujeres".
Y, como no podía ser de otra manera, la portavoz de la Coordinadora
recalcó que el Día Internacional de la Mujer llegaba en una "semana
trágica con cuatro muertes en Andalucía, una de ellas en Málaga,
víctimas de la violencia de género". Nieto apuntó que están
desapareciendo organismos y que a menores recursos también se reciben
menos denuncias. "No podemos pedir a las mujeres que sean heroínas y que
denuncien cuando no tienen recursos que las respalden", agregó Sagrario
Nieto.
Para Carmen Martín, miembro de la Plataforma Violencia Cero, "se
ha bajado la guardia" ante la violencia machista y aseguró que "los
recursos económicos son muy importantes". Sin embargo, "las reformas
están encaminadas a que la mujer no denuncie y aguante y esos factores
influyen muchísimo en el aumento de la violencia doméstica", consideró.
Pasadas las doce del medio día y desde la plaza de la
Constitución partió la manifestación en la que se unieron sindicatos,
plataformas, ONG, colectivos como los de las monitoras administrativas
despedidas de los colegios, además de particulares. Unas 4.000 personas
participaron en la marcha. Colgados entre los naranjos de la plaza
dejaron sus denuncias. En una veintena de carteles se decía que desde
1994 más de 30 países han ampliado sus leyes de aborto, que el Gobierno
central ha recortado en 2014 el presupuesto para violencia de género en
un 23%, en un 49% el de igualdad y en un 46% las partidas destinadas a
la atención a la dependencia. Además, se ponía el acento en las
condiciones laborales de las mujeres. Casi una de cada tres asalariadas
en Andalucía tiene un contrato a tiempo parcial y el 70% de las personas
que cobran pensiones más bajas son mujeres.
Igualmente se denunció que las tasas judiciales dificultan a las
mujeres ejercer sus derechos y que la reforma laboral y otros recortes
está favoreciendo el desempleo femenino. Igualmente se reivindicó el
lugar de las mujeres inmigrantes en situación irregular y su
desprotección ante la violencia por no poder acceder a prestaciones
públicas. En la cartulina que denunciaba los asesinatos estaba tachado
el número. Con un rotulador se tuvieron que añadir las cuatro nuevas
víctimas.
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