Son las 11:00 horas del jueves 14 de julio. Los carros del metro de Santiago se llenaban nuevamente de miles de estudiantes, trabajadores y artistas. Carlos Paredes era uno de ellos. El objetivo: llegar a la Plaza Italia y marchar a través de la Alameda por una educación de calidad y sin fines de lucro.
Para Carlos, no era un día normal. Estudiantes de distintas facultades de la Universidad de Chile y del propio sindicato de Actores (SIDARTE), le habían solicitado que interpretara a uno de sus personajes más conocidos, el presidente Salvador Allende.
“No sabía cuál podría ser la reacción de la gente”, comenta el actor a Crónica Digital, tras beber un rico café en el local de este diario que está ubicado en Maturana con Huérfanos, frente a la plaza Brasil, en el centro de la capital.
“Al salir del carro en la estación Baquedano, los transeúntes y usuarios del metro miraban mi interpretación del presidente Salvador Allende con cariño y respeto. Vi cómo los niños les preguntaban a sus padres ¿Quién era ese señor? Sus progenitores con la emoción en sus ojos, les explicaban que era el presidente Allende”, recuerda con nostalgia el actor.
Carlos sabía que tenía que marchar junto a los estandartes de SIDARTE, “pero la gente me llevó a la marcha y decían: Señor presidente marche delante de nosotros”.
Aquella mañana nadie sabía si el gobierno autorizaría la marcha.
Días anteriores el Ejecutivo había señalado que no permitiría ninguna manifestación por la principal arteria de Santiago, pero los porfiados hechos nuevamente darían vuelta la opinión de la autoridad: Miles de jóvenes copaban la Alameda.
Carabineros tuvo que optar y tras la llamada de la Intendencia autorizó la marcha. Pero en realidad, a la policía, como los actuales habitantes de La Moneda, no les quedaba otra opción.
La prensa internacional nuevamente transmitía en vivo para todo el orbe la protesta estudiantil, a diferencia de los medios oficiales que trataban de disimular la noticia.
En tanto, Carlos, perdón, el “presidente Allende” quien era acompañado de un joven “Miguel Enríquez”, personificado por actor Marco Antonio Tapia, eran saludados por los miles de asistentes.
“Al ver el cariño que tenían los manifestantes a los personajes que interpretábamos, nos relajamos”, relata Paredes y agrega: “Que si podíamos marchar por la Alameda y pasar por el palacio de gobierno de La Moneda”.
Al ser consultado por los comentarios de los presentes, el profesional de las tablas nacionales indica: “Gracias señor presidente por estar con nosotros” o “Si usted estuviera vivo no estaríamos en esta situación”.
Medios de prensa nacionales e internacionales informaron la presencia del “presidente Salvador Allende en la marcha” y no fueron pocos los que entrevistaron in situ a los dos actores.
Para Carlos Paredes, su participación en la actividad fue: “Conmovedora y pude ver con distancia el peso histórico de la figura de Salvador Allende y lo que hizo su gobierno. Nunca pensé que jóvenes, después de 40 años del golpe de Estado en contra de su gobierno, conocieran de la vida y por sobre todo el respeto a su figura y legado”.
De hecho, en las distintas marchas realizadas por los estudiantes los ex presidentes, Patricio Aylwin, Eduardo Frei, Ricardo Lagos, Michelle Bachelet, Sebastián Piñera y el ex dictador Augusto Pinochet, fueron los más criticados y mirados con desdén en las distintas pancartas y figuras alusivas a las políticas aplicadas en sus gobiernos.
En tanto, la interpretación de Allende realizada por el actor, no fue repudiada. Sino, más bien, fue cariñosamente aplaudida por los asistentes.
El artista aclara: “Mi interpretación de Salvador Allende, no fue para figurar en la marcha. Está circunscrita en una investigación que he estado realizando desde hace un año y que partió con la obra “El Golpe” de Roberto Parra y de participar en la obra “Hamlet” en la universidad de Chile.
Al final, Carlos Paredes reflexiona: “Actuaciones como esta me reafirman mi opción por las tablas. Aunque no recibí dinero alguno, recibí lo que todo artista quiere. El respeto y consideración por una de las profesiones que menos cuenta con apoyo del sector privado o público. Para mí y mis colegas actores, recibir el cariño de la gente refuerza cada día más nuestro compromiso por el arte y la cultura la cual debe ser para todas y todos los chilenos”.
Al finalizar la memorable marcha, al parecer algo quedó latiendo en las mentes de los actuales representantes del gobierno. Esto no se dejó estar, no pasaron 48 horas y el actual mandatario realizó un cambio ministerial que más bien fue un enroque. Lo que nadie supo es, que por esa fecha, se recordó los intrínsecos valores que nos dejara la Revolución Francesa: Libertad, Igualdad y Fraternidad.
