La dinastía Gandhi ha optado por guardar sus cartas ante las
próximas elecciones en la India, en las que se arriesga a perder un
poder que maneja de manera casi ininterrumpidamente desde la
independencia en 1947 del gigante asiático.
La familia cuenta con tres generaciones consecutivas de primeros
ministros pero ha evitado nombrar a un miembro de la cuarta como
candidato a la jefatura del Gobierno en los próximos comicios, en los
que las encuestas vaticinan a la dinastía una dura derrota.
Según dieron a entender fuentes del entorno de Sonia -considerada la
persona mas poderosa e influyente del país, matriarca familiar y
presidenta de la formación política de los Gandhi, el gubernamental
Partido del Congreso-, la decisión se basa en la tradición.
"Nunca habíamos nominado antes (en el Partido del Congreso) un
candidato para primer ministro, por lo que no tenemos que hacerlo
ahora", afirmó Sonia en un encuentro de su formación política celebrado
el jueves en Nueva Delhi, de acuerdo con esas fuentes.
Las mismas fuentes recordaron que Sonia lideró la campaña en la
anterior cita electoral de 2009 pero luego no asumió el cargo de primer
ministro, una responsabilidad que delegó en el veterano Manmohan Singh,
hombre de la total confianza de la familia.
El argumento fue empleado para justificar la nominación que se
anunció 24 horas después de Rahul -hijo de Sonia y el miembro de la
actual generación más implicado en política-, como líder de la nueva
campaña pero sin el título de aspirante a la jefatura del ejecutivo.
Al argumento de la tradición que había esgrimido por Sonia, Rahul sumó uno de procedimiento legal y carácter democrático.
"La Constitución dice que el primer ministro es elegido por el
Parlamento. Somos un partido democrático, por lo que debemos actuar de
una manera democrática", afirmó Rahul en su primer discurso el viernes
tras su nombramiento como jefe de la próxima campaña.
El argumentario de los Gandhi no zanjó, sin embargo, el debate.
La prensa local, de forma prácticamente unánime, interpretó la
decisión como el reflejo del temor de Sonia a que Rahul -que nunca ha
ocupado un cargo público y a quien buena parte de medios tilda de débil y
falto de carácter-, se de un batacazo en las urnas.
Ese ha sido también el razonamiento del principal líder de la
oposición, Narendra Modi, del hinduista Bharatiya Janata Party (BJP),
que ya se ha declarado candidato a primer ministro y que encabeza de
largo todas las encuestas de intención de voto.
"Veo en la decisión algo muy humano. ¿Qué madre sacrificaría a su
hijo cuando sabe de antemano que va a ser derrotado?". Una madre debe
ante todo salvar a su hijo", proclamó el domingo Modi durante una
reunión con dirigentes de su partido en la capital india.
La mayoría de los expertos coincide en que la decisión de los Gandhi
esconde el miedo ante la eventual victoria de Modi, con fama de buen
gestor y que ha encontrado abundante munición en el rosario de
escándalos de corrupción que han jalonado la actual legislatura.
Incluso hay quien piensa que, aunque poco probable, un triunfo del Congreso pondría a la dinastía en un verdadero aprieto.
"Siempre he pensado que Sonia prepara a Rahul para que algún día
asuma el poder pero no para que sea primer ministro ahora. Le prepara
para que sea primer ministro a medio o a largo plazo", apuntó en
declaraciones a Efe el analista Pranay Sharma.
"Y el problema es que si ganan las elecciones será difícil que puedan
esconder el bulto. Sonia renunció a la jefatura del Gobierno porque es
de origen italiano, y eso le iba a suponer un calvario, pero a Rahul se
le ve como un indio de pura cepa", explicó.
Sharma no descartó que, siguiendo esa lógica, si el Congreso pueda volver a formar Gobierno la familia nombre "a otro Singh".
"Pero como Singh tiene que ser alguien de total confianza, para que los Gandhi -precisó- puedan seguir mandando en la sombra".
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