Giovanni Astudillo.
Carlos Pérez Presidente electo de la Ecuarunari
De simpatizante del presidente Rafael Correa pasó a ser uno de sus principales opositores. En el 2005, en la campaña política, Carlos Pérez Guartambel, presidente electo de la Ecuarunari, se reunía con los comuneros de las juntas de agua de Tarqui y Victoria del Portete (Cuenca) para hablar sobre la propuesta de Correa.
Sentado en una pequeña banca de madera, cubierta por una gruesa
tela que acomodó su madre Inés, este cuencano, de 44 años, recuerda lo
que le convenció del Mandatario: una promesa. "Nos dijo a 120 dirigentes
azuayos que no le temblará la mano si tenía que extinguir las
concesiones mineras en las fuentes de agua".
Después tuvo seis reuniones, una de las últimas en Carondelet.
"Todo cambió desde que regresó de su viaje a China; su discurso fue
otro", dice este abogado, mientras visita a sus padres en la comunidad
de Escaleras, al sur de Cuenca.
Desde entonces, Pérez radicalizó su protesta. En
mayo del 2010, lideró el cierre de vías en las parroquias Tarqui y
Victoria del Portete en contra de la minería en la zona de Quimsacocha.
En esos poblados forjó su liderazgo, tras organizar campeonatos de
fútbol en su juventud e impulsar a las juntas de agua como dirigente.
Por esa protesta fue acusado de sedición, terrorismo y sabotaje, pero luego se cambió la figura legal por obstrucción de los servicios públicos. En marzo pasado cumplió una sentencia de ocho días.
En pocos meses, su vida tuvo un giro radical. En octubre pasado, su
esposa María Cevallos Uguña murió tras padecer cáncer. Prefiere no dar
detalles y se limita a decir que es difícil asumir ese vacío. Pérez se
levanta de la banca de madera, ubicada en el patio de la casa de sus
padres y se dirige hacia su progenitor Juan, de 95 años. Mientras, su
madre, Inés, de 65 años, está apurada preparando el desayuno que
ofrecerá a su primogénito.
Pérez se quedó a cargo de sus hijas Ñusta Krupskaia y Asiry
Verónica, quienes también son cuidadas por su suegra, Carmela Uguña. Con
sus nuevas funciones tendrá que encargarlas más tiempo porque deberá viajar una vez por semana a Quito, aunque su intención es desconcentrar la actividad hacia las comunidades.
Admite que no fue el favorito en la asamblea de la Ecuarunari realizada en Cotopaxi, la semana pasada. Salvador Quishpe,
prefecto de Zamora Chinchipe, propuso su nombre. "Era necesario tener
una representación del sur". Esta candidatura surgió en una cita que
tuvieron los dirigentes de Azuay, Loja, Cañar y Zamora Chinchipe, el 4
de abril, en Cuenca.
El presidente saliente de la organización, Delfín Tenesaca,
espera que Pérez aporte con sus conocimientos legales para fortalecer
la lucha en favor del agua. "No quiero calificarlo… ni opinar de la
estrategia que aplique…".
Pérez se hizo conocer en el Austro como dirigente de la Federación de Organizaciones Campesinas de Azuay,
de la que fue presidente en tres ocasiones. Allí, fortaleció su lucha,
dice el actual titular de esa agrupación, Lauro Sigcho. "Durante este
tiempo tuvo una buena relación con muchas comunidades que apoyaba en la
asesoría jurídica".
Este azuayo, quien se declara como panteísta (doctrina filosófica) tras su paso por el ateísmo, estuvo preso en cinco ocasiones,
tres en este Gobierno y el resto en los regímenes de León Febres
Cordero (Seguro Campesino) y Sixto Durán Ballén (cierre de guarderías).
En su último encierro en la cárcel de Cuenca se dedicó a elaborar
redes para ecuavóley y a tocar el saxofón, su instrumento favorito.
Aprendió a tocarlo en los cuatro años que estudió en el Conservatorio José María Rodríguez y cuando era parte de bandas de pueblo. Allí recorrió las comunidades.
