Con motivo del «Día del Niño Africano», diversas organizaciones han alertado del peligro que corren las vidas de más de un millón de niños en la región del Sahel en los próximos meses -«la temporada del hambre»-, con el aumento de las temperaturas y tras casi un año sin lluvia, informa la agencia Efe.
Durante los cuatro primeros meses del año, casi 250.000 niños menores de cinco años han recibido tratamiento contra la desnutrición aguda grave, explica Unicef, quien advierte de que aún hay más de un millón de niños «en peligro de muerte».
En esa región, que limita al norte con el desierto del Sáhara, 18 millones de personas están una situación extrema, de las cuales los más vulnerables son los niños.
La organización de defensa de la infancia recuerda que la ausencia de lluvias ha provocado la pérdida de hasta el 80 por ciento de las cosechas en muchas regiones del Sahel, que agravará la crisis nutricional en los nueve países africanos que se incluyen en esa franja desértica.
Según Unicef, la situación continuará empeorando hasta finales de año, ya que se están acabando todos los alimentos que las familias guardaban de la cosecha anterior, lo que se conoce como «la temporada del hambre».
Coincidiendo con la celebración del Día del Niño Africano, que se conmemora hoy, Unicef destaca que junto a esta situación de máxima vulnerabilidad por la falta de alimentos, el conflicto en Malí ha obligado a 170.000 personas a huir de sus hogares hacia tres países vecinos y otras 167.000 personas se han visto obligadas a desplazarse a otras partes del país.
En 2010, murieron en todo el mundo 7,6 millones de niños menores de cinco años por causas que se pueden evitar.
Aunque se ha avanzado mucho en las últimas décadas (en 1990 murieron más de 12 millones), África subsahariana es la región que ha registrado un menor progreso.
Las mayores tasas de mortalidad infantil se encuentran todavía en África subsahariana, donde uno de cada ocho niños muere antes de cumplir los cinco años.
El Día del Niño Africano conmemora una marcha de 1976 en Soweto (Sudáfrica), cuando miles de escolares africanos salieron a las calles para protestar por la escasa calidad de su educación y para exigir su derecho a recibir enseñanza en su propio idioma.
Cientos de niños fueron abatidos, y en las dos semanas de protestas que siguieron más de cien personas murieron y más de un millar resultaron heridas.
Para honrar la memoria de los asesinados y el valor de todos los que se manifestaron, el Día del Niño Africano se celebra cada 16 de junio desde 1991.
Save the Children indica que más del 90 por ciento de los niños con discapacidad en África no van a la escuela. En África, la discapacidad está causada principalmente por enfermedades que se pueden prevenir. La mala nutrición y la falta de atención de salud prenatal también contribuyen a la discapacidad entre los recién nacidos y los niños.
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