miércoles, 22 de febrero de 2012

ECUADOR: ¿Qué parte de NO RENOVABLE no se entiende?


Acción Ecológica


El 31 de enero pasado el gobierno ecuatoriano firmó dos contratos con empresas petroleras de Estados Unidos, Argentina y Ecuador para el aumento de la producción de crudo en los campos Shushufindi y Libertador, dos de los campos denominados “joyas de la corona” o “campos maduros” ubicados en la provincia de Sucumbíos.


Fueron muchos los argumentos que se difundieron por los medios para justificar estos contratos, entre ellos: que la producción de estos campos estaba en declive y que con nuevas tecnologías aumentaría su rendimiento; que se ha logrado la mayor inversión en el sector petrolero en la historia del país; que los contratos son “inéditos” para el Ecuador, que duraran 15 años, que habrá un aumento en la producción en 16.600 barriles diarios y que esto supondrá ingresos para el Estado de aproximadamente 3.500 millones de dólares; que las empresas extranjeras confían en el país, y más, que de 100 barriles que están en el subsuelo en esos campos, apenas se recuperan 35, y la meta es que se recupere al menos 60% por lo tanto se llegó a denominar “acto heroico” la firma de estos acuerdos.


Todo esto suena muy bien, pero parece que hay una gran confusión respecto a la característica del recurso del que se está hablando; en la escuela nos enseñan que el petróleo es un recurso natural no renovable y nos enseñan que no renovable significa que no se renueva. Si buscamos en Wikipedia encontramos que: un recurso natural es considerado como un recurso no renovable si no puede ser producido, cultivado, regenerado o reutilizado a una escala tal que pueda sostener su tasa de consumo. Estos recursos frecuentemente existen en cantidades fijas o son consumidos mucho más rápido de lo que la naturaleza puede recrearlos. Otros autores dicen que son recursos con un carácter limitado en el tiempo y cuyo consumo implica su desaparición en la naturaleza sin posibilidad de renovación.


Entonces cómo podemos aplaudir la firma de un contrato que busca optimizar la “producción” de petróleo si el petróleo no puede ser producido, no se regenera, no se puede sostener en el tiempo, es decir no es sostenible. Lo que realmente se ha hecho es contratar a estas empresas extranjeras para que optimicen la extracción y el agotamiento del recurso en el menor tiempo posible. Entonces la pregunta es ¿Cuál es el apuro? ¿Por qué tenemos que acabar con ese recurso lo más pronto posible? ¿Cuánto tiempo nos va a durar el dinero que el país obtenga de esta extracción? ¿Acaso creemos que después de la nuestra no habrá más generaciones en el futuro?


Además tenemos que sumar otro elemento importante en este tema; y es que la extracción de recursos como el petróleo genera persé gravísimos impactos ambientales y sociales. Uno de los campos donde se quiere optimizar la “producción” es Shushufindi, este fue un campo abierto y operado por Texaco y como es de conocimiento público la sentencia de la demanda legal contra esta empresa dictaminó que Texaco es culpable de daño ambiental y que tiene que pagar 8.600 millones de dólares para reparar ese daño. Aunque parece mucho dinero este valor no cubre toda la vida que se destruyó porque obviamente la vida no tiene precio.


El otro campo a optimizar, Libertador, ubicado en la parroquia Pacayacu, en cambio, fue abierto por CEPE y ha sido operado por Petroecuador, sin embargo la situación ambiental y social de esta área no difiere de la de los campos de Texaco, la población que vive en este lugar no tiene acceso a agua segura, apta para el consumo humano, pues todas las fuentes de agua de la zona se encuentran contaminadas por los desechos de la industria petrolera. Así lo demuestran los innumerables estudios que se han realizado en esta parroquia, incluidos los análisis hechos por la propia empresa estatal, el sistema hídrico de este lugar presenta una generalizada contaminación por hidrocarburos.


Como ejemplo señalamos que en julio del 2010, el laboratorio ambiental del Centro de Estudios y Asesoría en Salud CEAS analizó la presencia de Hidrocarburos Policíclicos Aromáticos (HAPs) en 23 muestras de agua de consumo humano en la cabecera parroquial de Pacayacu, encontrando que 22 de las 23 muestras (95,6%), presentaban niveles de HAPs por sobre lo permitido según estándares internacionales de la EPA de los Estados Unidos, la Unión Europea y la OMS. Estos resultados son muy graves tomando en cuenta que los hidrocarburos policíclicos aromáticos son extremadamente tóxicos son los que producen cáncer y malformaciones en los nacimientos.


Otro estudio esta vez en el tema de Salud realizado en febrero del 2011 con la población de la parroquia u, ratificó el estado de permanente afectación que sufren las familias moradoras del lugar principalmente las ubicadas cerca de la infraestructura petrolera. En este campo se pueden encontrar actualmente piscinas de desechos de petróleo abandonadas, petróleo enterrado en las riberas de los ríos dejados por los trabajadores en las labores de limpieza de derrames pasados, mecheros prendidos que contaminan la atmósfera y frecuentes derrames de petróleo, diesel y aguas de formación, destacando el derrame de 650.000 barriles de aguas de formación ocurrido en la zona en el 2009.


Es en este escenario donde se pretende optimizar la “producción”, en el contrato se estipula que el Estado se hará responsable de todos los pasivos ambientales pasados y los nuevos pasivos serán de responsabilidad de la nueva empresa extranjera. ¿Cómo van a diferenciar eso? Si la contaminación va a parar a los mismos ríos, a los mismos bosques, a los mismos suelos. ¿Cómo va a diferenciar una familia que las enfermedades o el cáncer de sus miembros lo produjo un pasivo ambiental del pasado o el reciente?


Lo mínimamente coherente hubiera sido que primero se repare integralmente esas zonas y luego se analice si es o no conveniente seguir operando esos campos, no sólo desde el punto de vista económico sino tomando en cuenta las experiencias negativas del pasado y principalmente tomando en cuenta el futuro del país.


El presidente de la República al referirse a la firma de estos contratos dijo que "Lo que estamos haciendo es sacándole brillo a esas coronas con ayuda extranjera porque no tenemos la capacidad para sacarles brillo nosotros mismos" pero lo que estamos haciendo realmente no es sacándoles brillo, sino, acabando aceleradamente con esas “coronas” lo que llevará a la larga a acabar con el “reino”.....


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