Por Iván Gutiérrez Lozano
Santiago de Chile, 22 de julio 2011
Crónica Digital
(Posteado en la Lista Ubunto por Danilo Quijano)
“No sabía cuál podría ser la reacción de la gente”, comenta el actor a Crónica Digital, tras beber un rico café en el local de este diario que está ubicado en Maturana con Huérfanos, frente a la plaza Brasil, en el centro de la capital.
“Al salir del carro en la estación Baquedano, los transeúntes y usuarios del metro miraban mi interpretación del presidente Salvador Allende con cariño y respeto. Vi cómo los niños les preguntaban a sus padres ¿Quién era ese señor? Sus progenitores con la emoción en sus ojos, les explicaban que era el presidente Allende”, recuerda con nostalgia el actor.
Carlos sabía que tenía que marchar junto a los estandartes de SIDARTE, “pero la gente me llevó a la marcha y decían: Señor presidente marche delante de nosotros”.
Aquella mañana nadie sabía si el gobierno autorizaría la marcha.
Días anteriores el Ejecutivo había señalado que no permitiría ninguna manifestación por la principal arteria de Santiago, pero los porfiados hechos nuevamente darían vuelta la opinión de la autoridad: Miles de jóvenes copaban la Alameda.
Carabineros tuvo que optar y tras la llamada de la Intendencia autorizó la marcha. Pero en realidad, a la policía, como los actuales habitantes de La Moneda, no les quedaba otra opción.
La prensa internacional nuevamente transmitía en vivo para todo el orbe la protesta estudiantil, a diferencia de los medios oficiales que trataban de disimular la noticia.
En tanto, Carlos, perdón, el “presidente Allende” quien era acompañado de un joven “Miguel Enríquez”, personificado por actor Marco Antonio Tapia, eran saludados por los miles de asistentes.
“Al ver el cariño que tenían los manifestantes a los personajes que interpretábamos, nos relajamos”, relata Paredes y agrega: “Que si podíamos marchar por la Alameda y pasar por el palacio de gobierno de La Moneda”.
Al ser consultado por los comentarios de los presentes, el profesional de las tablas nacionales indica: “Gracias señor presidente por estar con nosotros” o “Si usted estuviera vivo no estaríamos en esta situación”.
Medios de prensa nacionales e internacionales informaron la presencia del “presidente Salvador Allende en la marcha” y no fueron pocos los que entrevistaron in situ a los dos actores.
Para Carlos Paredes, su participación en la actividad fue: “Conmovedora y pude ver con distancia el peso histórico de la figura de Salvador Allende y lo que hizo su gobierno. Nunca pensé que jóvenes, después de 40 años del golpe de Estado en contra de su gobierno, conocieran de la vida y por sobre todo el respeto a su figura y legado”.
De hecho, en las distintas marchas realizadas por los estudiantes los ex presidentes, Patricio Aylwin, Eduardo Frei, Ricardo Lagos, Michelle Bachelet, Sebastián Piñera y el ex dictador Augusto Pinochet, fueron los más criticados y mirados con desdén en las distintas pancartas y figuras alusivas a las políticas aplicadas en sus gobiernos.
En tanto, la interpretación de Allende realizada por el actor, no fue repudiada. Sino, más bien, fue cariñosamente aplaudida por los asistentes.
El artista aclara: “Mi interpretación de Salvador Allende, no fue para figurar en la marcha. Está circunscrita en una investigación que he estado realizando desde hace un año y que partió con la obra “El Golpe” de Roberto Parra y de participar en la obra “Hamlet” en la universidad de Chile.
Al final, Carlos Paredes reflexiona: “Actuaciones como esta me reafirman mi opción por las tablas. Aunque no recibí dinero alguno, recibí lo que todo artista quiere. El respeto y consideración por una de las profesiones que menos cuenta con apoyo del sector privado o público. Para mí y mis colegas actores, recibir el cariño de la gente refuerza cada día más nuestro compromiso por el arte y la cultura la cual debe ser para todas y todos los chilenos”.
Al finalizar la memorable marcha, al parecer algo quedó latiendo en las mentes de los actuales representantes del gobierno. Esto no se dejó estar, no pasaron 48 horas y el actual mandatario realizó un cambio ministerial que más bien fue un enroque. Lo que nadie supo es, que por esa fecha, se recordó los intrínsecos valores que nos dejara la Revolución Francesa: Libertad, Igualdad y Fraternidad.
Por Iván Gutiérrez Lozano
Santiago de Chile, 22 de julio 2011
Crónica Digital
(Posteado en la Lista Ubunto por Danilo Quijano)
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