Violencia étnica y religiosa. El África Subsahariana ha
registrado un comienzo del 2014 con intensos conflictos étnicos y
religiosos en Sudán del Sur y la República Centroafricana, violencia en
el Congo y ataques en Somalia y Kenia.
Associated Press
Kenia
Las cifras de muertos son altísimas y los hechos espantosos. Un estimado indica que casi 10.000 personas han muerto en Sudán del Sur en un mes, mientras que en la vecina República Centroafricana, donde hay un feroz conflicto entre musulmanes y cristianos, se han decapitado niños.
Comparados con décadas recientes, hoy por hoy hay menos conflictos que en el pasado en África, pero se han producido estallidos de violencia que causan alarma, indicó J. Peter Pham, director del Centro para África del Consejo Atlántico, con sede en Washington. Además, no hay una presencia importante de fuerzas internacionales de paz en esos conflictos, acotó.
"Las fuerzas de paz de África, ya sea bajo el auspicio formal de las Naciones Unidas o el de la Unión Africana, sufren de las mismas dos limitaciones que padecen desde la llegada de la primera misión de paz, en el Congo entre 1960 y 1964, que son la falta de resultados políticos, causada en parte por un mandato débil, y la falta de fuerzas adecuadas", dijo Phan.
El conflicto que estalló en Sudan del Sur el 15 de diciembre generó actos de violencia en todo el país, en los que un grupo étnico atacó a otro. Poco después Uganda despachó soldados y equipo militar para ayudar al gobierno central de Sudán del Sur.
Casie Copeland, analista del Grupo de Crisis Internacionales, dijo que la violencia en África tiende a envolver a otros países y destacó que hay una "larga tradición de involucramiento regional en los conflictos africanos".
El Consejo de Seguridad de la ONU, no obstante, dijo que "desalienta firmemente las intervenciones de afuera que puedan exacerbar las tensiones militares y políticas".
10 mil víctimas
La ONU dijo que más de 1.000 personas fallecieron en el conflicto de Sudán del Sur, pero Copeland, quien habló con enviados del organismo mundial, funcionarios de gobierno y combatientes, calculó que hubo casi 10.000 víctimas fatales. Los civiles de la República Centroafricana, donde están enfrentados musulmanes y cristianos, han sufrido enormemente desde que fuerzas rebeldes derrocaron al presidente en marzo del 2013.
Los combatientes musulmanes fueron acusados de cometer atrocidades luego de tomar el poder y el mes pasado explotó la violencia entre comunidades, que dejó más de 1.000 muertos en cuestión de días. UNICEF reportó que dos niños fueron decapitados y que se han empleado "niveles de violencia sin precedentes" en perjuicio de los menores. Se calcula que unas 935.000 personas fueron desplazadas. Miles de soldados franceses y fuerzas de paz están tratando de aplacar los ánimos.
El presidente Michel Djotodia, el líder rebelde que tomó el poder, aceptó renunciar el viernes pasado, junto con su primer ministro. Las renuncias, no obstante, podrían agravar el vacío de poder en una tierra con un historial de golpes y dictaduras. Djotodia había afianzado su poder con la ayuda de mercenarios de Chad y Sudán.
John Prendergast, del Enough Project de Washington, dijo que hay que dejar de abordar los conflictos de África en forma aislada y considerarlos sistemas integrados.
Faltan Cascos Azules de ONU
Elementos pro al-Qaida atentan en Somalia. En la vecina Kenia, que tiene soldados en Somalia, hubo varios atentados mortales. Kenia informó de una operación militar en Somalia en la que murieron 30 combatientes. Además de Kenia, también Uganda tiene soldados en Somalia.
La ONU consideró retirar soldados de Sudán del Sur, pero tras el nuevo brote de violencia envió otros 5.500, con lo que ahora cuenta con 12.500 efectivos allí.
Los cascos azules de la ONU tienen que ser sacados de otras misiones para reforzar la de Sudán del Sur, del mismo modo que los efectivos de Francia y Chad tuvieron que ser transferidos de Malí a la República Centroafricana el mes pasado".
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