El problema de la injusta distribución de la tierra en Paraguay es estructural, desde la época del dictador Alfredo Stroessner, fueron repartidas miles de has pertenecientes al Estado Paraguayo entre militares, políticos y empresarios “amigos” del régimen, si bien quienes las recibieron “no eran sujetos de la reforma agraria”.
El problema de la zona de Ñacunday se agudiza en el mes de enero, momento en que los campesinos solicitan la mensura de las tierras, y los terratenientes del lugar se oponen, de hecho, jamás se realizo la tan mentada mensura.
El día de ayer, con orden de la fiscalía, cientos de policías se presentan en las tierras usurpadas por un empresario stronista, ex senador de la nación, para realizar el desalojo.
Ante tanto manoseo los campesinos organizados se oponen al desalojo y se enfrentan a las fuerzas policiales, así mueren 6 policías y 9 campesinos, es la cifra que se maneja hasta ahora.
La respuesta desesperada del Gobierno, es destituir al Ministro del Interior Carlos Filizzola, quien dejaba mucho que desear , por el ex Fiscal General del Estado, el Ab. Rubén Candia Amarilla, de extracción colorada, y conocido por perseguir organizaciones y luchadores sociales en general.
El remedio empeora la situación del país y los paraguayos tenemos claro que nada justifica poner en una cartera tan sensible a un personaje como Candia Amarilla.
Ahora sabemos que lo peor aún no ha llegado.
El problema de la injusta distribución de la tierra en el país no se solucionara con más represión, Lugo no debe olvidar que llego al Poder gracias al voto de los campesinos organizados y del pueblo para hoy pagarle con el nombramiento de un represor al frente del Ministerio del Interior.
El Grito de Ñacunday se extenderá a todo el país, no queremos más que el 2% de las familias sean dueñas del 80% de la tierra.
Marilina Marichal
CAES / Grito de los Excluídos
Paraguay
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