Ansar Din, uno de los grupos islamistas armados que ocupan
el norte de Malí, proclamó este martes que rechaza "el terrorismo" y
llamó a entablar un "diálogo político" con las autoridades de transición
y los otros movimientos armados, en un momento en que se prepara una
intervención militar africana.
La delegación del grupo hizo estas declaraciones tras reunirse en Uagadugú con el presidente de Burkina Faso, Blaise Compaoré, el mediador de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) para esta crisis.
Ansar Din, integrado sobre todo por tuaregs, abogó por "observar un cese total de las hostilidades" y pidió "al conjunto de los movimientos armados" que lo imiten.
El movimiento también llamó a "establecer un diálogo político inclusivo", refiriéndose a las autoridades de transición malíes y a los otros grupos armados.
Para alcanzar un "acuerdo global de paz", "recomendó" a Compaoré "la instauración de un marco de diálogo" que incluya a Bamako, los "movimientos armados malíes", es decir sobre todo a los rebeldes tuareg del Movimiento Nacional de Liberación de Azawad (MNLA, laicos), a Argelia y a otros socios internacionales.
"Ansar Din rechaza cualquier forma de extremismo y de terrorismo y se compromete a luchar contra la criminalidad transfronteriza organizada", señala asimismo la declaración leída por Mohamed Aharid, un miembro de la delegación recibida por Compaoré en Uadagudú, donde se encuentra desde el 2 de noviembre.
Con esta declaración Ansar Din (Defensores del Islam) parece distanciarse de sus aliados yihadistas de Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI) y del Movimiento para la Unicidad y la Yihad en África Occidental (MUJAO), con el que controla el norte de Malí.
Estos movimientos imponen la charia o ley islámica de una forma muy rigorista (lapidaciones de parejas no casadas, amputaciones de miembros a presuntos ladrones...) y cometen numerosos abusos en la zona.
Pese a aplaudir estos compromisos, la cancillería de Burkina Faso les pidió que vayan "más allá de la declaración de intenciones" y que se traduzcan en "acciones".
Al mismo tiempo, los jefes del Estado Mayor de los países de África Occidental estaban reunidos en Bamako para estudiar una estrategia elaborada por expertos internacionales. El objetivo es crear una fuerza armada para reconquistar el norte de Malí, que según la comunidad internacional se está convirtiendo en un santuario "terrorista".
Una vez que los militares validen esta fuerza, necesitará la aprobación de los dirigentes políticos africanos.
Y luego será sometida, antes del 26 de noviembre, al Consejo de Seguridad de la ONU que había votado el 12 de octubre una resolución que daba a la CEDEAO 45 días para precisar sus planes.
Cabe la posibilidad de que participen en la operación tropas de fuera del continente, siempre que cuenten con el acuerdo de los jefes de Estado africanos, aseguraron el lunes los expertos al término de una reunión.
Por el momento, Francia y Estados Unidos descartan enviar tropas pero se han declarado dispuestos a suministrar apoyo logístico.
La delegación del grupo hizo estas declaraciones tras reunirse en Uagadugú con el presidente de Burkina Faso, Blaise Compaoré, el mediador de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) para esta crisis.
Ansar Din, integrado sobre todo por tuaregs, abogó por "observar un cese total de las hostilidades" y pidió "al conjunto de los movimientos armados" que lo imiten.
El movimiento también llamó a "establecer un diálogo político inclusivo", refiriéndose a las autoridades de transición malíes y a los otros grupos armados.
Para alcanzar un "acuerdo global de paz", "recomendó" a Compaoré "la instauración de un marco de diálogo" que incluya a Bamako, los "movimientos armados malíes", es decir sobre todo a los rebeldes tuareg del Movimiento Nacional de Liberación de Azawad (MNLA, laicos), a Argelia y a otros socios internacionales.
"Ansar Din rechaza cualquier forma de extremismo y de terrorismo y se compromete a luchar contra la criminalidad transfronteriza organizada", señala asimismo la declaración leída por Mohamed Aharid, un miembro de la delegación recibida por Compaoré en Uadagudú, donde se encuentra desde el 2 de noviembre.
Con esta declaración Ansar Din (Defensores del Islam) parece distanciarse de sus aliados yihadistas de Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI) y del Movimiento para la Unicidad y la Yihad en África Occidental (MUJAO), con el que controla el norte de Malí.
Estos movimientos imponen la charia o ley islámica de una forma muy rigorista (lapidaciones de parejas no casadas, amputaciones de miembros a presuntos ladrones...) y cometen numerosos abusos en la zona.
Pese a aplaudir estos compromisos, la cancillería de Burkina Faso les pidió que vayan "más allá de la declaración de intenciones" y que se traduzcan en "acciones".
Al mismo tiempo, los jefes del Estado Mayor de los países de África Occidental estaban reunidos en Bamako para estudiar una estrategia elaborada por expertos internacionales. El objetivo es crear una fuerza armada para reconquistar el norte de Malí, que según la comunidad internacional se está convirtiendo en un santuario "terrorista".
Una vez que los militares validen esta fuerza, necesitará la aprobación de los dirigentes políticos africanos.
Y luego será sometida, antes del 26 de noviembre, al Consejo de Seguridad de la ONU que había votado el 12 de octubre una resolución que daba a la CEDEAO 45 días para precisar sus planes.
Cabe la posibilidad de que participen en la operación tropas de fuera del continente, siempre que cuenten con el acuerdo de los jefes de Estado africanos, aseguraron el lunes los expertos al término de una reunión.
Por el momento, Francia y Estados Unidos descartan enviar tropas pero se han declarado dispuestos a suministrar apoyo logístico.
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