Rabat, 8 sep (EFE).- La persistencia de la tortura en África depende de muchos factores "y entre ellos la mala voluntad política", dijo a Efe Jean-Baptiste Niyizurugero, responsable del programa África en la Asociación para la Prevención de la Tortura (APT).
Jean-Baptiste Niyizurugero, presente en Rabat en el marco de la conferencia de alto nivel sobre "el papel de las instituciones nacionales de derechos humanos en materia de prevención de la tortura en África" celebrada el 7 y el 8 de septiembre, reconoció que en el pasado la tortura ha sido tradicionalmente usada como medio de castigo o para arrancar declaraciones.
Sin embargo, el experto subrayó que en los últimos tiempos ha crecido la conciencia de que es una práctica que va en contra de la dignidad humana, y esto ha permitido traducir esta condena "social" a nivel normativo.
Para Niyizurugero -que lleva seis años militando en la APT, organismo con sede en Ginebra-, el final de la tortura depende de todo un proceso, un funcionamiento social y un cambio de mentalidades.
En África -resaltó- hay países que han dado un paso en la lucha contra la tortura, y son "los países que han tenido la valentía de mirar a su pasado" y entrado en un proceso de democratización, y citó como ejemplo a Marruecos con la experiencia de la Instancia de Equidad y Reconciliación, Sudáfrica, con la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, o Ghana con la Comisión de Reconciliación Nacional.
En cuando a la evolución en la percepción de la tortura, Niyizurugero subrayó que es un proceso que está empezando a ganar terreno y que "la gente está cada vez más atenta a la cuestión de los derechos humanos", añadiendo que los Estados han empezado a reconocer el papel de la sociedad civil como "actor y socio en este proceso".
En relación con las revoluciones árabes, Niyizurugero admitió que cualquier situación de conflicto es un terreno propicio para la tortura. En su opinión, en tales circunstancias las atrocidades son inevitables y son cometidas por las dos partes.
Frente a esta situación, lo que hay que hacer en el futuro, en opinión de Niyizurugero, es que las nuevas instancias que se hacen con el poder en los países sacudidos por revoluciones estén atentas y respeten los logros de esta revolución sin entrar "ciegamente" en la venganza.
Para él, hay que respetar el Estado de derecho, subrayando que se trata de una combinación entre "la necesidad de castigar y la de construir el futuro". EFE
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