Presidido por Daniel Scioli, el Partido Justicialista (Peronista) brindó un unánime apoyo a la conducción política de Cristina Kirchner y a la continuidad del modelo. Estuvieron todos los gobernadores, incluso algunos que se habían alejado, como De la Sota.
Por Nicolás Lantos
Desde Río Gallegos
Cristina Fernández de Kirchner fue reivindicada una vez más como “la gran conductora de este proyecto nacional y del movimiento peronista” por el Consejo Nacional Justicialista y otra docena de dirigentes oficialistas de primer nivel, que no forman parte del máximo órgano del PJ. Así lo dejó en claro el vicepresidente a cargo del partido, el gobernador bonaerense Daniel Scioli, en la rueda de prensa que dio después de que compartieran un almuerzo en el que se aprobó un documento de apoyo a la gestión de CFK frente al inicio de su segundo mandato. Antes, la comitiva había visitado el mausoleo donde descansan los restos de Néstor Kirchner para homenajear al ex presidente (ver aparte).
“Hoy, más que nunca, este Consejo Nacional respalda y respaldará a nuestra Presidenta de la Nación para continuar con este modelo político, económico y social que nos interpela y nos desafía permanentemente a sostener el crecimiento de la economía, aumentar la creación de nuevos empleos –principalmente jóvenes– con el objeto de mejorar aún más la distribución del ingreso e incluir a los que todavía hoy se encuentran excluidos”, dicta, contundente, el párrafo central del texto que presentó el chaqueño Jorge Capitanich y aprobaron a mano alzada.
La misma tónica se repitió en las declaraciones de cada uno de los que aceptaron hablar con la prensa: aunque la renovación de autoridades partidarias, que debería llevarse a cabo en mayo de 2012, no formó parte del temario del encuentro, todos los asistentes que hicieron declaraciones públicas coincidieron con que el liderazgo de Cristina Kirchner sobre el espacio no está en duda, pero que esperan a que decida si va a encabezar el partido ella misma o delegará esa responsabilidad en alguien de su confianza.
El peronismo está “unido y trabajando sin especulaciones de ninguna naturaleza, apoyando y respaldando a la Presidenta en cada una de sus decisiones”, sostuvo Scioli, vicepresidente a cargo de la titularidad del PJ. Capitanich, siguiente en la línea de mando, agregó que CFK “es la única líder y conductora del movimiento”, por lo que el PJ respalda sus decisiones. “Creemos que mediante su convicción, su esfuerzo, su dedicación y su compromiso” la Argentina podrá “mantener el rumbo y sostener los lineamientos y la acción”, completó el gobernador chaqueño.
El ministro del Interior, Florencio Randazzo, por su parte, le quitó importancia al asunto de la sucesión interna. “El Consejo manifestará su apoyo a todas las políticas llevadas adelante por la Presidenta porque es innegable que ella conduce el proyecto y el movimiento más allá de quién esté al frente del partido como dirigente”, dijo al arribar a la capital santacruceña. En términos similares, el secretario de Comunicación Pública, Juan Manuel Abal Medina, señaló que “está claro que la conducción está en manos de Cristina Fernández de Kirchner”, porque “no sólo lo dicen los dirigentes, sino también la sociedad, con el contundente apoyo brindado el 23 de octubre”.
El tema no es, en todo caso, sólo formal: la puja por el reparto de poder partidario, aunque por momentos, tras el triunfo electoral, parezca un ballet y no una lucha, esconde los primeros movimientos para posicionarse bien en la grilla de largada al 2015. Ayer, sin ir más lejos, coincidieron en el Hotel Patagonia, donde se llevó a cabo el almuerzo, un puñado de dirigentes que, con mayor o menor discreción, están anotados en la carrera: además de Scioli y Capitanich, también están en esa lista el salteño Juan Manuel Urtubey y hasta el cordobés José Manuel de la Sota, de regreso en el redil tras su aventura por el justicialismo disidente y el breve “cordobesismo”.
También fueron parte del encuentro los gobernadores de Jujuy, Walter Barrionuevo; Formosa, Gildo Insfrán; La Rioja, Luis Beder Herrera; Tucumán, José Alperovich (con su mujer, la senadora nacional Beatriz Rojkés); San Juan, José Luis Gioja; La Pampa, Oscar Jorge; Entre Ríos, Sergio Urribarri; Mendoza, Celso Jaque; y el anfitrión Daniel Peralta, además de los mandatarios electos de Chubut, Martín Buzzi; Catamarca, Lucía Corpacci; y Mendoza, Francisco “Paco” Pérez. Sólo faltó el próximo gobernador de Río Negro, Carlos Soria, que ayer recibía su diploma por parte de la Legislatura local. Representando al gabinete nacional estaban Randazzo, el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, el de Legal y Técnica, Carlos Zannini y Abal Medina.
No faltaron, tampoco, el titular de la bancada de diputados del Frente para la Victoria, Agustín Rossi, el presidente de esa Cámara, Eduardo Fellner, y su par en el Senado, José Pampuro, el titular de Anses, Diego Bossio, y el apoderado del PJ, Jorge Landau, el dirigente del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, y legisladores como Carlos Kunkel y Juan Carlos Dante Gullo. El sindicalismo estuvo representado por Andrés Rodríguez (UPCN) y Lingeri; mientras que los representantes de la juventud se quedaron en Buenos Aires, donde estaban organizando su propio acto (ver Página/12).
La ausencia del titular de la CGT, Hugo Moyano, aunque estuvo justificada por el reciente fallecimiento de uno de sus hijos, no pudo evitar lecturas políticas, luego de varios meses de relación pendular entre el líder sindical y la Casa Rosada. Y se vio resaltada por otro faltazo: aunque se preveía que no asistiría, sí se contaba con que mandara en su lugar a Héctor Recalde, pero finalmente el abogado no fue de la partida. “Es la primera vez que falta a una reunión del Consejo”, indicó, sorprendido, un participante.
De todas formas, luego de la reunión, Scioli aclaró que se comunicó personalmente con el dirigente camionero, que le pidió que “no se le diera otra interpretación” a su ausencia que no fuera por el fallecimiento de su hijo Emiliano. Otros asistentes, como Randazzo y Capitanich, también minimizaron las diferencias entre el Gobierno y la CGT y manifestaron su voluntad de que seguirán trabajando codo a codo durante los próximos cuatro años, “más allá de alguna diferencia en algún punto de vista”, aunque aclararon que la prioridad del Gobierno es “el bienestar de todos los argentinos.”
Así, a pesar de los chispazos, ayer en Río Gallegos se dio un paso más en la unificación definitiva del peronismo, luego de que la magnitud de la victoria del 23 de octubre clausurara el experimento del justicialismo disidente. Aunque las sucesiones nunca fueron sencillas dentro del movimiento, la sensación es que falta mucho para llegar a ese punto. En palabras de uno de los asistentes: “Estamos cada vez más unidos y, como dijo el General, por lo tanto somos más fuertes”.
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