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Serie: Buen Vivir, una vivencia y propuesta para tomadores de decisión y líderes de opinión
Por Raquel Gargatte, desde Lima
Líder Asháninka Teddy Sinacay Tomas
La Municipalidad de Río Negro, ubicada en la provincia de Satipo, en la céntrica región de Junín, es reconocida hoy como un modelo de gobierno de Buen Vivir. Esta es una de las primeras experiencias de institucionalización de la representación indígena en un gobierno local que se ha convertido, además, en un modelo para muchas municipalidades en el Perú.
En el 2012 fue reconocida con el premio nacional de Buenas Prácticas de Gestión Pública que otorga cada año la institución peruana Ciudadanos al Día (CAD) por su trabajo de inclusión social. Río Negro cuenta con una población promedio de 26,000 habitantes, de los cuales un 36% son indígenas del pueblo Asháninka, grupo nativo duramente azotado por la violencia política que vivió el Perú entre 1980 y el 2000. Las comunidades Asháninka pudieron sobreponerse al flagelo de la violencia que agudizó la pobreza y exclusión, gracias a su única arma: la organización.
En el 2007 la municipalidad creó la Subgerencia de Desarrollo del Pueblo Asháninka a iniciativa y propuesta de los propios pueblos indígenas. Actualmente está dirigida por Teddy Sinacay Tomas, quien conversó con Raquel Gargatte, colaboradora de Noticias Aliadas, sobre la experiencia de gobernar bajo el modelo del Buen Vivir.
¿Cómo se inicia la experiencia de gobierno con representación del pueblo Asháninka en la municipalidad de Río Negro?
El año 2000 nuestras organizaciones como la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP) y la Confederación de Nacionalidades Amazónicas del Perú (CONAP) venían impulsando a nivel nacional la creación del INDEPA [Instituto de Desarrollo de los Pueblos Indígenas]. Este planteamiento de tener un espacio de los pueblos indígenas en el aparato de gobierno no tuvo éxito; entonces nosotros, como rionegrinos, entendiendo la importancia de esta iniciativa, lo que hemos hecho es copiarnos este modelo y lo planteamos como una propuesta al gobierno local de Río Negro.
Por suerte en ese entonces el alcalde señor Guillermo Chumpitaz Quispe nos escuchó y entendió nuestra propuesta. En el año 2003 se logra la creación de la Secretaría de Asuntos Indígenas como un espacio consultivo, que contaba apenas con un pequeño presupuesto con el que se trataba de desarrollar actividades en la medida de las posibilidades. En el 2007 se crea la Subgerencia de Desarrollo del Pueblo Asháninka, un espacio donde se toman decisiones políticas en beneficio de las comunidades nativas, de sus organizaciones y en beneficio de la conservación del territorio, para mejorar la calidad de vida, respetando sus costumbres, su idiosincrasia, la cosmovisión de los pueblos. En ese entonces la subgerencia fue asumida por Yenny Muñoz Hilares, quien fue la primera representante indígena elegida en un congreso de todas las comunidades nativas del distrito de Río Negro.
Usted habla de modelo de desarrollo que le propusieron al municipio de Río Negro. ¿Cómo definen ese modelo de desarrollo, qué características tiene?
Lo que planteamos es un desarrollo en el marco del respeto a los derechos de los pueblos indígenas. Muchas veces se piensa que el desarrollo es tener calles, veredas, casas de material noble, pero eso no se puede hacer en una comunidad. Nadie dice que no debemos contar con servicios básicos, pero lo que queremos es que esto se desarrolle paralelamente en el marco del respeto de nuestra cultura, donde exista en la comunidad una tranquilidad, una paz, donde todo sea armonía, una vida saludable, juntamente con el entorno ambiental relacionado al bosque, a la naturaleza.
¿Qué proyectos se implementan desde el municipio para garantizar el desarrollo de los pueblos indígenas de Río Negro?
Inicialmente, cuando se creó la secretaría, empezamos con campañas para obtener el DNI [documento nacional de identidad] y actualmente ya tenemos a 98% de personas documentadas. La segunda actividad ha sido los trabajos de proyectos productivos, como cultivo de cacao, café, crianza de peces, luego abordamos un proyecto de orquídeas para recuperar esas especies. Hemos desarrollado proyectos de fortalecimiento de capacidades, estamos tratando de fortalecer la gobernabilidad indígena en las comunidades nativas para fortalecer a los jefes, orientarlos sobre cuál es su función, de cómo conducir la comunidad, cómo cuidar su territorio, cómo cuidar sus recursos naturales, cómo garantizar la tranquilidad entre las familias, todo esto basado en los estatutos comunales, que es la ley interna de la comunidad.
El año pasado [2012] hicimos nuevos modelos de estatutos donde se garantiza el modelo del Buen Vivir y no solamente eso, también se ha implementado un nuevo instrumento de gestión que es el reglamento de administración de justicia. Allí la misma comunidad ha elegido su propia sanción con la finalidad de que el que comete errores se corrija y si esto no procede, muchas veces hasta se llega en última instancia a expulsar al comunero o al miembro de la comunidad por no querer adecuarse a lo que uno vive dentro la comunidad y cuando las faltas ya son mayores como un crimen, la comunidad lo pasa recién a las autoridades para que pueda resolverse el problema a nivel de la justicia ordinaria. Todo ello va a ayudar a que se fortalezca el trabajo organizativo para un buen gobierno en las comunidades nativas, que va relacionado con el Buen Vivir.
¿Cómo se toman las decisiones en relación a proyectos de desarrollo con los pueblos indígenas? ¿Hay participación? ¿Quiénes deciden los proyectos?
Siempre en las comunidades nativas —es una costumbre histórica— las decisiones no las toma el jefe de la comunidad ni su junta directiva; lo decide la asamblea comunal. La totalidad de los miembros de la comunidad deben reunirse y eso está establecido en los estatutos comunales, nadie los puede violar. Tampoco el jefe puede hacer lo que le da la gana, porque si esto pasa la gente reacciona e inmediatamente pueden cambiar al jefe porque no es justo tomar las decisiones solo. Ahora también se está promoviendo mucho la participación equitativa de la mujer en los cargos, anteriormente existía un fuerte machismo, se pensaba que las reuniones eran para los varones.
Actualmente no se está permitiendo eso; ya hay participación de la mujer en las reuniones, en las asambleas, porque se dice que ambos tenemos los mismos derechos, eso es lo que estamos promoviendo fuerte.
¿Qué ha cambiado, qué ha mejorado en Río Negro con la participación de los pueblos indígenas en el gobierno local?
Gracias a eso, con la participación de nuestras autoridades en el presupuesto participativo, las comunidades están eligiendo sus propios proyectos productivos, ya no basados en el cemento.
Las comunidades están comenzando a expresar sus ideas para que el municipio las puedan asumir y generar políticas públicas.
Lo que queremos es que nuestros gobernantes entiendan que somos ciudadanos, somos peruanos, creemos que nuestro aporte ayudaría mucho porque cuando hablamos de desarrollo muchas veces se impone un modelo de desarrollo occidental hacia una realidad diferente, cosa que aquí no funciona. Nuestro gobierno debe tener en cuenta nuestra realidad, cuando eso no pasa hay muchos problemas y conflictos sociales.
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