Su madre, quien viste el atuendo de Chola Cuencana, quería que sea
músico, al igual que sus familiares o sacerdote. Con el permiso del
dueño de la hacienda, donde ordeñaba vacas, viajó a Guayaquil para
comprarle el saxofón.
Pero Pérez tenía otros derroteros. Pese a que le gustaba la música y
ganaba dinero para ayudar a su familia dedicada a la ganadería, quería ser abogado,
aunque la facilidad de palabra no era su mayor virtud y la tuvo que
cultivar al transcurrir los años como dirigente. Su ex profesor en la
Facultad de Derecho de la Universidad de Cuenca, Carlos Castro, dice que
no tenía alto perfil en la dirigencia estudiantil, más bien se dedicaba
a leer.
También tuvo intervenciones polémicas como la defensa a algunos
dueños de las lavadoras de Monay (Cuenca), quienes fueron desalojados
porque un informe ambiental del Municipio de Cuenca determinó que contaminaban las aguas del río Tomebamba.
A título personal, Federico Auquilla, viceministro de Minas, cree
que Pérez busca réditos políticos con su discurso antiminero. "Causó
pánico en Cuenca diciendo que la minería afectaría a las fuentes de
agua". Pero -agrega Auquilla- nunca presentó argumentos técnicos ni ha
querido debatir al respecto. "Dice defender al agua, pero fue abogado en
el caso de los lavadores de carros en Cuenca".
El presidente del Movimiento País en Azuay, Javier
Serrano, lamenta su designación. "Pérez sufrió el rechazo mayoritario
de las poblaciones de Tarqui y Victoria del Portete, durante las últimas
elecciones", sostuvo en un comunicado. En febrero pasado, Correa obtuvo
el 66,79% y 57,83% de los votos en Tarqui y Victoria del Portete.
Pérez pide ahora disculpas a su candidato presidencial Alberto Acosta. "Debo admitir que casi no realicé campaña".
Otros dirigentes, como Bolívar Saquipay, presidente de la Junta
Parroquial de Tarqui, en varias ocasiones aseguró que los comuneros son
presionados para participar de las protestas anti Gobierno.
Pérez vive del ejercicio profesional. La dirigencia campesina
le sirvió para hacerse conocer, dice Sigcho. "Los campesinos le buscan
por la confianza que le tienen". Posee una pequeña oficina en el centro
de Cuenca. En una pared tiene un afiche sobre los ríos que hay en el
mundo; junto a su escritorio guarda decenas de libros. Atiende 25 casos
relacionados con problemas sociales como las disputas de agua y tierras.
Esa preocupación lo catapultó hacia la dirigencia de la Ecuarunari,para
encausar la defensa de la "Pachamamita".
La Ecuarunari y su agenda política
La propuesta del presidente electo de la Ecuarunari, Carlos Pérez, es trabajar con las comunidades para concienciar sobre la importancia de la defensa del agua y otros proyectos de la organización.
Él plantea realizar talleres en los pueblos. "No
es una tarea fácil y de corto plazo, pero hay que iniciarla". Ayer,
tenía previsto visitar, con expertos italianos, la zona de Quimsacocha,
donde se realiza exploración minera. Para ello, convocó a los comuneros
de Tarqui y Victoria del Portete.
Su planteamiento es recorrer las comunidades del sur del país y que su vicepresidente, Marco Guatemal, lo haga en el norte.
El prefecto de Zamora Chinchipe, Salvador Quizhpe, dice que la
dirigencia indígena siempre ha estado apegada a las bases, pero es
importante realizar una profundización. "Apoyaremos sus estrategias para
fortalecer a la organización".
El presidente saliente de la Ecuarunari, Delfín Tenesaca, destaca
por lo menos tres factores que pesaron en la designación de Carlos
Pérez, como líder de esta organización.
La principal, dijo, es su perfil profesional.
Según Tenesaca, al ser abogado tendrá la experticia para interponer
recursos legales en el país y en el extranjero, para frenar el
extractivismo y defender los recursos naturales.
Pérez también planifica una radicalización de la resistencia en contra de la minería a gran escala y la defensa del agua.
"Solo pedimos que se cumpla lo que dice la Constitución en defensa de
los recursos naturales…". Su trabajo también se centrará en fortalecer
la organización, con miras a los comicios del 2014.